Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
¿QUÉ PODEMOS HACER CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN? SIRIA, DE NUEVO EN LA DIANA
Los vientos se dirigen de nuevo hacia Siria, para agitar las lágrimas de millones de sus habitantes, desnudos ante la intimidación continua a la que les someten los medios de comunicación, inquilinos del terror y de la más mísera de las actuaciones televisadas sin el más mínimo de los escrúpulos.
Cazabombarderos israelíes F15 bombardearon hace unos días el aeropuerto militar de Homs, matando a 15 personas y elevando sin complejos su lista particular de odio y desvergüenza. Paralelamente, un nuevo cuento sobre el uso de armas químicas se difunde sin prueba alguna para volver a asir con una magna soberbia la sartén de su guerra por el mango. Cada vez que el estado sirio avanza en su lucha por liberar a su pueblo de terroristas y mercenarios, los dirigentes occidentales le someten a todo tipo de vejaciones, incluyendo las historias más sobrecogedoras para que asumamos sin fisuras la llegada de nuevos ataques.
Francia y Estados Unidos dibujan en cada esquina del país un nuevo mapa que solo pretende arrebatar los recursos naturales, instalando en suelo que no le pertenece bases militares desde las cuales seguir maltratando a millones de personas que ya no tienen donde habitar ni dejar guardados sus rotos zapatos de invierno.
Su territorio, sin quererlo ni beberlo, es un campo de batalla donde las impotencias occidentales juegan a lo único que saben hacer; saquear nuestra tierra apadrinados por la organización de naciones más lamentable que jamás se ha parido, desangrándose el mundo con rastro de un parto mezquino e irritable.
Ya no queda hueco para la diplomacia periodística, y tenemos que someter a juicio intransigente a quienes manipulan por un puñado de dólares toda información y, por consiguiente, todo rastro de veracidad. Estamos rodeados, y con España liderando la lucha contra las democracias, uno se vuelve no incrédulo sino espoleado para lanzar piedras a los verdugos de nuestra nueva era.
Photo by joséluis vázquez domènech
Wikileaks reveló parte de las tramas que tenían como objetivo la invasión de Siria. Alemania vende tanques a Turquía que se adentran en Siria sin contemplaciones, y luego invierte millones para impedir movimientos migratorios.
La coalición liderada por EE.UU. negoció un pacto secreto con el Estado Islámico para que cientos de yihadistas pudieran abandonar el país con sus posesiones y armamento (para seguir incordiando con sus entrañables matanzas). Y los Cascos Blancos siguen dando testimonio de su farsa, como viene siendo habitual desde su puesta en escena, para que la escalada deliberada de tensiones termine como el rosario de la aurora.
No ya como periodista, sino como curioso observador, cualquiera debería darse cuenta de que las palabras fluyen para que el lodo nos entierre. La desobediencia informativa debería ser primera causa de resistencia, pero albergar dicha esperanza resulta ardua en tiempos de insaciable control social.
Rusia sigue denunciado el incesante acoso al que nos vemos sometidos, pero sus fundadas impresiones se pierden bajo las montañas de occidente, donde se esconden miles de tanques de guerra dibujando en la línea de sus fronteras gruesos trazos de odio y muerte. Y como señuelo, nos informan sin cesar de que espías, hackers y otras delicias procedentes de las estepas siberianas controlan las elecciones catalanas y hasta la receta de la salsa boloñesa.
Si no fuera por las tristes y dolorosas consecuencias que tiene cada noticia que nos llega de Siria, podríamos publicar un comic narrando todas las injerencias promovidas por las balas nunca perdidas del capitalismo. A falta del sometimiento, chantajes, guerras comerciales, asedios, drones y otras calamidades, y viendo inoperantes tantas brabuconadas, sabotean la vida con más atentados y la partición del futuro en infinidad de destellos de oscuro y melancólico brillo.
Siguen rumiando contra el presidente y sus gentes, y no pararán, hasta que pierda el último soldado su mirada, y sea entonces cuando los intrépidos habitantes europeos comiencen a ver que nuevamente se la han metido doblada, y lo que había no eran ni armas químicas ni apóstoles en quienes creer, sino una miserable banda de periodistas haciendo de las suyas en beneficio de un imperio destronado que ya no sabe ni cómo crecer.
