Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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La Guerra Mediática (VI)

La parcialidad informativa

Si de algo adolece nuestro «sistema democrático» es de uno de sus principales pilares, es decir, de la efectividad de ese cuarto poder que debería servir de control y lo único que hace es respaldarle en sus impertinencias.

Junto a los principios del derecho y los designios de la moral los periodistas se deben a la deontología profesional, resultando de todo ello una serie de normas o principios con los que regular su actividad que no es otra que la de informar con objetividad y neutralidad.

Al no haber jueces que impongan el buen hacer de esa actividad, con el tiempo no solo se ha devaluado, sino que se ha erigido en el verdugo perfecto de quien desea ejercer su dominio en nuestra sociedad. Los medios de comunicación en general no solo no cumplen con los requisitos a los que supuestamente se deben, sino que además imponen barreras para que su profesión no la pueda vestir de gala quien pretenda con otros procedimientos trabajar.

La insolencia es abrumadoramente ejemplar. Y son tantos y tan bien respaldada está la profesionalización de la estafa, que el engranaje funciona de un modo certero y difícil de desmembrar. 

Últimamente andan sobrados de un jocoso anti comunismo de lo más vulgar,  y Putin es el centro de sus dianas. Todo lo que procede de Rusia o habita dentro de sus fronteras lo convierten en un golpe de efecto ejemplar, y ay! de quien procure defenderlos o simplemente querer matizar. Que la homofobia está presente en su sociedad, el lobby gay respaldado por las finanzas le asesta un golpe en el año de su olimpiada. Que se crea una nueva ley sobre la violencia doméstica, se le impone un castigo difamando hasta lo que no está escrito en su constitución. No importa que la gran Alemania hasta el año 1994 haya impuesto una férrea y vergonzosa «disciplina» hacia los homosexuales, condenándolos con el infausto artículo 175 de su Código Penal, lo importante y noticioso es que ahora les van a indemnizar. Es intrascendente que Arabia Saudí incumpla una y otra vez toda la carta de los Derechos Humanos, y trate a las mujeres y la homosexualidad como solo un jeque absoluto lo puede hacer, lo importante es que se respalden las políticas económicas y bélicas con un socio de armas tomar. Y tampoco resulta significativo que nos vayamos de excursión a Qatar con las pruebas de automovilismo o con cualquier otro torneo deportivo de millonarias audiencias, aunque dentro de sus fronteras ocurran los actos más detestables que cualquier sociedad pudiera tolerar. 

Por una suculenta cantidad de dinero para el grupo privilegiado y por un poco de calderilla para el trabajador de a pie, se le ha olvidado a medio mundo (de quienes trabajan en los medios de información) que medir con el mismo rasero es una regla esencial que no deberíamos olvidar. Pero la balanza está tan escorada hacia un lado que hasta algunos parlamentos y congresos están dictando leyes para frenar la «propaganda rusa» , que al parecer está inoculando veneno allá por donde va.

En cuatro de cada diez países del mundo ser homosexual es un delito castigado con la cárcel e incluso con la muerte, pero el ser más impresentable de la tierra ha de  ser ruso, porque así lo demanda la geoestrategia, y allá que van, acorazados con sus acreditaciones periodísticas regaladas en su primera comunión a la caza de la noticia que hay que difundir. Y lo más tragicómico lo vi hace poco en un festival de cine y artes escénicas LGTB, que tuvo a bien difundir un spot de Amnistía Internacional (casualidad) y seguramente respaldado por el grupo de presión de turno poniendo cara a Putin y siguiendo con el hostigamiento al enemigo declarado. No se les ocurrió hacer un anuncio que luche contra la homofobia en todo el mundo, o proponer algún guión transversal que fuera válido para su causa criticando la misma actitud en un estado de Norteamérica o en Sudáfrica. No, el anuncio iba dirigido directamente hacia la persona de Putin, porque lo que ahora importa es difamar y contribuir a su «única verdad». No he podido conseguir el anuncio y es una lástima, porque resultaba al menos una buena sombra en la que nos podríamos cobijar.

Photo by joséluis vázquez domènech

Pero sí tengo una gran novedad que la mayoría han dejado pasar, porque no tiene ninguna importancia para las mismas personas que se encargaron de hacer viral aquella ley hecha noticia (que se vendió como «pegar a la mujer una vez al año será legal») con la que nos atropellaron sin cesar. Y allá que vamos a contribuir difundiendo algunos de los logros legales aprobados hace poco en Alaska. Nimiedades en relación al tétrico espacio inhabitable que gobierna el implacable Vladimir.

Hace poco el periódico «The Independent» sacó a luz la noticia: en Alaska, tras la aprobación de un proyecto de ley, los violadores podrán denunciar a sus víctimas si abortan, incluso en los casos de violencia conyugal. Una orden judicial permitirá que el médico no pueda seguir con el procedimiento, y el marido podrá plantear la denuncia contra él con el fin de bloquear la posibilidad de que se realice un aborto. Otros seis estados han aprobado leyes casi idénticas, pero la noticia no corre como la pólvora, porque ésta solo ha de explotar en una parte de nuestro mundo sin igual.

Hay más. Escribes en el buscador de Google: «Alaska violencia conyugal aborto el país internacional»…, ¿y qué aparece?. La noticia de Rusia!, de la que se hicieron eco todos los internautas porque así debía de pasar. Cuando menos, surrealista.

