Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
Quisiera descomponer los residuos que he almacenado a lo largo de la vida, causantes del más mínimo desgaste anímico que en cualquier acompañante se manifestara.
Desnudarme con todas las heridas abiertas, y permitir que se alejaran las resacas de todos mis mares…
… hasta que la última ola se llevara consigo el recuerdo de cualquier dolencia.
Quisiera.
Disculparme por mi indisciplina, por no saber tocar los acordes que hicieran desbocar la sonrisa.
tengo mal oído, pero procuro siempre poner música, incluso en las distancias que nos separan
(Porque todos necesitamos también amar, o disolvernos con sus inclemencias).
Dicen que empieza un nuevo año, pero créeme que hoy viene igual que ayer, detrás de otro día cualquiera que apenas supo alumbrar la noche. Cargado con la misma emboscada y cubierto con idéntico aroma a pólvora y canapés.
/Pensar que algo ha cambiado o lo puede hacer, es dejar en la inconsistencia de la esperanza colectiva la necesidad de la propia transformación/.
Nada hay que esperar, porque todo queda por hacer.
Levántate, derrumba los muros de esta sociedad maltrecha, y hazlo. Hazlo sin miedo.
Ama.
Como si la vida te fuera en ello…, y el mundo fuera un clavo ardiendo.
Pero no comiences con los autoestimados, que ellos mismos ya tienen suficiente.
Ama la justicia social, la igualdad, el rostro cautivo, los inviernos duros, los charcos llenos de barro, la herrumbre de tus pensamientos, el olor del vagabundo, los demonios que llevamos dentro, el agua en los zapatos, el esfuerzo de la tierra que se abre a dentelladas, el silencio más que la palabra, la rareza que te esquiva, a la mujer que le arrebataron la mirada, al hombre que no sabe acompañarla, a quien no puede con su espalda y, sobre todo, a quien han robado su trozo de comida.
(el silencio más que la palabra)
Y después, ámate lo que quieras, que tiempo tendrás todavía…
«Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Mato a un hombre y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable. Aunque nunca fui a la cárcel, he estado en prisión casi toda mi vida»
El 24 de marzo de 1962 en el Madison Square Garden, se celebró un controvertido combate entre Emile Griffith y Benny Paret. Éste último, diez días después de quedar KO, perdió la vida.
La prensa del momento señaló el «excesivo» castigo recibido. Por ejemplo, Sports Illustrated informó en un reportaje del 18 de abril de 2005 que el motivo de la violenta reacción de Griffith fue la rabia que le produjo un insulto homófobo que Paret le dijo durante el pesaje antes del combate. Paret llamó a Griffith «maricón» en español. El mismo artículo señalaba que habría sido un suicidio profesional para un deportista o cualquier otra celebridad durante la década de 1960 admitir que era gay.
En 1971, dos meses después de haberse conocido, Griffith se casó con Mercedes (Sadie) Donastrog, que era miembro de un conjunto de baile, Prince Rupert and the Slave Girls at the time. Y Griffith adoptó a la hija de Donastorg.
Emile tuvo que seguir respondiendo a la ingrata sociedad que no permite que cada cual podamos vivir la vida como deseamos. En 2005 declaró que le gustaban por igual hombres y mujeres y que, por tanto, amaba igual a hombres y mujeres, y que no sabía qué era.
Muchos aficionados al boxeo creían que nunca volvió a ser el mismo boxeador tras la muerte de Paret. Desde el combate con Paret hasta su jubilación en 1977, Griffith peleó en 80 combates, pero sólo anotó doce KO. Más tarde admitió que era más precavido en los golpes que propinaba a sus oponentes y confiaba más en su habilidad técnica, porque estaba aterrorizado de volver a matar a otra persona en el ring.
Su mejor golpe fue, sin duda, esa reflexión que he puesto al principio, unas palabras que dicen mucho de las calamidades que atesora esta sociedad.
La campaña ‘LoveLife, No Regrets’ está promovida por la Oficina Federal de Salud Pública de Suiza. Ya sabemos que en todo anuncio va implícito un mensaje, y así podremos observar la distancia que separa a las instituciones españolas (por ejemplo) de las helvéticas. Pero hay un hecho que otorga a esta campaña un valor añadido, y es su clara apuesta por la vivencia del placer, para disfrutar la vida y alejarse de toda sensación de miedo o culpabilidad. Amar la vida es también vivir la sexualidad.
(In) Coherencias, pensamientos y otros acantilados
«En la mayor de las confusiones sigue habiendo un canal abierto hacia el alma. Podrá ser difícil encontrarlo porque en la madurez está invadido de maleza , y algunos de los más espesos matorrales que la envuelven nacen de lo que denominamos nuestra educación. Pero el canal sigue ahí, y nuestro deber es mantenerlo abierto , para tener acceso a la parte más profunda de nuestro ser: a esa parte de nosotros que es consciente de una conciencia superior, mediante la cual formulamos juicios definitivos y lo ponemos todo en su sitio». (S. Bellow)
– Aquí dentro, en el pecho humano, el mío, el suyo, el de cualquiera, no hay sólo un alma. Sino muchas. Pero las almas principales son dos: la verdadera y la falsa. Ahora bien, cada persona comprende que debe amar algo o a alguien. Siente que debe salir de sí misma. Si no puedes amar, ¿qué eres?
– … El interés del alma falsa se identifica con el interés de la vida social, con el mecanismo de la sociedad. Ésa es la principal tragedia de la vida humana. Ah, Es terrible! Horroroso! Nadie es libre. Quien nos traiciona, quien nos vende está dentro de nosotros. Hay que obedecerlo como esclavos. Nos hace trabajar como bestias. Y ¿para qué? ¿Para quién? (Carpe Diem)