Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Fe y respeto

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

«Si, la fe trasciende la razón, como un criminal trasciende la ley… Y huye de la razón porque ésta amenaza su cómoda burbuja de la ilusión».  Son algunas de las perlas de Pat Condell, cansado de que cada vez que nos hablan de religión, no podamos poner en entredicho todas las trampas con las que nos intimidan en nombre de la fe. Yo estoy con él, entre otras cosas, porque el respeto ni ha de ser universal ni popular, precisamente porque lo que no podemos es soportar miles de infamias, injusticias e injurias a las que nos someten toda clase de  instituciones o «personalidades» que deberían estar enterradas en las orillas del olvido.