¿Alguien me puede abrir los ojos, y hacerme ver cómo es posible que si Ghouta Oriental está siendo recuperada, para qué va a lanzar Bashar Al Assad ataques con armas prohibidas sabiendo que como respuesta le van a fulminar?. ¿Alguien me puede ayudar a comprender cómo es posible que en su infatigable intento de defenderse de los terroristas, y cuando ya había doblegado hasta el espíritu impaciente de los mandatarios de la OTAN, va el presidente a cometer semejante estupidez?.
Los aviones comerciales ya no atraviesan el espacio aéreo de Siria. Una propuesta de investigación para que antes de la condena y el bombardeo podamos ir descubriendo qué ha sucedido, ha sido neutralizada por Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Polonia. La situación es insostenible.
Los tambores suenan en los despachos del gran poder, y en sus oficinas de papel couché, miles y miles de vendidos iluminarán nuestras pupilas con el rastro que dejan los misiles en un nuevo viaje hacia el salvajismo y la barbarie más cruel.
Estamos abonados al fracaso. La percepción social está completamente bloqueada; profesores, intelectuales, lectores, políticos, ciudadanía en general y abanderados de sus causas justas están ciegos. Y en esta coyuntura, donde la realidad siria está siendo destronada por los algoritmos de las redes y las franquicias de las guerras, la posibilidad de hacer frente a tanta fechoría se desmorona. Una impotencia tremenda se adueña de mí cada vez que intento buscar una flor entre tanta mierda.
Te abrazo Siria, en nombre de la paz y escapando del delirio. OTAN no, bases fuera.
Análisis de una charla de un reportero de guerra (que no contempla las políticas bélicas de quienes las diseñan)
O periodismo de baja intensidad
Maxixatzen
Anteayer tuvimos la oportunidad de asistir a una charla que ofreció el periodista Mikel Ayestaran en Azkoitia (Gipuzkoa). El título de la charla y que acompañaba al cartel, que él mismo decidió, era «Alepo Zona 0», bastante elocuente.
La sala se abarrotó para escuchar sus impresiones. Hay que decir, antes de nada, que si alguien quería averiguar o saber más sobre las claves que conforman toda la tragedia que está sucediendo en Siria, el resumen es muy sencillo. Uno; están los rebeldes por un lado, que ante el acoso del presidente se levantan para exigir cambios y hacer la revolución, dos; que hay dos bandos que tienen sus propios amigos, y tres; que hay dos países un poco más malos que los demás, como son Rusia e Irán.
Hubo claras justificaciones del comportamiento del Imperio, ataques al bloque de Putin, e incluso respuestas paradigmáticas para hacernos creer que las guerras no se realizan siempre para luego ser dueños de los recursos naturales, y un claro ejemplo, dijo, era que en Irak los Estados Unidos y los países que declararon la guerra no son los más beneficiados. Se le olvidó decir (es muy olvidadizo) que el Ejército estadounidense otorgó sin licitación a una división de Halliburton, la sociedad Kellogg, Brown & Root, el principal contrato para luchar contra incendios de pozos de petróleos iraquíes. En cuanto a la explotación de crudo, y siguiendo la hipótesis de una victoria de Estados Unidos sobre suelo iraquí, el predominio angloamericano –si no monopolio– aparecería como el horizonte más probable. Otra cosa es que posteriormente las cosas no salgan como uno quiere, pero los planes originales eran claramente para favorecer la explotación del crudo iraquí. También se le olvidó decir que antes de la invasión y ocupación de Irak, Estados Unidos y otras compañías petroleras occidentales (excepto Francia) estaban totalmente excluidas del mercado iraquí del petróleo, razón por la cual, no hay ningún motivo para que Estados Unidos tuviera que salir beneficiada, a no ser, como ha ocurrido, que tras la invasión hayan sacado su tajada.
Y así, toda una serie de razonamientos difíciles de asimilar.
