Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Reflexionando sobre todos los muertos

En el cementerio occidental

¿Alguien tiene alguna duda de lo que significa el capitalismo, y de esa comunión que se establece entre un mercado  que abre las puertas a la destrucción y el poder que lo permite? Está triunfando de un modo salvaje, y es el pueblo, desde su bárbara situación de pobreza y abandono quien lo catapulta a través de nuestras falsas democracias.

Pero esto no ocurre de la noche a la mañana. Los Estados Unidos de América llevan tiempo desestabilizando su continente, y lo ocurrido en Brasil es un nuevo golpe a la ciega conciencia occidental, que sigue sin vislumbrar lo que sucede y se lleva las manos a la cabeza porque otro impresentable llega para gobernar un nuevo país.

Y todo, sin maquillaje. Ya se han cargado a uno de los pilares del BRICS (el contrapeso del imperialismo salvaje), y la bolsa, claro está, lo celebra. Las acciones se compran y se venden jugueteando en medio de la Amazonia, y los banqueros se conmueven ante la avalancha de negocios que se avecina.

Todo comenzó con el golpe sobre Dilma Roussef. No hizo falta que lo efectuara un puñado de militares; basta con que cientos de políticos implicados en casos de corrupción se llevaran por delante a una de las políticas más honestas de América Latina.

A Brasil le espera un próspero futuro de desestabilización y desigualdad, por si antes ya no la hubiera en el país carioca. El neoliberalismo está jugando con fuego, y lo sabe, porque cree tener controlado a las poblaciones más vulnerables.

Pero olvida, como siempre, el factor sorpresa que esconde toda «revolución». Ésta, en ninguna de sus facetas, es posible que suceda en nuestra Europa, probablemente inmersa en una terrible ola de estupidez  y siguiendo a pies juntillas los dictados de una suicida Casa Blanca. Serán Rusia y China quienes den un golpe sobre la mesa (colaborando para acabar con el dólar como moneda de intercambio), y espero que lo hagan pronto antes de que el brazo armado de la injusticia les envuelva en alguna guerra.

Son momentos de desolación. Sobre todo porque ya venimos anunciando qué está sucediendo en nuestro querido mundo, y abruma, desazona brutalmente cuando gritas porque estás viendo el accidente, y todo el mundo va a mirar dónde está el ambulancia, en vez de reparar en las causas de todo acontecimiento.

Hay que acabar con Estados Unidos y su persistente demagogia, antes de que nos lleve a todos por delante. Ese cruento país al que todavía hay gente que lo llama democrático, y tiene bajo su yugo el futuro de media humanidad.

Atentos a la gran jugada que se está gestando con la marcha de inmigrantes hondureños, que llegará a las puertas de la frontera republicana justo un instante antes de las próximas elecciones, como por arte de magia, colocando a  Trump contra las cuerdas. Al vellocino de oro y al nuevo presidente mexicano (López Obrador), que también recibirá su tacita envenenada, precisamente cuando se dispone a virar sus políticas contra el orden hegemónico anterior.

El futuro se presenta con una hemorragia interna digna de estudio. Los amantes de las guerras no ceden, y son capaces de esperar los años que hagan falta. Los Clinton andan de celebración. Pero hay otro que también, el maquillado y esquivo Barack Obama, que hoy, más que nunca, está pensando salir corriendo en ayuda de los migrantes, esos mismos, lean bien, esos mismos que él dinamitó en su propio país, mediante un golpe de estado de guante blanco que propició en Honduras, como quien no quiere la cosa, el 28 de octubre de 2009 contra Manuel Zelaya.

Lo que cambian las cosas según quien las cuente verdad! Razones no nos hacen falta desde luego para quemar todas las rotativas. ¿Nadie se pregunta cómo es posible que hostiguen sin parar a Maduro porque cientos de venezolanos cruzaron la frontera, y ni se habla de lo que acontece en Honduras (y por qué) desde fecha tan señalada? Lógico, el desastre hondureño forma parte de la cruzada del imperialismo y no se debe hablar de ello. Y se habla tan poco que muchos son quienes leen en este preciso instante que Honduras, Paraguay y Brasil ha sufrido en 10 años lo que muchos empiezan a denominar «neogolpes de estado» (derrocamientos en medio de la niebla).

