Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Breves

Las Redes 

Yo y casi todas mis circunstancias no prevalecen sobre tu libertad de echarme a los pies del caballo. Pero habrás de recordar con palabras y señales la circunstancia que guardo como dos ases en mis mangas y me permite deslizarme por el mundo ajeno a tanta zozobra.

Puedes traducir a tus consideraciones e inercias esa palabra que precisamente te ayuda a desvalorar todo un texto anclado y trabajado con el fin primero de informar, y también puedes encender un petardo porque en este país hacer ruido sin interés alguno forma parte de la gran tradición y para ello sí se trabaja con esmero.

Colaborar en el diálogo y conversar no es, desde luego, el aroma que emana en las redes, y la inmediatez posibilita que ni se piense ni se considere que, tal vez, no haya razón alguna para acudir a donde el vecino a decirle que es un antisistema por salir a las calles con sandalias y calcetines vueltos a rayas.

Esa «necesidad» de enfrentamiento  también se viste innumerables veces con «planes de ayuda», y me pregunto, qué clase de droga suministran las nuevas tecnologías para que media humanidad se crea con el derecho de apropiarse del otro desde esa supuesta libertad que la mayor de las veces no es sino intromisión desmesurada.

Todos mis yos deambulan procurando habitar estos espacios con mesura, pero además hay uno que es buen amigo de mi última circunstancia y que decidió, hace tiempo, no vestirse de Prada, y escuchar música cuando el eco de tanta voz no es más que la detonación de una trifulca incendiaria.

(Saludos, desde el Ministerio de Desórdenes Poéticos)

Photo by joséluis vázquez domènech


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Pablo Ráez

Estamos rodeados de gente maravillosa

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

Este folletín de soberanía popular por la bondad desenfrenada es el mismo que circula cada vez que las redes sociales son utilizadas para subir al altar el profundo apego a nuestras emociones.

Es igual que se trate de un atentado, de un niño muerto en el caudaloso mar de nuestra miseria, o de un joven que muere tras una lucha abnegada contra la leucemia. No importa el contexto, o nuestro posicionamiento real en nuestra vida cotidiana. Lo que ha de trascender es el ego solidario, sin que medie esfuerzo alguno ni por comprender ni por sabernos en nuestra actitud más indecorosa.

Del mismo modo que miles de personas se preguntan en este rocambolesco país qué hace un obrero votando a un partido de derechas, estaría bien que las mismas personas se preguntaran qué hostias están considerando quienes se enternecen con la lucha de un chico que propuso ayudar a quienes necesiten un trasplante de médula y el 90% no ha ido ni a donar sangre en su vida.

¿Estamos tontos o qué?

Si me solidarizo con los refugiados es porque estoy en contra de quienes impulsan las guerras, no porque me duele que cualquier ser muera en el agua. Si me solidarizo con los desahuciados es porque peleo por una banca pública, no porque un anciano se quede sin casa. Si me solidarizo contra el maltrato a la mujer es porque soy feminista, no porque alguien le haya levantado la mano. Si me solidarizo contra el hambre es porque peleo contra el Fondo Monetario Internacional y no porque un niño muera cada segundo. Si me solidarizo…, es porque la causa que me empuja a ello es la misma que me impulsa en vida.

Lo demás es acceder con enorme facilidad al click de cualquier noticia, y expandir la liturgia de la emotividad sin que nos importe cómo funciona ésta sociedad.

Pablo Ráez es despedido con aplausos en Marbella, y todo un país se vuelca con él para solidarizarse con un gesto que él pedía, y que casi nadie es capaz (tan siquiera) de intentar hacer. Es trágico. Pero es.

Estaría bien recordar que todos los actos solidarios requieren sacrificio, dinero, tiempo o trabajo, y que no los podemos despachar con tan solo un gesto.

