Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


Sin voluntad de paz no hay solución

OTAN No, Bases Fuera


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Violencias

(Nueva colaboración para la incansable y sorprendente «La Ignorancia Crea»)

Desde hace ya algún tiempo, incluso la violencia ha pasado a ser objetivo de los medios. Pero no como elemento de concienciación con sus posibles consecuencias, sino como herramienta de control para doblegar a la ciudadanía y exponerla sin contemplaciones ante el proceso vivencial de lo que podríamos denominar “catarsis permanente”. Sabiendo que la insistencia y la repetición desacreditan la capacidad de sorpresa y la reacción, nos vemos sometidos a continuas avalanchas de sangre y fuego.

Este modelo coercitivo de socialización suministra sin cesar dosis de adoctrinamiento sin reparación de los daños causados. Ante una coyuntura de interacción problemática se tiende a saldar todo con la eficacia que otorgan la fuerza y la contundencia. Una resolución dialogada deja de tener el mínimo interés, y la vida se convierte en espectáculo permitiendo que el conflicto vertebre cualquier proceso.

La red que lo sostiene todo es de acero, y es capaz de soportar el estallido de mil mundos. No son las guerras las que han de acaparar todas las portadas; desde una manifestación hasta un accidente de tráfico se convierten en publicidad violenta, y ya hasta el noticiero del «tiempo» revela la primacía de los discursos nada benevolentes.

Llevamos décadas de menosprecio absoluto hacia la paz, y ésta no solo no se promulga sino que además parece interferir los deseos de los mercaderes y los comisionistas del desorden. Desde que nos levantamos hasta dormitar henchidos de agresividad, recibimos cada jornada cientos de imágenes relacionadas con esa sofisticada maquinaria que gratuitamente nos desmantela para enfrentarnos sin despojos ante el sufrimiento. Y no se trata del retrato veraz de nuestras urbes y nuestros pueblos, sino de la imposición de una serie de secuencias relacionadas con la maldad a golpe de noticiarios impertinentes.

No estamos ante el descalabro natural de la bondad humana, más bien nos situamos frente a la amenaza continua, que viene patrocinada con nombre y apellidos y además es generadora de inmensos beneficios por ello. Las empresas armamentísticas son el telón de fondo, y las políticas belicistas el andamiaje necesario.

Sin que nos demos cuenta, todo proviene de firmas y contratos. Uno de los últimos sucesos que esclarecen este argumento lo acaba de protagonizar don Pedro, en su afán de seguir vendiendo un país al mejor postor, siendo capaz de cambiar cromos por barcos de guerra. Cumbre de la OTAN, Joe Biden invitándole a sus aposentos por una hora… Todo tiene un precio, y en nuestro caso seguimos amasando violencia en nombre de inexistentes enemigos o, lo que es peor, de enemigos creados ad hoc para seguir propiciando el negocio más vil y humano. A semejante situación, es curioso, lo llaman acuerdos de relación estratégica.

Y como en toda estrategia, hay un plan. Y éste viene, además, respaldado por una de las principales características del Estado Moderno: ser depositario del monopolio de la violencia y del uso de la fuerza. No debemos olvidar que todo este entramado es un paripé, y que no responde al deseo democrático ni al desarrollo garantista de los derechos individuales. Una inmensa mayoría ni queremos ni promulgamos el uso y abuso de la crueldad, ni contra nuestros seres queridos ni contra aquellos que viven en los confines de nuestros horizontes. Otra cosa es que desde el propio Estado se infiltre en nuestra sangre el aroma de la violencia, haciendo posible que de la noche a la mañana seamos capaces de odiar a China o de respaldar las políticas más inverosímiles y abyectas.

En su afán dominador nada hay más convincente que conseguir que seamos creyentes de sus intereses, lacayos endemoniados con incapacidad severa para ver más allá. Lo más sorprendente es que el nexo de unión para que se asuma esta realidad como algo natural y prudente es lo que viene a llamarse Democracia. Conviene recordar que no soy ningún teórico protector del absolutismo ni de fascismo imaginable, pero sí teórico delator del desfalco con el que nos intimidan constantemente. Nuestras democracias son un verdadero disparate, y nunca son ni el más mínimo reflejo de nuestros intereses ni aliento alguno para nuestros sosiegos. Están completamente asociadas a los vaivenes del poder, y solo por ello, anulan todos nuestros sueños. Creer en ellas es nuestra perdición y, por ende, la victoria de quienes manejan las madejas con todos sus hilos. Sería aconsejable repensar todo muy bien, porque algo tan sencillo como poder afirmar que no existen las democracias en su verdadero sentido sería el comienzo de una nueva etapa, tan necesaria como urgente.

Y no es ardua la tarea. Bien al contrario, debería ser la respuesta directa a todos los males. Asumir esa verdad es la única solución. Proseguir con el juego de votar al menos malo es un parche insignificante y muy pernicioso para nuestra sociedad. Estamos colapsando y todo el deterioro construido no tiene solución si antes no edificamos y establecemos un nuevo sistema.

Resulta fácil, pero también muy perverso, defender nuestro modelo político. Para mí es inimaginable. No encuentro ningún sustento teórico y ninguna realidad que me haga pensar lo contrario. Y por ello, no puedo ser abanderado de ninguna causa indefendible.

Photo by joséluis vázquez domènech

Pero lo más curioso de todo es que hay una razón de fuerza mayor que debería obligarnos a cesar inmediatamente de apoyar tamaña insensatez. ¿Desde cuándo alguien puede respaldar nada que vaya asociado a la violencia? ¿Desde cuándo alguien que dice amar la paz puede justificar los atropellos continuados que realizan nuestras democracias? ¿Desde cuándo se sostiene que para vivir bien han de vivir muy mal los otros, los pobres habitantes de nuestras guerras? ¿Desde cuándo somos capaces de respaldar aquello que solo habita en el pensamiento y en un plano teórico desfasado? ¿Desde cuándo matar puede ser un añadido para justificar el bienestar de una pequeña parte de la población mundial?

¿Es que acaso no sabemos que nuestra violencia es el germen de nuestro capitalismo? ¿Es que acaso no sabemos que la mueca de nuestra sonrisa es debido al expolio al que sometemos al mundo? Y peor aún, ¿cómo es posible que sabiéndolo seamos capaces de respaldar semejante atrocidad? Me resulta indecente asumir desde el marco social esta posibilidad. Pero como sé que es la mayoritaria, prosigo con mi denuncia.

La violencia, además de mostrarse incoherente con la felicidad, propaga sus garras en
nuestras relaciones, puesto que éstas beben de aquellas fuentes que nos vienen dadas. Las redes sociales, las aplicaciones, las pantallas y la propia educación, resentida del conocimiento y buscadora de competencias, no son sino detonadores de esta era de explosión arrogante e individualizada.

Todo lo que nos rodea nos incita al desánimo, al virtuosismo digital y a la desertización social. Y lo que es peor, todo lo que nos rodea viene sobrecargado de incoherencia. Toneladas de información irresoluble. Contradicciones tejidas para el conflicto incesante. Una semántica diseñada para el barbecho lingüístico. Pornografía en cada esquina para sexualizar hasta los sueños de los ángeles. Sobrevaloración de cualquier estupidez musicada en los vastos territorios del tik tok. Desmembración de los sexos para que cada cuerpo sienta desde los discursos, y no desde la vivencia empática de cada poro. Todo se enreda, y ante la duda, las farmacias te venden hasta el deseo reinventado. Y la disonancia, al final, termina por formar parte de libertades recreadas, del consumo estratégico y de la volátil existencia.

Sé lo que quieras. El mercado te hará libre. Sequía. Calor. Sed… y violencia. Paga y se te dará. Todo menos la felicidad. Paga y te ofrecerán todas las series del mundo, conexión ultrasensorial, mentira virtual, opacidad electoral, corazones verdes, energía rebautizada, paneles solares y poda de árboles. Violencias escalonadas; desde una casa impagable hasta un salario inolvidable, desde el encarcelamiento por gallo de pelea hasta la reclusión por depresión con fentanilo, desde la militarización de los trabajos hasta la uniformidad del pensamiento, desde el maltrato interpersonal en la escuela hasta la desatención del profesorado, desde la huida a la ciudad corrompida hasta el olvido de los trigales limpios, desde los manantiales secos ya en invierno hasta las nubes decoloradas sobre los fuegos, desde los vientres de alquiler hasta los estómagos vacíos. Te harán libre, pero en medio de todas las batallas.

Violencia patriótica, no lo olvidemos, que se ejerce por falta de educación y por exceso de exposición.

Seguimos oyendo el llanto de un niño palestino. Y a eso no le llaman violencia. Ni lo nombran. No le esperan ni para el entierro. No hay nada. Nuestras emociones están perfectamente descontroladas.

OTAN No, Bases Fuera

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Obama y algunos destellos de la posmodernidad

La posmodernidad requiere de altas dosis de análisis para poder llegar a comprender cómo es posible que haya gente capaz de pagar un dineral por escuchar a un sujeto caracterizado por su afán invasor y por su sobrada experiencia en conseguir enemigos allá donde ha puesto su mirada.

Es decir, la posmodernidad conquista al nuevo individuo con la máscara de los medios, y lo obnubila con la cruda realidad. Son millones quienes estarían encantados de estar allí, frente al gran Obama, escuchándole en su nueva faceta discursiva, y muchos también quienes después de escucharle alabarían su capacidad intelectual. Pero solo pueden ir 12.000.

Y así nos llegará el verano, enfundados en las trincheras del desconocimiento y dándole alas al ocupante. Porque no debemos olvidar que el nuevo sujeto, reconstruido con esmero a través de la guerra cognitiva tiene el don de dormir con tranquilidad después de haber participado y cooperado con personalidades difícilmente aceptables en una sociedad honrada.