Es sorprendente que a estas alturas todavía no se haya asumido que Estados Unidos exporta lo que vienen considerando «su democracia», como una mercancía del mundo capitalista que se desea imponer vía intervención humanitaria, porque antes, según ellos, había ausencia de ella. Y si hay que matar, se mata. La milicia norteamericana (o los esbirros que mandan para que les hagan el trabajo sucio) sirve para mantener el control estadounidense sobre las materias primas mundiales, y tan cierto es que en el «Informe Kissinger», el plan diseñado en 1974 por el que entonces era Secretario de Estado de los EE.UU., Henry Kissinger, aprobado en el Congreso como ley, se marca dicha política, dejando bien claro que el ejército de los EE.UU. está al servicio de su economía y que en los lugares donde estos «minerales críticos y estratégicos» se encuentren, los intereses económicos de los EE.UU. coincidirán con las consideraciones militares. La milicia norteamericana es experta en las injerencias (reconvertidas las más de las veces en «guerras civiles» para esconder los planes originales) que, casualmente, siempre giran alrededor del acceso a recursos naturales y a consolidar socios comerciales para expandir los efectos «colaterales» de la globalización. Las demás teorías son una forma clamorosa de aproximarse a la justificación partidista o al paroxismo.
Una de las cosas que más atención (y miedo) me suscita es comprobar como el mundo occidental ha parecido olvidar quienes son los Estados Unidos y como se posicionan en todos los tableros del juego. La propaganda anti-rusa es tan apabullante, que las mismas personas que lo tenían claro al señalar a los norteamericanos como imperialistas implacables en América Latina, ahora, siguiendo la misma política y los mismos métodos, parecen estar cegados para poder observarlo. Es todo un acontecimiento que nos traslada a una realidad inquietante.
Pero para hacer un trabajo exhaustivo de lo que sucedió ayer con la charla, voy a mostrar cuál fue mi interpelación, y cual la respuesta, para observar qué incidencia puede llegar a tener en un auditorio completo que se prestó a escuchar.
Esto es lo que intenté trasladar, con el único fin de hacer ver que en el periodismo actual se oculta información relevante, en claro beneficio de los Estados Unidos, Europa, Israel y la OTAN. Y mi deseo de hacer ver que Mikel Ayestaran no tomó en consideración asuntos de primer orden para hablar sobre lo que está sucediendo en Alepo.
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Photo by joséluis vázquez domènech
Sabemos que la mayoría de las veces no es importante lo que se cuenta, sino aquello que se esconde y se falsea. Hoy, hemos asistido a un nuevo capítulo donde el periodismo queda bloqueado por una información sesgada y, además, una información que cuadra perfectamente con los intereses de EEUU y de la OTAN. Preocupante y del todo desesperanzador…
Si hoy entrara por esta puerta Hilary Clinton y nos ofreciera su visión sobre Alepo, casi coincidiría plenamente con lo que aquí hemos escuchado. Claro, Hilary es la suministradora de armas para los rebeldes terroristas, del Frente Al-Nusra, Jabhat Fateh al-Sham o Jabhat al-Nusra.
He de explicar por tanto, qué es lo que hoy ha escondido Mikel, y qué es lo que no quieren que sepamos.
Del mismo modo que en Libia los rebeldes salieron a las calles para protestar por su presidente Muamar el Gadafi, en Siria hay también una «revolución» de la que el propio periodista ya nos está dejando constancia en su blog. En él nos cuenta muy bien cómo celebraban en las calles el asesinato del líder libio. Yo tengo muchos vídeos de Alepo, con los sirios celebrando la liberación de su ciudad y la expulsión de los terroristas. Pero Mikel no ha colgado ni un vídeo de esos, ni lo va a hacer. No es importante.
¿De quién es Alepo? ¿De los occidentales imperialistas que quieren derrocar a Bashar Al Assad, o de sus habitantes?
Pero sigamos con Libia. Allí también había rebeldes, como le gusta constatar a Mikel. Pero lo que no nos ha contado, ni a nosotros ni lo ha escrito en su blog, es la existencia de un informe muy importante. 5 años después, y Libia ya destrozada y Gadafi fuera de combate, sale, este septiembre, el Informe del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes sobre la intervención en Libia. El Informe es demoledor: el exprimer ministro británico David Cameron (y su amigo Sarkozy) es “responsable” en buena medida de la debacle de Libia y el ascenso del Estado Islámico. Es más, dice que el gobierno británico “no identificó a las facciones islamistas radicales existentes en el seno de la rebelión”.