Si queremos luchar a favor de la ética de los bancos cambiamos de oficina, aunque eso nos cueste dinero y algún que otro inconveniente. Si queremos luchar por el bien común en nuestra salud universal regalamos glóbulos rojos. Si queremos olvidarnos de las guerras exigimos el desmantelamiento de las bases militares. Si queremos acabar con la violencia de género ponemos contra la espada y la pared al macho ibérico. Y si queremos reírnos con las tonterías que hoy van a decir los actores contra Trump exigimos que hagan lo propio contra otros presidentes que apoyan sin vergüenza alguna (a pesar de su política criminal).

Todo, en esta vida, requiere un esfuerzo. El primero es pensar, y a partir de ahí llegan otros muchos que nunca debemos olvidar.

Claro que cada cual, y yo, no cumplimos con todos los requisitos que debiéramos. Pero es difícil mantenerse en silencio ante tanta emoción y tan poca capacidad de acción. 

No me cabe la menor duda de que si todos los gestos que se multiplican en internet fueran consecuentes la revolución ya estaría en marcha. Pero somos así. Efímeros en nuestra responsabilidad y espectadores de otra realidad.


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Charla: Floreaga Ikastetxea / Colegio Floreaga (III)

Seminario: Redes Sociales, Nuevas Tecnologías, e Interrogantes

“3 – El olvido de los vínculos afectivos y la invasión de la distracción”

Hoy a las 20’00 horas, y organizado por la «Asociación de Madres/Padres del Colegio Floreaga», de Azkoitia, proseguimos (y damos por finalizado) el presente ciclo dedicado a las Redes Sociales. 

«Estamos más distraídos y confundidos que en cualquier otro tiempo del pasado. 

Nunca antes habíamos tenido más información a nuestra disposición. Nos llega a través de los canales de radio y televisión, de los medios escritos, de Internet y hasta en los comentarios y conversaciones. Es tanta y tan variada la información que nadie es capaz de procesarla e identificar que es verdad y que es mentira. El resultado de ese océano informativo es la confusión. Los gobiernos están felices porque han descubierto que más útil que mentir es confundir y saturar a los ciudadanos con muchas versiones de la realidad, casi todas verosímiles y creíbles, pero casi todas también falsas. 

Estamos permanente distraídos, con la atención puesta en demasiadas cosas simultáneamente y eso nos hace vulnerables. Hemos abierto demasiadas puertas y la atención que requiere atenderlas a todas nos va condenando poco a poco a la individualidad, nos va convirtiendo en individuos que se bastan a sí mismos, que pueden prescindir, cada vez con más confort, de la vida en comunidad». 

(Giorgio Agamben )

Consumidos por tantos dispositivos se nos olvida dónde hemos de prestar mayor atención. El tiempo discurre ocupándonos de él como si fuera un mercado nada ambulante. Muchos padres creen que hay que ocuparlo, darle sentido llevando a sus retoños a todas las horas extra-escolares, y pocos lo atienden sentándose con ellos a contemplar la nada despreciable aventura de enfrentarse a sus silencios. La afectividad también necesita de muchas horas fuera del recinto escolar, pero por una razón u otra no se le presta ni la atención debida ni el esfuerzo preciso. El verdadero peligro que temen muchos adultos no está en la calle, ni en el colegio, ni en las redes sociales, sino en el «confortable recinto familiar» donde la educación es la prolongación del convulso sistema de consumo. 

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 


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Charla: Floreaga Ikastetxea / Colegio Floreaga (II)

Seminario: Redes Sociales, Nuevas Tecnologías, e Interrogantes

«2 – La importancia de la comunicación. Entre el exceso y el silencio»

Hoy a las 20’00 horas, y organizado por la «Asociación de Madres/Padres del Colegio Floreaga», de Azkoitia, proseguimos con el ciclo dedicado a las Redes Sociales. 

Para facilitarnos el recorrido podemos disponer de innumerables herramientas que corrijan o enmienden algunas de las barreras que siempre permanecen entre el emisor y el receptor. Pero la duda surge cuando, además, tropezamos con una serie de «elementos» con los que no habíamos contado o a los que apenas habíamos prestado la más mínima atención. Y están ahí, siempre están ahí, latentes en cada movimiento y en cada palabra. 