Un nuevo sujeto informado pero aletargado, de izquierdas pero belicoso, ecologista pero que se disuelve en las aguas más turbias del capitalismo. Son épocas, que no requieren de grandes estudios para comprender cómo funciona el mundo, pero que necesitan de verdaderas investigaciones para saber cómo es posible que el engaño haya alcanzado las más altas cotas de éxito sin necesidad de ofrecer nada a cambio, más allá de la personal satisfacción de ir haciendo el ridículo por el mundo.

Obama viene a dar una conferencia a Málaga. Quien quiera verlo paga en exceso hasta derramar su vaso. El público no puede preguntar. Abre las puertas un nuevo congreso sobre tecnología dispuesto a reivindicar el apogeo de la digitalización y allá está, un fiel amante de las nuevas tecnologías (y gran emprendedor) sorprendido ante lo que anticipa otro gurú de la maquinaria monetaria internacional. No le importan sus guerras, porque como buen abducido se arrodilla ante el carisma, y regresa a casa comentando las mejores jugadas del ínclito.

Obama se va con 500.000 euros (más) en el bolsillo y en su último “birdie” sonríe, como no podía ser, a su cadi y al mundo.

OTAN No, Bases Fuera


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La Política y los medios de comunicación

La supuesta libertad de expresión ha llegado muy lejos. Una cosa es difundir información desde el desconocimiento y, otra muy distinta, hacerlo con premeditación y alevosía sabiendo que quien paga ordena, que quien paga interfiere en la vida de los pueblos, y que quien paga, muchas veces, lo hace aun sabiendo que va a haber graves daños con la propagación de una información construida para tal fin.

Estamos corriendo un serio peligro en Europa. Creo que vivimos la etapa más temeraria y comprometida desde la segunda guerra mundial. Y todo, porque el prepotente gobierno de un país decidió que no iba a ceder ni un milímetro ante la manifiesta petición de un cambio geoestratégico claramente inclinado hacia un lado. La neutralidad en la línea divisoria de los países que limitan con Rusia era una clara manifestación de paz y prosperidad. Para todos menos para EEUU. Pero no porque esa opción fuera contra sus intereses, sencillamente porque esa opción es la más lógica y la que más puertas abre a la prolongación del desarrollo social y económico.

Las directrices que nos imponen, los mandatos a los que nos someten, y el absoluto servilismo y vasallaje al que hemos cedido, conforman el seguimiento de las políticas imperialistas marcadas por la Casa Blanca desde hace ya mucho tiempo. Y nuestra clase política prosigue en su afán de denostar y menospreciar nuestros anhelos de paz, siguiendo la estela de una luz que solo ilumina la maldad y la búsqueda imparable de riqueza. El repentino cambio de Pedro Sánchez al decidir mandar armas a Ucrania es solo una de tantas barbaridades, una de tantas abdicaciones ante el guerrero del mundo. Y considerando que los acontecimientos más importantes deberían hacerse con el respaldo de los pueblos deberíamos exigir a los gobernantes una clara muestra de adhesión a nuestra causa, y no a la causa del poder.

Esa posibilidad se perdió hace tanto que probablemente tendríamos que movilizarnos con rigor para exigirla. Esa y otras muchas cosas que afectan directamente a nuestras vidas. A nuestras vidas y a otras que habitan a miles de kilómetros de distancia. Sobre nuestras conciencias recae el deber de no permitir que la clase política pueda enviar tropas y armamento como quien manda naranjas. Sobre nuestras conciencias recae el deber de no permitir que la industria armamentística juegue en bolsa bajo los auspicios de unos dirigentes incapaces de observar los rostros de la pobreza y de la miseria.

Nuestro mundo parece no querer entender los sonidos del sufrimiento y, mucho menos, los de las cloacas. En éstas se están gestando temibles acciones. Si la situación “fácilmente observable” delata ya un futuro incierto, los ángulos muertos nos llevan a un terreno completamente esquivo.

El Estado de Bienestar ya no va a dar más de si, y todo apunta a que el pre-fascismo ya se ha instalado. Esa libertad de expresión que ha hecho posible que los medios propiciaran e impulsaran partidos, lenguajes y gestos absolutamente peligrosos, ya ha ido conformando un espacio social del que difícilmente nos vamos a poder librar. Esos modos de difundir la información, que llegaron de EEUU de la mano de una cultura capitalista expansionista ajena a todo signo de justicia ya han hecho mella en nuestra sociedad. Y ahora, nos va a costar escaparnos del incendio.

Una resolución contra la glorificación del nazismo es aprobada por 130 países, 2 votos en contra y 49 abstenciones. Los dos únicos países que la rechazan, EEUU y Ucrania. Las abstenciones, para la UE, Canadá, Australia, Reino Unido y Japón. Increíble, ¿verdad?

Sobre la foto: 16 de diciembre de 2021, una resolución contra la glorificación del nazismo es aprobada por 130 países, 2 votos en contra y 49 abstenciones. Los dos únicos países que la rechazan, EEUU y Ucrania. Las abstenciones, entre otros, para la UE, Canadá, Australia, Reino Unido y Japón. Increíble, ¿verdad?

Sé que para mucha gente puede resultar desmesurado, pero ya hay muchos signos que muestran la existencia de esa exaltación de los elementos irracionales de la conducta, tan próximos a las formas de gobierno totalitarias. La política ya entregó sus manos a la injusticia, la soberbia y los protocolos ingeniados por los ricos. Y éstos hacen y deshacen a su gusto, ajenos a la población y obstaculizando la buena marcha de los acontecimientos. Han saltado todas las alarmas y hasta nos lo advierten con sus formidables propuestas. El peligro no es efímero, es más bien un monstruo que nos está devorando. Desde la sociología política ya estamos listos para tomar buena nota. Y sin pérdida de tiempo, deberíamos abandonar tanta sumisión y actuar en consecuencia.

Muchos indicadores han de ser considerados como elementos capaces de propiciar procesos devastadores en nuestro futuro. Ya lo están siendo, pero dado que la ciudadanía está absorta en continuas batallas televisivas quizás sea momento de alertar sin miramientos, puesto que al parecer pocos están dispuestos a ello.

El asentamiento del pensamiento único, el control absoluto de los medios, los cambios de legislación en favor de unas causas y no en beneficio de la justicia, la reconstrucción y señalamiento de un enemigo común, la militarización del pensamiento, la asunción completa de la pérdida de libertad en nombre de la seguridad, la recreación de movilizaciones sociales dirigidas, la instauración de la violencia como modelo legitimador de un nuevo orden, el fomento del odio a través de una adscripción a la discriminación racial o cultural, el aumento de la pobreza y de la desigualdad social, la quiebra del modelo económico capitalista, la disrupción y desmantelamiento de los principios básicos de la Política, la expansión y fomento de muchos principios ideológicos que alimentan a las extremas derechas y la imposición del miedo como propuesta y modelo de convivencia, son el andamiaje estructural sobre el que puede instalarse un nuevo fascismo en Europa.

¿Para qué sirve la sociología?. Entre otras cosas, para observar y para constatar los flujos y movimientos que van sucediéndose en nuestras sociedades. Espero estar absolutamente confundido.

Subrayo. Luchar contra los medios y la clase política ha de representar nuestra primera muestra de sedición. De lo contrario, estaremos bajo el yugo de una nueva lucha sin par por el dominio del mundo, en manos de unos seres insensatos.

Dicen los primeros, por ejemplo, que ha habido un ataque a la planta de un reactor nuclear en Zaporiyia. Objetivo, sembrar el terror en la audiencia. Y acto seguido, demonizar al culpable de tamaña osadía. Y así pasarán largas jornadas, hasta que todo el mundo tenga claro que Putin es nuestro mayor enemigo, capaz de saltar por los aires la central y arrasar con Europa. ¿Quién va a poder, así, analizar las políticas y las acciones de personajes tan siniestros y deshumanizados? Nadie. Al menos, nadie en su sano juicio. Y quien lo intente, vivirá al fondo en el infierno.

Estaría bien recordar que el sofisticado armamento con el que cuentan las grandes potencias tiene la capacidad de elegir un objetivo y no distanciarse ni un milímetro del punto señalado. Pero en esta ocasión, mira tú por donde, hubo un fallo estrepitoso. No hubo ningún reactor dañado (todos permanecen intactos). No hubo ningún incremento de radiación (hasta los propios ucranianos salieron inmediatamente a confirmarlo). Y no hubo, claro está, ningún error operativo. ¿Sabéis por qué? Porque no atacaron la central nuclear. Hay combates en los alrededores, sencillamente, porque quieren hacerse con el control. ¿Recordáis cuando informan sobre un atentado y casi siempre hay un colegio cerca? Pues a ver si es verdad y recordamos para toda la vida en qué consiste la manipulación, porque ya llevamos unos cuantos años abonados a este circo y la cosa, en vez de solucionarse, está adquiriendo tintes muy oscuros.

Para terminar, y encomendándonos a la búsqueda incesante de otros relatos, de regalo unas palabras del entonces senador Joe Biden. Estamos en 1997. En el vídeo expone claramente cuál es el “punto flaco” de Rusia o, lo que viene a ser lo mismo, cuál será la política expansiva del gobierno de los estados unidos de américa. ¿O creíamos que Joe Biden dirige ese país por pura casualidad? Recordar que desde ese año jugó un papel decisivo en la formulación de la política exterior del país. Fue una de las voces más influyentes tratándose de leyes relacionadas con el terrorismo, las armas de destrucción masiva, la Europa poscomunista, Oriente Medio y el Sureste Asiático. Y fu quien apoyó en octubre de 2002 la resolución que autorizaba al gobierno a utilizar la fuerza contra Irak. Claro, era decisivo. No era el voto de un senador, era el voto del presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cargo que representó con todo el cariño de su mundo.

