Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Conferencia Civivox San Jorge

Lunes, 27 abril, 19’00

Civivox, San Jorge, Iruña, Pamplona

Comunicación y exceso de información (presentación)

http://pamplonaactual.com/comienza-el-ciclo-sobre-comunicacion-y-exceso-de-informacion-con-una-conferencia-en-civivox-san-jorge/

Parece del todo acertada esa reflexión que viene a decir que estar bien informados cansa. Y ese cansarse, ese esforzarse, es el precio que hemos de pagar todos si queremos participar de forma activa y acertada en nuestra sociedad.

De nosotros depende ser capaces de responder ante un sistema que nos atosiga, y que nos convence día a día de que la comunicación y la información están ahí, y no tenemos más que recibirla con los brazos abiertos. Pero esa presencia, sobre todo a través de los medios y las redes sociales, se ha convertido en un vuelco de declaraciones que estamos obligados a atenuar, a refinar, y a redirigir a través de una plena conciencia de nuestros actos.

El Roto

El Roto

Es responsabilidad nuestra hacer un buen uso de nuestro disco duro y de almacenar con criterio para poder resolver el dilema de la abundancia.

Si reflexionamos sobre el modelo de vida que hemos elegido, nos aproximaremos mejor para evaluar qué instrumentos serán necesarios y determinantes para nuestra tarea. Y, sin duda, uno de ellos será contrarrestar la devaluación del lenguaje, y hacer lo posible para que éste vuelva a ser patrimonio de nuestra conducta.

Tal y como señalaba Ernst Jünger: «La decadencia del lenguaje no es tanto una enfermedad cuanto un síntoma. Se estanca el agua de la vida. La palabra tiene todavía significación, pero no sentido. Es cada vez más desplazada por las cifras. Es incapaz de poesía, ineficaz para la oración. Los placeres groseros sustituyen a los del espíritu».

Hemos de comenzar por tanto por educarnos en el buen uso del lenguaje, y esa pauta será fundamental para que podamos filtrar no solo toda la información, sino también nuestra forma de exponernos ante ella.

No hay mayor habilidad que aquella que permite gestionar con eficacia el buen uso del lenguaje».