Pero la guinda del pastel, como no cabría esperar, está sobre la cabeza de Putin…, y de Donald Trump. No creo que haya nadie a estas alturas que no haya leido o escuchado esa «primicia» cuya insistencia no ha hecho sino constatar lo que venimos aquí señalando. En cambio, sin prueba alguna y sin documento que otorgue la más mínima credibilidad, medio mundo está convencido de que los rusos han tirado por la borda las esperanzas de Hilary, y que sus hackers han contribuido de muy malas maneras a la victoria del vellocino de oro. Nada más lejos de la realidad. Tenemos datos que, por un lado, niegan tales hechos: Julian Assange  lo ha desmentido una y otra vez, pero es un forajido. También lo ha desmentido el exembajador británico en Uzbekistán Craig Murray (2002-2004), revelando en una entrevista exclusiva al diario británico Daily Mail la verdadera fuente que proporcionó al portal de filtraciones los correos electrónicos de la excandidata a la presidencia estadounidense.

Las cosas no se ponen muy bien para la mayoría de los periodistas, cuya única fuente de información es que la CIA y el FBI dicen y constatan que el objetivo de Rusia era favorecer a un candidato sobre el otro, sin hacer nunca público informe alguno. Así es, dicen y constatan, pero nadie nunca jamás ha ofrecido prueba ninguna. 

No termina aquí el desbarajuste. Tenemos datos nuevos, casi hasta reveladores. Resulta que puede ser la propia CIA la que se hizo pasar por hackers rusos para así poder culpar a éstos del desaguisado. No se lo pierdan. Nada es concluyente, la guerra del ciberespacio no ha hecho más que comenzar, pero tenemos más datos que muestran lo contrario de lo que nos quieren hacer creer y, por tanto, quienes van perdiendo por goleada son los demócratas, con Barack Obama y Hilary Clinton como foco de la rebelión.

Recordatorio. Todo comienza cuando salen a la luz los correos que muestran cómo el propio Comité del Partido Demócrata (DNC) se ríe de la campaña del senador Bernie Sanders favoreciendo descaradamente la victoria de la dama de las guerras. Y eso sí que fue un complot en el seno del propio partido, que recuerda un poco a lo que en España también acaba de pasar.

 

 

 


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Poemario Disidente.

(desde el vacío)

En cada nueva incursión el miedo te atenaza, y sientes que te despojas de los cuerpos como si fueran hojas de otoño que mueren bajo tus pies. Retomas fuerzas y cuando crees que todo, por fin, queda atrás, el vértigo te alerta oprimiendo la voluntad.  Se bloquea tu sonrisa y la noche es más noche aún. Llegado el momento eres incapaz de distinguir un aliento empecinado de uno avergonzado, o un torso inquieto de otro desaliñado. Has perdido el control de tu vida, y ha quedado arrinconado el enjuague del placer.

/La tristeza es el aislamiento completo y la pérdida de todo interés/.

Sé que no puedes mitigar aquella sensación que te produjo el cuerpo orondo de tu tío succionando esos pequeños pechos que apenas te emergían. Te despiertas pensando que va a volver a suceder, y que siempre hay alguien acechando en la oscuridad. Cada recuerdo es una sombra que te arrastra con ella, y que no deja que repose tu soledad.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

 

 

 


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Pornobrujas

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

«La herida de una lucha que se debe superar». Aunque quizás lo que deberíamos es dejar de superar, y no permitir tanta hostilidad hacia las mujeres. «Vamos a por esos hijos de puta ya joder…»

 


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Sobre la violación

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

He pensado muchas veces qué sucedería si no fuera un hombre. (Tengo unas amigas que tienen claro qué sería, pero eso me lo reservo para mi intimidad). Siendo, lógicamente,  imposible saberlo, quiero avanzar. Y en medio de la reflexión, me aproximo cada vez más a la mujer punk. Creo que en su generalidad transmite perfectamente cómo se puede sentir una persona ante tanto atropello. Y lo más importante, cómo habría de re-accionar. El cúmulo de sensaciones degradantes que nos vemos obligados a presenciar, y peor aún, que muchas veces han de vivir personalmente, debería ser un detonador constante para explotar en cualquier momento, y defenderse. Siempre tener que defenderse. Es una espiral con la que hay que terminar de una vez.

En el siguiente vídeo se resume la catarsis en el que se ve envuelta la mujer con total nitidez. Bien podría considerar dar un golpe de estado y derrocar el machismo sin necesidad alguna de tener que dar explicaciones. Pero siempre ha de defenderse. La tragedia es tan grave que cuando una mujer es violada puede llegar a pensar que ella tuvo algo que ver en el fatal desenlace. Nuestra sociedad está tan depravada que millones de mujeres en el mundo, insisto, después de ser violadas, pueden sentirse culpables. El entorno llega a a límites tan insospechados que muchas personas pueden llegar a pensar que la mujer ultrajada no actuó o vistió o caminó o sonrió o regresó como debía.

Y así, hasta tener que realizar campañas provocativas para dejar constancia de una triste necesidad: tener que hacer lo posible para que una mujer desestime por completo la posibilidad de que ella tenga algo que ver cuando un malvado sujeto expropia su cuerpo en nombre del abuso de poder y de la mayor de las hostilidades imaginables.

 

Colaboración para Iniciativa Debate