Breves: Y ahora qué…
El vicesecretario de Política Sectorial del PP, Javier Maroto, nos ha hecho saber que entre los refugiados sirios que llegan a Europa hay muchos yihadistas. Y así, en cuanto nos descuidemos, nos ponen una bomba en nuestras hermosas ciudades.
Es fácil salir en televisión o en prensa y decir barbaridades, y dar sobrada cuenta de la incapacidad moral, humana y política que asiste a miles de políticos que por el mero hecho de serlos se creen que pueden publicitar los argumentos más convenientes para llenar de votos sus faltriqueras. Hay muchas maneras de poder definir intervenciones de este tipo, y entre todos deberíamos hacer lo posible para que personas de esta catadura se sonrojaran cada vez que pisaran las calles. Y no sería escrache, sería justicia. Podríamos incluso colocarle unos grilletes de diez kilos por cada refugiado que ha tenido que huir de su país, y hacerle caminar hasta reventar sus ideas peregrinas y pedir públicamente perdón en Aleppo, Tadmur o Damasco, ante la presencia de miles de personas que han visto destrozadas sus vidas precisamente por la existencia de partidos como a los que este mismo hombre representa.
Considerando la repercusión que han tenido sus palabras dice que no estuvo muy acertado. Y ahora qué…! La humillación a la que nos están sometiendo parece no tener límites, y vivimos infinidad de momentos que estamos obligados a denunciar. Porque no hay tribunal en estas democracias capaz de apartar del camino a tanto bocazas, y no hay manera de poder despertar cualquier jornada sin esa imperiosa necesidad de tener que luchar para transformar esta sociedad que nos engulle y nos arruina.
Las cosas así resulta del todo comprensible que haya reacciones de todo tipo ante semejantes ataques a la fragilidad de los más desfavorecidos. Y yo, me sumo a ésta iniciativa que merece el mayor de los respetos…