Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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James Rhodes

ContraCorriente:

‘Instrumental. Memorias de música, medicina y locura’

Hay personas que te hacen pensar, hasta dudar de tus propias incertidumbres. Y son capaces de poner sobre la mesa el signo de la tragedia hecha hombre y dolor. Y con una valentía inaudita removerse sobre los fangos de este mundo para mostrar el testimonio de su propia vida y los efectos de tanta corrosión. Como decía…, hay personas.

James Rhodes no nació en la idílica isla griega, sino en Londres, y desde los seis años sufrió abusos sexuales por parte de su profesor de gimnasia. Le siguieron hospitales psiquiátricos, adicción a las drogas, al sexo y al alcohol, varios intentos de suicidio y la pérdida de la custodia de su hijo.

Lo ha contado todo en su libro autobiográfico ‘Instrumental. Memorias de música, medicina y locura’. Imagino que la necesidad imperiosa de expresarlo todo y terminar de mostrar cada herida hasta desangrarse por completo le ha llevado a ello. Aunque en el camino se ha topado con un inesperado pleito interpuesto por su ex-mujer, que le demandó porque las confesiones que muestra podían hacer un daño irreparable al hijo que ambos tienen. 

Gracias al apoyo de algunos amigos, y al terrible endeudamiento que todo el proceso le ha acarreado, ha conseguido salir airoso de la contienda.  Finalmente, el Tribunal Supremo ha autorizado la publicación de su «vía crucis». La sentencia decía así: “Una persona que ha sufrido del modo en que el apelante ha sufrido y que ha luchado para hacer frente a las consecuencias de su sufrimiento de la forma en que él ha luchado tiene derecho a hablarle al mundo sobre todo ello”.

El detonante de su decisión, o lo que bien podría ser la razón de su salvación, ha sido la música. El descubrimiento de Bach, Beethoven, Chopin, Schubert, Brahms, Ravel, Mozart, Rachmáninov, Prokófiev, Liszt, o Scriabin, ha sido su verdadera terapia, sin la cual confiesa no habría sobrevivido. Ya desde los siete años la música clásica fue su refugio. Frente al dolor, Bach era su bálsamo.

Hoy es concertista de piano. Eso sí, un extraño concertista con ánimos de gritarte al oído cómo debes de asomarte a la música. Es explícito desde las primeras páginas de su libro: “No dejes que unos pocos imbéciles vetustos y endogámicos impongan cómo debe presentarse esta música inmortal, increíblemente maravillosa”.

Se trata de hacer frente a la locura. Y para ello no necesita vestirse de frac frente al piano. Ni hacerse el lánguido en cada sesión, ni humillarse ante el irrespetable público que en su mayoría solo entiende de soflamas burguesas. Le vale con una camiseta, unos vaqueros y el horrible dolor que lleva dentro.

Salir airoso de la autodestrucción es también un poema de amor. Y yo abrazo todos y cada uno de sus versos, aunque no rimen. Y celebro su disco en directo «Jimmy», que ha pasado a ser la primera grabación de música clásica en la que aparece esa inquietante pegatina que tanta gracia tiene… ‘Advertencia para padres: contenido explícito’.

  • Nº de páginas: 280 págs
  • Editorial: BLACKIE BOOKS
  • ISBN: 9788416290437
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Heridas

Breves:

¿Se debe saber «herir», también a quien se ama? Infligir ese dolor necesario no es un mal de por si, ya que a veces es irremediable tener que enfrentarse a un destino esquivo. Todos no sufrimos por igual, pero todos reaccionamos ante un elemento extraño que nos advierte, que nos aclimata. El daño es un vendaje que cubre todas las heridas, y que nos educa para reinterpretar las consecuencias.  Ausentarse de él es no saber traducir la vida. 

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

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Incendio

Mi Photosfera:

Pienso en los reporteros de guerra, y en el dolor que ha de habitar en aquel que está en todos los frentes, haciéndonos llegar las más duras de las imágenes, contemplando impotente cómo se incendia la vida. Ayer las llamas se volcaron cerca de casa, y es dificil explicar qué haces ahí, enfocando la tragedia…

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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Regina José Galindo

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

Arte como comprensión – y reacción-  ante el mundo. Estamos vivos si somos capaces de dar respuesta incluso a la violencia. «O nos dejamos llevar o tenemos resistencia y salimos adelante». Parte del trabajo de una artista guatemalteca, peleando por la vida desde el fango de una realidad vertebrada por el dolor. Metáfora del sufrimiento y la injusticia social.