Éstas fueron sus palabras: “Lo único que puede provocar una respuesta hostil y enérgica de Rusia es la expansión de la OTAN a los estados bálticos”. Y como sabemos a estas alturas, no sólo han puesto sus garras sobre estos estados, sino sobre toda la franja fronteriza, por el bien de toda la humanidad. Eso sí es atacar y hacer explotar una central nuclear.

Cuidaros!

OTAN No, bases fuera

colaboración para Ojos Para La Paz


¿Quién dirige la Organización Mundial de Nuestra Salud?

La ignorancia sigue creando. Y ya ha publicado un nuevo volumen (lleno de bulos)…

Revista La Ignorancia

Ésta es mi colaboración: Juegos biopolíticos

Hoy ha habido 0 muertos en España. 0 killers. OK. Por covid-19, se entiende. Mañana, dios dirá…, que los que cerraron los ojos fueron muchos más, y que avecina tormenta en el mundo de la confusión. Las matemáticas no engañan, nos lo dijeron para no rechistar. Yo aprendí que dos y dos son cuatro, pero perfectamente pueden ser cinco. Que se lo pregunten a Radiohead, en los cuales creo más que en el evangelio según san Mateo. Nos están vacunando desde hace mucho, pero ahora, además de inyectados nos quieren ecologistas sin acción.

Todas las respuestas, al final serán las mismas. Porque todos, pasarán por el aro, y no precisamente el olímpico. Hay planes para todos los gustos, parece ser, pero solo uno se incorporará a nuestra vida cotidiana. En el reverso de todas las monedas está la cruz de nuestro destino. Y por mucho que queramos ver, el miedo y la rutina serán nuestra prisión, al menos los barrotes de nuestros pensamientos.

¿No se nutren de huéspedes los parásitos de la economía neoliberal? Pregúntate cómo te tratan, y adivina si eres uno de ellos. Blindado como estás de pensamiento único, y surtido de las mejores galletas del mercado, quizás olvides que ya te amputaron las alas. Y, en el fondo, te preguntarás…, ¿para qué quieres volar, si Ryanair ya te puede llevar hasta la saciedad?

La saciedad es un habitáculo creado por los economistas mejor pagados, y difundido por los periodistas más aclamados. Eso sí, siempre, hasta que llega la tormenta. Y estamos en medio de ella. Mentira. La saciedad es una tormenta continua, la conozco desde el día que hice la primera comunión.

Saciedad, sociedad y suciedad. Quién lo iba a decir. Van de la mano tan bien que hasta sorprende. Toneladas de residuos se deslizan por nuestros poros hasta acabar en tierra de todos. El mundo es un lodazal, fértil para unos pocos y como arsenal lleno de municiones a controlar para el resto. La última vez que supe de vosotros anidaban en los tejados las primeras escarchas del invierno. Harry “el sucio” sabe muy bien de lo que no hablo.

La familia Rockefeller, experta en todo tipo de ayuda deshumanitaria, nos lleva años de ventaja. Y como quien no quiere la cosa, nos acecha hasta ponernos de rodillas ante ella. Pero lo hace como solo lo pueden hacer los grandes. A golpe de talonario y organización no gubernamental. Porque para ello tiene a sus científicos, sus gobernantes y sus informadores.

Estaría bien que nos preguntáramos quién dicta sentencia en, al parecer, este enorme desaguisado. Nos confunden no solo con datos estadísticos, también con la Estadística de los datos. Esta es extraordinaria, fiel inquisidora del poder. Pero, ¿qué pinta el poder en todo esto? Ya estamos con las conspiraciones. Qué tedio. Menos mal que estamos acostumbrados a la letra pequeña de los contratos. Y leemos, no solo atendemos la televisión.

Durante la pandemia, como todas y todos sabéis perfectamente, cada país ha seguido su propia evolución, hasta tal punto que la ciudadanía se ha hecho experta en la materia, y nos habla con total fluidez de que ahora mismo, Brasil está en el pico de la curva. También nos puede hablar sin miramientos de qué es lo que se debe hacer en cada fase, y más pronto que tarde, nos dirá cuan importante fue la militarización de la vida. “Es que necesitamos este exhaustivo control, porque en general somos unos descerebrados”. Y ahí te las den, porque lo dice la ciencia.

Mi ciencia es observar, a cada rato, hasta el imperceptible movimiento de los intelectuales de la retaguardia. Qué banda de uniformados! Desde politólogos hasta epidemiólogos al alza. Nunca es tarde para la publicidad de la bonanza. Porque nos hacen creer que buenos son todos aquellos que quieren hacer el bien. Pero buenos de verdad, son los que hacen el bien. Y de ellos apenas sabemos nada.

Sabíamos perfectamente que Italia lideraba el grupo de cabecera. Que luego vinieron España, y luego Francia, y luego Bélgica, y así hasta 180 países, cada cual con su progresión, y cada progresión con su hacinamiento particular. Y se llenaron los balcones, para aplaudir la estupidez y no sacar el hacha de guerra a las calles. La bonanza engañosa y la emoción. Vaya dos. Te descerebran de un plumazo.

La lógica. Ese inestimable método que nos ayuda a dar cohesión a los hechos, o a la sucesión de manifestaciones que se van dando por doquier, va a darse de bruces con alguien. Y ese alguien no soy yo. Desde cualquier punto de vista, tal y como han ido sucediendo los acontecimientos, la lógica venía a decir que cada país tendría que recorrer su propio camino, claro está, y que cada frontera tendría su propio cerrajero para abrir la puerta que quedó trancada. Pero he aquí que todo, de la noche a la mañana, y sin sentido común que lo avale, ha de volver a su cauce y, a ser posible, el mismo día. Punto y final.

La Comisión Europea recomendaba hace unos días “encarecidamente a los Estados miembros que todavía no lo han hecho que finalicen el proceso de eliminar las restricciones al libre movimiento y los controles fronterizos dentro de la UE”. Hay quien manifiesta su estupor ante la noticia (lógicamente), pero en breve, será así (escribo esto el 18 d ejunio). Y aquellas pequeñas historias que nos contaron ya no nos sirven para vendernos su final. Y tendremos otra historia, que otra vez por arte de magia, será la triunfadora en cada pantalla plana, y como anfibios sedientos de agua, acudiremos a beber hasta indigestar tanta mente extraviada.

Encarecidamente. La UE apremia a todos sus miembros. No importa. Nunca importa. Porque la política trata del arte de mentir con convicción, y del desastre de empañar la verdad con los bolsillos llenos de injurias. La gripe española, por ejemplo, no se originó en España, sino que se propagó en la primera guerra mundial a través de las trincheras y de las lamentables condiciones en las que se encontraban (y había “orden”; los militares de aquél entonces impusieron restricciones de lo que la prensa podía publicar y que pudiera tener impacto en la guerra).

(La lógica también me lleva a escuchar a Snowden, perseguido por EEUU por desnudar sus secretos o, lo que viene a ser lo mismo, por rasgar las vestiduras al imperio. Como él dice: “en lugar de tener una política basada en la ciencia y en hechos reales, la revelación de información empieza a convertirse en decisiones políticas”).

Tenéis el resumen del plan de acción de la fundación Rockefeller en su propia página, así no tenemos que andar con simulaciones, ni creencias ni proyecciones inverosímiles. Dice así, desde hace un tiempo: 1- Lanzar un plan para expandir drásticamente las pruebas Covid-19. 2- Lanzar un cuerpo de atención médica comunitaria de Covid para pruebas y rastreo de contactos (¿os suenan los rastreadores de los que ya nos hemos olvidado?. 3- Crear una plataforma digital y de datos comunes de Covid-19. Y, por último, recomiendan el camino a seguir, donde podemos leer…”La coordinación de un programa tan masivo debe tratarse como un esfuerzo de guerra” (ya lo repitió Pedro Sánchez casualmente).

Apenas hay distancias políticas y de re-acción, porque todas beben de la misma fuente. Nuestra salud mundial está dirigida por multimillonarios de pacotilla que por un lado venden armas y se inventan guerras y, por otro, nos hacen creer que con sus donaciones millonarias nos libran de los males de la humanidad. Es una parodia que nos digan que todas las propuestas gubernamentales vienen por el asesoramiento de expertos, y no nos digan que esos expertos están respaldados por auténticos déspotas insaciables.

Como bien sabe todo el mundo a estas alturas del cuento, la OMS es la que dicta el camino a seguir, y quien determina cómo se ha de proceder ante estas catástrofes epidemiológicas. Pero desde el sofá de nuestras casas, sobre todo en tiempo de confinamiento, recibiríamos de buen grado otro tipo de informaciones, y ya decidiríamos nosotros si son o no…, MENTIRAS.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Biopolítica global y la salud de todos los habitantes.

