Mi Fotosfera.
Tras un descenso algo «accidentado» por los acantilados que separan Deba de Zumaia, pudimos atrapar la imagen que buscábamos. Millones de años de historia geológica, en un abrazo de estratos rocosos entre las faldas del monte y la superficie marina. El Flysch, un tesoro que abarca 4.300 hectáreas terrestres y marítimas. Un pequeño paraíso en la costa gipuzkoana.