Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Zoe Konstantopoulou

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

Discurso de la presidenta del Parlamento griego

Me gustaría recordar a mucha gente que se erigió en árbitro de la paridad y de la lucha por la presencia de la mujer en la política, que en sus filas («Podemos», por citar un partido) ya han dado muestra de lo que puede llegar a suceder al respecto, y un claro ejemplo lo tenemos en sus candidaturas de las próximas elecciones. Criticar como se hizo a Syriza, sin saber muy bien qué mujeres hay en sus filas, y qué cargos ostentan, fue un emplazamiento fácil y una llamada de atención poco decorosa.

Invito a quien proceda a que cuando una mujer política en España, con un cargo de éstas características sea capaz de ofrecer un discurso semejante, nos lo haga saber. Y entonces, y sólo entonces, hablamos sobre la «nula existencia y participación de la mujer en Syriza».

http://cadtm.org/Discurso-de-la-presidente-del

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http://cadtm.org/4-de-abril-2015-Jornada-historica

«Señores y señoras, agradecemos su presencia en este acontecimiento, de hoy 4 de abril, que es de importancia histórica y señala el comienzo del reembolso de una verdadera deuda: la de decir la verdad y de rendir cuentas ante el pueblo y la sociedad griega sobre cómo esa deuda fue creada e inflada, deuda que permanece suspendida sobre la cabeza de la ciudadanía y de las jóvenes generaciones. La deuda pública es utilizada como un instrumento de chantaje y de dominación, como medio de sumisión, bajo unas condiciones que no tienen nada que ver con uno de los objetivos de los estatutos europeos: el de garantizar la prosperidad de los pueblos y de las sociedades. Unas condiciones que en lugar de asegurar los principios ecuménicos de democracia, igualdad, equidad, respeto a los derechos humanos y a las libertades, así como al progreso social, producen el encogimiento de los espacios democráticos, discriminaciones, exclusiones, miseria y crisis humanitaria».


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El valor del respeto

Hay quien creyendo buscar un digno comportamiento, considera incluso un valor el respeto hacia todas las personas y todas las instituciones. Pero olvida que dicha actitud puede convertirse en una perversa manifestación de la sumisión, e incluso en un atropello del derecho a la reivindicación de la libertad.

(A veces, hay que acudir allí donde nos doblegan, y dejar constancia de que para ser respetado se debe tener un mínimo sentido del deber. Y aquí simbolizo, a las puertas de su casa, el menosprecio absoluto con que nos trata el Parlamento Europeo).

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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@socioamores