La comunicación encierra muchos «mecanismos ocultos» que nos ayudarán a comprender mejor las contrariedades a la que nos somete, incluso cuando creemos hablar para comprendernos. 

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech


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Charla: Floreaga Ikastetxea / Colegio Floreaga

Seminario: Redes Sociales, Nuevas Tecnologías, e Interrogantes

«1 – Qué son las redes sociales. Nuestra percepción, y cómo influyen»

Hoy a las 20’00 horas, y organizado por la «Asociación de Madres/Padres del Colegio Floreaga», de Azkoitia, vamos a intentar ofrecer una visión sobre esa irrupción de las Redes Sociales, que al parecer está generando muchas dudas o incertidumbres.

(Dado que todas las asistentes serán mujeres, haremos una breve introducción al respecto, y valoraremos la posibilidad de que la próxima charla lleve por título:  «La grandeza del fútbol y la educación de nuestros hijos»).

¿Cómo elaboramos nuestros mundos? ¿Qué distancia hay entre la percepción y la realidad? ¿Son ciertas la mayoría de apreciaciones en torno a muchos de los criterios generalizados? ¿Vivimos realmente en la sociedad de la información? Estos interrogantes y otras muchas cuestiones se irán planteando a lo largo de toda la sesión.

Y para abrir boca…, os dejo con unas palabras de Evgeny Morozov…

“No es muy exagerado decir que Internet es una oficina de correos, un puesto de periódicos, una tienda de vídeos, un centro comercial, una consulta, una tienda de discos, una tienda de libros para adultos y un casino, todo en uno. Seamos honestos, es increíble. Pero es tan increíble como un lavaplatos: nos permite hacer con un poco más de facilidad algo que siempre hemos hecho”.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech - Redes Sociales

Photo by Joséluis Vázquez Domènech – Redes Sociales

 

 


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Campañas Publicitarias

Breves:

(detenerse y pensar es importante)

Vi anteayer un enlace en el facebook en el que todo el mundo mostraba una indignación considerable.  Iba acompañado de un vídeo, un anuncio en el que la protagonista es Arancha de Benito. He de decir que me puse a visionarlo y había algo excesivo en todo ello, ya no tanto por su inapropiada catadura moral (que es lo que incendiaba a todos), sino por un guión cuando menos estrambótico y una actuación poco creíble. Así que buceé hasta dar con la clave. 

Este suceso me parece un ejemplo perfecto de algo que está aconteciendo con el uso de las redes sociales. La rapidez, el poco tiempo dedicado a reflexionar y el excesivo dinamismo de la información permiten que sea oro todo lo que reluce, o lo que viene a ser lo mismo, que demos por válido absolutamente todo lo que nos llega. Y si a eso le añadimos el deseo latente (y constante) de querer poner a caer de un guindo al primero que pase por allí, lo que se hace viral no es el anuncio, sino el modo en que accedemos a un determinado tipo de comportamiento que no nos alumbra en absoluto.

Pero lo que más me llama la atención es la propia decisión de la protagonista de querer acceder a realizar dicho anuncio, puesto que las tenía todas consigo para que tras su visionado, todo el mundo no solo la pusiera a caer de un guindo, sino que tuviera que enfrentarse a miles de insultos y descalificaciones. Imagino que a estas alturas, varios días después de haber lanzado el anuncio,  el segundo vídeo habrá reconfortado los ánimos y todos se solidarizarán por la causa, con la necesaria abolición de la política de todo signo de desigualdad social.

(os invito a leer los comentarios que ya corren como la pólvora)

Y aquí la verdadera causa, patrocinada por No es Sano, una campaña promovida por muchas organizaciones para exigir a los partidos el derecho universal a la salud.


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Oferta Virtual

MiCita con las palabras:

Atendemos más la «hipotética oferta» de las redes (sea en formato noticias o en intercambio pseudo-emocional) que a las personas que se cruzan a diario en nuestras vidas. Y así nos va. Unos se arrodillan ante su imparable avance, y otros embisten sin saber dónde…

(La llamada «web de infidelidades» Ashley Madison, ha sido pirateada por unos hackers (The Impact Team), que amenazan con delatar a 37 millones de clientes)

 Created by Tipsun


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Conferencia Civivox San Jorge

Lunes, 27 abril, 19’00

Civivox, San Jorge, Iruña, Pamplona

Comunicación y exceso de información (presentación)

http://pamplonaactual.com/comienza-el-ciclo-sobre-comunicacion-y-exceso-de-informacion-con-una-conferencia-en-civivox-san-jorge/

Parece del todo acertada esa reflexión que viene a decir que estar bien informados cansa. Y ese cansarse, ese esforzarse, es el precio que hemos de pagar todos si queremos participar de forma activa y acertada en nuestra sociedad.

De nosotros depende ser capaces de responder ante un sistema que nos atosiga, y que nos convence día a día de que la comunicación y la información están ahí, y no tenemos más que recibirla con los brazos abiertos. Pero esa presencia, sobre todo a través de los medios y las redes sociales, se ha convertido en un vuelco de declaraciones que estamos obligados a atenuar, a refinar, y a redirigir a través de una plena conciencia de nuestros actos.

El Roto

El Roto

Es responsabilidad nuestra hacer un buen uso de nuestro disco duro y de almacenar con criterio para poder resolver el dilema de la abundancia.

Si reflexionamos sobre el modelo de vida que hemos elegido, nos aproximaremos mejor para evaluar qué instrumentos serán necesarios y determinantes para nuestra tarea. Y, sin duda, uno de ellos será contrarrestar la devaluación del lenguaje, y hacer lo posible para que éste vuelva a ser patrimonio de nuestra conducta.

Tal y como señalaba Ernst Jünger: «La decadencia del lenguaje no es tanto una enfermedad cuanto un síntoma. Se estanca el agua de la vida. La palabra tiene todavía significación, pero no sentido. Es cada vez más desplazada por las cifras. Es incapaz de poesía, ineficaz para la oración. Los placeres groseros sustituyen a los del espíritu».

Hemos de comenzar por tanto por educarnos en el buen uso del lenguaje, y esa pauta será fundamental para que podamos filtrar no solo toda la información, sino también nuestra forma de exponernos ante ella.

No hay mayor habilidad que aquella que permite gestionar con eficacia el buen uso del lenguaje».

 


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Conferencia Civivox San Jorge

Lunes, 23 febrero, 19’00

Civivox, San Jorge, Iruña, Pamplona

«Redes sociales, comunicación y colapso emocional»

La creación de un mundo de intercomunicación ha abierto las puertas a la posibilidad de conectarnos sin límites y asistir a un fenómeno donde nuestra exposición constante a través del espacio virtual está afectando directamente al modo en que podemos comunicarnos, pero también, a las formas en que nuestras emociones van construyendo otras secuencias que no siempre se resuelven satisfactoriamente.

Creemos del todo necesario analizar los modos en que somos capaces de entrar en contacto, y cómo pueden afectar las redes sociales tanto a la hora de expandir la comunicación, como a la hora de convivir con este modelo de socialización.

Todo ello, porque ha irrumpido una nueva realidad del todo relevante: la tecnología ha cambiado nuestras mentes. Y de lo que hemos de tratar ahora, es de cómo nuestras mentes reaccionan ante éstos nuevos estímulos, y ante los demás.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

La mayoría de los analistas coinciden en que el gran perjudicado ha sido el lenguaje y, con ello, el modo de comunicarnos. Como por arte de magia, ahora todo alcanza su significante a través de la brevedad, de lo simple, incluso eliminando lo que anteriormente nos resultaba cualitativo, interiorizando formas de razonar, argumentar y expresar que resultan cómodas, apenas sin profundizar en los asuntos, sin reflexionar, y lejos de cualquier capacidad crítica.

Lo más extraordinario llega cuando todas esas características las aplicamos al campo emocional, y nos posicionamos en el escaparate virtual al igual que lo hacemos con las palabras, apenas sin meditar, expresando sin pensar, trasladando una imagen y un lenguaje un tanto descontrolado, que luego no sabemos asumir o nos resulta extraño verificar en nuestra intimidad.

La comunicación necesita más que nunca elaborar dónde están los límites para una buena gestión de los diálogos y de la aproximación hacia quienes nos rodean, para escapar del ritmo trepidante y de la saturación a la que nos someten las nuevas tecnologías.

http://pamplonaactual.com/el-uso-de-las-redes-sociales-centrara-una-charla-este-lunes-en-civivox-san-jorge/


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La importancia del autorretrato

O la necesidad de construir un espacio propio

Desde las ciencias sociales y de la información nos van llegando con asiduidad pequeñas indagaciones que tienen una importancia igual a cero y, que además, esconden una realidad que está pidiendo a gritos ser desvestida de todas sus galas. Dan por hecho que allí donde las redes sociales proclaman un nuevo acontecimiento es donde ha de estar la noticia, pero lo que consiguen es respaldar la liquidación de toda reflexión crítica y aupar a los altares a esos avezados pupilos capaces de dictar las más absurdas sentencias con ciento cuarenta caracteres.

Desde los aclamados territorios de la investigación y con la ayuda incansable de los fabricantes de  nuevas tecnologías han tenido a bien contentar nuestro indisciplinado fervor por la novedad, y de ese modo nos ofrecen miles de aplicaciones que van llenándonos de deshechos y vaciándonos de contenido.

Siendo el objetivo entretener al consumidor podemos observar cómo confluyen en él ambas manifestaciones, y cómo consiguen con facilidad que éste se sienta protagonista de su propia historia. El selfie es el paradigma perfecto de este tiempo y el que mejor revela el proceso en el que estamos encauzados. Deja constancia abiertamente de la trascendencia de un yo elaborado sin discurso alguno, y la dificultad de los sujetos por liberarse de la cadena que están construyendo.

Y es aquí donde deberían de arreciar infinidad de análisis y de consideraciones respecto a nuestra relación con las nuevas tecnologías, el uso que hacemos de ellas, y el desuso que hacemos de nuestras vidas.

¿En qué consisten los nuevos entretenimientos?

Hace ya tiempo que están emergiendo identidades que rebasaron el umbral del individualismo. Estamos embarcados en una nueva ola conductual donde las normas vienen dictadas antes de universalizar el libro de instrucciones. La atomización resultante es un delirio de personajes que más allá de aislarse en sus propias redes, y más allá de congratularse con su constante presencia erótico-festiva, lo que termina por financiar es la destrucción del sujeto como actor social, y lo único que consigue es la atracción de “otro como yo” incapaz de detenerse a pensar y clarificar en qué consiste tanta y tan aclamada diversión.

En las grandes ciudades y en las pequeñas urbes, en la capital y en la periferia, un nuevo espécimen moderno se ha arrojado a los pies del sistema con una facilidad que asombra, y su deseo de compartir la experiencia encuentra en el selfie el ventilador necesario para expandir su sonrisa más allá de su preocupante situación laboral, sentimental, o psicoanalítica. El objetivo no es otro que mostrarse ante los demás como lo hace todo el mundo, es decir, sin detenerse a pensar que igual estaría bien encuadrar la imagen en una realidad significante, y no en los parámetros de los que ya se encargará Instagram de formalizar debidamente.

Este tipo de fotografía es fiel reflejo de los procesos de cambio. El individuo ha pasado al plurindividualismo. Aquella capacidad de tomar decisiones, de aislarse en burbujas recolectoras de su propia vida, de subrayar las vivencias del yo desde personalidades libres y autocomplacientes, e incluso de reivindicar espacios íntimos que construir desde los márgenes, ha dejado paso en breve espacio de tiempo a la masificación de unidades contemplativas que vienen a hacer, en la mayoría de los casos, lo mismo.

Dibujamos una ciudadanía que se organiza en torno a unos criterios de consumo, y donde la capacidad de rebeldía se desata en los días de lluvia de algún concierto “memorable”. Una pluralidad de individuos a los que les cuesta detenerse a reflexionar, a mirar otros mundos más allá de ese círculo donde el instante vale más que cualquier razón que le llevara a él.

Pero esta secuencia se extiende a casi todas las capas de la población, con la diferencia de que algunas tienen un poder adquisitivo y otras no. Lo importante es estar, aparecer en el momento oportuno, no tanto para que todos sepan que estuvimos allí (y que hay una huella imborrable que lo testifica) sino para que uno mismo sienta que participa, y que camina al lado del mundo, incluso en las largas noches de invierno.

Seguimos en la lucha por el reconocimiento. Eso es invariable. Lo que cambian son las formas. García-Alix dice que una foto de nosotros mismos es el disfraz que mejor luce. Y precisamente ese movimiento rápido, en cualquier parte, a cualquier hora, que termina guardado en un móvil y expuesto en el escaparte de la red social sigue buscando un pequeño hueco, al que se le puede atribuir un poco de vida… y esperanza, pero lo que encuentra es una realidad aparente sustituida por la grandilocuencia del momento.

AUTORRETRATO II

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

El espejo, el papel impreso o una pantalla son un soporte adecuado para vernos. El primero impone, el segundo se marchita y la última eclosiona en un momento, buscando al siguiente instante un nuevo emplazamiento. El selfie es otro entretenimiento, donde no hay desgarro, ni intención manifiesta de representar ningún mundo interior (ni exterior), tan solo un instante dulcificado por un gesto que además muestra ese signo erróneo de la falsificación del momento. No procura la reflexión, y por ello mismo nos distancia de una narración solvente.

Esta inmersión que sin darnos cuenta hemos hecho en el universo de la inmediatez ha traído consigo muchas secuencias que se traducen muy bien en todo lo que venimos reflejando. Pero también viene a señalarnos la necesidad que tenemos de detenernos a meditar, de mostrar esa solvencia particular para mirar de frente al mundo y posicionarnos ante él, para dejar la impronta de nuestras luces y nuestras sombras.

El autorretrato te obliga a mirar, a construir, a diseccionar. Es un proyecto que transita hacia lo que van a ver los demás, y en el que te posicionas para querer transmitir; una imagen, una sensación, o tan solo una referencia. No vale con mostrarte. No es una rutina individual para que se convierta en espectáculo social. Puede, y debe muchas veces, ser una zona gris, para escapar de cualquier tendencia, y seguir reivindicando ese espacio propio por el que debemos luchar.

Publicado en Iniciativa Debate y en Ssociólogos.com


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Nuevo modelo social

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

La memoria cortoplacista y el exceso de información efímera están construyendo nuevos discursos carentes de análisis y fundamento alguno. Y muy a mi pesar, me temo que la indignación forma también parte de ese escenario.

De lo contrario, resulta bastante dificil de entender que a estas alturas no estemos ya en medio de una sublevación o de una profunda catarsis neuronal.

Las nuevas tecnologías nos descubren infinidad de puertas, pero somos incapaces de ver aquellas que merecen ser abiertas. No se trata ya tanto de no saber reconocer y palpar el mundo real, sino de una abstracción absoluta de éste, hasta el punto de congestionar las redes pensando que en ellas habitan los duendes.

Toda la información del mundo puede llegar a ser capaz de ausentarnos del conocimiento. Y aquí radica uno de los males mayores que nos rodean: la inverosimil creencia de que las nuevas generaciones son las mejores preparadas de la historia.

La pregunta pertitente sería…, ¿preparadas para qué?

Hoy comienza a implantarse la LOMCE, que el futuro nos pille confesados.

Photo bay Joséluis Vázquez Doménech

Photo bay Joséluis Vázquez Doménech


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Vulnerables

Caminando Sobre Arenas Movedizas

La ausencia de vínculos inquebrantables, esos que anteriormente denominábamos para siempre, se deshacen.  Pero se mantiene la necesidad, el impulso de amarrar lazos allí donde embarcan las emociones, con la diferencia de que ahora el proceso de individualización requiere más de nosotros mismos, y de un complemento energético para consolidar el propio esfuerzo. Sin el respaldo anterior de las instituciones de gran poder socializador, la autonomía esclarece aún más la sociedad de lo íntimo.

Refugiados (pero conectados), intuyendo que no habrá ligadura que cien años dure, que no habrá garantía alguna de perpetuidad. La exploración dentro de esta jaula de oro encierra una excepcional paradoja: conectar sí, pero sin atar bien los términos de cada  unión, con el firme propósito de proseguir otro camino para cuando las circunstancias se alteren.

Lo que subyace es un sentimiento de debilidad y desprotección, donde por un lado encontramos el detonador perfecto para buscarnos, pero por otro una balsa ligera, donde se construye anémicamente una frágil relación para sitiarla.

Este sentimiento procede de un hecho social que se ha instaurado en nuestras relaciones y, por tanto, en nuestra psique: somos fácilmente descartables. Así, queremos correspondernos, aunque desconfiando de hacerlo eternamente (vestigio caduco que pesa como una losa),  y pensando  que ello limitaría nuestra libertad.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Con esta situación transitamos entre el sueño del deleite a través de “las relaciones” y la pesadilla que se instala por las frustraciones que acarrean.  Y precisamente porque dichas comparecencias no resultan  satisfactorias, escudriñamos una nueva, deambulando constantemente entre la esperanza y el temor,  huyendo de una dependencia que parece nos disminuye.

Los suplementos de los periódicos y las revistas semanales tienen un remanente excelente  para llenar sus columnas con profusos consejos y seducirnos con infinidad de posibilidades. Pero son incapaces de resolver el misterio que ya se constata; hay un deseo creciente de tocarse, y al mismo tiempo un fervor latente para que no deje huella.

La confusión se instala en el difícil camino que va de las parejas a las redes, del compromiso a estar en contacto… La virtualidad  tiene una fácil puerta de entrada, y un más cómodo  portón de salida (borrar un contacto responde fácilmente a la sencilla pauta de desabastecerse de complicación alguna).

Puede deducirse de éstas líneas que es la calidad la que está en desuso, la que se fragmenta sin remedio ante la perenne existencia de un inestable discurso. Y cuando la calidad desmerece se investiga en la cantidad, enamorándonos y desenamorándonos como consuelo de esa oquedad, repitiendo el suceso vulnerables al amor… y la penumbra.

Conectados (pero refugiados), intuyendo que el tiempo es otro.

Colaboración para Ssociólogos.com

Publicado también en Iniciativa Debate 

 


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Plug-ins

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

Necesito urgentemente todos los complementos necesarios y las aplicaciones correspondientes que me proporcionen la posibilidad de registrar todos nuestros pensamientos a través de métodos no intrusivos, y que no interfieran en el normal desarrollo de mi sistema operativo.

He descargado un Gestor de Contenidos que soporta tanto los protocolos de intercambio de datos, como los desarrolladores libres de spam, pero o bien no consigo «familiarizarme» con él, o he de replantearme la posibilidad de conectarme a través de otros códigos, que con fuente o sin ella me liberen de todo el espacio que me abruma.

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No hay forma de escapar al control, y de nosotros depende seguir esclavos de la droga digital, sabedores además de que nos observan y espían. Solo hay dos posibilidades, o abandonar todo barco adictivo de lo superfluo, o mostrar beligerancia desde el interior de sus entrañas.