 


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Árida involución

(Los erizos y nosotros)

Cuando los animales se sienten amenazados el complejo sistema de supervivencia se activa ante la percepción de cualquier peligro (hay una auto regulación que ha de posibilitarla). En primera instancia la reacción más común es alejarse del contratiempo, pero si la amenza persiste, se evalúan las posibilidades de éxito ante una probable lucha.

Hace unos días me encontré con un erizo. Un pequeño animal con púas, distribuídas dorsalmente,  que descansan en la capa más profunda de grasa en el tejido subcutáneo. Bajo esta capa están los poderosos músculos orbiculares que le permiten enrrollarse como una verdadera bola cuando siente el riesgo. Su único mecanismo de defensa debió entenderlo así cuando me aproximé a él.

No había por mi parte intención alguna de acudir a combate alguno. Pero el pequeño mamífero no necesitó ni cinco segundos para esconderse en su fortaleza. No había mucho que meditar. El proceso evolutivo deja constancia en los genes del paso del tiempo y de todos los avatares. La reacción fue  inminente. No dió un paso de más y quedó quieto todo el tiempo necesario hasta advertir que lejos estaba la sombra que intuía. Podías moverlo y descubrir el envoltorio con el que se revestía. Ante cualquier gesto o movimiento no avanzaba, hacia ningún lado. La decisión era clara y concisa. Hasta que aquellos ciento ochenta centímetros dejaran de incordiarle, quedaría a merced de su suerte, y de mi empatía. (Hay otras gentes  que gustan de su carne).

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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Mi cámara hizo dos fotos. No le gustó el flash y se encogió aún más. Mientras lo observaba pensé que tenía suerte. No por mi bondad, que la doy por hecha entre millones de personas, sino por su rapidez en la toma de decisiones. Los resultados asi lo avalan; un resorte o detonador se dispara cuando algo no va bien, y se toman las medidas pertinentes para seguir el rastro de la vida, y para defenderse en ella.

¿Pero a nosotros, qué mecanismos nos permiten defendernos? ¿Cómo podemos liberarnos de todas las batallas? Quise apropiarme de esa capacidad resolutiva, y de rociarme con ella antes de prender fuego a mis reflexiones. Y me quedé pequeño y me vinieron a la mente miles de personas palestinas y ucranianas, también miles de personas desahuciadas, violadas, castigadas, humilladas, lastradas, mutiladas, hambrientas…, y sí, también asesinadas. Millones de seres humanos damnificados sin que evolución alguna otorgue ningún ingenio para defendernos de la barbarie y del dolor.

Infinidad de situaciones acechan y castigan nuestra mente sin rubor. Hemos de responder con éxito, no sucumbir y permanecer indemnes respondiendo con brillantez a cada amenza. Pero me temo que estamos rodeados de ellas, y que nos quedan cada vez menos fuerzas, cada vez menos ganas, y cada vez menos púas.

Me dormí soñando ser un erizo y maldiciendo al ser humano. Quizás fuera el calor, quizás mi latente indefensión.

Al despertar quise descubrir en mi interior algún artefacto o dispositivo para paliar el temor, el desasosiego y la obstrucción. Sentí que nuestra capacidad para herirnos es inmensa, y que alguna mutación se había desviado del camino.

La alarma siempre esta ahí, y lo peor de todo es que en el caso de los hombres los más débiles nunca tendrán posibilidad de luchar, ni de subirse a muro alguno para protegerse de las balas. Cuando decidir es una cuestión de ir a socorrer a tu hermano o dejar atrás tu hogar y huir, estamos destrozando el progreso de miles de años y, con ello, la historia de la humanidad. Cuando no existe la más mínima posibilidad de luchar para repeler los ataques, podemos considerar que la involución es el poso del capitalismo, y su consecuencia, la verguenza de nuestra especie.

Quién pudiera ser erizo en Gaza o en Donetsk, hacerse bola, y refugiarse en su escudo anti-invasor!

