ContraCorriente (buscando nuevas miradas).
La memoria cortoplacista y el exceso de información efímera están construyendo nuevos discursos carentes de análisis y fundamento alguno. Y muy a mi pesar, me temo que la indignación forma también parte de ese escenario.
De lo contrario, resulta bastante dificil de entender que a estas alturas no estemos ya en medio de una sublevación o de una profunda catarsis neuronal.
Las nuevas tecnologías nos descubren infinidad de puertas, pero somos incapaces de ver aquellas que merecen ser abiertas. No se trata ya tanto de no saber reconocer y palpar el mundo real, sino de una abstracción absoluta de éste, hasta el punto de congestionar las redes pensando que en ellas habitan los duendes.
Toda la información del mundo puede llegar a ser capaz de ausentarnos del conocimiento. Y aquí radica uno de los males mayores que nos rodean: la inverosimil creencia de que las nuevas generaciones son las mejores preparadas de la historia.
La pregunta pertitente sería…, ¿preparadas para qué?
Hoy comienza a implantarse la LOMCE, que el futuro nos pille confesados.