La filosofía de la mentira congrega en cada noticiario a periodistas a los que no les importa trabajar para los delincuentes. Cierto es que quizás casi todos trabajemos en algún momento para algún delincuente, pero lejos queda la posibilidad de corroborarlo con nuestra franqueza, y admitir los deterioros de nuestros actos. Aunque lo más importante sería admitir el daño causado por nuestros actos. El daño…

El papel geopolítico y estratégico que juega la fundación Rockefeller es, quizás, uno de los grandes debates que deberían ponerse sobre la mesa en este convulso periodo que estamos viviendo. ¿Por qué? Porque descaradamente dicha entidad participa de los intereses globales de EEUU. Debemos recordar que el espacio biopolítico de la “salud mundial”, más que una construcción fruto del acuerdo entre estados, es la resultante de una estrecha canalización de intereses donde los Rockefeller toman la iniciativa, amparándose en su profusa y discutible “ayuda humanitaria”. Esta familia, implicada en muchos asuntos alejados completamente de la filantropía, llegó a hacerse cargo de un tercio del presupuesto de la Organización de Salud de la Sociedad de Naciones (de la que EEUU no formaba parte), y a día de hoy sigue siendo el referente mundial. ¿A qué responde ésta truculenta donación bondadosa? ¿Qué intereses aglutina?

Sus prácticas monopolistas, sus alianzas para promover guerras y vender armas y un largo etcétera, no hablan muy bien de los defensores de nuestra salud. Yo, desde luego, me lo pensaría. Su poderío y capacidad de financiación deslumbra, pero oscurece la legitimidad con la que se pavonea por el mundo. El 11 de diciembre de 1946, John D. Rockefeller Jr. “donó” a la ONU la inmensa cantidad de 8 millones y medio de dólares para comprar los terrenos de Turtle Bay, donde actualmente se encuentra su sede. ¿Cómo no nos va a extrañar su capacidad para guiarnos por el mundo? Es descorazonador pensar que estamos en manos de estos generosos benefactores. El responsable de la división de salud de la FR, Wickliffe Rose ya marcó una estrategia deliberada en el periodo de entreguerras, y dejó constancia de ello con sus palabras: “Existen determinadas funciones sanitarias que tienen un carácter internacional, los gobiernos nacionales no pueden llevarlas a cabo; dichas funciones resultan esenciales para la salud de las personas de todos los lugares”. En la diana.

Quizás deberían informarnos de que la configuración de los sistemas de salud de muchos países vino alabada y determinada por esta portentosa fundación. Y tampoco sería nada desdeñable que nos contaran cómo crearon un “cordón sanitario” para preservar Occidente de los diversos “contagios soviéticos”.  La influencia política, social y económica de EEUU a través de engranajes de este tipo es y ha sido una constante. La FR, especialmente por su estrecha relación con la aclamada Escuela de Salud Pública de Hopkins, y gracias a sus programas de reforma sanitaria, se ganaría la simpatía de las élites izquierdistas, apartándolas de la influencia soviética. Y así hasta nuestros días, subrayando el incuestionable respaldo que ofrecieron a las políticas de sexualidad y reproducción que han extendido por medio planeta, e incorporando la ya conocida “planificación familiar”, cuyas dolorosas consecuencias fueron tristemente conocidas.

Mucho daño por el mundo, como para dejar en manos de estos tiburones nuestra salud. Otros planteamientos son posibles y, al menos, permitir escuchar otras voces sería un pequeño detalle de nuestros gobernantes. Pero como siempre, la noria gira en el mismo sentido, y su conductor es un piloto que esconde sus maniobras. Me trae sin cuidado cómo ha llegado el Covid-19, pero exigiría de inmediato estudios, investigaciones y otras colaboraciones de científicos, sociólogos y todo tipo de colaboraciones alejadas completamente de la órbita de la Organización Mundial de la Salud. Por nuestro bien, y por un intento de limar asperezas con la verdad o con tanta mentira, que viene a ser lo mismo.

La historia nos dice que con cada crisis, las emergencias que se implantan nunca terminan, sino que se normalizan. Y ahora mismo se ha normalizado contabilizar de tal modo que quien escucha, nada sabe sobre lo que se le informa. O tal vez sea que lo que se ha normalizado es informar de tal modo que quien escucha, nada sabe sobre lo que se le cuenta. Parece mentira… Pero así es…

Cuidaros!!!

P.D.: podéis ver el artículo también en Iniciativa Debate


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Un verano para olvidar

España es un desastre

El panorama político español es tan vergonzoso y lleva tanto tiempo impregnando el marco social de un hedor tan fuerte, que el olor a mierda… ni se siente.

Aquella llamada transición ya traía consigo un aroma muy desagradable y penetrante y, desde entonces, apenas si se han alterado los modos de «gobernar».

De puertas hacia fuera, en el inframundo de las redes sociales y el marketing, los partidos se hacen fuertes con unos medios de comunicación que les respaldan y con todo tipo de usureros que reinventan los discursos para seguir promocionando la debacle y el asedio de la impunidad.

El consultor político es una figura muy demandada en comunicación. Su objetivo no es otro que satisfacer los deseos de quien va a pagar los honorarios. Y su trabajo consiste en utilizar todas las herramientas posibles para, a través del engaño, conseguir el respaldo necesario para hacerse fuertes al frente de cualquier causa. 

Desgraciadamente, la causa más solicitada en política es ganar, y no luchar por una gobernabilidad más justa e igualitaria. Y, desgraciadamente, los resultados se pueden resumir en una precariedad democrática de difícil asunción para la ciudadanía.

Esta situación se manifiesta en la agenda diaria de los partidos, de la prensa, y de la televisión. Y, como quien no quiere la cosa, los gurús de turno deambulan de un lado a otro como pedro por nuestra casa. 

Cuando el ilustre presidente de España accedió a acoger un barco lleno de Personas que huyen de la miseria y de las guerras que nosotros provocamos, no lo hizo por humanidad ni, mucho menos, por principio político alguno que guiara sus pasos. Lo hizo, con un descaro absoluto, porque sus estimados consejeros así se lo hicieron ver. Y así se lo pusieron en bandeja para que su popularidad se expandiera por todos los rincones de esta amarga tierra. Fue, con premeditación y alevosía, su primera “medida de impacto”

Este modo de operar responde muy bien al escaso valor ético que la clase política ofrece a sus votantes, a sabiendas de que éstos volverán a pasar por caja con el ánimo renovador de futuribles promesas que nunca llegan. Un valor bajo mínimos, pero que lucra con escaños hasta al más impresentable de los llamados representantes.

Se llama marketing, y todo el mundo ve con buenos ojos la existencia de grandes personajes estudiosos de su realidad social capaces de hacer volar con su inestimable trabajo incluso a un cerdo ibérico.  

No está de más recordar que también el aparato político que rodea a Podemos llegó … a donde llegó, porque tal y como explicó Rafael Cera tras los resultados conseguidos en las elecciones europeas, parte del éxito ha estado en que todo lo que subyace a esta campaña, los mensajes, ideas, propuestas, son del agrado del target objetivo, fundamentalmente gente joven (con cierto nivel cultural), personas indignadas con las circunstancias socio-económico-políticas que se vislumbran y que viven, así como personas que entienden que el sistema no funciona y que necesita de propuestas más “radicales” para solucionar los problemas sociales. Es obvio que han conseguido los votos de muchas de estas personas, consiguiendo dotar de una imagen de credibilidad a sus mensajes y que ha facilitado ganarse la confianza de su target y por ende su voto”. Joven y no tan joven, añado yo, y receptores de rentas medias y altas que complican aún más cierta fe en su horizontalidad.

Estamos rodeados, y mientras una mayoría social de izquierdas obrera y trabajadora (no creo en la «izquierda» funcionarial/culta/proOTAN y proEuropea/hipster y antirusa) no coja la sartén por el mango lo tenemos crudo. Pablo Iglesias y muchos de sus apoyos van muy desencaminados, hasta el punto de que sus bases más exigentes les han dado la espalda, y viven de la contribución y el respaldo de su sector acomodado, por denominarlo de alguna forma.

Otra cosa es que el partido gobernante sea más roñoso y mezquino, pero eso no nos obliga a que tengamos que construir un nuevo modelo de sociedad con quien ya echó por la borda todas las ilusiones a las primeras de cambio. Ilusiones que siguen siendo el asidero del partido, a pesar de que ya es obvio de que se han olvidado de aquellas primeras promesas, como la maravillosa recuperación desde el control público de los sectores estratégicos de la economía (banca, energía, etc.)

No se atisba la más mínima sensación que pueda dibujar una sonrisa en nuestro rostro. El trayecto recorrido por los pupilos de Ferraz es todo un paradigma de la hipocresía y el despropósito. Analicemos si no, cómo es posible entender que hace bien poco haya tenido la osadía de otorgar  el «collar de la orden de Isabel la católica» (por los servicios prestados a la nauseabunda patria) al Gobierno de Mariano Rajoy. Inaudito. Se supone que los expulsan por corruptos y los premian por el trabajo bien hecho. Es como para acudir en masa a Madrid y poner en evidencia a todos estos artistas.

El PSOE! Siempre fue un fraude (desde 1974, al menos). Y no ha cambiado ni un ápice. Nos quiere hacer creer que exhumar los restos del dictador tras 43 años de su muerte es un acto heroico, precisamente después de que Isidoro se olvidara de ello con un exceso de deliberación.  Un partido, ahora que tanto se habla de acoso a la libertad de expresión, que fue pionero en «democracia» en callar la boca a un cantante. ¿Curioso verdad? En 1986, el aparato represor español, de la mano de TVE y con Felipe González como garante de su imagen, censuró al malogrado Javier Krahe, arrinconándolo hasta tal punto que no tuvo más remedio que crear su propia discográfica para dar luz a sus letras tan temerarias.

Negros nubarrones desde la indecente transición. Vamos a necesitar mucha paciencia.

