Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
Las casas nórdicas tienen el encanto que les falta a las viviendas de la gran ciudad. Una de las razones es que les dedican a ellas el mimo necesario para convertirlas en su hogar.
Aunque él vive aquí por elección climática, un amigo danés, me dijo un día, que entre otros motivos, había que pasar mucho tiempo en ellas… Son preciosas!
2 diciembre, 2014 en 1:02 PM
Aunque él vive aquí por elección climática, un amigo danés, me dijo un día, que entre otros motivos, había que pasar mucho tiempo en ellas… Son preciosas!
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