Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
La religión es la muleta donde se apoyan todo tipo de ideas, acciones y puede serviir como remedió donde se han escondido cualquier tipo de personas, cosas. Por qué se suele hacer difícil esconder las manos sucias cuando de transparencia se trata. Esto mismo ocurre con lo que conocemos Como Las Leyes que se pueden acomodar al lado de la mejor prosa. Los parados no deben quedarse parados. Hay alguna salida en alguna puerta donde la creatividad infinita nos muestre otro camino. No es posible acorralar tanto a la humanidad. Solamente cuando esta se una a una sola voz tumbará los muros de la injusticia.
24 mayo, 2013 en 1:46 PM
La religión es la muleta donde se apoyan todo tipo de ideas, acciones y puede serviir como remedió donde se han escondido cualquier tipo de personas, cosas. Por qué se suele hacer difícil esconder las manos sucias cuando de transparencia se trata. Esto mismo ocurre con lo que conocemos Como Las Leyes que se pueden acomodar al lado de la mejor prosa. Los parados no deben quedarse parados. Hay alguna salida en alguna puerta donde la creatividad infinita nos muestre otro camino. No es posible acorralar tanto a la humanidad. Solamente cuando esta se una a una sola voz tumbará los muros de la injusticia.
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