Photo by joséluis vázquez domènech

Lo que está aconteciendo en Catalunya es una muestra de todo ello. El espacio político más oscuro y denigrante, heredero de dicho proceso (aún inacabado por mucho que nos digan), y de la mano de numerosos agentes proestatales se echa a la calle para impedir de cualquier manera uno de los “grandes logros” de la Constitución, la indivisibilidad del territorio español. Y contra los lazos amarillos vale todo, hasta poner en ridículo el papel de la justicia. Como acontecimiento social puede darnos muchas razones para la discusión y la posibilidad de poder confrontar muchas ideas. Pero ya se han encargado de dinamitar todo y hacer que estalle por los aires cualquier posibilidad de reflexión política. La cárcel, la indecente presión de los medios, el resurgir de las banderas rojigualdas en los balcones y todo tipo de manifestaciones (algunas hasta con águilas), y ver a Ciudadanos avanzando a paso militarizado con menos vergüenza que un ladrón robando sin ocultar su rostro, España estalla en su delirio más español.

!Cómo están las calles últimamente! A modo de “recurso instrumental para la transformación social”, son muchas las voces que quieren hacernos creer que se divisan cambios en no sé qué horizonte, por la existencia, por ejemplo, de un movimiento feminista transversal que está al alza. El batacazo que se van a llevar va a ser igual que el que vivieron con los amigos de Pablo Iglesias. Uno, porque en esa transversalidad está la trampa para no lidiar con una lucha mucho más profunda y eficaz contra el sistema que, lógicamente, no la van a realizar desde todos los estratos de la sociedad. Y dos, porque el impulso y el detonador de ese movimiento viene generado (y respaldado) por la no menos irrisoria agrupación feminista de actrices de Hollywood y otras estrategias al uso, a las que creo menos que al telediario.

Unos datos curiosos para observar cómo fue el punto álgido de la promocionada necesidad de un feminismo envolvente. En un espacio reducido de tiempo, y a golpes de televisión, nos van llegando perlas sobre las reivindicaciones. Abre el portón del gran teatro la mismísima princesa Megham Markle, difundiéndose por todo el mundo sus impresiones de «marcado carácter feminista», ofrecidas en el foro del auditorio de la Royal Foundation. Poco más tarde, en una «primorosa» entrevista de Susana Griso al otrora presidente popular, éste se declara afín a la lucha. Y por si no fuera poco, lo mismo prescribe la presidenta del Banco de Santander («Por qué me considero feminista y tu también deberías serlo»). Y el broche final lo pone nuevamente un elenco de actrices en el escaparate del festival de Cannes. Son solo algunos ejemplos del engranaje. Y no me cabe la menor duda de que el adjetivo incorporado (como esos lemas que circulan vía pedagogía de las redes y los medios), transversal, le viene que ni al pelo.

Si alguien piensa que éstas aportaciones son fruto de la casualidad, olvida uno de los protocolos esenciales de los que hacen gala los ínclitos amigos del establishment: cada vez que se atisba una respuesta social brusca o posibles revueltas, o cada vez que hay un interés para dirigir a las masas a un punto de encuentro concreto, se movilizan todas las artes de la persuasión y todos los elementos necesarios para distorsionar el origen primigenio de una realidad que exigía el cambio. Ocurrió el 15M y sucede ahora. Y de éste modo, el cambio…, no llega. Sencillamente porque ya ha sido alterado el verdadero objetivo y lo que se pone en juego son otros artificios para caldear el ambiente con jugadas de marcado perfil perverso. En esta ocasión, de un modo exquisito, se consigue incentivar cierta belicosidad de la mirada social de un buen número de mujeres hacia los hombres, sin la sospecha de que hay una clara adecuación de los sucesos a un interés concreto. 

Michael Haneke se ha desmarcado de este tipo de diatribas: «Como artista, estoy empezando a sentir el temor de esta cruzada contra todas las formas de erotismo. Una película como “El Imperio de los sentidos”, una de las más profundas reflexiones sobre la sexualidad, no podría filmarse hoy. Este nuevo puritanismo que odia a los hombres, me preocupa».

Un movimiento social desafía, por norma, las interpretaciones dominantes sobre la mayoría de aspectos de la realidad. En el caso que nos ocupa, se supone que es el machismo lo que debemos destronar, pero me temo que el mercado está haciendo muy bien su trabajo y está acogiendo en su seno ciertos modelos de comportamiento con los que proseguir su marcha y su musicalidad. Lo que está ocurriendo con los vientres de alquiler forma parte también de ese abanico de acciones que, procurando mostrar un lado reivindicativo y progresista, lo que esconde es una herramienta más del capitalismo más ruin, incorporando al diccionario términos como “maternidad subrogada”, cuando de lo que se trata es de puro mercantilismo y compra de niños a la carta sin el más mínimo rubor, pero eso sí, aderezado de sentimentalismo paternalista ante la imposibilidad de poder traer hijos al mundo. Alquilar a una mujer no creo yo que pueda considerarse una nueva técnica de reproducción (por mucho que haya una altruista entre cien).

El interés concreto del que hablábamos un poco más arriba no es otro que seguir mareando la perdiz, y hacer creer que hay una lucha indispensable en el seno de nuestra sociedad, pero desviando la atención del verdadero problema. Y llegados aquí, nos preguntamos; ¿y cual es el verdadero problema?…

El verdadero problema eres tú, y soy yo, invalidados cada vez más para gestionar y hacer valer el triunfo del anticapitalismo y de la revolución.

 


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Breves

No nos llevemos a engaño

Los resultados de ayer dicen mucho de la atrofia política que habita en la cúpula del PSOE (mayor vergüenza es difícil de poder sobrellevar por parte de los protagonistas del golpe). Pero ello no significa que en sus bases haya aire fresco y vientos de cambio. Por mi parte, no me cabe la menor duda de que su desaparición sería la única medida digna de tener en consideración.

En primera instancia parece que su defensa del capitalismo y esa política beligerante y creadora de desigualdad que ha estado respaldando desde 1974 ha de ser el mayor problema al que nos debemos enfrentar, pero no…

Hay un elemento mucho peor que nos está amordazando y arrinconando sin que, al parecer, nada podamos hacer. Más allá de los daños evidentes que nuestra sociedad está sufriendo por culpa de regímenes políticos corruptos, capaces de vestirse de legitimidad gracias al apoyo desmedido de unos medios de comunicación despreciables, hay un hecho sustancial que si no somos capaces de descifrar en breve nos hundirá en la miseria más absoluta: el verdadero trauma reside en seguir creyendo que vivimos en una verdadera democracia.

Tal y como señala Alain Badiou es esa «ilusión democrática», nuestra lastimosa aceptación de los propios mecanismos democráticos como objetivo final del cambio los que, en realidad, están impidiendo que seamos capaces de avanzar a ningún sitio.

Sin llevar a la fundición este sistema político, todo lo que vaya aconteciendo en él es sólo pan para hoy y hambre para mañana. Mucha hambre. Y Pedro Sánchez es otro ilustre representante de la miseria que nos rodea.

Photo by joséluis vázquez domènech

 

 

 


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Pedro Sánchez, Hillary Clinton y los militantes socialistas

Así funciona el mundo

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

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Pedro «El Lunes Cojo El Coche» marcha a Washington y nos deja una nueva perla a través de las redes sociales. Dice ir a EEUU para seguir las próximas elecciones y dar su apoyo a Hillary Clinton.

Los ahora convencidos socialistas que le respaldan, enfurecidos por la jugarreta de Felipe González y unos cuantos barones, no deberían salir de su asombro.

El para ellos dirigente «de las bases» confirma una nueva tragedia, al apoyar sin miramientos a la dama de los misiles, a la mujer más beligerante y peligrosa que habita la Tierra.

Comprometida por su causa ésta señora no disimula su alegría ante el asesinato de Gaddafi, ni desmiente la política exterior de su país en la creación del Estado Islámico, ni se arruga a la hora de querer destrozar Libia, Irak y Siria.

Pero qué más da. Los socialistas del siglo veintiuno son así, amantes de la paz y la solidaridad con los pueblos oprimidos. Y para dejar constancia de ello, Pedro Sánchez sale en su defensa. «Todos/todas con Hillary» ha escrito, con el beneplácito nuevamente de una militancia que muestra muy a las claras un perfil ideológico muy cercano al patetismo y a la ignorancia.

Ya no es que muchos dirigentes muestren sin tapujos su posición ante el mundo. También lo hacen sus representados, incapaces de criticar las políticas imperialistas y colonizadoras que mueven a sus jefes de filas.

Una y otra vez en la rancia España, gran parte de su pueblo sigue a pies juntillas los mandamientos de las guerras y la violencia, y le queda mucho tiempo aún para dejar atrás una máscara tras la que se oculta su continuo afán de batalla e injerencia.

Que ante las palabras de Pedro Sánchez apenas haya quien las denuncie, es un claro ejemplo de por dónde van los tiros…, y nunca mejor dicho.


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¿Cómo funciona el poder?

Guerra externa en el PSOE

Deberíamos sonreír, asistiendo como estamos a la maravillosa debacle del Partido Socialista. Ya hemos escrito mucho sobre ellos, pero nos queda lo mejor, la retransmisión en directo de su degradada implicación en el funcionamiento de las élites.

Felipe González ha sacado las tanquetas, y como ocurre cada vez que hay un «golpe de estado», sus admiradores llaman a filas, mientras el resto asiste con miedo al más que posible hundimiento de su embarcación.

La fortaleza andaluza ha hecho llegar su llamada hasta a los reservistas jubilados, y entrará en Madrid como solo lo hacen los grandes caudillos, armados de todo su orgullo y prepotencia.

Pero que ésto no os lleve, por favor, a pensar que Pedro Sánchez sea un bendito. Todos sus movimientos pidiendo la voz de los militantes se han producido para guardar sus espaldas en el cargo, no para liderar un proceso socialista y obrero. 

