Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.
¿No sabes qué hacer este fin de semana? Te invito al cine
El hombre elefante
Elephant man (Google Images)
Joseph Merrick, y su sensibilidad y esos sollozos que provienen del interior de un hombre cuyo cuerpo es su cárcel. La bondad y la inocencia frente a una repulsiva sociedad, diseccionada por la mirada de un médico que atiende con compasión la angustia ante sus ojos. Un film memorable, donde David Lynch contrapone el incesante deseo de ser respetado y amado ante la implacable y cruel realidad de ese Londres de la época victoriana, de la monstruosidad frente a lo desconocido.
A finales del siglo XIX, el doctor Frederick Treves descubre en un circo a un hombre llamado John Merrick. Se trata de un ciudadano británico con la cabeza monstruosamente deformada, que vive en una situación de constante humillación y sufrimiento al ser exhibido diariamente como una atracción de feria.