Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
Se hospedó en mi casa. Ya no aleteaba. Tomó refugio y me acompañó varios días. Sin vuelo ya, todos los colores emigraron para mimetizarse con la ausencia.
2 diciembre, 2018 en 11:46 AM
Gran poeta de la imagen y las palabras. Gracias por ser
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