Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Aguados de amor

Colaboración con las inquebrantables amistades de La Ignorancia Crea.

 

«En la árida tierra que habitamos los sueños terminan por emigrar, y cada pisada se convierte en una grieta, y cada grieta abre un surco como un parto prematuro que no sabemos si es para olvidar o, si por el contrario, nos hace recordar…, que las glicinias siempre florecen, a pesar de que los topos oraden hasta el último refugio donde las semillas podían germinar.

Y resuelta a desobedecer la vida arrinconada, en éste preciso lugar, me das la mano y tu mirada me invita a pasear, lejos de los espasmos y más bien cerca de alguna fosa que nos lleve al mar. Y me abrazas rodeada de agua, porque dices, el agua puede sanarte hasta la eternidad. Yo nunca termino de comprender muy bien lo que me quieres decir, pero tampoco le doy mucha importancia, porque cuando estoy sumergido contigo hasta las mecedoras dejan de balancear.

La lentitud nos identifica en las caricias bañadas, y a veces no hace falta ni que el sol resplandezca para determinar que merece la pena permanecer allí hasta ahogarse, cuando es tu boca donde me zambullo sin saber siquiera que una rana acaba de depositar sus huevos en tu paladar.

Ni los peces de colores son capaces de deslizarse marcha atrás, pero tú…, eres capaz de hacerme creer que podemos amarnos sin tan siquiera saber nadar, y todo porque el agua es una constante cuando la sed ha de aplacar toda la tensión sexual. La botella sobre la mesilla de día, porque de noche preferimos bebernos, y al despertar, enjuagarnos los labios no vaya a ser que sin humedad no acertemos ni a regresar…

Dispuesta a que todo fluya, me invitas a que podamos presenciarnos poniendo como testigo el manantial de donde brota toda posibilidad de avanzar, y vuelves a darme la mano, esperando que todo el agua del mundo se convierta en ola…, y nos lleve una y otra vez, al fondo de nuestro mar»

http://www.laignoranciacrea.com/…/04/La-Ignorancia_22-Agua.…


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Soledad

Poemario Disidente

Todos los paneles dejaron de emitir su luz hacia tu cuerpo.

Las lagartijas corren sin cola y la única nube que vaga en el cielo acaba escondiéndose lejos del alcance de mis manos temblorosas. Ya sin caricias, el agua dejó de ser. Los besos en barbecho, surcos, ni tan siquiera huesos de aceituna en el plato.

Un carro pasa sin caballo. Chirrían las ruedas, los últimos latidos son incapaces de inyectar sangre a esos ojos que buscaban. El mármol siempre frío. Los sonidos del otoño no pueden amortiguar un nuevo capítulo, en caída libre.

Cada dentellada, infiel reflejo poblado de espejos que distorsionaban la vida.

He de no recordarte, y labrar clavos en la dehesa que va desde tus hombros hasta las últimas letras que pronunciaste.

Sin fuerzas, dejo caer las cenizas, que pesan más que el júbilo que siempre te acompañó. Amor y muerte. El viento lo lleva todo.

… Menos mi soledad.

Photo by joséluis vázquez domènech


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Dentro

Poemario Disidente

(Ocurre dentro. Fuera pro-curamos)

A veces me explosiono tanto que me siento incapacitado para buscar un trozo con el que pueda llegar a decir que me pertenece. Y me siento una tarde sin brisa, una verbena sin música o un menú sin vino. No llego a ser capaz de intermediar con el aullido que llevo dentro. Y es probable que precisamente en ese momento necesite vaciarme para volver as empezar, aunque sea para volver a detonar.

En el transcurso de ese proceso puede que esté muy mutable, ausente, poco locuaz y a veces expectante…mente en silencio, sin saber muy bien si busco algo o a alguien, si he de transgredir y permitir que todo sea. Definitivamente el armazón no está bien construido, porque como un soldado he de ponerme un uniforme para ir preparado a una nueva batalla.

Photo by joséluis vázquez domènech


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Necesito que me empujen

Poemario disidente

(…)

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

Necesito que me empujen…, hacia latitudes de vida que no consigo vislumbrar con certeza

Pero que están ahí, amenazantes en cada rincón y casi en cada mirada

 

Me desestabilizo en mi tendencia de proseguirme,

ajeno a la espiral de tanta estimulación de única y estricta vida colectiva

Y sin fuerzas, busco tu reconocimiento como fuelle

Aunque sea mentira mi creer, aunque sea mentira tu proceder.