En este partido no hay entre sus líderes y valedores quien pretenda dirigirlo hacia latitudes que busquen la justicia social y la paz.

Así que lo que estamos presenciando es el movimiento más convulso de los cimientos del poder, y no lucha ideológica alguna para esperanza de los más ingenuos.

Y muy nerviosos estarán miles de afiliados con cargo, empleo relacionado o posibilidad de acceso a él, porque han de posicionarse sí o sí, midiendo sus porcentajes de éxito porque de ello dependerá la tajada que puedan llevarse o… no.

EllY Strik Picture

EllY Strik Picture

Si yo fuera militante de base socialista, iría raudo y veloz a poner barricadas toda la semana a la N-IV, porque por allí ha de pasar el grueso del ejército, y la garantía perpetua de los valedores de la supremacía y la autoridad.

P.D.: A Felipe González solo le falta encadenarse al Palacio de la Bolsa de Madrid y desde allí arengar a sus amigos para impedir el triunfo de la democracia.

 


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El rey encarga a Pedro Sánchez la formación de un nuevo gobierno

Croupiers de la política

Creo que el dirigente socialista va a salir ganando en esta nueva partida de cartas que ha empezado con el nuevo proceso de investidura. 

Va a volcar sobre Podemos toda la carga para la formación de un nuevo gobierno con el fin de expulsar al PP del ejecutivo. Incluirá en su oferta a Cs, ofrecerá un cambio de cara con un programa social preparado ad hoc y, de ese modo, interpelará a Pablo Iglesias haciéndole ver que era eso precisamente lo que quería (hacer lo posible para que no regrese Mariano Rajoy y llegar a acuerdos de política social). 

En el hipotético caso de que Podemos rechazara y se convocaran nuevas elecciones (o se abriera una nueva opción de investidura con el presidente en funciones) caería sobre ellos la espada de Damocles, por no haber aceptado la posibilidad (real) de dejar al PP fuera de cualquier Gobierno. 

Pablo Iglesias cree que repitiendo una y otra vez su inconveniencia de no formar un ejecutivo con Cs, dicha reiteración le va a dar crédito, pero olvida que no ha de rendir cuentas con toda la ciudadanía, sino con el engranaje del poder. Esto es, su partido no es el eje sobre el que va a girar la posibilidad del cambio, aunque sean muchas las personas que confían en lo contrario. 

Así, quienes piensan que el PSOE va perdiendo credibilidad y votantes, va desencaminado. Tiene en su mano el doble juego que la mayoría de votantes esperan, no permitir el regreso de Rajoy, y hacer un guiño con algunos cambios que ellos prometerán ser importantes. Y, sin duda, jugará con ambas posibilidades y resucitará. 

Podemos ha efectuado la peor jugada que podía dar, ofrecerse al PSOE para formar un gobierno plural. Por un lado, pierde “credibilidad” entre miles de ciudadanos que sostienen que nunca debió dar la mano a esa casta que tanto criticaba hasta no hace mucho. Y, por otro, ha querido erigirse como elemento indispensable mientras la Realpolitik le va a dar la espalda. 

Lógicamente, hay elementos que nos hacen ver que puede haber otras variantes. Pero todas ellas (menos la llamada formación de izquierdas con la ayuda de los nacionalistas) dependen únicamente de los lobbys económicos, presentes en el sector duro del PSOE y en el ámbito de Albert Rivera, que son los que pueden hacer que o bien éste termine por hacer fracasar una coalición solvente, o presionen para que la única posibilidad sea en el marco del tripartito liberal. 

Con todo, el juego sigue. Y por mucho que sean legión quienes respaldan la llegada de una verdadera renovación, aquél sueño maniqueo de expulsar a las élites del poder ya tomó rumbo a un planeta desconocido, y ha quedado herida de muerte la posibilidad de girar hacia la izquierda y luchar por los verdaderos intereses de los más necesitados.

(Este sistema se lo come todo)

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Intelectuales y Socialistas sin Vergüenza

Especial Semana Electoral

1- Intelectuales y Socialistas Sin Complejos

Si alguien pudiera ir a una clase de Ciencias Políticas un día y atendiera la explicación de lo que es el socialismo y de lo que representa el mundo obrero, se daría de cabezazos contra el pupitre porque no entendería nada de lo que le están contando. Bien porque le están mintiendo en toda regla, o bien porque su realidad está a mil años luz de todo aquello que le están mostrando…

La deducción no es muy compleja. A día de hoy quienes mienten son otros, y el socialismo ha pasado a mejor vida.

Pero, ¿qué nos ha ocurrido en el camino?

¿Dónde están esos miles de universitarios que estudiaron y aprendieron a analizar y evaluar sus conocimientos? Supuestamente informados (hasta accedieron a bases de datos hasta hace cincuenta años desconocidos). Enfundados en los trajes del saber, para solventar las dificultades y hacer progresar (y transformar) esos mundos lastrados que conocieron!

¿Dónde están esos miles que se dispersaron entre las ciencias y las letras, dejando atrás los campos para dibujar y ocupar las plazas urbanas? Supuestamente avanzando, porque nada había más fácil que transitar de una dictadura a cualquier otra sociocracia. Orgullosos de liderar modernidades y movidas casposas subvencionadas por doquier.

¿Dónde están esos miles que hablaban de democracias y voluntades pendientes, para emerger de las sombras de las que decían proceder? Supuestamente liberándose, opositando para socialistas con cargo y hambrientos pero de poder. 

¿Dónde están esos miles que fornicaron felices y desatados y salieron y bailaron y se drogaron y ganaron y compraron y conquistaron? Supuestamente construyendo nuevas naciones, cerrando cicatrices nada fáciles de olvidar. Asfaltando los sacrificios de otros y recompensando tan solo el altar del narcisismo más burgués. 

Intelectuales, periodistas, profesores, abogados, economistas, sociólogos, arquitectos, escritores, ingenieros, médicos, artistas, informáticos o psicólogos. La mayoría camuflados. Petrificados en nóminas solventes y trabajando para pulir sonrientes sus futuras y honorables pensiones. 

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Hay que ser poco amigo del pueblo para presentarse como catedrático en un aforo y mostrarse amigo del discurso de un tal González. Hay que tener valor para escribir cualquier artículo y defender al partido de los marchitos rosales. Hay que ser egoísta y mucho más para ir a estudiar becado y regresar con el deseo de votarles. Hay que comer mucho y mal, para no ser siquiera capaz de ver…

Parece que no hay forma de comprender, que de la Universidad pudiera surgir tanta desdicha e infortunio. Que del academicismo nos llegaran, por ejemplo, los usureros del periódico El País y los feligreses de los gobernantes más traidores y delatores. Que desde los sindicatos y ayuntamientos floreciera de todo menos el puño en alto y la impronta de los luchadores.

Parece que no, pero la hay. Timadores sociales, que zurcieron los bolsillos de doble fondo para acumular el peso de la ingratitud y tanta maquinación. Porque hay que ser bien cómico para presentarse en público diciendo que uno se ha licenciado, y después de haber podido revisar todo el conocimiento tenerlos  bien puestos para respaldar a un partido que fue capaz de fulminar todos los sueños. 

Que me perdonen los votantes y compañeros socialistas que no pudieron estudiar porque tenían que trabajar, o ni tan siquiera tuvieron la oportunidad. Pero están a tiempo de revisar sus criterios y demandar el por qué de muchas acciones, o preguntar tan solo cómo es posible entender que el líder que todavía muchos proclaman pueda llegar a ser el lustroso millonario que partió de ánimo tan obrero.

Quien es capaz de sentirse orgulloso por lo mucho aprendido y aun así insiste en proclamar el favor de este partido, me temo que ha de aprender a asumir  cómo ser co- protagonista de la evolución de tamaño señuelo, porque el damnificado y el mundo obrero encenderá un día el pebetero para que con su llama alumbre el rostro de alguien tan irresponsable y torticero.

Sorprendente que después de todo lo que ha sucedido en los últimos cuarenta años apenas haya compañeros que cincelen con urgencia la bárbara trayectoria de tanto político sin complejos. Y cuestionable cuando menos que uno tenga que rebuscar para encontrar ensayos que borren de un plumazo su teatro de la adulterada y nada social democracia.

Que un facha defienda a Aznar es muy comprensible, pero que alguien que diga ser demócrata apoye al partido socialista es cuando menos, incongruente. Y para eso están los archivos de vida, para recordar a Isidoro y al gran Roldán, el no a la O.T.A.N. y los acuerdos militares que no podemos olvidar, las reformas laborales y la ley con la que patear la puerta, el cambio de la chaqueta de pana por los cuellos de alquitrán, los negocios giratorios y la privatización de hasta las migajas de pan, el fraude de la unión y las olimpiadas de la depredación, la «suerte» de unos pocos y el ultraje a gran parte de la población, las amistades rodeadas de reyes y dictadores y el desprecio hacia las minas y el agricultor, las balas del Estado y ningún cartucho para disparar contra la corrupción, los paraísos fiscales y los negocios de la transición, el desprecio hacia la izquierda y la clara apuesta por la ideología de la comercialización. 

Expertos en hacer de la negligencia un negocio! Y quien se sienta ofendido que investigue, y si lo que lee no le abre los ojos que pida ayuda, que información hay de sobra para poder decir alto y claro que Pedro Sánchez es «hijo» y buen alumno de una nueva escuela que sigue abonando este prolijo e inadecuado ateneo de la moderna explotación.

Ni socialistas ni obreros, estos son parte de los españoles que vendieron  hasta el alma de los pobres que ahora no tienen fuerza ni para ir de manifestación, mientras su hijo favorito se codea con los ricos camino de convertirse en el esperpento abogado de la sin razón. 