Pero Mikel, está con los rebeldes, y pone sus vídeos en su blog, para celebrar el asesinato de Gadafi. Y del mismo modo, al principio de las «contiendas» tampoco identifica que en la oposición moderada hay cosas que huelen mal, muy mal (es decir, injerencias planificadas).
Así, tenemos que los rebeldes germinan con facilidad en Libia y ahora también en Siria, brotando de la tierra con una facilidad asombrosa, pero en vez de con flores salen ya con armas.
Prosigo. El año 2007 se revelan unos datos sorprendentes, que Mikel, ha vuelto a esconder.
Donald Rumsfeld, antiguo Secretario de Defensa de Estados Unidos, confiesa al general Wesley Clark, que su país va a invadir Irak, Libia, Siria, Sudán, Somalia, Líbano, y por último Irán. Esto no significa que lo vayan a hacer en el tiempo deseado, o que sus planes tengan éxito, pero sí que lo van a intentar, y en ello están. Los hechos comienzan a suceder en 2001, después de los atentados de las torres gemelas.
Wesley Clark es un militar retirado del ejército de los Estados Unidos, fue Comandante Supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte durante la guerra de Kosovo, donde dirigió el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia. En el año 2003 se postuló como precandidato del Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos.
Así, sabemos desde el año 2007 que EEUU tiene la clara intención de destrozar Irak, Libia y Siria. Sucede, pero Mikel no le da importancia, es una casualidad, porque lo importante, son los rebeldes que luchan contra Bashar Al Assad.
También sabemos, por filtraciones de wikileaks, que Hillary Clinton tiene maravillosos planes. Pero créanme, para un periodista de guerra son una nimiedad. Lo primero que podemos leer en un email de dicha filtración es lo siguiente. «La mejor manera de ayudar a Israel a lidiar con la creciente capacidad nuclear de Irán es…, tachín…, ayudar al pueblo de Siria a derrocar al régimen de Bashar Assad».
¿Alguien puede creerse que por nacimiento espontáneo surge una rebelión allí donde hay claros signos de premeditación y alevosía, y claros movimientos estratégicos para que así suceda? Si, Mikel Ayestaran y gran parte de la población contaminada.
Otro ejemplo de lo que nos esconden. Un ejemplo en el que además, él (Mikel Ayestaran) es el protagonista.
El 15 ó 16 de diciembre, si creo recordar bien, está cubriendo los acontecimientos desde Alepo, y es el momento de darnos noticias sobre la evacuación y la victoria del presidente sirio. Ocurre un hecho fundamental; y me llega esa misma noche información de que el Ejército Libre de Siria ha detenido a unos agentes internacionales. Al día siguiente o a los dos días, no puedo precisar muy bien, entra en directo para EITB, pero se olvida por completo de dicha noticia, y los telespectadores vascos nos quedamos sin parte importante de lo que acaba de suceder.
¿Era importante ésta información? Para Mikel no, para el mundo importantísima. Hasta tal punto que en apenas unas horas se convoca una reunión urgente de la ONU. Francia presenta una primera resolución que no es aceptada por Rusia, pero la jornada del domingo día 18 se reúnen a puerta cerrada, para más tarde, en unareunión del «Grupo de los 15» votar a mano alzada unánimemente a favor del proyecto de resolución 2328, que añade nuevas precisiones. ¿Por qué tanta urgencia? Porque esa resolución está relacionada con las detenciones arriba mencionadas.
Bashar Jaafari, representante de Siria ante la ONU lo confirma y da sus nombres en una rueda de prensa. “Oficiales extranjeros de inteligencia militar que estaban en Alepo Este con los terroristas son detenidos mientras estaban intentando salir de allí. Un turco, un estadounidense, un israelí, un qatarí, un jordano, un marroquí y seis saudís. Es por ello que hemos vivido escenas de histeria en el Consejo de Seguridad de la ONU, porque el objetivo principal era rescatar a estos agentes” Y no, ayudar al pueblo sirio.