 

Reconocimiento en vísperas de la muerte,

para no caer desolado de la última página del libro olvidado

 

A veces es dura la vida

Y hay que ser capaz de reconocerse incluso sin ella

y, desnutrido, aun con miedo a ser marginado,

… ser capaz…

 

La debilidad no viene de rancio abolengo

sino de la intensa lucha por proceder con sigilo

desde el umbral de un pensamiento que sobrestima el hecho justo que ha de ser vivido

 

Ámame, aunque sea de noche y en estampida

hasta llegar hacia cualquier resquicio oxigenado de aprecio

 

Que hoy necesito que me empujen

(y me inoculen una dosis de filantropía distraída)

 

A todas las personas que en algún momento y por cualquier razón, se perdieron…, o no tuvieron el coraje suficiente para seguir muriendo…
 


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Descontaminación

Poemario disidente

Abrir las compuertas

Quisiera descomponer los residuos que he almacenado a lo largo de la vida, causantes del más mínimo desgaste anímico que en cualquier acompañante se manifestara.

Desnudarme con todas las heridas abiertas, y permitir que se alejaran las resacas de todos mis mares…

… hasta que la última ola se llevara consigo el recuerdo de cualquier dolencia.

Quisiera.

Disculparme por mi indisciplina, por no saber tocar los acordes que hicieran desbocar la sonrisa. 

  • tengo mal oído, pero procuro siempre poner música, incluso en las distancias que nos separan

(Porque todos necesitamos también amar, o disolvernos con sus inclemencias).

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech


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Recompensas del azar

Poemario Disidente

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Nos zurcimos con nostalgia los pliegues de la piel  y luego desaparecimos. Ambos dos, promocionando la costumbre y la peculiaridad de no traspasar los extramuros de nuestras vidas.

Por aquél entonces yo estaba sumergido, y no precisamente en reflexiones poco profundas. No nos conocíamos de nada y, tal vez por ello, éramos absolutamente libres de ser recompensados por el azar.

Todo era ruido alrededor, y el silencio fue la clave para que decidieras acompañarme a aquella trasnochada habitación. Ni el sigilo ni mis reservas. Nos miramos dos horas antes y explícale tu al destino lo que supuso aquella aproximación, que nos llevó de peregrinación por algún reconocimiento arrinconado.

(Bueno, igual fui yo quién te acompañó).

Quise darle un sentido, pero antes de darle placer a neurosis alguna decidí retener entre mi pecho y el filo de tu espada el milagro del amor correspondido…, entre dos víctimas que detuvieron al amanecer por alijo de emociones y percepciones atrincheradas.

Ayer te extrañé, veinte años después, y me tiré a las calles vagando entre el recuerdo y la supuesta lucidez de mi cuerpo avaro. (Formas de derramar nostalgias y aplicar técnicas de grabado en tu propia litografía). 

Así es cuando menos te lo esperas, y pocas veces cuando lo confeccionas. No es entrañable exponerse paciente y dócil al sacrificio del escarceo. Las peripecias y los amaños amatorios son tan propensos al absurdo que es mejor no tener ocurrencia alguna y dirigirte sin rumbo hacia el abismo.

No hay mejor receta que el rayo que no cesa, cuando irrumpe desde las cumbres de la ignorancia y el estímulo se vuelve impulso que te subyuga.

Nunca más te volví a ver pero supe de ti, y que en tu cuerpo también quedó grabado…, un accidente que convirtió en precaria, la vida simulada que nos atropella.


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A ti, que huyes… y no te encuentras

Poemario disidente

Opositando a la vida

Ibas a nadar porque te gustaba sentir llorar a la Tierra…, y derramar toda su tristeza en cada ola. Y recordabas cuando te lavaban los sábados en aquél balde lleno de fronteras y olor a familia. Destinos entreverados (pensabas, a cada brazada); las mejores estampas lucían en los salones llenos de pulcritud y buenas palabras, mientras a tu lado los ratones parecían juegos de niños y sombras.

Hay que expulsar los sueños y contemplar la existencia. La que es. Aquellas manos manchadas de un sueldo a tres turnos, y de un imposible final feliz. Con el tiempo lo aprendías, y del mismo modo que en otoño llovía, lo recordabas. «Siempre se cruzaba un maldito pájaro que cagaba sobre nuestras cabezas».

Podía cerrarte los ojos, pero hasta las vendas estaban agujereadas. Palpar la realidad. Aspiraste a engañar a las venas tiñéndolas de golpes de efecto y todo lo inevitable volvía a suceder, porque no había llaves para tu puerta…

…que era la mía pintada de gris.

Los sedimentos y los mandamientos de la pobreza. Fui tú más tiempo del que debía. Y ahora ando a vueltas con un esguince en mi sonrisa, y unas muletas en los recuerdos de mi memoria.

(Sálvese quien pueda, que apenas quedan plazas en los suburbios de la vida).

Warsowa - Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Warsowa – Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 


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The First Day

Poemario disidente

01 de enero

Dicen que empieza un nuevo año, pero créeme que hoy viene igual que ayer, detrás de otro día cualquiera que apenas supo alumbrar la noche. Cargado con la misma emboscada y cubierto con idéntico aroma a pólvora y canapés.

/Pensar que algo ha cambiado o lo puede hacer, es dejar en la inconsistencia de la esperanza colectiva la necesidad de la propia transformación/. 

Nada hay que esperar, porque todo queda por hacer.

Levántate, derrumba los muros de esta sociedad maltrecha, y hazlo. Hazlo sin miedo. 

Ama.

Como si la vida te fuera en ello…, y el mundo fuera un clavo ardiendo.

Pero no comiences con los autoestimados, que ellos mismos ya tienen suficiente.

Ama la justicia social, la igualdad, el rostro cautivo, los inviernos duros, los charcos llenos de barro, la herrumbre de tus pensamientos, el olor del vagabundo, los demonios que llevamos dentro, el agua en los zapatos, el esfuerzo de la tierra que se abre a dentelladas, el silencio más que la palabra, la rareza que te esquiva, a la mujer que le arrebataron la mirada, al hombre que no sabe acompañarla, a quien no puede con su espalda y, sobre todo, a quien han robado su trozo de comida. 

(el silencio más que la palabra)

Y después, ámate lo que quieras, que tiempo tendrás todavía…

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 

 

 


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Infancias

Poemario Disidente

(llegan todos los santos)

Tus manos diminutas no juegan sobre la arena, restriegan en ella y te llevas un puñado a la boca. Es la ración del día en una nueva jornada desalentadora. El sol no se separa de ti, y no se escucha música a mil kilómetros a la redonda. Solo pequeños aleteos y algunos zumbidos que apenas pueden despertar tu sueño eterno de agua. Las moscas se posan sobre tus labios y de tantas veces que van y regresan…, ya ni te molestan. Lo que para un niño del ensanche es escombro alimentario, para ti es el maná que todas las religiones juntas escribieron sobre falsos papiros ya olvidados. No puedes clamar a la tierra para que brote arroz o tan siquiera una mala hierba, y se van cerrando esos ojos donde los gobiernos recolectaron sus crueles condenas.  

Tus ojos!

Ni tan siquiera puedo hablarte, pero seguiremos abonando en las palabras para nombrar a quienes hacen oídos sordos con tu último latido. 

Todos los santos te llevan y aquí siguen, reunidos, los halcones que no custodiaron ni tu primera esperanza.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 

 


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Colisión

Poemario Disidente:

(accidentes inesperados)

Has tardado mucho en desvincularte y regresar al punto de partida primordial. La soledad siempre ha de ir con nosotros, y ahora la buscas entre los vestigios de un sueño que no terminaste de precisar. Una esquela apareció en las páginas de tu diario sentimental, y diste incluso por muerto ese infatigable mundo que otros muestran con tanta frivolidad.

/Si pudieras añadir una nueva categoría en el acontecer de esas representaciones que te provocan tanto malestar, sé que convertirías en delito que alguien te conminara a amar/.

Los huesos a un lado y tu voluntad inquebrantable accidentada por esa eterna indisposición. (No es fácil comprender la sencillez).

Todos tardamos mucho…, en olvidar lo que nos enseñaron y aprender a pensar. Y te cuesta creer que los caballos también tienen memoria y que los sonidos eternos insistirán… Las apariencias siempre van por delante de la verdad y los enamorados se dicen todo incluso antes de conocer su realidad.

Y prefieres vivir invisibilizada a que quebranten lo que has conseguido labrar. Adviertes que entre la bruma, piedra a piedra, quienes habitan tus periferias reconstruyen siempre el mismo nicho para el mismo funeral. El almacén ya está cubierto de helechos y moho, y hay que darse lentitud para no volver a errar…

Te comprendo. Callo a tu lado y mis manos te despiertan, sin necesidad alguna de nombrar tanto bienestar. Y de vuelta ni tan siquiera giras la cabeza, porque sexo que flota cuerpo que aprende también…,  a meditar.

Sobre la bóveda has dibujado un cielo azul que no te atreves ni a nombrar. Cuando colisionas te gusta caminar descalza por la orilla y, tímida, desnudar al menos tu espalda y vestirte con ese olor a mar.

Y aunque calles, sé que tampoco esta vez me vas a llamar.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech


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Contrainformación

Poemario Disidente.

(querer… saber)

De tus apeninos a mis andes todo es arena y viento, fragancia que inflama cada zona erógena y la deja abierta. Se expanden miles de variantes para quedar a merced de los sensores que llevamos como cadenas amarradas a los deseos.

Pero nos vigilan los malos presagios, las arañas de Marte y los guardias que custodian cada gesto y hasta los pensamientos. Se resecan los labios por falta de hidratos y no de carbono, y se esquilman los pliegues de lo que podrían ser mejores recuerdos.

/Insistimos en dejar constancia. No podía ser de otra manera y había que escribir cada jornada con la rúbrica a tanta guerra y toda la miseria. Explorar los acueductos de la desinformación para luchar contra los escombros de las noticias/.

Hasta que llegaron y nos detuvieron, por amar sin límites la búsqueda, por intentar derribar las cosas de los Estados y proponer la lucha sobre todas las cosas. Por gritar y traficar con letras, por redes y por las canaletas.

Y nos golpearon, hasta mitigar la consciencia. Y tres años después fui a visitar tu celda que es la mía.

Todo es viento y arena y no sabemos bien como esculpirnos, despojados como estamos de arcilla y agua.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech (Tønsberg)

Photo by Joséluis Vázquez Domènech (Tønsberg)

 


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Malos Tiempos

Poemario Disidente:

(No hay que desarmarse)

Cada vez que subo la persiana al mundo se empañan los cristales. Y supura la tierra y gritan los erizos, y silban los peces y callan los pájaros, y corren las tortugas y saltan los cerdos (sobre todo, saltan los cerdos).

Ahí fuera no huele la lluvia cuando se despeña. Las olas retroceden y lo que llegan son cadáveres. Los expertos se llenan de palabras y vacían nuestras despensas. Se buscan emprendedores que triunfen y así acusar a quienes no lo hacen.

La legalidad es cuestión de poder y nunca de justicia. Se privatiza la política y lo que debía ser de todos pasa a manos de unos pocos. Mueren Galeano y Benedetti y resucitan las mafias y los golpes de estado.

Las dominicanas llegan a Europa a limpiar las casas de los abogados y los portales de los obreros. Y los europeos van a su república a bañarse y masturbarse en sus aguas verdes. Los africanos vienen a saltar las vallas después de cruzar los mares y, al mismo tiempo, los tour-operadores promocionan viajes y colisionan con sus ilusiones.

Cada vez que subo la persiana mi mundo persiste e insiste, para advertir que la poesía es un arma… cargada de presente.

Y mientras, las olas retroceden.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech (Mundaka)

Photo by Joséluis Vázquez Domènech (Mundaka)

 

 


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Sin Límites

Poemario Disidente.

(sin límites)

Aquél día que abriste una grieta en el camino que te llevaba a casa mientras yo observaba tu melena al viento, un paisaje brotó dentro de mi y todo el páramo del mundo se extendió como lo hace la música por los rincones olvidados de la memoria. Ajeno a cualquier circunstancia lo olvidé todo sin pensar en ello, y mitigué los frenos que había puesto a la vida. No lo olvidaré siempre. Un 30 de diciembre te columpiaste en mis entresijos y las arañas salieron a despedirte el último día del año, recobrando las fuerzas para construir una nueva tela que atrapaba hasta el aliento que dejaste sobre la almohada. Los verdes prados te acompañaron hasta el mar, y descansaste allí guardando el secreto entre las olas, tumbada mientras sentías cómo tus pies rozaban la península de la felicidad. El esperma que llevabas dentro fertilizó las algas y los acantilados, inseminó a los peces y desinfectó el desasosiego de nuestro cosmos extraoficial. Aquél día no hubo noche y desaprendí a nadar, porque no había límites y todo me exhortaba a vivir. Cada pedazo de tierra que pisamos desde entonces es el hijo de un acto sexual reinventado, fragmentos sin reservas para lidiar con el ostracismo de la muerte.

(Si pudiéramos todos los habitantes conocernos en esas circunstancias la radiación nos expondría a observarnos por igual, desnudos más allá de todas las fronteras). 

Observando el fiordo de Clyde, Isla de Arran, Escocia. Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Observando el fiordo de Clyde, Isla de Arran, Escocia. Photo by Joséluis Vázquez Doménech


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Poemario Disidente.

(desde el vacío)

En cada nueva incursión el miedo te atenaza, y sientes que te despojas de los cuerpos como si fueran hojas de otoño que mueren bajo tus pies. Retomas fuerzas y cuando crees que todo, por fin, queda atrás, el vértigo te alerta oprimiendo la voluntad.  Se bloquea tu sonrisa y la noche es más noche aún. Llegado el momento eres incapaz de distinguir un aliento empecinado de uno avergonzado, o un torso inquieto de otro desaliñado. Has perdido el control de tu vida, y ha quedado arrinconado el enjuague del placer.

/La tristeza es el aislamiento completo y la pérdida de todo interés/.

Sé que no puedes mitigar aquella sensación que te produjo el cuerpo orondo de tu tío succionando esos pequeños pechos que apenas te emergían. Te despiertas pensando que va a volver a suceder, y que siempre hay alguien acechando en la oscuridad. Cada recuerdo es una sombra que te arrastra con ella, y que no deja que repose tu soledad.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

 

 

 


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Refugiados

Poemario Disidente.

Arrastro divergente los cúmulos de las piedras que se vuelven musgo cuando el tiempo y la humedad gangrenan las heridas. El desgaste no es proporcional al conflicto de intereses con la vida, sino a la inversa. El sacrificio me remite a la intemperie, a la compasión mostrada cuando cruzas las calles y te tropiezas con todos los andares de domingos centelleantes que te observan y muestran con el índice y los ojos brotando de sus arcos que tus pasos adolecen del orgullo del homo erectus triunfante y vitalista. Soy un mendigo de tu mirada, proscrito en mi tierra, y que ha llegado desde el vértice y la eclosión de la raza humana, atemperado por la sequía del desierto y las olas del estrecho. Si de convivir se tratara no atravesaría las vías en las horas marchitas de tus noches, y a buen seguro desayunaría con ese olor de los hornos a buena marcha y del café rociando las primeras palabras. Arrastro hasta el alba la ocasión perdida del sueño enmohecido, y cubriendo mis espaldas de la inquina y el esperpento me topo con el primer barrendero que sale a oficiar y limpiar el derroche. Los primeros sonidos de la ciudad filtran mi soledad, y a dentelladas conspiran contra mi presencia, y he de abandonar todo lugar que tú ocupas. A duras y con penas descubro que mi rincón lo ocupa un nuevo habitante, y soy incapaz de mostrarle que soy dueño de propiedad alguna, y menos de ésta. Ambos somos refugiados, hipotecados de por vida hasta que alguna suerte postergue tanta civilización y barbarie.

Invisivilizados, solo nos quedan pocas y amontonadas palabras.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech


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El fin

Poemario Disidente.

Cuando te vi por primera vez supe que podías convocar cualesquiera de las nubes para que lloviera sobre mí toda la in-certidumbre. Congestionaste cada una de mis posibles direcciones, para que mi único norte fuera tu sur; ese humedal que te acompañaba entre tus piernas y estremecía hasta a los vecinos más incrédulos.

Ahora, la línea que se dibuja en tu espalda hasta perderse entre las nalgas me lleva como un peregrino caminando descalzo presto a crucificarse (clavado a su dios ardiente). Y es entonces cuando reafirmo con ningún género de dudas, que toda religión necesita su propio guía.

Picture - Normunds Brasliņš

Picture – Normunds Brasliņš

 

 


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Todavía es tarde

Poemario Disidente

(todavía es tarde)

Me gusta quedarme dormido antes de hacer el amor, salpicar tu cabello con  la lluvia de mis lágrimas y ausentarme de las plazas públicas cuando todos se concentran para celebrar. Procuro pisar las líneas que separan las baldosas camino de casa, traspapelar las cartas descubiertas y poner el grito en la tierra cuando me enfado de verdad. No sé quién pinta las barandillas de óxido y las paredes de humedad, tampoco quién acecha cuando deseo mi soledad, pero presiento que todavía es tarde…, para colmarme de felicidad. 

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech


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El sueño de mis palabras

Pemario Disidente.

(de aquellos sueños, estos lodos)

 

He escrito algunos poemas.

La mayoría permanecen escondidos, y los pocos que quedan, olvidados

Los que afloran lo hacen porque les importa bien poco su vida

Y entre dentelladas no riman ni con el hueco de la escalera

Prefiero arrojar todas las piedras sobre mi tejado,

antes que permitir que un verso persista en esperanza alguna

Si he de creer que algo queda

no tengo más que matar hasta salvar mi última palabra.

 

Siempre están abiertas las urnas para depositar en ellas el reflujo de un soneto burgués

o la alitosis de un romance viajero

Para escribir hoy día hay que abrirse las venas,

y denunciar hasta la falacia de esa propia seducción que yerra

Un graznido me recuerda que ni un sueño posterga tanta miseria

 

Este mundo no necesita poemas,

sino envenenar todas las letras

y cubrirlas con tiento y un poco de levadura

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

 

 

 


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Instante

Pemario Disidente.

(Instante)

Porque el camino del goce no es recto, sino erecto, ven a mi esta noche sin rodeos y avasalla con tu cuerpo mi melancolía. Galvaniza esta imagen antes de que el óxido consienta filtrarse y me depure hasta las ganas de morir sin aliento. Nunca digas en esta tierra no germinaré y, mucho menos, pretendas educar cada ímpetu. ¿Quién no ha sufrido en algún momento la embestida de ese instante? Estar cercado y obligarse a transitar…, despojándose hasta de la voluntad para dejarse embaucar por las sombras y las luces de la vida.

 

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

 


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Poesía y Tiempo

Poemario Disidente.

Poesía y Tiempo

 

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Me desvelo sin tu presencia

y eso me procura más tiempo para escribir.

Y entonces pienso que me viene bien,

distanciarme de tus pechos 

para echarte de menos con mis palabras.

 

Así hasta acabar el último poema,

tan lejos de ti

que puedo acariciar hasta el primer recuerdo.


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Dos

Poemario Disidente.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Dedúceme acoplada en torno a mi

No como una lapa (sin movimiento)

Sino asomada al balcón de las pericias

Posterga la mutación (y tradición) romántica

Y saca a relucir tus mejores ganas

Que hoy, no preciso de palabras ni hechizo alguno

Estaciona sobre mi sexo tu cuerpo

Y derrama la borrasca amarrada a puerto

… hoy nada me llena si no hay relieves que esculpir

Sube entre mis piernas y trepa

Antes de que la suerte nos de la espalda

Abre todas las compuertas

Que líquido hay, para inventar mareas

Cuando dos humedades

Se asocian para sanar la vida

 


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Poemario Disidente.

 
Desprovistos de respuesta alguna
Se nutren las heridas y se incineran los sueños
La tierra callada se filtra bajo los pies
Y se adentra hasta el tuétano
 
… en la órbita de una elipse desfigurada
sin tan siquiera una palabra, un gesto, o una bocanada…
 
Y aun con todas las voces silenciadas
Queda la música (que resuena vibrando sobre la piel)
Con el sonido que nos sostiene
gota a gota…
Photo by Joséluis V. Doménech

Photo by Joséluis V. Doménech

 
http://www.youtube.com/watch?v=vaD5e0w2srU
 
 
 
 


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Más allá

Poemario Disidente.

/sin principio ni final/

(recostada -a mi lado-

Mi consciencia habita más allá del cuerpo

y me derramaría, si no fuera capaz de reconocer que de nada me sirven tus cúspides y tus simas

si eres incapaz de orientarme por el laberinto de tus sueños.

tus pechos opioides perturban  mi inconsistencia)

Photo by Joséluis V. Doménech

Photo by Joséluis V. Doménech


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Camino a tu lado

Poemario Disidente.

No soy lo que tu crees. También soy lo que represento, o lo que callo. Incluso lo que sueño, y no persigo. También soy lo que procuro, y lo que no consigo. Y muchas veces, hasta con vehemencia, lo que me dejas ser. Soy reversible, y también constante (creo). Ayer fui otro; ya ves. No me reconocí cuando te desnudé y las manzanas cayeron rodando. Pero, tampoco importa. Así somos todos. O dejamos de ser. Unos desconocidos que podemos llegarnos a reconocer.

Picture of Flavia Codsi

Picture of Flavia Codsi