Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Desesperadamente

Propuestas para la vida

01- André Comte-Sponville

Suele ser recurrente que cuando se hacen análisis o valoraciones sobre la situación social, política o anímica (y quien las hace plantea o describe un universo muy poco deslumbrante) que después se le exijan soluciones para poder solventar semejante discurso.

Bien, procuraré con tiempo y pausada letra dejar sobre el tablero algunas consideraciones, lo que viene a significar que propondré ciertos movimientos que creo estaría bien realizar, para así llegar a un horizonte más amplio si cabe.

Movimiento número 1; ya hicimos mención en una entrada anterior a las consecuencias de seguir la estela de Platón. Hoy no queda más remedio que ser más contundente. 

André Comte-Sponville nos dice que hay placer y hay alegría todas las veces que Platón se equivoca. En pocas palabras, nos anima a que tengamos una enorme motivación para no ser platónicos o resistirnos a sus garras. La cosa promete, y lo que viene a decirnos mayormente es que cuando decidimos dar un paseo, el placer consiste en estar donde deseamos estar y no en desear estar a mil kilómetros de distancia soñando bajo una palmera.

Concretamos. Haz un esfuerzo por desear lo que no te falta, porque el camino para conseguir cierto bienestar está sencillamente en gozar y alegrarse de aquello que puedes y tienes. Deja de idealizar y deja de esperar, porque ´esperar es desear sin gozar, sin saber y sin poder´.

Spinoza da buena cuenta de ello, «cuanto más nos esforzamos en vivir dirigidos por la razón, tanto mayores esfuerzos hacemos para no depender de la esperanza».

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Quienes lo estén pasando mal me dirán, y con razón…, «pues vaya, así que yo estoy de capa caída y no puedo tener la esperanza de estar mejor». Podríamos matizar que sí, siempre y cuando el deseo formara parte de nuestra acción. En cierto modo, deberíamos aprender a desear lo que sí depende de nosotros, y es ahí donde entra en juego la voluntad. Séneca lo confirma en una línea sorprendente: «Cuando hayas desaprendido a esperar, te enseñaré a querer»…

Si te enseñan a querer, lo que realmente están haciendo es mostrarte el camino de cómo actuar, porque querer y hacer vienen a ser la misma cosa. Y cuando uno hace, no espera!

Termino con una reflexión de André Comte-Sponville para cerrar el círculo por hoy: ¿Cual es la diferencia entre la esperanza y la voluntad? En ambos casos hay deseo. Pero la esperanza es un deseo que se refiere a lo que no depende de nosotros; y la voluntad es un deseo que se refiere a lo que sí depende de nosotros.

Las cosas así, conviene avanzar des-esperadamente!

Lectura Recomendada: La Felicidad, desesperadamente, André Comte-Sponville, Ediciones Paidós 

 

 


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Filosofía

Breves:

(Amor por la sabiduría)

No se trata de un titular romántico, créanme. Es el verdadero significado del término filosofía. Y si lo pensamos bien, parece del todo lógico que los gobernantes, los tiranos, los déspotas y nuestros representantes (que casi viene a ser lo mismo), no deseen permitir que el conocimiento se expanda, no vaya a ser que con un poco de lectura coincidamos la inmensa mayoría en que por no existir, no existe ni la democracia.

En Grecia y Roma era habitual, antes de que Constantino abrazara la fe cristiana y diera carta libre a la expansión de la iglesia, que la aristocracia emprendiera la tarea de abrazar la causa de los pensadores con los hombres de acción (los políticos), de tal modo que era muy común que muchos ciudadanos se «comprometieran» con una ideología particular y decidieran llevarla adelante en su vida privada. Y era muy común que en los estamentos del poder, una familia o un grupo determinado acogiera bajo su servicio a un pensador, a alguien que teorizaba y reflexionaba sobre la vida y que desarrollaba con rigor cualquier tipo de doctrina.

Estos pensadores eran los filósofos y estaban próximos, por tanto, a las reformulaciones políticas y a la diversificación de diferentes propuestas de vida. Actualmente la Filosofía es desterrada del campo de acción política y, peor aún, hasta del ámbito de la Educación. Su incidencia en la vida cotidiana de los sujetos es ínfima, y su vertebración en la vida política queda arrinconada, excepto cuando se trata de universalizar y globalizar el pensamiento común de esa vulgar filosofía que no ha hecho más que situarnos frente al alma, frente al sufrimiento, frente al dolor, y en suma, frente al estigma del miedo y la llegada de la muerte.

No habrá verdadera revolución a menos que se abra el campo de acción de las diferentes filosofías y podamos llegar a comprender y retener que somos cuerpo, que somos rebeldes, y que estamos dispuestos a ser felices.

(como mostraba Epicuro, dejemos de rendir tributo a los fantasmas platónicos, y nos irá mejor en la vida…, y en la muerte. Desmárcate)

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

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