Mi Photosfera
Hay que procurar sorprender al final, e intentar dar un poco de sentido a la obra, para que deje tiempo a reflexionar.

Photo by joséluis vázquez domènech
Hay que procurar sorprender al final, e intentar dar un poco de sentido a la obra, para que deje tiempo a reflexionar.
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Tropezar unas cuantas veces no tiene por qué ser malo, pero insistir una y otra vez con la misma urna debería llevarnos como mínimo, a ser capaces de reflexionar.
(las semillas que hacen brotar la democracia no están en nuestro sistema; las compró Monsanto, y de habitar en algún lado, lo hace sin lugar a dudas…, en el más allá)
Photo by joséluis vázquez domènech
Photo by Joséluis Vázquez Domènech
06 de diciembre
¿Para qué nos sirven las constituciones si de ellas no podemos recoger más que los desperdicios que tolera la clase privilegiada?
Si hiciéramos un repaso de los 169 artículos de los que se compone la carta magna española e hiciéramos un análisis sobre su indebido quebrantamiento, la mitad saldríais espantados a comprar un calmante y el resto os iríais de puente para olvidar tanta patraña. Abro al azar el documento y me encuentro en el Título VII, Economía y Hacienda, y el artículo 128 en su punto primero dice…
1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.
Exponer al detalle el incumplimiento perpetuo de las más importantes de sus medidas nos llevaría a preocuparnos con sumo cuidado del funcionamiento de los Estados y de los Gobiernos que los arropan. Pero como el anarquismo ya se encargaron de eliminarlo por ser la fuerza real de oposición más palpable contra sus intereses, podéis conformaros con las migajas de algunos partidos que prosiguen con el circo…
Hoy, nada se puede celebrar. Porque desde el Preámbulo, donde dice que España es una nación, hasta la Disposición Final, sancionada en su conjunto por S.M. el Rey, estamos ante una serie de capítulos que o bien te llenan de rabia por su vocación contemplativa o, por el contrario, hacen brotar la risa.
La Constitución Española de 1978, como el resto de constituciones del mundo, no es más que una mentira organizada, para presentarse ante el pueblo como valedora de sus derechos, y ser utilizada como Imperio de una Ley que no cumple ni con sus normas.
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Una pregunta que casi siempre queda en el aire, cuando hablamos de las elecciones y alguien plantea que no merece la pena votar, es ¿qué gana la sociedad con ello?…
Asistimos estos días a un debate abierto planteado por los simpatizantes de Anonymous, que apoya al 15 M, y donde nos animan a acudir a las urnas para acabar con el bipartidismo, y, de paso, con los partidos que apoyaron la Ley Sinde, a través de un mini-documental que no sirve, con perdón, para nada (solo para dejar en la incertidumbre a quien no domina bien todos los parámetros legales del sistema). Sigue leyendo →