Nadie hasta ahora, y han transcurrido casi dos semanas, ha desmentido esta información, que Mikel Ayestaran esconde, porque no es importante.
Pero más sorprendente es aún para comprender el contenido de la charla, su propia posición y su propia mirada a lo largo del tiempo. Y expongo, que el 28 de julio de 2010, poquito antes de las multitudinarias protestas contra Basher Al Assad, «porque su pueblo está más que harto de él», Mikel Ayestaran nos regala un pequeño reportaje, que es emitido en el canal vasco de televisión. Dicho reportaje lleva el siguiente titular: “Siria, ejemplo de convivencia entre chiís y sunís”. Entre otras cosas, expresa que «… a diferencia de lo que ocurre en el resto de la región, la buena convivencia entre sectas parece garantizada en este país». Para terminar observando que «Siria es un ejemplo de convivencia en una región marcada por las constantes guerras sectáreas”.
Esto no tendría especial relevancia si seguimos el discurso de este periodista, que actualmente tiene claro que la guerra tiene un importante componente religioso (entre suníes y chiíes), y tiene aún más claro que la vida en Siria era un desastre para la mayor parte de la población, razón por la cual comenzaron las manifestaciones pidiendo más libertad, más democracia, y más apertura.
Y la pregunta, viene por sí sola. ¿Alguien me puede explicar como un país que a mediados de 2010 representa casi un oasis (como deja constancia el propio periodista) en medio de una zona agrietada por todos lados, y de repente, unos meses después está inmerso dentro de una convulsión social que termina en seguida en una batalla campal?.
La respuesta no deja lugar a muchas dudas. Porque hay una intervención externa, con una inmensa ayuda militar y económica que hace posible que estallen las revueltas y, con ellas, el caos y la mayor de las tragedias.
Pero no. Tampoco aquí hay respuesta digna de tener en consideración. El silencio solo acompaña al discurso único que planea durante toda la charla. Todo comienza con los rebeldes, que ante la situación que viven, deciden salir a protestar. Y lo dice el mismo periodista que meses antes nos estaba hablando de un lugar al que acudía el turismo religioso en masa porque las cosas estaban muy bien. Es, cuando menos, sorprendente, por no utilizar otros términos.
Destruida la convivencia que había en pocos meses, se constata que los humanos somos así, nos gusta matar y guerrear y no perder el tiempo en tonterías como vivir la vida. Lo mismo sucedió en Panamá, Yugoslavia y enLibia. Pero no importa. Lo que importa es aquello que nos dicen todos los medios y Mikel Ayestaran, insistiendo en los rebeldes, seres idolatrados a los que pronto subirán a un altar.
Para terminar abro un interrogante manifestando que para comprender lo que está sucediendo en Siria es poco probable que atinemos si solo nos quedamos con la teoría de las primaveras árabes y las revoluciones de colores. Y por si fuera poco todo lo expuesto, insisto en que es fundamental considerar otras opciones y otros análisis (como las de Nazanin Aramanian) para comprender un poco más todo.
Deseo terminar haciendo una pregunta, aunque ya en mi exposición hay muchas que se pueden entender como tales, pero todas ellas, acaban sin respuesta alguna. Un vacío absoluto cubre mis palabras, y me quedo encogido, con ganas de salir de allí e incluso pensando que no debería haber ido.
Después de mi intervención, en el debate con el público no cambiaron mucho las tornas, y al hablar de la complejidad para saber qué está ocurriendo, nos hizo ver que información hay de sobra, que también hay material con teorías conspiranoicas, pero que hoy en día no hay censura. Eso, tampoco lo sabe… Casi me da un síncope y doy este resumen por terminado.
Aplausos, y cierta desorientación. La mayoría allí presente cree haber llenado el zurrón con noticias frescas y se va a casa comentando las mejoras jugadas.