Estos días hemos escuchado muchas veces su grito de guerra para rociarnos con tanta e inadecuada manipulación: «La patria de los socialistas es la igualdad». Y sí, igual que comenzó la Transición, igual  proseguirán con su himno al despropósito, y abriendo puertas al TTIP y al Imperio seguirán permitiendo las alianzas a favor de toda invasión.

(es del todo desesperanzador que viendo el debate de ayer haya quien aun así, decida ir a votarles)

colaboración para Iniciativa Debate

 


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No a las Guerras

Breves: Los dineros de Occidente

(Insultante)

Rajoy y otros muchos han venido diciendo que era irresponsable adherirse a la manifestación en contra de la guerra que se ha celebrado hoy en muchas ciudades. Pedro Sánchez y sus acólitos tampoco lo veían con buenos ojos; siempre es igual cuando anteponen lo que ellos llaman razones de Estado. 

Los partidos que ambos representan no han cambiado un ápice desde la falsa transición, y no solo siguen abanderando su adhesión al neocolonialismo, sino que se jactan de colaborar por el bien de Occidente y por la consecución de su paz. ¿Hay algo más violento que alentar y respaldar las guerras?.

Quienes son capaces de apoyarlas (con Albert Rivera de abanderado) muestran su lamentable posición ante la vida y, lo que es peor, su raquítica envergadura humana. Si dicha decisión fuera porque alguien ha invadido sus casas, hasta se entendería, pero que lo sea por controlar y dominar una zona estratégica rica en materias primas es, cuando menos, insultante.

Debemos expulsar a tanto impostor e ir nombrándolos de uno en uno, hasta que sus oídos sangren con el grito de todos los muertos. Debemos nombrar a esos personajes que hacen posible que la tierra sea ese surco que llevan los cerdos de arcilla, y al que llaman hucha.

(Estaría bien recordaros que el yihadismo ha matado menos gente en el mundo que las políticas liberales y las estrategias colonialistas, así que estaría bien que propusierais un Pacto Anti-Pobreza en vuestro propio país y dejarais de joder con la pelota)

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Carta abierta a todas aquellas personas que Podemos luchar por el cambio

Interpretaciones para el Debate

Probablemente es el momento para redirigir la mirada a este movimiento que ya se convirtió en partido, y a una nueva perspectiva crítica (positiva a mi entender) capaz de analizar toda una serie de acontecimientos que ni podemos, ni debemos olvidar.

En una primera exposición que ya efectué antes de las votaciones europeas, dejé constancia de una de las brechas más significativas que me distanciaban de sus planteamientos. Su ausencia de ideología no solo se está agudizando, sino que se está escorando (aunque ellos no lo manifiesten) hacia ese espacio donde los cimientos del poder pueden asentarse con mayor seguridad.

La moderación cada vez más evidente de todos sus discursos, y una serie de detalles que no pasan desapercibidos nos ayudarán a modelar mejor los espacios donde cada posición política se asentará para comenzar la carrera hacia la presidencia del gobierno.

Quiero mostrar mi rechazo absoluto a ese bipartidismo que ha menospreciado a toda una sociedad en su conjunto y ha dejado que se instaure en España una política mercantilista que ha convertido en capital de cambio la sonrisa humana. Pero ello nunca puede ser óbice para que otro partido que desee alterar el rumbo de los acontecimientos no pueda ser estudiado en profundidad para que podamos adivinar qué se oculta en medio de todas las estrategias.

Así, estamos obligados a comenzar con la primera piedra de toque y, por tanto, averiguar la razón de ser de unos movimientos que no respondían (aparentemente) a las maniobras de los dueños de los medios de comunicación. Es del todo ilusorio creer que el respaldo mediático que se ofreció a Podemos fuera una anécdota que se podría resumir en el tirón de su líder. Tal y como funciona nuestro sistema político, con el aval incansable de un periodismo que recluta legionarios a base de talones exquisitos, se hace necesario responder a ésta pregunta. ¿Por qué, de repente, una corriente económica e ideológica próxima al neoliberalismo (atresmedia) sirvió de altavoz al nuevo eco de la ilusión?

Motivos exógenos a la propia formación no le eluden de responsabilidad a la hora de clarificar todo este episodio. Puede ser cierto que la necesidad más urgente en las altas esferas del poder fuera buscar un refugio donde atrincherar a probables desestabilizadores del orden, más aún en un momento donde los movimientos sociales comenzaban a recobrar fuerzas y tomar las calles. Por ello, no dejamos de lado esta probabilidad: Podemos puede ser el escenario más apropiado donde depositar la rabia acumulada y ese ardiente deseo de derribar los muros de las élites y sus finanzas. Así, qué mejor que un partido nuevo que amortigüe lo que podría ser un golpe en el centro de flotación a un entramado político que se vería asediado por continuas manifestaciones y rebeliones.

Seguir reflexionando desde el oportunismo y la óptica de quienes pueden salir beneficiados de todo ello, es más que probable que nos ayude a eliminar el vaho de nuestros cristales. Y tenemos que al mismo tiempo que se consigue un estupendo sparring, se dinamita la fuerza que desde la transición necesitan tener doblegada, asestando el golpe definitivo a cualquiera de sus esperanzas. Izquierda Unida y todo el trabajo realizado por miles de personas desde las bases populares (procurando agrietar los muros del poder) no verá nuevamente fruto alguno a sus denodados esfuerzos. Aunque en su debe también deberíamos hacer constar que tiempo tuvieron para extremar su discurso y ser más pragmáticos y populistas (en su buena acepción) con su aventura.

El auge de Podemos ha sido constante, y las apariciones televisivas el detonador perfecto. Hay que subrayar este hecho, porque del mismo modo que ese punto es una de las causas que permite amplificar sus voces, lo va a ser también ahora de su enojo por la llegada de las críticas desaforadas. Es decir, lo que no es de recibo es hacernos creer que el impulso no se debía a la inestimable ayuda de la Sexta, y sí en cambio la nueva etapa de acoso e intento de derribo programada y ofrecida por las diferentes televisiones. Ambas situaciones germinan desde el mismo centro de operaciones.

El afianzamiento de esta fuerza resulta un hecho, y el bombardeo de encuestas poco serias mostrando su liderazgo todo un acontecimiento. Una fase en la que insistentemente nos venían mostrando la hipotética victoria de esta formación también descubre los requiebros que se están realizando para movilizar el voto del miedo.

Probablemente, se les ha ido de las manos. Pero el supuesto plan sigue su curso y todo indica que redoblarán fuerzas para ser capaces de aplacar los movimientos de Podemos. Antes de las elecciones generales el Partido Popular habrá purgado la mayoría de sus «casos de corrupción» y llegará más oxigenado al envite final.

El otro partido representa al perfil sociológico más difícil de asumir y comprender de España. Los de Ferraz, teóricamente, deberían estar renegociando sus deudas con los bancos y sus gentes porque estaban llamados a desintegrarse, respaldados por su propia estupidez. Pedro Sánchez ha asumido el papel a la perfección y está escribiendo uno de los capítulos más tristes justo en el preciso momento en que cualquier organización socialista debería acometer las más profundas de sus transformaciones. Y sus teatrales movimientos están llegando tarde y son tan irrisorios que merecen el mayor de los oprobios. El P.S.O.E. sigue representando a la saga de políticos que hay que procurar descartar cuanto antes. Lo esperpéntico es que sigan aguantando el tirón y todavía queden incondicionales capaces de mirarles a los ojos, a pesar de los esfuerzos que siguen haciendo por mostrar el rostro más inhumano e indecoroso con su adhesión incuestionable al régimen monárquico, financiero y elitista. Las cosas así, su batalla interna con los afiliados seguirá siendo de calado cuando las coaliciones o pactos concretos sean su única salida, aunque también tengo que recordar que a muchos de sus seguidores les será igual arre que so; todo sea por proseguir copando las tan apreciadas cumbres del poder.

Tempus Fugit News

Tempus Fugit News

Y ello, si no se produce una de las maniobras más deprimentes de la que ya dejé constancia; la foto la dibujan Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón  juntos, porque puede ser uno de los mayores reclamos (en función de cómo se estén gestando las diferentes posibilidades) de un buen número de ciudadanos. Sería el punto final a la meteórica carrera de los profesores universitarios. No deberían dar ese paso bajo ningún concepto; constatarían la nula apuesta por revolución alguna, y destruirían el sueño de las izquierdas en el momento menos oportuno desde la muerte del gran dictador.

Es complejo poder indagar en todos esos aspectos que desde fuera inciden directamente en el devenir de Podemos, pero no lo debe ser tanto procurar hacerlo desde dentro. Tenemos movimientos internos, actitudes y realidades que han de ayudarnos a cerrar el círculo, y no perder detalle para hacer un boceto más asumible en términos más objetivos.

Quiero mostrar solo unos detalles que para mi son representativos de un camino, y al que necesito prestar atención. Desde luego, muchísima más atención que la que sus enfervorizados seguidores le van a conceder.

Es cierto que hemos vivido y vamos a presenciar una enconada serie de ataques que no conocerán freno hasta después de las elecciones generales, generalmente sin mucho fundamento, y con el único objetivo de destrozar esta formación. Por ello muchas personas se sienten incómodas ante tanto desenfreno y tanta injuria, pero inclinarnos a la necesidad de observar críticamente todo lo que está sucediendo no debería ser recibido con esos gestos de reprimenda y animadversión. Es más, cada vez veo más urgente un espacio dentro del propio partido que acoja una mirada crítica, antes de que releguen al olvido aquellos orígenes que parecían abrazar la causa de los más desfavorecidos.