Colaboración para Iniciativa Debate

 

 


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Nymph()maniac: Volumen I y II

¿No sabes que hacer éste fin de semana? Te invito al cine

Nymphomaniac Completo

Lars Von Trier tiene la osadía de posicionarnos frente a una ninfómana, pero para hablarnos de amor, y de sexo mutilado. Contrariamente a lo que nos vendieron, resulta imposible sentir satisfacción alguna viendo esta película. Desde luego, ninguna satisfacción erótica o sexual, porque desde el principio todo el discurso está dirigido a interpelarnos sobre nuestros modos de ver y sentir, y a urgar en las grietas de los protagonistas. Me temo que una de las claves es la lucha que mantiene el director por hacernos partícipes de una sociedad obsesionada con el amor, pero depositando en ella aspectos que en innumerables ocasiones ocultamos. «El amor apela a nuestros instintos más bajos. Con el erotismo, solo hay que decir que sí». La adicción por deseo y no por necesidad, nos traslada también a un universo donde el individuo moderno está colapsado de él, y en su nombre, rastrea los bajos fondos permeable a las carencias emocionales. La narración tiene fuerza y con maestría nos va dejando en manos del protagonista, para mirarnos frente al espejo interrogándonos sobre el bien y el mal, sobre la soledad y la libertad. Perturbador y desasosegante, estamos ante una nueva entrega con el sello indiscutible de un gran realizador. Ante una historia donde el sexo no se representa a través del placer, sino desde la obsesión, el dolor y el sufrimiento.

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http://www.pelispedia.tv/pelicula/nymphomaniac-vol-i/

http://www.pelispedia.tv/pelicula/nymphomaniac-vol-ii/

Título original, Nymphomaniac. Volume I / Nymphomaniac (1), Nymphomaniac. Volume II / Nymphomaniac (2)
Año, 2013
Duración, 117 min. + 124 min.
País,  Dinamarca
Director, Lars von Trier
Guión, Lars von Trier
Música, Varios
Fotografía, Manuel Alberto Claro
Reparto, Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgård, Stacy Martin, Shia LaBeouf, Connie Nielsen, Christian Slater, Nicolas Bro, Jesper Christensen, Uma Thurman, Caroline Goodall, Kate Ashfield, Saskia Reeves, Jens Albinus, Sophie Kennedy Clark, Mia Goth, Omar Shargawi, Severin von Hoensbroech
Productora, Coproducción Dinamarca-Alemania-Francia-Bélgica; Zentropa Entertainments
Género, Drama
Web Oficial, http://www.magpictures.com/nymphomaniac/
Sinopsis
Historia de una ninfómana contada por ella misma. Una fría noche invernal, un viejo solterón (Stellan Skarsgård) encuentra en un callejón a una joven (Charlotte Gainsbourg) herida y casi inconsciente. Después de recogerla y cuidarla, siente curiosidad por saber cómo pudo haber llegado esa mujer a semejante situación; escucha atentamente el relato que ella hace de su vida, una vida llena de conflictos y turbias relaciones. Para su estreno comercial se dividirá en dos partes. Hay una versión completa de cinco horas y media que sólo se verá en ciertos actos culturales.
Premios
             2014: Festival de Berlín: Sección oficial fuera de concurso (versión extendida)
      

 

 


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¿Qué estamos haciendo?

Україна

Es duro comprobar una y otra vez que vivimos inmersos en la catástrofe de la individualidad más retrógrada e insolente. Nuevamente en Europa, a las puertas del hogar, una nueva guerra está atropellando los más básicos fundamentos de la dignidad y los derechos humanos. Desde Estrasburgo, desde Estados Unidos, y desde esa capital llamada Bruselas y a la que tantos partidos desean acudir a proclamar la inutilidad fundada de nuestros sueños, han lanzado una nueva ofensiva para asegurarse lo que vulgarmente llaman mercado, y lo que una muerte sesgada por sus bombas ya no podrá nombrar jamás. Los acontecimientos que están sucediendo desde aquél fatídico primer día en que un diplomático comenzó a hacer «negocios» se resuelven en miles de crímenes; aniquilamientos respaldados por nuestros políticos endemoniados. Ucrania se desangra en el patio de nuestra casa y desde la terraza ni tan siquiera observamos, solo asistimos a la vergüenza espantosa de nuestras vidas, enfundadas en indignaciones superficiales encorsetadas en los escaparates de unas redes sociales plañideras, propias de colectividades  que encuentran en la comunidad el respaldo a sus débiles aportaciones. Europa vomita sangre, y nosotros nos creemos unos insurgentes, porque acabamos de descubrir que la república es hipster.

Más allá de la tristeza y el dolor… ¿Dónde vamos a depositar todas estas lágrimas?

publicado en Iniciativa Debate