Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
Una panorámica del camino, transitando entre Azkoitia y Loiola, frente a esa cordillera que nos despierta cada mañana. Izarraitz (la roca bajo las estrellas)