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¿No sabes qué hacer este fin de semana? Te invito al cine
Nubes Pasajeras
Perseverar en el intento de seguir en el camino es probablemente el eje sobre el cual giran las vidas de las personas. Las cosas así, muchos son los directores que pretenden mostrarnos cómo es ese tránsito, y muy pocos los que consiguen aproximarnos a él de una forma fideligna, desnuda. Probablemente uno de los mejores realizadores del momento, Kaurismäki puede vestirnos en medio del silencio, rociarnos con la excentricidad más envolvente, y abrazarnos incluso dibujando nubes en el horizonte. Odia a Hollywood, a Bush y dar una entrevista sin tener una botella en una mano y un cigarrillo en la otra. Todo indica que es incapaz de rodar una escena sin estar borracho o de resaca, pero desde sus grietas renace la tristeza hecha hombre. Su cine nos mantiene erguidos. Gracias!
- Puedes comprar la película por dos euros
- https://www.filmin.es/pelicula/nubes-pasajeras
- Título original, Kauas pilvet karkaavat (Drifting Clouds)
- Año, 1996
- Duración, 96 min.
- País,
Finlandia
- Director, Aki Kaurismäki
- Guión, Aki Kaurismäki
- Música, Shelley Fisher
- Fotografía, Timo Salminen
- Reparto, Matti Onnismaa, Kari Väänänen, Elina Salo, Kati Outinen, Markku Peltola, Markus Allan, Sakari Kousmanen
- Productora, Coproducción Finlandia / Francia / Alemania
- Género, Drama | Trabajo/empleo. Melodrama. Comedia dramática
- Sinopsis
- Historia de un matrimonio (Ilona y Lauri) cuya relación y dignidad son puestas a prueba por los duros golpes de la vida. La pareja no suele correr riesgos y vive en un modesto apartamento de alquiler. Pero Ilona (Kati Outinen) pierde su empleo como camarera en el restaurante Dubrovnik, en Helsinki. Por si esto fuera poco, acaba enterándose de que Lauri (Kari Väänänen) ya hace un mes que ha sido despedido de su trabajo como conductor de tranvía.
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Love Life
ContraCorriente (buscando nuevas miradas).
De anuncios
Iberdrola dixit
«Soy Alberto y como yo hay 650.000 personas que cobramos los dividendos de Iberdrola. Con este dinero disfruto del verano con mi familia. Iberdrola eres tú».
«Soy Ricardo y como yo hay 650.000 personas que cobramos los dividendos de Iberdrola. A mí este dinero me permite renovar mi carnet de socio en el club de mis amores. Iberdrola eres tú».
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No sabía si guardar este post en mi sección de Amor, Literatura, Poesía o Cuentos. Hace un mes o así que leí uno de estos anuncios en prensa, y lo retuve en mi memoria. Sabedores de la estrecha amistad que nos une a la mayoría de ciudadanos con dicha empresa, vuelcan todo su arsenal armamentístico haciéndonos ver que su viabilidad reposa en miles de personas de toda clase social que depositan su confianza en ellos, beneficiándose además de un extra que les ayudará a mejorar su calidad de vida.
Por un lado hay un menosprecio absoluto hacia sus propios accionistas, dado que la carga negativa de la imagen que proyectan la extienden con toda perspicacia hacia otras 650.000 personas que como tú, pueden perfectamente contribuir a su política de liquidación y derribo. Y, por otro, se pretende disfrazar el expolio asignándose valores propios de sentimientos «cautivadores», como lo son veranear en familia, acudir a la Catedral todos los domingos, mejorar la escasa pensión de una viuda, y ayudar de cara al futuro a una consternada madre que desea que su maravilloso niño aprenda inglés.
Las grandes empresas lo son porque tienen todos estos medios para seguir bailando al compás de su música, y porque pueden permitirse el lujo de reirse de nosotros a la cara sin que nada podamos hacer, excepto dejar constancia de su juego sucio.
Publicidad contra la homofobia
Anuncio emitido en Portugal
Hay que abrir todas las ventanas al mundo y, lógicamente, a la libertad de expresión de nuestros sentimientos.