Photo by joséluis vázquez domènech

Así es, ya no prevalecen los disparos sino políticos, periodistas y juristas que ni se ruborizan aunque les pillen con las manos en la masa. España está asistiendo a un deleznable capítulo caracterizado por un elemento trascendental; nadie parece estar capacitado para poder determinar sin tapujos que el Tribunal Supremo, El Consejo General del Poder Judicial, El PP, El PSOE, la Monarquía y casi todos los medios de comunicación deberían estar condenados, por atentar contra el bien común y permítanme, por liquidar una democracia que, probablemente, ni ha existido.

¿Qué más tiene que suceder para que tomemos la determinación de acabar con todos estos poderes? Ya nada, porque estamos sumidos en una acomodaticia filosofía política donde lo que impera es la indignación en masa, y nunca la capacidad crítica y el verdadero interés universal. De ese modo van surgiendo neorevueltas de pandereta que no inciden en la raíz de ningún problema, y que solo ayudan a visibilizar la aparente sed de venganza que la ciudadanía lleva dentro, sin que en ningún caso pueda llegarse a derribar muro alguno.

Veamos un ejemplo; miles no, millones han sido quienes han contribuído altruistamente a consolidar ésta teoría afirmando sin complejos: «lo de Arabia Saudita no tiene nombre, no se cumplen los derechos humanos (como si Estados Unidos y Europa los cumplieran), asesinan a un periodista sin escrúpulos y es increible que no se rompan relaciones con ese país». Madre mía, por decir algo, ¿dónde estabais queridos compañeros de batalla cuando el mismo país ha destrozado y segado la vida de millones de personas en Siria o en Yemen? ¿Dónde?

La respuesta es sencilla, envenenándose viendo la televisión o en las redes sociales increpando al objetivo de turno. Cada cierto tiempo hay uno, y normalmente, viene con defecto de fábrica…

¿Dónde está el mundo mientras Estados Unidos persiste en su guerra eterna en Siria? Todo el mundo desolado ante la imparable llegada de inmigrantes. O lo que es peor, comentando alguna jugada maestra que sobre Putin o Rusia ha identificado «El País», o conmocionado ante el último documento de periodismo emocional testado por «La Sexta», o escuchando el último vídeo pedagógico del incombustible Gabilondo haciéndonos ver que nos es el momento para derrocar a la Monarquía.

La OTAN realiza estos días las mayores maniobras desplegando en las fronteras bálticas todo su arsenal intimidatorio, como ya sabemos a estas alturas, para detener el avance imparable de los hackers del este, que están desestabilizando el mundo con una oleada de ataques sin parangón!

Mientras los acontecimientos más salvajes se nos ocultan, una nueva pedagogía informativa del hedor se ha extendido sin complejos, y como moscas, los individuos de la modernidad tecnológica olfatean la sangre derramada, pero olvidándose por completo de todos los muertos, de todos esos muertos que cada día dejan en la cuneta nuestros gobernantes, con nuestras leyes, nuestras maniobras, nuestros lazos comerciales y nuestras vomitivas  alianzas institucionales!

¡Que viva el rey!

OTAN no, bases fuera.

Colaboración para Iniciativa Debate


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La Guerra Mediática (II)

Meryl Streep / Oliver Stone

Pocas son a estas alturas las personas que desconocen el protagonismo que se le ha adjudicado este año a la oscarizada Meryl Streep. A su ya aclamado discurso (millones de visitas en YouTube) contra Donald Trump, del que ya escribí dejando constancia de mis impresiones,  hay que sumarle el «homenaje» (para no perderse) que se le rindió en la entrega de premios de los oscars, donde ella, fiel a su trabajo como actriz, interpreta a la perfección el papel más estúpido y esclavo de todos en los que ha participado.  Puesta en pie y sonriente, el ala demócrata de la Casa Blanca y el ala de sumisión de la industria cinematográfica la aplaudieron incondicionalmente, por su pugna contra el malvado presidente defendiendo los derechos de vete tu a saber qué sectores de la población…

Cuando un vídeo o un mensaje se hace viral, tenemos tres opciones, o es una solemne declaración de amor y emoción hacia alguien (bien puede ser una persona o un pato cruzando la carretera), o forma parte de la propaganda, o es una de esas excepciones que no ha podido controlar el poder. En el caso que nos ocupa, no cabe duda de que la segunda opción gana por goleada. Y es una de esas obras que sostienen con total impunidad la más grotesca de las mentiras apoyando el discurso único, lo cual nos viene a decir que su recorrido va a ser universal y no va a haber quien lo detenga. 