Creo que la presión de cómo funciona el proceso de desinformación y la propagación informativa de un discurso único dificulta sobremanera cualquier posibilidad de ser bien escuchado y entendido. Tengo claro que yo no tengo la razón, y de que estoy incapacitado para llegar a comprender todo lo que sucede en el mundo. Pero creo que hay algo que ayer quedó huérfana, la información. El ponente no hizo mención alguna a todos mis interrogantes, y ni tan siquiera se alteró porque él mismo dijera que en Siria se vivía bastante bien, y al poco tiempo eso fuera un infierno.
A mí me cuesta enormemente comprender todo ello. Tengo mi propia opinión al respecto, pero yo no estoy aquí para meter el dedo en el ojo de nadie ni boicotear la labor de ninguna persona. Solo procuro dejar sobre la mesa información que creo se oculta deliberadamente (bien por ideología, bien por miedo a perder el trabajo, bien por presiones, bien por cualquier otra circunstancia). Es más, invito al propio periodista y a todas las personas que estuvieron allí a que puedan leer este artículo y cada uno de los enlaces que lo acompañan, y me hagan ver que mi postura está muy alejada de la realidad, o en su caso, que no me atengo a los hechos que han ido sucediendo.
Francia nos muestra ya su rostro, y lo que hasta ahora se hacía a escondidas, se desvela con la ingrata noticia de que va a bombardear Siria. Y como alumno aventajado de las políticas imperialistas al uso, lo justifica informándonos de que lo hace en defensa propia. La bárbara situación que está atravesando Oriente Próximo nos va estallar en nuestras propias manos, y lejos de tomar medidas para paliar tanto horror, los dirigentes europeos respaldarán acciones de este tipo, no ya para ayudar al pueblo sirio de ningún presidente, sino para atar en corto sus movimientos geoestratégicos que están siendo amenazados por la incógnita por la que atraviesan sus objetivos. Rusia es el único país capaz de detener esta ofensiva, pero sabe que tomar parte en él más activamente puede terminar desestabilizando aún más la región y sus propios intereses.
Atendiendo el caos y la masacre que está representando la huída de miles de refugiados de los campos de Jordania y Turquía, una acción política decidida para acabar con esta catarsis exigía la pronta reacción europea, pero lejos de optar por prestar la ayuda necesaria, un nuevo país se erige como Estado invasor, y agrede nuevamente la posibilidad de poder llegar a la paz. Es del todo irresponsable, suicida y corrupto, y creo que no hay forma más nítida de dejar constancia de que por encima de cualquier convenio con la solidaridad, la maquinaria bélica impulsando el neocolonialismo más extremo no solo prosigue, sino que se intensifica.
Photo by Joséluis Vázquez Domènech
Esta aniquilación programada para deshacerse del eje Irán – Siria – Rusia lleva tiempo produciéndose, y es del todo macabro asistir continuamente a los modos en que los intereses económicos son capaces de sostener los discursos más absurdos e incongruentes. Y los argumentos que se extienden a través de los medios de comunicación comienzan a parecerse a los cómics más delirantes que podamos imaginar. La gran Francia da un paso al frente, y su magnífica puesta en escena tras los atentados de Charlie Hebdo comienza a dar sus frutos.
¿Qué podemos hacer? Estamos en manos de una serie de impresentables que están negociando unos dividendos para unos pocos en contraposición a la muerte de miles de personas. No hay forma alguna de poder creer absolutamente nada de lo que nos puedan contar para hacernos ver que son necesarias éstas políticas tan denigrantes. Y puesto que solo me queda dirigirme a la gente común, no puedo más que trataros de convencer de que votar, en ésta Europa criminal, y participar de sus parlamentos y gobiernos (sea con el partido que sea), es seguir dando alas a un sistema que necesita su total descomposición. Ningún partido que apruebe su participación en la estructura política de la Unión Europea (aunque sea para decirnos que lucha contra su funcionamiento) me merece el más mínimo respeto. Solo será digno de tenerse en consideración quien sin complejos exija el inmediato desmantelamiento de ésta organización, de la OTAN, de todas y cada una de las bases militares, y la salida del euro. Todo lo demás es participar de la cruenta historia que se está escribiendo en estas latitudes que se han convertido en verdaderos estercoleros.