Y así prosigo. Uno de los fracasos existentes en el plano socio-político es la distancia cada vez mayor que se está produciendo entre la clase dirigente y la clase que verdaderamente está sufriendo las consecuencias de esta guerra sin cuartel contra el estado del bienestar. El movimiento 15M se presentó como conductor de ese sufrimiento y lo canalizó a través de la calle. Las dos corrientes más significativas de Podemos indicaron desde un principio que los indignados eran su referente, aunque ya dejaron claro que el déficit organizativo que representaban había que suplirlo como lo han hecho. Pero, ¿qué hay de real en el reflejo social de esta pantalla? La respuesta no favorece lo que en principio parecía iba a ser. El movimiento no fue capaz de aglutinar a ese colectivo obrero damnificado, y Podemos, mucho menos. Y ahí radica una grave penalización, dado que ese vacío reconduce la lucha política sin que quienes más sufren puedan engancharse a esperanza alguna. Y hay que recordarlo, esto no tiene marcha atrás. Si analizáramos quiénes representan o lideran la mayoría de círculos en los diferentes municipios, y quiénes han sido los principales candidatos, nos daremos cuenta que las clases medias y bastante bien acomodadas, copan ese mercado (desde la cúpula hasta sus bases). Negar esto seguirá amordazando una realidad que necesita oxigenarse.

Si hubiéramos de crear un perfil medio de quienes se han emocionado con el nuevo partido, la población urbana, treintañeros, gente con estudios secundarios o superiores, y pertenecientes a las nuevas clases medias o altas (obreros y profesionales cualificados, trabajadores de la Administración y servicios, y empresarios) dibujarían su mejor adhesión, y las clases menos pudientes, autónomos o agricultores no serían su mayor baza. Y lo más grave, tampoco parece haber intención alguna de subsanar dicha ausencia. Puede ser cierto que sociológicamente los sectores más desfavorecidos queden atrapados en un bucle de resignación (y sin deseo alguno de acudir a votar), pero ello no debería ser causa para que prosigan los mismos criterios de fidelización política. Y además, siendo realistas, Pablo Iglesias y su equipo deberían abandonar cualquier llamamiento a los más desfavorecidos si nada hacen para integrarlos en el proceso (y en su organigrama). Aunque parezca contradictorio, como ya ha reflejado Thomas Jeffrey Miles, “los más activos a favor del movimiento pertenecen ellos mismos en su mayoría a grupos de población que ya tenían más posibilidades de ser cooptados por el establishment, que todos aquellos que están más amenazados por la crisis”.

La Asamblea celebrada en Vista Alegre ya dejó claro cómo se distribuye el poder y en manos de quien queda. El hecho de que los vencedores hayan sido respaldados por una mayoría aplastante de los votos no dota a esa opción de ser la más exigente y defensora de las causas más justas, solo significa que su líder tiene un tirón sin precedentes.

E igual ha sucedido en las últimas votaciones para elegir a sus candidatos para las autonómicas, siendo mucho menos representativas las listas no apoyadas por la dirección oficial.

La novedad, el poco tiempo empleado en su formación y otros condicionantes han posibilitado cierta desconfianza en el buen avance de la creación de todos los círculos y en la presentación de candidatos. Por ello desde arriba ven necesario atar en corto todos los movimientos. De ahí también el recelo para presentarse a las municipales con su nombre. Es entendible dicho miedo, pero también se ha de cargar con las consecuencias de sus propias decisiones. Sigo manteniendo que Podemos no debió presentarse a las elecciones europeas, y que la etapa de construcción del partido hubiera sido mejor prolongarlo para dotarlo de una mayor consistencia, tanto política como organizativamente. El cambio de discurso efectuado también forma parte de esa falla, junto con el hecho de que diferentes “cabezas visibles” pueden patinar también con sus declaraciones, denotando que no hay coherencia interna, o que de haberla, deja mucho que desear.

El País Vasco y Navarra ya han presentado sus credenciales, y desde altas instancias parece que va a quedar claro que habrá dificultades para quien desee pactos con la Izquierda Abertzale, al margen de que muchos círculos o incluso la representante navarra, Laura Pérez, no vea con malos ojos pactos programáticos para conseguir el tan ansiado cambio político en la comunidad foral.

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Tras las últimas elecciones en Andalucía no parecía del todo acertada esa “ingerencia” desde Madrid, y todo indica que a última hora se han impuesto las condiciones de Teresa Rodríguez, tres exigencias que ayer mismo corroboró Pablo Iglesias en rueda de prensa; que la Junta no contrate con bancos que desahucian familias sin darles alternativa, que Díaz se comprometa a reducir altos cargos y a cambio readmita a profesores y maestros interinos, y que imponga tolerancia cero a la corrupción y exija responsabilidades políticas a los expresidente Manuel Chaves y José Antonio Griñán al margen del resultado de la investigación judicial sobre los ERE en que están inmersos.

Pero más allá de estos cambios y cómo se resuelvan las negociaciones, quiero dejar claro que las reflexiones aquí expuestas no responden a una interpretación mia sui géneris, sino que vienen determinadas por sus actos al incumplir lo que ellos mismos prometieron, esto es, que en todo momento las bases iban a ser quienes decidirían cómo y con quién deberían pactar (o no). “Tal y como aparece en los documentos organizativos aprobados en la Asamblea Constituyente Sí Se Puede, los pactos electorales se decidirán por todos los inscritos e inscritas en Podemos de cada territorio, que constituyen cada Asamblea Ciudadana Territorial”. (Ione Belarra)

No hay explicación alguna para perdonar críticas hacia Podemos ante evidencias que consideramos importantes, y que con cualquier otra figura política no hubiéramos dejado pasar. Asumo que miles de flechas ya se han lanzado para herir el progreso de este partido, y que les esperan meses difíciles enfrentándose directamente a las cloacas del poder y sus mercenarios. Pero no me parece prudente que por ello hayamos de abandonar un espacio crítico, sobre todo si se procura efectuar con prudencia, con trabajo, y sin ningún ánimo de ofensa ni de derrumbe. Bien al contrario, somos muchos quienes deseamos una urgente transformación que termine regenerando el cielo político. Pero también somos muchos quienes exigimos cambios de mayor calado y un mayor esfuerzo para que los más afectados vean un poco de luz en el oscuro escenario que nos ciega.

Quiero terminar con una última interpretación de los hechos, que sostiene una de las razones por las que se va a minar la pretendida ascensión al poder. Las clases asentadas y que no temen a la crisis, porque sus bolsillos están candados y a buen recaudo, no necesitan de la asimilación ideológica de ningún tipo para perpetuar sus intereses o sus maquillados cambios. Les vale con que sus tipos de interés estén defendidos, desde uno u otro bando. En cambio, desde la izquierda, o más bien desde la zona de no confort, es necesario cuestionar los principios, la concepción del mundo y los discursos, porque se espera de ellos una transformación: la transformación soñada que nunca llega.

El activismo siempre será mínimo, por lo que los momentos de desazón y de regresión aparecerán constantes, sobre todo cuando las erupciones ya hayan dejado su impronta. Y estamos ahora en uno de esos momentos, ratificable (para mí sin ninguna duda) con los datos de participación en la elección de candidatos para las autonómicas, próximo al 20%. Una tasa bajísima que bien debería hacer pensar a quienes creen controlar los funcionamientos de las nuevas democracias a través de las redes sociales.

Aunque pueda parecer contradictorio en un partido liderado y apoyado por un gran número de universitarios y estudiantes, va a ser precisamente el significante y la reflexión política la que vacíe cuantitativamente las arcas de la nueva formación. Ésta solo se encontrará cómoda en la ausencia de todo rigor político y fundamentación de sus obejtivos. Y cuanto menor sea el grado de profundización de los pensamientos, mayor será el porcentaje de posibles votantes. Y ellos lo saben, y es a todas luces, preocupante. Y lo digo cabizbajo, porque este giro permite la estandarización de la atonía política y, con ella, la desconexión absoluta con los principios originarios del cambio.

Si creéis que podéis, por favor, repensar en qué consistía aquella indignación, y dónde quedan los rostros más marcados por la crisis.

Si podéis, por favor, hacer llegar mis palabras a quien proceda.

Un abrazo, joséluis

colaboración para Iniciativa Debate


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Debate sobre el estado de la Nación

Mi Photosfera:

Después de escuchar el último debate y atender los discursos de Pedro y Mariano, dos son las consecuencias directas que emanan de tamaña aventura; la primera, salir corriendo, y la segunda, salta a la vista!

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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Pacto de Estado

Y tiran porque les toca…

Cada vez que hay un pacto de Estado los cimientos de la Democracia echan a temblar. Pero lo más lamentable es cuando el dirigente socialista de turno nos hace saber que anteponen la razón de Estado a las decisiones partidistas, escudándose (como lo hacen siempre) en la unidad de los demócratas.

Así es, nosotros no somos «demócratas». Y nunca aceptaremos pactos de urgencia, sobrevenidos para respaldar legislaciones cada vez más punitivas y deudoras del rodillo del imperialismo. Nosotros seguiremos observando cómo la deriva más conservadora está azotando Europa, y cómo el PSOE sigue escribiendo las más tristes páginas de su Historia.

Pedro Sánchez es el perfecto maniquí del capitalismo moderno. Un títere que pronto va a recibir la bofetada del pueblo, y antes de que se de cuenta se quedará sin su sonrisa, y encerrado en ese recuerdo del pasado sin que se le conceda ningún espacio digno de tener en consideración.

Buenas noches! (A veces, hay que gritar)

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