Ante situaciones de este calado viene bien (siempre) preguntarse por qué está sucediendo. Su respuesta nos dará muchísima información, más válida que la información junta de todos los medios oficiales de comunicación.

¿Cómo puedo llegar a ésta conclusión?. Hay dos variantes que tengo en cuenta. Por un lado, mi experiencia, después de haber visto la misma puesta en escena en infinidad de situaciones similares. Lógicamente, acepto que ésta hipótesis no tenga muchos adeptos. Por otro lado, la búsqueda incesante de contra-información para ser capaz de comparar y sacar mis propias conclusiones.

Por tanto, por si lo anteriormente expuesto no convence, aquí os dejo parte del discurso ofrecido por Oliver Stone (2.800 visitas), poco después, en la gala de los premios para guionistas (Writers Guild Awards 2017). Este vídeo no lo ha visto ni el caco, y lógicamente, aún no está ni traducido. No será motivo de conversación, y pasará completamente desapercibido. Claro está, vamos a escuchar sus palabras y, del mismo modo, preguntarnos por qué puede estar oculto un speech donde se combate, y esta vez sí, la política de los Estados Unidos de América. Para ello dejo la traducción que ha tenido a bien ofrecerme una amiga.

Oliver Stone – Google Images

«Ya acabo, pero seria una negligencia por mi parte llegar al final de esta corta visita a Hollywood sin recordaros , especialmente a vosotros jóvenes jinetes, que podéis ser críticos a vuestro gobierno y a vuestra sociedad. No tenéis que encajar en la moda actual de sacar fotos a republicanos y Trump y todo eso, y evitar a los Obama y a los Clinton. Recordad esto, las 13 guerras que hemos comenzado en los últimos 30 años, los 14 trillones de dólares gastados y los cientos de miles de vidas que han perecido en la tierra… Recordad que no fue un líder, sino el sistema: demócratas y republicanos. Y llamadlo como queráis; la industria militar, la seguridad, el dinero y la prensa están en un sistema que ha sido diseñado, aún mejor, ha sido perpetuado bajo la apariencia de que estas guerras están justificadas en el nombre de nuestra bandera que ondea tan orgullosa sobre nuestras vidas.

Nuestro país se ha vuelto mas próspero para muchos, pero en el nombre de esa riqueza no podemos justificar nuestro sistema como el centro de los valores mundiales cuando continuamos creando guerras y caos en el mundo.

(Aplausos del publico) Gracias.

Sin hablar de las victimas, sabemos que hemos intervenido en mas de 100 países con invasiones, cambios de régimen, caos económico o el poder suave de la guerra híbrida Lo llaméis como lo llaméis son guerras que al final se han convertido en parte del sistema, que lleva la muerte de este planeta y la extinción de todos nosotros!

He peleado contra esta gente que practica la guerra la mayor parte de mi vida, es un juego agotador y te darán por culo, y aun con todas las críticas e insultos que recibirás, la adulación también, es importante recordar que si crees en lo que dices y te mantienes en ello puedes crear una diferencia.

Os ruego, os ruego que encontréis la manera de estar solos, escuchad vuestros silencios…, no siempre en las salas de los escritores, e intentar encontrar…, no lo que la mayoría quiere y que os dará la fama…., intentad buscar el verdadero sentido de vuestra vida, aquí en la tierra y nunca os rindáis en vuestros corazones, en vuestra lucha por la paz, la decencia y por decir la verdad.

Gracias.»

Ni que decir tiene que Oliver Stone lleva tiempo censurado, apartado del favor de la industria y ninguneado por la prensa. Basta con recordar que su última producción, un documental sobre Ucrania, ha sido ocultado y ha habido intentos para no distribuirlo. Difícilmente lo verás en una sala de cine comercial, pero meses después de su estreno ya lo tenemos entre nosotros subtitulado. 

Ahora si, juzguen ustedes, y anoten…, por donde van los tiros en esta guerra mediática.

No a las Guerras, no a la OTAN, no a las Bases Militares

Colaboración para Iniciativa Debate