Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
Somos yonkis del amor romántico (Maitasun Erromantikoaren Yonkiak), no somos conscientes de ello, y no acertamos a dejar atrás las graves consecuencias que ello acarrea.
En alguna ocasión que asistí a charlas sobre, escuchando y mirando, no podía no ir anotando cerebralmente cosas. Se iban colocando en una especie de resumen ( de las síntesis que luego no hay dios que consiga me salgan jeje). Verás, además de palabras compuestas para la documentación, existen componentes. Esto es, escuchabas y mirabas y te dabas cuenta de que existía el componente quién y cómo las usaba. Detalles que van desde algo en principio banal, como la estética, a actitudes en los giros de las frases. Había quien, hablando maravillas a enseñarte de la libertad en el amor, respiraba y hacía respirar un tinte impositivo que se hacía imposible no quedarse masticandolo. Esto tú, que la sociología es estudio, seguro que hubieras sabido darle vida.
En definitiva, cuando escuchas y miras y lees, por mucho que se compongan palabras para que la RAE las acoja y recoja, no serán sólo ellas como palabras. Supongo que eso tiene que ver con todo. Como la romántica idea de no sucumbir a la destrucción masiva porque se puede buscar qué, cómo, por qué. .. y encontrar o no, pero trabajarlo por cuanto no destructivo existe.
Abrazo, Joseluis.
Pd. Espero que bien ( y constructivo! 😉 ) en los exámenes!
Aha, entre otras cosas eso puede transmitirlo una boca en un cuerpo que habla convencido de otras creaciones. Claro que escuchar no deja de ser orejas en otro cuerpo. Y así.
7 julio, 2016 en 9:41 AM
En alguna ocasión que asistí a charlas sobre, escuchando y mirando, no podía no ir anotando cerebralmente cosas. Se iban colocando en una especie de resumen ( de las síntesis que luego no hay dios que consiga me salgan jeje). Verás, además de palabras compuestas para la documentación, existen componentes. Esto es, escuchabas y mirabas y te dabas cuenta de que existía el componente quién y cómo las usaba. Detalles que van desde algo en principio banal, como la estética, a actitudes en los giros de las frases. Había quien, hablando maravillas a enseñarte de la libertad en el amor, respiraba y hacía respirar un tinte impositivo que se hacía imposible no quedarse masticandolo. Esto tú, que la sociología es estudio, seguro que hubieras sabido darle vida.
En definitiva, cuando escuchas y miras y lees, por mucho que se compongan palabras para que la RAE las acoja y recoja, no serán sólo ellas como palabras. Supongo que eso tiene que ver con todo. Como la romántica idea de no sucumbir a la destrucción masiva porque se puede buscar qué, cómo, por qué. .. y encontrar o no, pero trabajarlo por cuanto no destructivo existe.
Abrazo, Joseluis.
Pd. Espero que bien ( y constructivo! 😉 ) en los exámenes!
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7 julio, 2016 en 10:17 AM
Un gran invento el amor romántico. Transferir la angustia que sientes, sublimarla en otra persona, olvidarte de lo malo que llevas dentro.
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7 julio, 2016 en 10:58 AM
Aha, entre otras cosas eso puede transmitirlo una boca en un cuerpo que habla convencido de otras creaciones. Claro que escuchar no deja de ser orejas en otro cuerpo. Y así.
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7 julio, 2016 en 10:35 AM
Me parece muy interesante las cosas que aporta usted al Facebook. Un saludo.
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