Breves:
Cuestión de elegir
La actualidad política define una situación que no nos sitúa ni contra la espada, ni contra la pared. (Precisemos, ni a nosotros, ni a los poderes fácticos). Más bien sostiene sin despeinarse que estamos en medio de un juego, ante el cual solo caben dos opciones. Aceptarlo como tal, o abandonar antes de que todos los sueños se demoren.
Muchos de nuestros enfados o sobresaltos provienen del punto de partida. Esto es, al aceptar la Política como una posibilidad realizable a efectos prácticos y plurales, damos por sentado que siempre es posible. De ese modo, al cabo de un tiempo y al comprobar que nunca sucede, aireamos nuestras protestas.
Por un lado es culpa nuestra. Porque precisamente dicho punto de partida es erróneo, y si de avanzar en política se trata, deberíamos tener claro que todo es mentira y, por tanto, que todos mienten. Así, es otra cosa. Y al admitirlo desde un inicio, el enojo siempre pasaría a buen recaudo.
Por otro, lógicamente, nos enfrentamos a una serie de sujetos que pasan olímpicamente de todo el mundo. Y ahí poco podemos hacer, a excepción de que cualquier día decidamos que tenemos la opción de enjaularlos en un zoo y darles de comer como merecen, esto es, unas cuantas papeletas cada cuatro años y agua de lluvia para que se refresquen.
Sé que en medio de todo este tinglado sois un ejército quienes pensáis que, con todo, hay que saber diferenciar, entre quienes mienten y roban más, y quienes lo hacen porque no cabía otra posibilidad. Me parece muy bien que en dichas circunstancias optéis por el mal menor, pero yo, prefiero plegar las alas y escuchar crecer la hierba. Requerirá toda mi paciencia, pero al menos me acompañará un poco de poesía.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech