Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Obama y algunos destellos de la posmodernidad

La posmodernidad requiere de altas dosis de análisis para poder llegar a comprender cómo es posible que haya gente capaz de pagar un dineral por escuchar a un sujeto caracterizado por su afán invasor y por su sobrada experiencia en conseguir enemigos allá donde ha puesto su mirada.

Es decir, la posmodernidad conquista al nuevo individuo con la máscara de los medios, y lo obnubila con la cruda realidad. Son millones quienes estarían encantados de estar allí, frente al gran Obama, escuchándole en su nueva faceta discursiva, y muchos también quienes después de escucharle alabarían su capacidad intelectual. Pero solo pueden ir 12.000.

Y así nos llegará el verano, enfundados en las trincheras del desconocimiento y dándole alas al ocupante. Porque no debemos olvidar que el nuevo sujeto, reconstruido con esmero a través de la guerra cognitiva tiene el don de dormir con tranquilidad después de haber participado y cooperado con personalidades difícilmente aceptables en una sociedad honrada.

Un nuevo sujeto informado pero aletargado, de izquierdas pero belicoso, ecologista pero que se disuelve en las aguas más turbias del capitalismo. Son épocas, que no requieren de grandes estudios para comprender cómo funciona el mundo, pero que necesitan de verdaderas investigaciones para saber cómo es posible que el engaño haya alcanzado las más altas cotas de éxito sin necesidad de ofrecer nada a cambio, más allá de la personal satisfacción de ir haciendo el ridículo por el mundo.

Obama viene a dar una conferencia a Málaga. Quien quiera verlo paga en exceso hasta derramar su vaso. El público no puede preguntar. Abre las puertas un nuevo congreso sobre tecnología dispuesto a reivindicar el apogeo de la digitalización y allá está, un fiel amante de las nuevas tecnologías (y gran emprendedor) sorprendido ante lo que anticipa otro gurú de la maquinaria monetaria internacional. No le importan sus guerras, porque como buen abducido se arrodilla ante el carisma, y regresa a casa comentando las mejores jugadas del ínclito.

Obama se va con 500.000 euros (más) en el bolsillo y en su último “birdie” sonríe, como no podía ser, a su cadi y al mundo.

OTAN No, Bases Fuera


Pacifismo sin escrúpulos

Siendo el objetivo de la OTAN derribar su muro del este y el de Estados Unidos la adquisición de poder a cualquier precio, no son de extrañar sus incesantes movimientos para instaurar un nuevo proceso de control social y de sometimiento, cada vez más cerca del autoritarismo y de la supresión de derechos fundamentales.

Otra cosa es llegar a comprender la catarsis popular, que en nombre de un pacifismo televisado, adquiere tintes hegemónicos y de propaganda universal. Si no fuera por las tristes consecuencias que todo ello va a tener en un futuro muy cercano, los acontecimientos devienen inverosímiles y hasta cómicos.

Del mismo modo que millones de personas “padecieron” sufrimientos ostensibles durante el abandono de Afganistán por parte del imperio, y empatizaron como nunca con sus mujeres hasta el punto de querer traerlas a todas a nuestro occidente tan amigable, ahora las mismas personas vuelven a pasar por ese proceso de humanismo incontrolable, y quieren traer a todos los niños ucranianos para adoptarlos y ayudarles alejándoles del ruido de las bombas.

Del mismo modo que millones de mujeres siguieron la estela del me too, abanderadas por Hollywood y Femen, y decidieron salir a las calles y hacer la revolución sin exigir una verdadera transformación, ahora las mismas personas gritan a los cielos para que todas las palomas blancas aleteen con sus consignas antibélicas.

Del mismo modo que media población de repente se sintió ecologista y admiró el enorme trabajo de la juventud liderada por Greta Thunberg, y tomó la decisión de tomar las calles para cambiar el planeta (mientras las verdaderas líderes eran asesinadas sin contemplación alguna en Latinoamérica), ahora las mismas personas contraatacan señalando a Rusia sin miramientos.

Del mismo modo que la población europea se encandiló con un tal Obama, y aplaudió hasta con las orejas su triunfo electoral, a la búsqueda como estaba de líderes justos y poco agitadores (olvidándose milagrosamente de todas las guerras que provocó), ahora las mismas personas exigen con los corazones rotos la paz perpetua como si les fuera la vida en ello.

Del mismo modo que los medios señalan con el dedo, y la gente avanza a paso firme al lugar señalado, llegará un día en que perseguirán comunistas y algún que otro periodista despistado. Y llegará un día en que impondrán sus designios a la luz de la censura institucionalizada, y arropados por la mágica autocracia global saldrán a las calles a celebrar el triunfo de una nueva forma de tiranía, encubierta de mayorías de temerosa ignorancia.

En una de mis últimas intervenciones advertí con claridad que podíamos caer más bajo aún y, en el breve plazo de un mes, hemos caído al precipicio. Habitantes de todas las urbes piden la paz hasta en la cola de los supermercados, los estadios se llenan con las banderas ucranianas, las calles estallan con el estruendo de millones de voces contra las batallas, los gobiernos se apresuran a lanzar sus ayudas humanitarias, y los informativos…, los informativos arruinan nuestras vidas. “Acaba de comenzar una guerra”, y todas las campanas repican en las conciencias de las personas.

Esas personas… ¿Dónde habitaban hasta ayer? ¿Dónde escondían su rabia y su dolor? ¿Dónde depositaron sus palabras y sus miedos? ¿Dónde protestaron ante las tropelías? ¿Dónde escribieron de impotencia y doloridas? ¿Dónde olvidaron sus vergüenzas?

De la noche a la mañana, las mismas personas, todas y cada una de esas personas descubrieron que había una guerra, y que semejante despropósito no se podía tolerar. Emocionadas e impulsadas por un destello interior, y armonizando con un nuevo mundo, se despojaron de todas sus vestiduras y se encaminaron con paso firme hacia una nueva regeneración de sus vidas y el planeta. Y por todo ello, les estamos sumamente agradecidos. Y si no fuera porque no nos lo permiten, estamos a nada de exigir que el próximo premio nobel de la paz sea para todas ellas, como sorprendente labor humanitaria nunca vista hasta ahora.

Arremeter contra Putin se ha convertido en un deporte olímpico, pero no es más que una automatización de la mirada enquistada. Es tan sencillo lanzar dardos contra su diana como alabar, por ejemplo, la resistencia de un pueblo luchando por su vida. Las dos caras de la misma moneda. Las dos caras del desconocimiento.

Estados Unidos sale de nuevo indemne y, lo que es peor, reforzado en su inquebrantable carrera para que Europa se mutile, y Rusia se descomponga. Es una jugada tan malvada como planeada, pero la ciudadanía de este continente está maltrecha, herida por una afección informativa espartana. Incomprensible, pero real. La cultura del monopolio globalizador ha hecho estragos, y sus redes han atrapado hasta al austero lector de novelas de evasión. Lo vamos a pagar caro, muy caro.

De nada sirve que cien guerrilleros de las redes lleven años interceptando los mensajes que lanzan los políticos y sus amigos los periodistas desde sus guaridas, y los divulguen avisando de la catástrofe. De nada sirve que llevemos años mostrando, con toneladas de información y documentación los planes del imperio. De nada sirve gritar en medio del narcotizado aforo del capitalismo; el público se entretiene con todo aquello que se divulga, como pez hambriento en medio de un mar extenso y sin vida.

Se sale a los balcones con la misma facilidad con que uno se puede ir de compras. Y hoy, se habla de la guerra como si ayer no la hubiera. Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana, Nigeria, República Democrática del Congo, Afganistán, Irak, Yemen… No. No hay guerras en el mundo. La primera desde 1945 es ésta de Putin. La más tenebrosa, la más escandalosa, la más impune.

Todo lo demás es un simple juego, una invención comunista para distraer a los conspiranoicos. No hay maldad en el mundo. Solo Rusia encierra una crueldad necesitada de cirugía. Pero estamos acostumbrados. Las cerillas alumbran más cuando toda la cajetilla se enciende al mismo tiempo. Y todo occidente está ahora mismo ebrio de luz, iluminada por la OTAN y los Estados Unidos de América. Siento cada vez más vergüenza del mundo que me rodea.

El 02 de mayo de 2014 fueron quemados vivos en Odesa, por los neonazis ucranianos, 36 miembros de organizaciones comunistas y de izquierda. Asesinados por los mismos grupos neofascistas que respalda Ucrania y, por tanto, la UE y EEUU. Quienes sobrevivieron en la Casa del Sindicato donde se produjeron los tristes sucesos, fueron enviados a prisión, acusados de terrorismo. Pero los pacifistas que ahora brotan como setas no olieron esos cuerpos calcinados, dado que sus informantes nada les dijeron.

En la charla que dimos en el Club de Amigos de la Unesco, Javier Parra, José Couso, Evgeny Evdokimov, Purificación G. De la Blanca y yo, el 28 de enero de 2017, denunciamos el acoso y derribo a Rusia. Hablamos de la estrategia del caos, del nuevo orden mundial, del papel de la OTAN y de otras muchas historias muy tristes. Lógicamente, no os contaron nada de esa charla en televisión. Pero quienes fueron, saben muy bien lo que allí aconteció. Saben muy bien que todo lo que hoy está sucediendo, es algo tan sencillo como un plan. Que viene de atrás, del lejano occidente. Y, lógicamente, no es que no nos pille desprevenidos, es que todo nos termina por hacer mucha gracia. Oliver Stone piensa lo mismo. Desde que produjo el documental sobre Ucrania del que ya dimos cuenta, está desterrado, por intentar ser un periodista. Julian Assange también sabe mucho de eso. Está encerrado, por intentar ser un periodista. Hace pocos días detuvieron en Polonia, en un pueblo fronterizo con Ucrania, al reportero vasco Pablo González, por intentar ser un periodista. De las millones de personas que éstos días están compungidas y clamando por el arresto de Putin no van a detener a nadie. Sencillamente, porque el bando de los buenos y de los demócratas está de parte de Ucrania.

Desde 2014 a 2022 se calcula que el gobierno de Kiev ha matado a unas diez mil personas en el Donbass, con continuas incursiones y bombardeos, sin que un solo medio de comunicación de masas nos informara de ello, sin que un tierno pacifista europeo clamara al cielo ante la barbarie. Una persecución contra una población olvidada por un dios nada poderoso.

El departamento de propaganda sabe de sobra cómo engañar a la población, cómo domesticar y cómo afianzar los valores adecuados para su causa. El goteo continuado de información antirrusa ha hecho de Europa, durante todo este siglo, un enjambre de ciudadanas y ciudadanos ejemplares, convirtiéndolos sutilmente en belicistas pro OTAN. Si, en auténticos belicistas, apadrinados por la histeria colectiva y el miedo, incendiando su lado amable y quebrado de información delictiva.

Para quienes llevan mucho tiempo luchando, de verdad, contra las guerras, el actual capítulo ucraniano es una especie de consolidación del final de una era. El telón ha caído, y un nuevo capítulo de nuestra historia comienza a abrirse paso. Sobre el escenario, las arenas movedizas europeas.

Como escribe Heden Delnz, Ucrania no es más que un caballo de troya introducido por los EEUU en la frontera, y éstos vuelven a abrirse paso colocando los cimientos para nuevas guerras en Europa (entre europeos), para que puedan salvar así su agonizante modelo capitalista. Pero eso sí, sin que caiga una sola bomba en su país, mientras nosotros nos destrozamos sumisos a sus consignas.

El primero de marzo Joe Biden ofreció su primer discurso del estado de la Unión: “Pasaremos esta prueba. Para proteger la libertad y la autonomía, para expandir la equidad y las oportunidades. Salvaremos la democracia”. Muy interesante. Los mismos que provocaron el cambio de gobierno en Ucrania y financiaron a grupos nazis y se sirvieron de ellos para sus propios propósitos nos dicen que van a salvar la democracia. Los mismos que la pasada semana trasladaron a unidades de combatientes de Al-Qaeda al frente ucraniano nos dicen que van a proteger la libertad. Y mientras, el mundo lo celebra. El mundo aplaude las restricciones, las amenazas, los embargos y las sanciones económicas, deportivas y culturales a Rusia. Estamos jugando con fuego, y Europa, sobre todo, está dando alas a un nuevo tipo de fascismo, que deambula de un lado para otro, a través de “grupos rebeldes” que son capaces de instalarse en las cúpulas del poder. Jugando con fuego.

OTAN No, Bases fuera

posdata con un poco de humor: La Federación Internacional Felina (FIFe, por sus siglas en francés) también se ha sumado a las sanciones contra Rusia y ha decidido imponer restricciones a los gatos criados en el país euroasiático.

En un comunicado, la entidad afirmó estar «conmocionada y horrorizada» por la operación militar rusa en Ucrania y que no podía quedarse de brazos cruzados. Por esa razón, decidió que a partir de este 1 de marzo «ningún gato criado en Rusia puede ser importado y registrado en los libros de pedigrí FIFe fuera» del territorio ruso.

Además, «ningún gato que pertenezca a expositores que vivan en Rusia podrán participar en ninguna feria organizada por la FIFe fuera».

Como han sugerido algunos internautas, estaría bien que Occidente imponga sanciones al viento del norte, que sopla a través de Rusia.


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Rusia

Hoy, 27 de enero, se cumple el 77 aniversario de la liberación por parte de las tropas soviéticas del campo de exterminio de Auschwitz. Pero todavía hay quienes alaban la labor de los Estados Unidos y de Gran Bretaña en la segunda guerra mundial, dejando de lado a los verdaderos protagonistas. Cuando menos, es un insulto, un desprecio absoluto por las 25 millones de personas que se dejó la Unión Soviética en el camino. Pero, ¿a quién le importan los muertos en los conflictos (sobre todo los muertos comunistas)? ¿A quién le importan las tragedias que consumen a los pueblos? Es descorazonador llegar siempre a las mismas conclusiones, pero más lo es saber que siempre hay ciertas conductas que se repiten, y por más que lo hagan, observar que todo el mundo sigue mirando para otro lado o…, hacia el mismo…

¿Eres de esas personas que cada vez que escucha hablar de Vladimir Putin le brota un sarpullido y cuando oyes a cualquier presidente estadounidense apenas tienes una contractura en el cuello? ¿Perteneces a ese grupo de televidentes «bien informados» que abrazan a Alexéi Navalni y despotricas contra todo lo que se mueve por Moscú? ¿O, más bien, todo te resulta ajeno porque pasas de la política, pero en el fondo desconfías de Venezuela, Siria, Cuba o China?. Permíteme, en cualquier caso, hacerte saber que eres afirmacionista sin escrúpulos, y que dicha definición, dice mucho de ti.

Lo primero que dice es que tiendes en exceso a no discriminar las noticias y que, por tanto, haces caso omiso de la heterogeneidad y complejidad informativa. Lo segundo, que te sostienes en un criterio personal un tanto precario, y que como le ocurre a una inmensa mayoría de la población, te dejas llevar por las torrenciales corrientes llenas de emoción. Porque muy emocionante tiene que ser todo en la vida si no te quedan ganas de asestar un duro golpe a la conciencia occidental, esa que de la mano de la OTAN lleva aniquilando desde tiempos inmemoriales a media humanidad.

Ya hicimos algunos sacrificios en el pasado para dejar constancia de ello, pero es imposible luchar contra los medios, contra todos, porque los mismos de siempre nos tienen amordazados, arrinconados y señalados, al igual que le está ocurriendo a toda aquella persona capaz de poner en entredicho cualquier discurso oficial. Esa impotencia es la que nos doblega, la que amputa las esperanzas de transformación. Pero hay algo mucho peor, algo que termina por apartar a quienes desean mirar de frente a cada individuo para interpelarle por muchos interrogantes, como los arriba mencionados. Ese algo es el afirmacionista sin complejos.

Después de que la Unión Soviética se dejara el alma en su lucha contra el nazismo, Estados Unidos aprovechó la ocasión para crear una alianza militar capaz de asestar un duro golpe a la soberanía de muchos países. Y fue imponiendo sus criterios y sus caprichos sin que Europa, en su línea servil y vergonzosa, hiciera nada para detener esa ofensiva.

En ese largo y triste proceso, que no ha terminado, las violaciones de la Carta de la ONU han sido constantes, pero también han ido ocurriendo muchas otras cosas importantes que estaría bien que tú, pro Obama, o pro yanqui, o pro Kamala o todos los pros que se nos puedan ocurrir en relación con los perfiles “suaves” de la política internacional se nos ocurran, deberías saber.

Deberías saber que Helmut Khol, o François Mitterand, o James Baker (secretario de estado de Bush padre) conformaron acuerdos con declaraciones muy importantes en las cuales se manifestaba la no expansión beligerante de la OTAN hacia territorio ruso. Había un acuerdo tácito para no alterar el mapa geopolítico, pero el incumplimiento continuado ha sido una constante. Es decir, la amenaza persistente a la que se ha ido sometiendo a Rusia desde entonces no solo no se ha detenido, sino que con la incorporación de los países bálticos a la Unión Europea y la re-construcción de una Ucrania fascista (con un fondo de 5.000 millones de dólares que tuvo a bien llevar Victoria Nuland, una mujer de la que es preferible mejor no sepas nada), se ha incrementado hasta el punto de dejar a Putin contra las cuerdas.

También deberías saber que el 18 de noviembre la ONU aprobó una resolución para combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que ayudan a alimentar las formas contemporáneas de racismo, entre otras cosas. 2 países votaron en contra: Ucrania y Estados Unidos. 53 se abstuvieron; todos los miembros de la UE y socios de la OTAN. (Solo esta noticia es suficiente para resumir cómo funciona el mundo).

Y también deberías saber que lo acontecido en Kazajistán no es una revolución de colores (otra más), contra su presidente, porque su población esté al borde del colapso, sino una ofensiva más para debilitar a Rusia y atacarla desde todos los frentes. ¿O acaso crees que grupos coordinados y francotiradores armados en las manifestaciones son capaces de asaltar cuarteles como por arte de magia?. Parece muy importante recordar que también fue atacada la cárcel de Taldikorgan, que fruto de la casualidad estaba llena de presos islamistas. Informes de seguridad kazajos estimaron que más o menos 20.000 amotinados se dieron cita con el nuevo festín del imperio. Y entre ellos, claro está, unos personajes a los que denominamos yihadistas.

Esta embestida va, además, acompañada de la desestabilización de Transnistria, otro territorio pro-ruso que hay que desmantelar, que hay que impregnar de odio y guerra hasta diezmar al enemigo. ¿Nunca oíste hablar de Transnistria? Eso también dice mucho del afirmacionista consagrado a los medios. Estados Unidos va a por todas, y movilizó a la Unión Europea para formalizar aquello que mejor sabe hacer: un bloqueo económico contra este pequeño estado, que tuvo la idea de decidir en referéndum separarse de Moldavia. Estados Unidos es una apisonadora, y está intentando debilitar a Rusia obligándola a movilizarse en muchos puntos diferentes.

Yo, ya estoy cansado de tener que exponer argumentos, de tener que mostrar documentos, de tener que traer a colación vídeos o instantáneas que respalden todas y cada una de mis reflexiones. Sencillamente, porque ya estoy herido de apoplejía social contaminante.

Así que paro por hoy y te dejo una foto, la foto que acompaña este texto. Y si esa foto no te dice nada, no es que seas afirmacionista, es que además, necesitas, con urgencia, cambiar de hábitos de vida, porque tu vida en su conjunto, ha colapsado bajo el fuego y los medios imperialistas.

P.D.: Hace bien poco, el 24 de enero, pudimos saber por boca de nuestra querida representante Ursula Von der Leyen (otra mujer de la que también es preferible huir), que la Unión Europea a través de su Comisión ha propuesto “un macropaquete” de 1.200 millones de euros para ayudar a Ucrania a afrontar sus necesidades. Tiene mucha gracia. Unas necesidades impuestas por nosotros. Y así todo… Desde 2014 la Unión Europea y sus instituciones han otorgado a este país unos 17.000 millones de euros en préstamos y ayudas. Ya sabéis, para comprar magdalenas y, de paso, hacer una revolución de todos los colores. Que nuestra propia estupidez nos pille confesados!

A cuidarse

OTAN no, bases fuera


Una izquierda cada vez más perdida

Proclamar el desconocimiento es tendencia. A los cuatro vientos, huracanes que barren conciencias están de moda, y la magnitud del despropósito se extiende por todo el mundo como fórmula matemática de primer orden. Dicha fórmula es el principio divulgativo del gran poder para neutralizar la rebelión o protesta alguna, y es también el masivo espectáculo sin el cual todo sería posible.

No hay mejor manera de construir realidades que alterando la percepción simbólica, y como nuestros sentidos ya están completamente dislocados, lo tienen fácil, muy fácil. Hasta tal punto es sencilla la manipulación que hasta la “izquierda” se cree libre de pecado, y hordas de feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas campan a sus anchas creyendo ver la solución allí donde van enterrando sus propias esperanzas.

Hemos expuesto en muchas ocasiones las adversas consecuencias que tiene para la sociedad en general que ilustres artistas, divulgadores de toda orden o columnistas del ocio ideológico no hagan más que grotescas contribuciones asentando sus supuestos principios morales y políticos en las mismas fauces del enemigo. Ya tuvimos una experiencia demoledora con Barak Hussein Obama. Sin duda alguna, enemigo de la paz e instigador de la promiscuidad armamentística.

Viví esa época con cierta incredulidad. Es complicado mantener la fe en el ser humano cuando éste se levanta en armas contra el mundo. A mi me resultaba un tanto paranoico observar cómo la televisión propagaba su discurso por doquier, y más paranoico aún comprobar cómo la mayoría de tribus urbanas y no urbanas caían a sus pies. Me resultaba absolutamente descorazonador escuchar a mentes pensantes rendir tributo a semejante personaje. Y me entristecía, mucho, constatar cuan fácil era deslumbrar a los habitantes de la modernidad. (Podemos hizo lo propio y lo que consiguió fue nacionalizar la aflicción)

El siglo XXI, si algo nos trajo, fue esa adhesión a la verdad oficial, esa necesidad de aferrarse a un discurso aun a costa de nuestra propia debacle. Ya van pasando los años, y yo voy desplazándome a mi propio refugio, más alejado de la gente, más aislado del ruido. Pero no consigo deslindarme de los acontecimientos. Imagino que por mi querencia doliente hacia la política. Y vuelvo a revivir. Siempre vuelvo a revivir frente a la desolación.

Doce años después de que todos los titulares y todos los discursos momificaran nuestras mentes, hoy, y como si nada hubiera ocurrido desde entonces, la ciudadanía regresa en masa a buscar consuelo en la imagen de ese binomio nada seductor; Kamala Harris/Joe Biden. El mismo proceder, la misma maquinaria perforando nuestras vidas, los mismos delincuentes insinuándose ante nuestra mirada, y aún así, nada. Es muy importante recordarlo, “feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas” aplaudiendo semejante acontecimiento como si de una gran noticia se tratara.

Por fin, una gran señora en lo alto de la cima. Y por señora, al parecer bien educada, por multiétnica, al parecer muy colorida, y por fiscal de primer orden, al parecer muy juiciosa. Y con esa presentación, como ya hemos avanzado, un amplio sector de nuestra querida agrupación de izquierdas luchadora por el cambio, por la igualdad social y por las causas justas, aplaude hasta con las orejas su llegada. Una nueva alfombra roja para gente desalmada. Uno tiende a comprender todo, pero se acabaron las rebajas.

¿Qué importa que la gran historia de amor de Kamala Harris fuera, casualmente, con Willie Brown, 30 años mayor que ella y fabricante de reyes y reinas en San Francisco? ¿Qué relevancia tiene que el mismo señor le “regalara” un par de puestos en dos juntas reguladoras estatales (La Junta de Apelaciones del Seguro de Desempleo y la Comisión de Asistencia Médica de California)? ¿Qué más da si la llevaron en volandas para conectarse con la alta sociedad de San Francisco y la élite política de California? ¿Qué tendrá que ver que posteriormente le llegaran fondos (donaciones dicen) provenientes de apellidos como Fisher, Getty, Buell o Haas? ¿Qué consecuencias puede tener que no adoptara postura formal cuando un proyecto de ley requería que su despacho investigara tiroteos relacionados con la policía? ¿Y qué coño importa que en la revisión de la justicia penal más grande que viviera California desde hace mucho tiempo (sistemas menos punitivos para delincuentes no violentos), Kamala Harris permaneciera en silencio?. Nada. No importa nada. Nos han dicho que es una agradable mujer de padre jamaicano y madre india, que se ha hecho hueco porque es una mujer de “armas tomar”. Y con eso !basta!

¿Y si supiéramos que la red de influencia política de Willie Brown era insuperable para sus rivales políticos?. ¿Y si, por un momento, pudiéramos imaginar que los cinco años de relación que tuvo con él fueron decisivos para poder llegar a convertirse en fiscal del estado?. ¿Y si sacáramos a la luz que su actual marido, Doug Emhoff, está completamente enamorado de ella y lo ha dejado todo para facilitar el triunfo político de su esposa (todo…, es dejar su bufete internacional DLA Piper)?. ¿Y si, miren ustedes por donde, la decisión, por romántica que parezca, resulta que es totalmente política?… El apuesto caballero ha representado a la farmacéutica Merck frente a reclamaciones de enfermos, a los laboratorios Abbot y a la distribuidora de armas Dolarian Capital. Y su firma, vaya por dios, realiza labores de lobby en Washington.

¿Y si en vez de dejarnos llevar por la ingente cantidad de estupideces que se publican y transmiten, fuéramos capaces de advertir el peligro allí donde reside? ¿Y si, por defecto, llegáramos a la conclusión de que EEUU es una poderosa estafa antidemocrática e imperialista? Todo nos iría mucho mejor. A toda la ciudadanía del mundo. Así que, por favor, estaría bien que dejáramos las redes sociales, que fuéramos a pasear, y que cada vez que “ocurriera algo”, mandáramos al carajo todo lo que provenga de ese país. Porque desde que tengo uso de razón, no ha habido un solo día en que dicha entidad no haya cometido crímenes contra la humanidad.

Así que no hay ninguna razón de peso, ni social, ni política, que nos deba hacer perder el tiempo ni un minuto más. No hay ninguna razón que nos impida llegar a la conclusión de que Kamala, como Joe, como Hillary, como Bush y como todo lo que se mueve por las altas esferas del poder, es una figura más del tablero, una pieza más de este usurero sistema que nos gobierna, y una víbora más, como cualquier otra persona encargada de llevar adelante los designios de EEUU. Así que, ni se te ocurra sonreír por ella, porque será la primera que te la quite.

¿Cómo alguien puede creer que nos vienen tiempos de ilusión de la mano de Joe Biden?

¿No sabemos que este personaje es uno de los mayores belicistas con los que nos podíamos topar? Está íntimamente unido al Complejo Industrial Militar y al gran sector de las finanzas. Como senador de Delaware ya le llamaban “el senador del banco MBNA”. Una de sus primeras decisiones ha sido nombrar a Lloyd Austin como Secretario de Defensa, lógicamente, porque representa al lobby armamentista.

Pero veamos…, ¿qué hizo en su pasado?. En 1973, Biden se reunió con la primera ministra Golda Meir, apoyando los planes sionistas. (Ah, nuestra querida Kamala es firme defensora de Israel y de su política contra el Estado palestino. Menudencias). Cuando era Senador fue un ferviente defensor en apoyo de la corona inglesa en la guerra de Malvinas del año 1982. Biden votó a favor de la resolución de 1999 que autorizó al presidente Bill Clinton a realizar operaciones aéreas militares y ataques con misiles contra la República Federal de Yugoslavia. Como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, fue el principal apoyo a las políticas del presidente George W. Bush. Biden pidió tropas adicionales para Afganistán. También votó en 2001 la autorización para iniciar acciones militares, sin que se pudiera demostrar que Afganistán era el autor del atentado. Fue uno de los mentores de la “guerra contra el terrorismo”, que incluyó la creación de milicias de mercenarios y la instalación de centros de detención y tortura como Guantánamo y Abu Ghraib. En el 2003, Biden apoyó la resolución que condujo al gobierno estadounidense a bombardear e invadir Irak. Un millón de personas muertas como daño colateral. Como presidente de la comisión de relaciones exteriores del Senado eligió a los 18 expertos que analizarían a favor de la invasión, respaldando argumentos falsos con tal de hacerse con el petróleo iraquí que, a día de hoy, sigue succionando sin cesar. En 2006, el amigable presidente presentó un plan para fragmentar Irak con líneas étnicas. Apoyó la intervención militar y la fragmentación de Libia, creando milicias de mercenarios bajo el control de las fuerzas especiales. Siempre al lado de Obama, bombardeó Afganistán, Irak, Libia y Siria y, por si fuera poco, llevó la violencia a Somalia, Pakistán y Yemen. No dejamos atrás sus cirugías en Honduras, Paraguay, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Brasil, Ucrania… La verdad, me detengo porque yo mismo me canso.

Y dime… ¿Crees de verdad que alguien puede ir por ahí alabando a éstos sujetos, por muy bien que te caigan? ¿Crees de verdad que alguien está en condiciones de darle alas a políticos que van a llevar adelante acciones con terribles consecuencias y la muerte de miles de personas? Estamos llegando muy lejos, y quizás deberíamos callar si no sabemos, deberíamos apartarnos del camino antes de cometer el delito de apoyar a gente que solo va a desestabilizar el mundo e ir en contra, precisamente, de las feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas. ¿O acaso sigues creyendo que Kamala es una mujer que merece la pena?

¿Qué le está pasando a la izquierda? ¿Qué vientos han perturbado las mentes hasta el punto de encontrarnos con personas capaces de creer que EEUU son una democracia? Es una aberración llegar a semejante conclusión. Del mismo modo que lo es intentar justificarse aduciendo que Putin, Maduro, Xi Jinping, Bashar al Assad o Díaz-Canel son unos “impresentables”. Impresentable es esa actitud, esa desidia informativa, y encima reproducir el discurso de quien nos oprime, dar alas al dominante para que nos siga humillando sin cesar. Impresentable es habitar esta tierra con la ilusa creencia de que nuestro enemigo actúa con decoro y de acuerdo a las normas.

Las normas éticas nunca estarán del lado de la ley. Porque las normas éticas se sienten traicionadas por ésta, y porque las normas éticas desean levantarse en rebelión contra tanto atropello. La ley no se aplica con justicia, y no hay que rasgarse las vestiduras por afirmar que no tenemos quien nos defienda. No al menos a quienes sostenemos que vivimos bajo el yugo de la represión y la guerra.

Si no sabemos todo eso, ¿no debería ser mejor mejor callarnos?. Callarnos, e ir a recoger setas. Porque el terrible daño que hacemos al mundo es una realidad imperdonable.

P.D.: Lo he dicho tantas veces. No somos futurólogos. Pero no se me ocurre mejor manera de mostrar en qué va a consistir el trabajo de los nuevos mandatarios que decirlo hoy, 26 de enero de 2021. Siria e Irak van a temblar. Y los televisores de los expectantes hogares occidentales van a regresar a la telenovela yihadista, a las incursiones de los rebeldes, a las bombas, y a la putrefacta política de tener que salvar a esos países de los “terroristas”. Nuevamente, los demócratas van a volver a desestabilizar muchas partes del mundo y, espero, que con ello, muchas conciencias.

Colaboración para Iniciativa Debate y Ojos Para La Paz


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En la boca del lobo

El enemigo entró a casa y no va a salir por la ventana

Podríamos deducir de todo aquello que está sucediendo en nuestro mundo, porque la mayoría de indicativos así lo confirman, que el peligro nos acecha desde hace tiempo. Y que en vez de procurar reinventarnos para salvar los trastos, estamos activando todos los interruptores que bloquean las alarmas.

Son muchos los acontecimientos que podríamos tener en cuenta y, tristemente, una sola la conclusión final: han asestado un duro golpe a Europa. Pero claro, lo que con gran esmero y una preparación exquisita ha ido sucediendo, ha contado con la colaboración de ilustres ciudadanos europeos y, como pasa siempre en estos casos, con nuestros mal llamados líderes y una enorme cantera de desinformadores que no para de crecer. Mario Draghi ha sido, por poner un ejemplo, uno de los grandes artífices del robo. Lo saben muy bien en Grecia y en Italia, y España también ha temblado gracias a la orquestada crisis financiera. El dato de la deuda pública hispana dice bastante de lo acontecido (en apenas diez años la deuda ha pasado de 383.798 millones en 2008, a 1,174 billones de euros en 2018).

Tal y como escribe el economista Fernando G Jaén, “…la crisis generada por los deudores, la tienen que pagar los ahorradores, mayor contrasentido imposible… salvo que aceptemos que la economía es manejo de los asuntos por los poderosos, como viene siendo a lo largo de la historia de la Humanidad; eso sí mediante discursitos convincentes y técnica que enmascare la realidad a ojos no avisados…”. Pero es mucho más importante entretenernos con  banalidades y con nevadas e inundaciones. Europa va a necesitar mucho tiempo para reincorporarse de nuevo, y probablemente eternidades para regresar a la paz social y política que estuvo a punto de extenderse en el continente. Tal y como lo testifica Jaime Richart, la estafa es desoladora.

Pensándolo fríamente, resulta desalentador llegar a la conclusión de que los medios de comunicación tienen tanto poder que nada podemos hacer contra ellos. Y esto no es algo nuevo. Lo escribió Jhon Swinton en 1880… “No existe en América prensa libre ni independiente. Ustedes lo saben tanto como yo. Ninguno de ustedes se atreve a escribir su opinión honestamente y saben también que si lo hacen no serán publicadas. Me pagan un salario para que no publique mis opiniones y todos sabemos que si nos aventuramos a hacerlo nos encontraremos en la calle inmediatamente. El trabajo del periodista es la destrucción de la verdad, la mentira patente, la perversión de los hechos y la manipulación de la opinión al servicio de las Potencias del Dinero. Somos los instrumentos obedientes de los Poderosos y de los Ricos que mueven las cuerdas tras bastidores. Nuestros talentos, nuestras facultades y nuestras vidas les pertenecen. Somos prostitutas del intelecto. Todo esto lo saben ustedes igual que yo”.

Si no, ¿puede alguien explicarme cómo es posible que nuestro continente se haya dejado arrastrar por la deriva de las políticas estadounidenses, favoreciendo plenamente a entidades financieras y corporativas dirigidas por unos pocos para ir amordazando a la población a un capitalismo de lucha y fricción continua, donde millones de habitantes quedan abandonados a la suerte? ¿Puede alguien, por favor, hacernos ver cómo es posible que años y años de barbarie política y bélica han ido imponiéndonos sin que nadie, absolutamente nadie renegara de ello?

La desmantelación de entidades políticas soberanas y el secuestro de la libertad llevan tanto tiempo instalados en nuestras mentes que ya es tarde. Todo un complejo entramado de poder, que instauró vías institucionales a través de un sistema de partidos envenenado, y una perfecta articulación con las élites perforaron hasta el tuétano el esqueleto de las democracias. Pero la labor de la prensa y la televisión y, ahora de las redes sociales, ha sido tan sofisticada que resultaba arduo poder llegar a concluir en debates de sobremesa que no existía tal democracia. Recuerdo muchas situaciones vividas con desconcierto. Casi nadie se hacía eco de esa llamada de socorro, y enarbolados por una sociedad de consumo que podía dispensarnos logros de vida perfectamente materializables, no eran pocos los que respondían que me fuera a vivir a Irán, o a Somalia, a ver si entonces alteraba yo mi discurso sobre el capitalismo. También era común defender que a lo largo de la Historia íbamos en un continuado logro de bienestar en términos generales.

Photo by joséluis vázquez domènech

Me temo que el castillo construido, casi siempre sobre ilusorias conquistas, está cayéndose a pedazos, como caen los andamios levantados sin armazón ni sentido. Aquellas lamentables hazañas constitutivas de compra son ahora deuda, o enorme sacrificio de vida. Y bolsas enormes de población son ya pasto de la pobreza, de la desigualdad y del abandono. Ya no hay vuelta atrás. El estado no va a sufragar los efectos colaterales del neoliberalismo. La privatización ya es germen infeccioso, y serán pocos quienes puedan vivir silbando la jubilación. Todo un éxito para los impulsores del sueño americano, ya cimentado en todos los rincones del planeta. Todo un fracaso para la civilización.

Se acabó lo que se daba. Los continuados ataques a Iraq, Libia o Siria, no son sino una parte del juego. Europa sigue en la diana. Había que colapsarla como fuera, aligerar su bienestar y endeudarla, instalarla en un conflicto permanente y no permitir, bajo ningún concepto, su alianza con Rusia. Ello derivaría en una situación catastrófica para los Estados Unidos, y como son éstos quienes nos guían, hemos ido directos al precipicio. Seguimos jugando a las redes, seguimos a Hollywood, seguimos enfrascados en series que nos alivian de la vida cotidiana, seguimos al “me too”, seguimos la supuesta línea de flotación de ongs y movimientos poco anti-imperialistas, seguimos los grandes eventos deportivos, seguimos a partidos que hacen de colchón de la protesta y no de detonadores de la explosión, seguimos las consignas… y para cuando nos damos cuenta, el delirio. Vaya, llegó el fascismo a Europa.

No tiene gracia, pero tiene guasa. ¿Qué queríamos? Duros a cuatro pesetas. Creer en su democracia y volar sin alas. La caída va a ser demoledora. La OTAN no se anda con tonterías, y nosotros no solo no nos hemos protegido, sino que proseguimos en la inopia. El gobierno español acaba de aprobar un presupuesto de 7.331 millones de euros para proseguir la guerra. Solo esto ya debería causar una repulsa social sin precedentes, que no debería dejar títere con cabeza. Pero nuestras movilizaciones vienen marcadas, como las cartas que usan los tramposos. Y no hay feminismo mayoritario consciente de desmilitarización, ni Podemos que nos salve de la quema, ni juventud emancipada del capital, ni actores dignos de tener en cuenta, ni protestas por las guerras ni transiciones hacia un nuevo hogar. Tan solo hay adscripción unidireccional, y ésta nos lleva a la continuación del dolor. Curiosamente se rechaza y boicotea a quienes no nos invaden y hay un seguimiento masivo de la incongruencia. La jugada es de tal envergadura que asusta. Millones de personas creen reforzar sus ideas progresistas porque muestran su rechazo a Trump (por poner un ejemplo) y, al mismo tiempo,  eso les envalentona para pasar el tiempo en sus perfiles, creyéndose impulsores de alguna extraña revolución. Es un excelente método para desgastar fuerzas, para redirigir el problema a otro lado.

Nadie se acordó de Libia, ni de Siria. De Yemen lo harán dos después de haber dejado al país en la hambruna y la desesperación. Pero ello no importa, porque con 7.331 millones van a dar carga de trabajo a la planta que tiene Navantia en Ferrol, y los trabajadores quedarán contentos, porque lo que importa es el pan y no las armas. Es deplorable constatar que ellos se pueden convertir en “grupo de presión” para que su gobierno les de trabajo a través de la industria armamentística. Raya el delito, y en vez de manifestarse por repudiar las bases militares lo hacen para conseguir un jornal a cualquier precio. Si, a cualquier precio. Nunca la clase política que pretende ser de izquierdas llegó tan bajo. Y ello tampoco es casual. El contexto en el que estamos no solo lo facilita sino que hasta lo fagocita.

Aunque no lo parezca, así es. Estamos en un ataque continuado a Europa, somos el cebo perfecto, y de rodillas nos sometemos y blindamos todas las fronteras con tanques y soldados, porque el “enemigo nos acecha” (Putin). Cuando en realidad el enemigo vive entre Israel y la Casa Blanca, y sus encargos son recibidos sin rechistar y bombardeamos lo que haga falta, hasta en nuestro propio suelo. Y si hay que eliminar Yugoslavia, se elimina, y si hay que activar la política expansionista con el fascismo, se incentiva. Ucrania es un claro ejemplo de ello. Bueno, en realidad Ucrania es el ejemplo más claro y que mejor constata la existencia de todas y cada una de las impresiones que estamos barajando: nos hicieron creer que había una revolución (Euromaidan), y nos la metieron doblada.  Se ejecutó un golpe de Estado contra el gobierno electo del 2014, y se puso en el poder a un gobierno fascista, seleccionado personalmente por la subsecretaria de Estado de EEUU, Victoria Nuland, como representante de Obama para la operación de cambio de régimen. Hablamos de un país al que se ha obligado a doblegarse a los intereses de la Unión Europea y de EEUU, recurriendo sin tapujos a grupos violentos nazis e instaurando un clima de tensión que ahora (vaya por dios), nos muestra sus dentelladas. Y, lógicamente, ese clima apuntará a encontronazos con Rusia.

En Estados Unidos los  planes de expansión tienen un único objetivo; trasladar las guerras a otros territorios, minar las fuerzas de quienes pueden hacerle oposición, y decapitar a quienes tengan el valor de prometerles desobediencia. Nosotros somos sus vasallos, y  terminaremos llenando las calles, como ellos, de huérfanos e indigentes, de desplazados e inmigrantes, de recolectores de sueños y de excombatientes. Los datos asombrarán, pero llegarán aquí con tal rapidez que para entonces ya no habrá tratamiento. Para entonces, tendremos una deuda pública desorbitada, una tasa de paro estructural muy peligrosa, unos salarios aún más constreñidos, una educación y sanidad más privatizada, una oferta cultural elitista (a la que solo podrán acceder las rentas media-altas) y una perversa clase política enmarañada en la más reaccionaria de las etapas hasta ahora conocidas en la modernidad. Pero eso sí, tendremos el honor de respaldar la mejor liga del mundo.

Los peores tentáculos del capitalismo ya nos han abordado. El neoliberalismo y el fascismo van de la mano y les queda un largo recorrido. El uno no se puede entender sin el otro. Y no, no es el nacionalismo el mal que acecha Europa. Son esas políticas degradantes incorporadas en Europa con fuerza desde años antes de que nos inocularan la supuesta crisis. Son los servicios a la banca y los pagos de la deuda. Son la austeridad y la violencia. Son las guerras y un poder centralizado alejado de la ciudadanía. Son los presupuestos insolidarios. Son la oligarquía y la desigualdad. Son la privatización y la prepotencia. Son las miserables condiciones a la que nos someten. Y todo ello, ha venido para quedarse un tiempo.

Estamos en la boca del lobo, y salir de ella va a tener un alto precio. O la revolución, o la más decadente de las fases históricas vividas en Occidente desde la segunda guerra mundial.

P.D. ¡No querías taza, pues toma taza y media!. Y recuérdalo, cuando se vaya Trump, entonces comenzará a llegar la verdadera demolición, porque él está ahí para despistar, para acoger en su seno todas las iras, mientras entre bambalinas, se extiende la peste.

OTAN NO, BASES FUERA

Colaboración para Ojos para la Paz e Iniciativa Debate


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Reflexionando sobre todos los muertos

En el cementerio occidental

¿Alguien tiene alguna duda de lo que significa el capitalismo, y de esa comunión que se establece entre un mercado  que abre las puertas a la destrucción y el poder que lo permite? Está triunfando de un modo salvaje, y es el pueblo, desde su bárbara situación de pobreza y abandono quien lo catapulta a través de nuestras falsas democracias.

Pero esto no ocurre de la noche a la mañana. Los Estados Unidos de América llevan tiempo desestabilizando su continente, y lo ocurrido en Brasil es un nuevo golpe a la ciega conciencia occidental, que sigue sin vislumbrar lo que sucede y se lleva las manos a la cabeza porque otro impresentable llega para gobernar un nuevo país.

Y todo, sin maquillaje. Ya se han cargado a uno de los pilares del BRICS (el contrapeso del imperialismo salvaje), y la bolsa, claro está, lo celebra. Las acciones se compran y se venden jugueteando en medio de la Amazonia, y los banqueros se conmueven ante la avalancha de negocios que se avecina.

Todo comenzó con el golpe sobre Dilma Roussef. No hizo falta que lo efectuara un puñado de militares; basta con que cientos de políticos implicados en casos de corrupción se llevaran por delante a una de las políticas más honestas de América Latina.

A Brasil le espera un próspero futuro de desestabilización y desigualdad, por si antes ya no la hubiera en el país carioca. El neoliberalismo está jugando con fuego, y lo sabe, porque cree tener controlado a las poblaciones más vulnerables.

Pero olvida, como siempre, el factor sorpresa que esconde toda «revolución». Ésta, en ninguna de sus facetas, es posible que suceda en nuestra Europa, probablemente inmersa en una terrible ola de estupidez  y siguiendo a pies juntillas los dictados de una suicida Casa Blanca. Serán Rusia y China quienes den un golpe sobre la mesa (colaborando para acabar con el dólar como moneda de intercambio), y espero que lo hagan pronto antes de que el brazo armado de la injusticia les envuelva en alguna guerra.

Son momentos de desolación. Sobre todo porque ya venimos anunciando qué está sucediendo en nuestro querido mundo, y abruma, desazona brutalmente cuando gritas porque estás viendo el accidente, y todo el mundo va a mirar dónde está el ambulancia, en vez de reparar en las causas de todo acontecimiento.

Hay que acabar con Estados Unidos y su persistente demagogia, antes de que nos lleve a todos por delante. Ese cruento país al que todavía hay gente que lo llama democrático, y tiene bajo su yugo el futuro de media humanidad.

Atentos a la gran jugada que se está gestando con la marcha de inmigrantes hondureños, que llegará a las puertas de la frontera republicana justo un instante antes de las próximas elecciones, como por arte de magia, colocando a  Trump contra las cuerdas. Al vellocino de oro y al nuevo presidente mexicano (López Obrador), que también recibirá su tacita envenenada, precisamente cuando se dispone a virar sus políticas contra el orden hegemónico anterior.

El futuro se presenta con una hemorragia interna digna de estudio. Los amantes de las guerras no ceden, y son capaces de esperar los años que hagan falta. Los Clinton andan de celebración. Pero hay otro que también, el maquillado y esquivo Barack Obama, que hoy, más que nunca, está pensando salir corriendo en ayuda de los migrantes, esos mismos, lean bien, esos mismos que él dinamitó en su propio país, mediante un golpe de estado de guante blanco que propició en Honduras, como quien no quiere la cosa, el 28 de octubre de 2009 contra Manuel Zelaya.

Lo que cambian las cosas según quien las cuente verdad! Razones no nos hacen falta desde luego para quemar todas las rotativas. ¿Nadie se pregunta cómo es posible que hostiguen sin parar a Maduro porque cientos de venezolanos cruzaron la frontera, y ni se habla de lo que acontece en Honduras (y por qué) desde fecha tan señalada? Lógico, el desastre hondureño forma parte de la cruzada del imperialismo y no se debe hablar de ello. Y se habla tan poco que muchos son quienes leen en este preciso instante que Honduras, Paraguay y Brasil ha sufrido en 10 años lo que muchos empiezan a denominar «neogolpes de estado» (derrocamientos en medio de la niebla).

Photo by joséluis vázquez domènech

Así es, ya no prevalecen los disparos sino políticos, periodistas y juristas que ni se ruborizan aunque les pillen con las manos en la masa. España está asistiendo a un deleznable capítulo caracterizado por un elemento trascendental; nadie parece estar capacitado para poder determinar sin tapujos que el Tribunal Supremo, El Consejo General del Poder Judicial, El PP, El PSOE, la Monarquía y casi todos los medios de comunicación deberían estar condenados, por atentar contra el bien común y permítanme, por liquidar una democracia que, probablemente, ni ha existido.

¿Qué más tiene que suceder para que tomemos la determinación de acabar con todos estos poderes? Ya nada, porque estamos sumidos en una acomodaticia filosofía política donde lo que impera es la indignación en masa, y nunca la capacidad crítica y el verdadero interés universal. De ese modo van surgiendo neorevueltas de pandereta que no inciden en la raíz de ningún problema, y que solo ayudan a visibilizar la aparente sed de venganza que la ciudadanía lleva dentro, sin que en ningún caso pueda llegarse a derribar muro alguno.

Veamos un ejemplo; miles no, millones han sido quienes han contribuído altruistamente a consolidar ésta teoría afirmando sin complejos: «lo de Arabia Saudita no tiene nombre, no se cumplen los derechos humanos (como si Estados Unidos y Europa los cumplieran), asesinan a un periodista sin escrúpulos y es increible que no se rompan relaciones con ese país». Madre mía, por decir algo, ¿dónde estabais queridos compañeros de batalla cuando el mismo país ha destrozado y segado la vida de millones de personas en Siria o en Yemen? ¿Dónde?

La respuesta es sencilla, envenenándose viendo la televisión o en las redes sociales increpando al objetivo de turno. Cada cierto tiempo hay uno, y normalmente, viene con defecto de fábrica…

¿Dónde está el mundo mientras Estados Unidos persiste en su guerra eterna en Siria? Todo el mundo desolado ante la imparable llegada de inmigrantes. O lo que es peor, comentando alguna jugada maestra que sobre Putin o Rusia ha identificado «El País», o conmocionado ante el último documento de periodismo emocional testado por «La Sexta», o escuchando el último vídeo pedagógico del incombustible Gabilondo haciéndonos ver que nos es el momento para derrocar a la Monarquía.

La OTAN realiza estos días las mayores maniobras desplegando en las fronteras bálticas todo su arsenal intimidatorio, como ya sabemos a estas alturas, para detener el avance imparable de los hackers del este, que están desestabilizando el mundo con una oleada de ataques sin parangón!

Mientras los acontecimientos más salvajes se nos ocultan, una nueva pedagogía informativa del hedor se ha extendido sin complejos, y como moscas, los individuos de la modernidad tecnológica olfatean la sangre derramada, pero olvidándose por completo de todos los muertos, de todos esos muertos que cada día dejan en la cuneta nuestros gobernantes, con nuestras leyes, nuestras maniobras, nuestros lazos comerciales y nuestras vomitivas  alianzas institucionales!

¡Que viva el rey!

OTAN no, bases fuera.

Colaboración para Iniciativa Debate


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La Guerra Mediática (II)

Meryl Streep / Oliver Stone

Pocas son a estas alturas las personas que desconocen el protagonismo que se le ha adjudicado este año a la oscarizada Meryl Streep. A su ya aclamado discurso (millones de visitas en YouTube) contra Donald Trump, del que ya escribí dejando constancia de mis impresiones,  hay que sumarle el «homenaje» (para no perderse) que se le rindió en la entrega de premios de los oscars, donde ella, fiel a su trabajo como actriz, interpreta a la perfección el papel más estúpido y esclavo de todos en los que ha participado.  Puesta en pie y sonriente, el ala demócrata de la Casa Blanca y el ala de sumisión de la industria cinematográfica la aplaudieron incondicionalmente, por su pugna contra el malvado presidente defendiendo los derechos de vete tu a saber qué sectores de la población…

Cuando un vídeo o un mensaje se hace viral, tenemos tres opciones, o es una solemne declaración de amor y emoción hacia alguien (bien puede ser una persona o un pato cruzando la carretera), o forma parte de la propaganda, o es una de esas excepciones que no ha podido controlar el poder. En el caso que nos ocupa, no cabe duda de que la segunda opción gana por goleada. Y es una de esas obras que sostienen con total impunidad la más grotesca de las mentiras apoyando el discurso único, lo cual nos viene a decir que su recorrido va a ser universal y no va a haber quien lo detenga. 

Ante situaciones de este calado viene bien (siempre) preguntarse por qué está sucediendo. Su respuesta nos dará muchísima información, más válida que la información junta de todos los medios oficiales de comunicación.

¿Cómo puedo llegar a ésta conclusión?. Hay dos variantes que tengo en cuenta. Por un lado, mi experiencia, después de haber visto la misma puesta en escena en infinidad de situaciones similares. Lógicamente, acepto que ésta hipótesis no tenga muchos adeptos. Por otro lado, la búsqueda incesante de contra-información para ser capaz de comparar y sacar mis propias conclusiones.

Por tanto, por si lo anteriormente expuesto no convence, aquí os dejo parte del discurso ofrecido por Oliver Stone (2.800 visitas), poco después, en la gala de los premios para guionistas (Writers Guild Awards 2017). Este vídeo no lo ha visto ni el caco, y lógicamente, aún no está ni traducido. No será motivo de conversación, y pasará completamente desapercibido. Claro está, vamos a escuchar sus palabras y, del mismo modo, preguntarnos por qué puede estar oculto un speech donde se combate, y esta vez sí, la política de los Estados Unidos de América. Para ello dejo la traducción que ha tenido a bien ofrecerme una amiga.

Oliver Stone – Google Images

«Ya acabo, pero seria una negligencia por mi parte llegar al final de esta corta visita a Hollywood sin recordaros , especialmente a vosotros jóvenes jinetes, que podéis ser críticos a vuestro gobierno y a vuestra sociedad. No tenéis que encajar en la moda actual de sacar fotos a republicanos y Trump y todo eso, y evitar a los Obama y a los Clinton. Recordad esto, las 13 guerras que hemos comenzado en los últimos 30 años, los 14 trillones de dólares gastados y los cientos de miles de vidas que han perecido en la tierra… Recordad que no fue un líder, sino el sistema: demócratas y republicanos. Y llamadlo como queráis; la industria militar, la seguridad, el dinero y la prensa están en un sistema que ha sido diseñado, aún mejor, ha sido perpetuado bajo la apariencia de que estas guerras están justificadas en el nombre de nuestra bandera que ondea tan orgullosa sobre nuestras vidas.

Nuestro país se ha vuelto mas próspero para muchos, pero en el nombre de esa riqueza no podemos justificar nuestro sistema como el centro de los valores mundiales cuando continuamos creando guerras y caos en el mundo.

(Aplausos del publico) Gracias.

Sin hablar de las victimas, sabemos que hemos intervenido en mas de 100 países con invasiones, cambios de régimen, caos económico o el poder suave de la guerra híbrida Lo llaméis como lo llaméis son guerras que al final se han convertido en parte del sistema, que lleva la muerte de este planeta y la extinción de todos nosotros!

He peleado contra esta gente que practica la guerra la mayor parte de mi vida, es un juego agotador y te darán por culo, y aun con todas las críticas e insultos que recibirás, la adulación también, es importante recordar que si crees en lo que dices y te mantienes en ello puedes crear una diferencia.

Os ruego, os ruego que encontréis la manera de estar solos, escuchad vuestros silencios…, no siempre en las salas de los escritores, e intentar encontrar…, no lo que la mayoría quiere y que os dará la fama…., intentad buscar el verdadero sentido de vuestra vida, aquí en la tierra y nunca os rindáis en vuestros corazones, en vuestra lucha por la paz, la decencia y por decir la verdad.

Gracias.»

Ni que decir tiene que Oliver Stone lleva tiempo censurado, apartado del favor de la industria y ninguneado por la prensa. Basta con recordar que su última producción, un documental sobre Ucrania, ha sido ocultado y ha habido intentos para no distribuirlo. Difícilmente lo verás en una sala de cine comercial, pero meses después de su estreno ya lo tenemos entre nosotros subtitulado. 

Ahora si, juzguen ustedes, y anoten…, por donde van los tiros en esta guerra mediática.

No a las Guerras, no a la OTAN, no a las Bases Militares

Colaboración para Iniciativa Debate

 

 


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Donald John Trump y las manifestaciones

Breves

Las estadounidenses tienen 16 veces más posibilidades de ser asesinadas con un arma que en cualquier otro país desarrollado.

Y otras miles de mujeres en el mundo tienen 61 veces más posibilidades de ser violadas, desheredadas, expulsadas de sus hogares, ejecutadas o quedarse sumidas en el caos, cuando Estados Unidos decide intervenir en sus países.

Creo que los habitantes de esa «estupenda» región,  que dicen democrática y respetuosa con los derechos humanos, deberían replantearse muchas cosas. Pero sus activistas feministas deberían, además, universalizar la causa justa de todas las mujeres del mundo, y no sólo de las que han de vivir bajo el yugo del impresentable de Trump.

La lucha de la mujer en cualquier país es siempre la lucha de todas las mujeres.

Es decir, y quiero que quede claro para que no haya ninguna duda al respecto: es fácil arremeter contra un presidente cuando todos apuntan hacia él. Lo difícil es hacerlo cuando eres “demócrata” y presunta militante de papel couché. Si hubiera ganado Hilary Clinton, ¿se hubiera manifestado todo el país contra las guerras que provoca?. Ya vimos que no… En una guerra no solo se vulneran los derechos de las mujeres, se vulneran los de toda la población!

En España hay mucha gente que se jacta de haber sido antifranquista. Es delirante, jactarse de algo que todo el mundo debería ser. Y las cosas así, pronto saldrán millones de «revolucionarios» en todos los rincones del mundo, pensando que son la bomba porque un día decidieron también salir a criticar al muñeco de Donald Trump.

Serénense, que para que el mundo cambie no necesitamos indignadas o indignados que suban al tren, cuando la maquinista es la propaganda mediática y no nuestra capacidad de ver. Necesitamos gente ya sentada en sus vagones, con hambre de justicia y, a ser posible, que luche en nombre de todo hombre, y toda mujer.

El pasillo es inmenso, y queda mucho por recorrer.

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

No a las guerras, no a la OTAN


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Mi pequeña lucha

Obama no descansa

«Si amenazan a Estados Unidos no tendrán un lugar seguro donde refugiarse»

https://www.youtube.com/watch?v=HZCPNzaKxcc

El 05 de diciembre de 2011 escribí un artículo (y lo publiqué). Ha llovido mucho desde entonces. Pero sobre todo, lo que ha habido, es una serie de movimientos para amedrentar a la población mundial y con ello poder tener la excusa perfecta para adentrarse en Siria, y dejar constancia de quién manda en el mundo, y cómo deben hacerse las cosas.

Hoy es otro día triste, y van tantos ya, que uno piensa que esta «política»  no tiene fin, y que mientras los nuevos gobernantes no tengan la osadía de clamar contra Estados Unidos e Israel estamos destinados a vivir continuas calamidades y guerras represivas destinadas (y esto es lo más terrible) a llenar las arcas de unos pocos individuos a los que no les importa nada la aniquilación de millones de personas.

La rabia y la impotencia se apoderan de mi con mayor frecuencia. Cuando descubres tras las ventanas de cada jornada que todo lo que publican los medios deja de ser verdad para convertirse en oscuridad, algo por dentro explota, por la sencilla razón de que están jugando miserablemente con la vida de miles de niños que van a volver a observar sus cielos llenos de bombas y misiles, rodeados esta vez de  negras mariposas sin alas.

Mi pequeña lucha lleva mucho tiempo gestándose para intentar bloquear en parte las voces audaces de los que se agitan sin cesar para que no se pueda descubrir qué está sucediendo en el mundo. Voces que te acorralan, que te persiguen sin descanso, y que discurren sin fundamento mientras sus bolsillos se llenan de miseria. «Periodistas» y gente que no tiene más que escribir unas cuantas consignas identificativas de su ignorancia y de sus atropellos.

Mi pequeña lucha es propia la mayoría de las veces de quien «está siempre con la teoría de la conspiración», o de quien es tratado de comunista, o de ingenuo, o de simplista, o de tantas cosas que uno ya no puede sino mirar la vista atrás e intentar protegerse con sus palabras.

Y hoy lo hago, protegerme con mis palabras, y las comparto con vosotros. Yo no soy futurólogo. Soy sociólogo. Y tan solo hago lo posible para auscultar lo que acontece a mi alrededor y procurar darle forma. Hoy hace casi tres años que escribí lo que viene a continuación…

Una nueva guerra planificada: Siria

(y una nueva guerra informativa)

Parece que todo va perfectamente. Tal es así, que todos ya dan por hecho que el presidente de Siria es un asesino en potencia. Lo que casi nadie dice es que desde hace tiempo se está gestando una nueva “guerra civil”, donde, como siempre, saldrá victoriosa la alianza demoníaca que irrumpirá en dicho pais como salvadora, nuevamente, de una más que planificada estrategia de nuevo orden, auspiciada por los grandes estados del gran Obama, sus amigos de la arabia saudita, y los honrados trabajadores de la otan.

¿Cómo es posible que una y otra vez se repita la misma farsa, y la ciudadanía se someta a las controladas informaciones que desde todos lados nos llegan? La respuesta es muy sencilla. Casi nadie se esfuerza por saber. Ni siquiera quienes saben que nuestros medios están completamente manipulados. Saben de esa realidad, pero del mismo modo también son absorbidos, porque salvo que uno acceda por propia iniciativa a investigar qué sucede en el mundo, es difícil poder contrastar lo que nos están contando día a día, noche tras noche…

Hoy, como ayer, hay unos objetivos bien determinados. Los sunies saudies, retomarán la senda ya marcada que, casualmente, se enfrenta a Siria e Irán y, lógicamente, dará acceso a nuevos márgenes en el suculento mercado del petróleo, perfectamente dirigido por las mismas familias capaces de intervenir en la demolición de unas torres, o en el levantamiento de un régimen en Libia.

Y así las cosas, bandas armadas (ajenas al mandatario sirio), ya han asesinado a miles de personas, y aquella primera “realidad” que parecía diagnosticar a Bashar Al Assad como primer delincuente en potencia, deja abierta las puertas a otra realidad nada desdeñable; los acontecimientos sirios también están siendo contaminados e incitados por grupos que están perfectamente armados, y pagados. ¿Quién está detrás de estos grupos y de esta convulsión que va a terminar… como va a terminar?

La Liga Árabe ya ha realizado perfectamente sus deberes. Ahora, vendrá la OTAN, con sus emisarios humanitarios; especialistas terrestres, navales, de la fuerza aérea, y de ingeniería. Y prepararán el terreno, bien a través de una guerra civil ayudando a los “rebeldes”, bien dejando paso a otros actores, que realizarán el trabajo sin complejos.

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Al cabo de un tiempo, podremos ver cómo cae un nuevo régimen, cómo la comunidad internacional ha prestado ayuda para derrocar a un hombre malvado, cómo la población siria es martirizada y miles de habitantes son eliminados por efecto de los populares daños colaterales.

El presidente de Siria, como el de Rusia, como el de Estados Unidos, como el de Bahrein, y como el de Francia, es lo que es (no puedo desplegar mi concepto a través de unas concretas palabras porque muchos no me creerían, otros se alarmarían, y los menos, querrían detener mis impulsos). Así que cuando la televisión insista en que en un determinado sitio del mundo hay un presidente asesino del que el pueblo desea desembarzarse, pensar antes que en un determinado sitio del mundo, hay una reunión de liquidadores pensando cómo desempolvar sus intereses y acometer cualquier tipo de acción.

Por increible que parezca la acción, y por increibles que parezcan vuestras reflexiones, casi siempre estaréis más cerca de la realidad reflexionando de ese modo, que escuchando y leyendo las depravadas historias que nos cuentan.

Siria es una nueva escala dentro de un largo viaje. Ese viaje está sembrado por el terror, y solo puede comenzar a detenerse si la población es consciente de lo que sucede. Ninguna “revolución árabe” va a terminar con esta lacra. Bien al contrario, las consecuencias de estas revoluciones estarán perfectamente delineadas. Al igual que en Egipto, al igual que en Libia, pronto tendremos a varios líderes rebeldes sirios (no elegidos por ninguna revolución ni ningún pueblo, sino apoyados e incentivados por quienes están dibujando toda la trama), y uno de ellos guiará el país, pero no camino de la democracia, sino de los intereses de nuestros mandatarios (cuando digo nuestros, hablo en nombre de todo Occidente); mandatarios que nosotros insistimos en darles confianza y nuestro voto, mandatarios que siguen haciendo de este mundo un lúgubre espacio de miseria.

Así que si pensáis que todo lo que está sucediendo en Siria, y todo lo que va a suceder, es por obra y arte de la presencia de su presidente, seguiremos encerrados en las celdas de los premiados informativos españoles. Nosotros podemos vivir ajenos a los acontecimientos que suceden a miles de kilómetros de nuestros hogares, pero no debemos vivir ajenos a nuestra propia estupidez.

No debemos alimentar la razón que abre tantas heridas y asesina a tantas personas. Si no nos esforzamos, estamos ayudando a que la tragedia se propague, y a que el dolor se multiplique y sea un drama incesante.

La ausencia de esfuerzo… también es un daño colateral de este nuevo milenio, y como todo daño colateral, una perfecta consecuencia de una guerra confidencial que no cesa.

—————————————————————————————-

Lógicamente, hoy habría de hacer algunas matizaciones, y debería hacer constar hechos que han sucedido en todo este tiempo que «han obligado» a cambiar de estrategias. Pero el resultado final va a ser el mismo, porque su plan inicial sigue la misma ruta. La ruta más mezquina, arrogante y terrorífica que nunca podremos llegar a comprender.

Colaboración para Iniciativa Debate

 


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Sobre la difusión del vídeo del asesinato de James Wright Foley

La decapitación de la información

 

Muchas veces resulta complicado escribir, sobre todo cuando la muerte o el terror están detrás de la actualidad, y un torrente de información se desliza únicamente por una de las laderas. Muchas veces hay que tener la templanza suficiente para recopilar datos, analizarlos, y como es el caso, visionarlos.

En un primer momento no quise acercarme para ver cómo sucedieron los hechos, pero me obligué a ello sabiendo las innumerables herramientas que utilizan para distanciarnos cada vez más de la búsqueda de la verdad. Así, también creo necesario dejar los enlaces que ayudan a comprender mejor cómo transcurren los acontecimientos y, lo que es más importante, cómo desean que respondamos.

Provocar la mayor conmoción y el pavor necesarios para exprimir todas las posibilidades, es el objetivo de la difusión del vídeo donde el periodista James Foley es presuntamente asesinado. Muchas son las razones que hacen pensar que, nuevamente, estamos ante una estafa mediática de compleja lectura, pero que respeta muy bien los movimientos realizados desde la Casa Blanca y la CIA.

James Wright Foley

James Wright Foley

Y decimos nuevamente porque debemos recordar una historia muy similar acaecida en mayo de 2004. El ciudadano estadounidense Nicholas Berg cae en manos de un grupo islámico, y se difunde un vídeo con la aparente decapitación del mismo. Dicha difusión recibe el beneplácito instantáneo de las cadenas Fox News, CNN y BBC, llegando en pocos momentos a millones de personas. El siguiente paso acontece en la jornada posterior a la aparición del vídeo, con la confirmación por parte de la CIA de su autentificación, y mostrando con titulares contundentes que los terroristas árabes actúan en venganza contra Bush y los Estados Unidos. Casualmente, días después, esas imágenes desaparecen del sitio donde estaban alojadas.

Diferentes análisis completos del vídeo (las cadenas sólo emitían imágenes parciales) llevaron a muchos estudiosos a confirmar su falsedad, y demostrar muchas de las lagunas que supuestamente lo respaldaban. Quiero recordar que en aquella ocasión tardaron también bien poco en señalar al presunto autor de la muerte; el jordano Abu Moussab Zarkaui.

El proceso, a todas luces, responde a una metodología similar, y siempre tragi-cómica. EEUU y sus aliados ayudan a grupos terroristas a financiarse e integrarse en “grupos de presión” para quitar del poder a gobiernos vigentes o sembrar el terror. Luego se escenifica algún daño, bien al propio país o a alguien de sus ciudadanos por parte de los mismos terroristas.Y finalmente, ya tienen excusa para quitar a éstos de en medio, o a todo aquél que presuntamente les apoya o no permite el avance de los intereses planificados.

Me temo que Siria está en el blanco. Y lo peor de todo, que nuevas incursiones y matanzas de civiles en la franja que va hasta Irak van a ser noticia.

Vamos a mostrar cómo recabaron la trágica noticia del asesinato de Nicholas Berg.

  • Un grupo islámico identificado de Al Qaeda procede a cometer un asesinato.

  • En el mismo, se cita el Corán o la Guerra Santa, y además se amenaza directamente al presidente de los Estados Unidos.

  • Los medios de información inmediatamente amplifican la noticia.

  • Casi sin tiempo de contrarrestar nada, la CIA no duda en confirmar que Al Qaeda está detrás, y hasta da los nombres de los máximos responsables.

  • Bush emite un comunicado condenando enérgicamente todo, y haciendo constar que atacar cualquier interés estadounidense o a cualquier ciudadano, tendrá la respuesta oportuna, a la que denominará “guerra contraterrorista”.

No hay mucho más que añadir. Sustituimos Al Qaeda por EI, y a Bush por Obama, y la narración sigue el mismo patrón. El primer suceso tiene lugar justo depués de que salieran a la luz las torturas de Abu Ghraib, y éste que tenemos ahora en un desesperado intento de eliminar a Rusia del panorama internacional, abriendo la lata en Ucrania y en Oriente Medio.

Los movimientos que se están dando son extremadamente graves, tanto por las terribles consecuencias que van a tener, como por la enorme dificultad para poder parchear todos los frentes abiertos.

Todo parece indicar que no va a resultar facil controlar la ingente cantidad de dinero y medios que se les han asignado a numerosos mercenarios para sembrar de angustia esa y otras muchas zonas del planeta. ¿Existe mejor forma de poner en alerta a Occidente para lanzar continuas ofensivas contra el Islam? ¿Existe mejor plan para que Estados Unidos advierta, como ya lo ha hecho, de que los yihadistas del Estado Islamico son mucho más que un grupo terrorista, y además asegure que valoran todas las opciones para acabar con ellos?.  

Cuando Estados Unidos e Israel valoran todas las opciones derrumban todos los cimientos. Es cierto que Arabia Saudi, Qatar, Kuwait, los Emiratos Árabes, Jordania y Turquía andan enredados posicionándose en un lado o en otro (o incluso en los dos cuando hace falta) para asegurarse las raciones más suculentas. Pero es de una complejidad abrumadora seguir el rastro a cada uno de ellos e ir posicionándolos en el tablero de ajedrez.

Lo que hoy venimos a cuestionar es la forma con la que se actúa para tratar de justificar acciones bélicas que están programadas con muchísimo tiempo de antelación. (Como siempre ha sucedido también, Obama recalca una y otra vez la ayuda humanitaria que está enviando a minorías religiosas. Ayuda a la que le acompañan misiles y aviones de combate que terminarán por dar en la diana).

«Estados Unidos no puede mirar hacia otro lado. América viene a proteger» De este modo, para evitar que miles de personas mueran de hambre y sed, los F-15 despliegan todo su saber y se aproximan al objetivo. Pero eso si, antes de nada, un nuevo golpe de mano con la destitución del primer ministro iraquí Nuri Al Malaki, un obstáculo para lanzar ofensiva, y otros movimientos anecdóticos; la dimisión forzosa del príncipe saudita Bandar Ben Sultan el 15 de abril, y la de su hermano el príncipe Salman Ben Sultan el 14 de mayo, bajo la presión del secretario de Estado John Kerry y del secretario de Defensa Chuck Hagel, demuestrando la voluntad estadounidense de avanzar. De avanzar allí donde desean. Y todo hay que decirlo, Bandar Ben Sultan (hijo adoptivo de George H. Bush) es a ojos de muchos analistas internacionales, el máximo responsable de la financiación de grupos rebeldes y mercenarios en Irak, Libia o Siria!.

Bandar Ben Sultan y George Bush

Bandar Ben Sultan y George Bush

Puede ser que hasta enemigos viscerales se unan para atacar al Estado Islámico. Un grupo de ciudadanos del mundo venidos de Chechenia, Etiopía, Irak, Siria, Libia, o Jordania, sedientos de dinero facil y ausentados de todo temor. Reclutados por la élite bancaria y ahora haciéndose fuertes para controlar la fuente de esa misma élite, los pozos petrolíferos que se despliegan en el mismo sector donde las bombas adormecerán nuestras reflexiones.

Los vídeos que han ido infestando las redes sociales (con los asesinatos que han ido sucediéndose éstos últimos meses) son de una dureza espectacular. De todos los que hemos podido hallar, ninguno guarda relación con éste (James Foley), del que recibimos información detallada. En los primeros, su crudeza, su calidad, su textura, su ambientación, su sonido…, es como si todo encajara. Los escenarios contemplan una mirada diferente. Pero lo más llamativo lo atisbo en esa escasez de pruebas que nos hagan ver el hecho más insólito. ¿Es el periodista James Foley quien aparece en el video que ha dado la vuelta al mundo?. Estudiemos las semejanzas y procuremos a pesar de la incómoda situación que transitamos, estudiar con rigor todo aquello que nos parezca susceptible de interferir en la búsqueda de la verdad.

Aun siendo críticos con nosotros mismos, y exigiéndonos más para poder llegar a dudar de las noticias que nos llegan de un modo precipitado e insolente, tenemos más argumentos para cuestionar las agencias de comunicación occidentales, e insistir en cómo se generan las noticias y cómo nos contaminan.

Acaban de publicar que el periodista estadounidense fue asesinado hace un año. Es del todo increible que la CIA no supiera esto. Es más, todo sigue plegándose con nuestra tesis, y sostenemos que dudar de sus argumentos no sólo es necesario, sino urgente en unos momentos donde nos están avasallando y controlando de una forma desmesurada.

Vivimos una época donde las noticias solo sirven para apaciguar nuestros sueños o engendrar miedos con obsolescencia programada, haciendo posible que el fin de la vida útil de un servicio (cual es la información) sea casi efímero. Las redes sociales son de gran ayuda para propagar cualquier “incidencia”, y los medios de información son letales para fumigarla recibida la orden pertinente.

Casi sin tiempo para asimilar la noticia de la decapitación, se abren varios frentes para ir poniendo barreras a su publicación. Es esclarecedor ese modus operandi; primeramente se nos presenta con urgencia una noticia que desean sea vista hasta en los confines del universo, para después pasar no solo a amortiguarla, sino a hacerla desaparecer hasta que queden solo los flecos que hechicen nuestro odio al universo musulman y abracemos la “causa americana”.

«Nos gustaría recordar al público que ver, descargar o diseminar material extremista dentro de Inglaterra puede constituir un delito bajo la legislación antiterrorista», expresó en un comunicado un agente de la policía británica metropolitana, para pasar a decir acto seguido que ellos ya están investigando el contenido del vídeo. Y por otro lado, comienzan a circular llamamientos en Twitter con la etiqueta #ISISmediablackout para que no sea difundido el vídeo, argumentando que solo sirve para hacer propaganda de los asesinos. Del mismo modo, Youtube ya empezó a cerrar cuentas desde las que se difundía la grabación.

Estados Unidos ya ha entrado en Irak (según ellos, de forma legítima)…, y me temo lo peor.

Las circunstancias actuales han generado que toda aquella persona que no se someta al pensamiento único, sea cuestionado en su integridad moral e intelectual, sobre todo cuando lo que se pretende es abrir grietas en las sólidas bases de un mecanismo de información sofisticado y beligerante. De ahí la urgencia con la que se ha de trabajar, para cuestionar no solo los hechos que parecen más relevantes, sino cualquier noticia que nos llega desde las cavernas de las agencias de divulgación.

Las trabas para poder averiguar qué está sucediendo en este mundo son alarmantes, porque apenas si tenemos opción para seguir las pistas que nos lleven a revelar la certeza. Pero eso no ha de ser un impedimento. Probablemente no podremos llegar a saber dónde se oculta la información que buscamos, pero ello no es óbice para que podamos dudar de toda la que nos ofrecen. Es más, me atrevería a decir que si somos capaces de darle la vuelta a la mayoría de los partes que nos llegan, más cerca estaremos de descifrar los “tesoros” que nos ocultan.

Podemos equivocarnos en nuestras apreciaciones, mas no hay motivo para retener las pesquisas. Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.

colaboración para Iniciativa Debate

 


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No hay ningún error

Eliminando Interferencias

Que el Fondo Monetario Internacional haya empujado a Grecia hacia el abismo, no es un error, es el resultado de un almuerzo cubierto de menosprecio y altas comisiones de interés.

Que Obama encadene  al soldado que filtró la matanza de civiles en Irak, no es un error, es su estrategia, diario de la guerra una y otra vez.

Que el director del Banco Central Europeo, lo fuera del Banco Mundial, y vicepresidente de Goldman Sachs International, no es un error, es la lógica, que nadie debe detener.

Que el rey de Holanda contraiga nupcias con la hija de un profanador de los derechos y constructor de las políticas agrarias y comerciales del mundo, no es un error, es la recta tangente que nos ayuda a resolver la ecuación.

Que el anunciante de tu mágico fútbol sea un Emirato, o su vecino de Qatar, no es un error, es la forma de prorrogar tu reflexión.

Que el Parlamento Europeo atienda a las grandes empresas de nutrición, no es un error, es el fundamento de las cadenas de distribución, para que tengas en cuenta tu próxima indigestión.

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Todo va muy bien en Siria

Todo va muy bien en Siria

Nuestra mirada se pierde cada día con la noticia de una nueva “masacre civil” en territorio sirio, mientras la “diplomacia internacional” sigue perforando con sus garras el objetivo final, que es destronar a una clase dirigente en Oriente Medio, para sustituirla por otra.

Como ya mencionamos en una anterior intervención, no se trata de ninguna revuelta popular incendiaria contra el régimen de Bashar Al-Assad, sino de una medida contribución de los estados hegemónicos para minar la influencia chií entre los países árabes, e ir cercando a Irán, consiguiendo de ese modo un nuevo modelo administrativo y de poder en la zona, en la que la franja política que va desde Teherán hasta Líbano cruzando por Siria, pasaría a buen recaudo. Sigue leyendo