Mi Photosfera:
En un principio todo parecía residuo y ningún fervor por el medio ambiente. Un pescador arrojó a la mar un bidón de gasoil, y las olas lo zarandearon hasta eclosionar en las faldas del acantilado. 30 años después, aquél acto agresivo se convierte en un acontecimiento para mi cámara, y lo celebro procurando ser agradecido con la erosión… y con el ausente y rudo artesano. Solo hay un paso, de la herrumbre a la floración.