Tú decides la salida

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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En las redes sociales

MiCita con las palabras.

Exhibirse es querer adentrarse en otros sin permiso alguno, haciendo gala de la mediocridad. Exponerse es buscar a los demás atentos a las consecuencias del encuentro, de la pérdida o de la transformación.

(Quienes se decantan por la exhibición terminan como los stands de una feria de muestras, muy visitados y expoliados por el furor de la muchedumbre. Quienes deciden exponerse se aclimatan vaporosos, procreando los susurros de su identidad. Pero ambos han de estar atentos, a ver quién tira de la cuerda…)

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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Individualidades en Red

O cómo vamos al encuentro de las nuevas formas de comunicación

Charla sobre la Comunicación. Civivox San Jorge. Pamplona. 17 marzo. 19’00

No paramos de hacer, y no hay lugar ni espacio para contarnos, para sentirnos y batirnos. Casi nada nos contiene, y se nos escapan las estaciones para detenernos y comunicarnos. El mundo se presenta ante nosotros repleto de recursos, y nos abruman con ingentes cantidades de ensoñaciones y recreos.

Creemos que sí, pero no. Estamos, como dice Ernesto Sábato,  abstraídos de la sociedad de las relaciones humanas y nos acoplamos a la cotidianeidad de nuestras vidas. De la televisión a las pantallas táctiles una multitud mira atentamente. Lo importante es ver, y creernos cómo estamos conectados a través de ese ver, que no es mirar. Observamos un universo creado por unos pocos y en la redistribución del microespacio que nos asignan residimos involucrándonos en una realidad que, en cierto sentido, carece de verdad.

Alejándonos; porque la calidad de vida no se determina por el dinero y aquello de lo que  dispongo, más bien por el tiempo que me queda para disponer y la compañía con la que he de rehacer (restaurar todo aquello que perdí mientras buscaba el camino de mis fondos y perdía aliento al regresar).

Con una facilidad que debería hacernos interrogar accedemos a todo, y convencidos de una mejora en la calidad de nuestras vidas somos capaces de olvidar con quien hablé ayer… ¿En qué red social, comunicándome sin descanso, perdí a mi interlocutor? ¿Dónde delegué el sonido de la lluvia, del viento y de los mares? ¿Quién me sigue, sin tan siquiera saber quién soy?

Es posible que nuestro sentido de la independencia haya hecho olvidar la importancia que conlleva estar pendiente de aquello que nos rodea y, sobre todo, de quienes nos rodean. Los vínculos se van fragmentado, y la globalización termina por descentralizarnos y sumirnos en su despreocupada uniformidad.

Las nuevas herramientas de comunicación asemejan la puerta de salida de emergencia a nuestras soledades o incluso nuestras carencias, pero se convierten sin esfuerzo alguno en un nuevo plan de fuga, en una mayor prolongación de nuestro individualismo.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Los nuevos lazos que se enumeran por seguidores no contrarrestan nuestra debilidad; la afianzan. El super yo sale fortalecido y los primeros brotes de éxtasis te conmueven cuando ya son cien quienes han decidido rastrear en tu camino. Cuando son mil, llega una primavera que brota flores desde el estómago. Popularidades inanimadas de distracción masiva.

¿Nos encontramos realmente con los demás? ¿Sabemos de la vida de los otros? ¿Estamos al corriente? Todo parece indicar que hay una adulterada articulación que patrocina el acceso masivo a la información. Y corremos el serio peligro de convertirnos en nuestros propios impostores, disfrazados de identidades temerosas llenas de insuficiencias. ¿Quién desea habitar una pantalla pudiendo lucrarnos con nuestros sentidos? 

Las fronteras de la identidad se están puliendo en beneficio de una sospechosa transformación hacia la prosperidad otorgada por las nuevas tecnologías.

Nuestras cualidades subjetivas ganadas a pulso en ese arduo trabajo de interconexión se erigen en pórtico, posiblemente, hacia un deseo de  existencia con mayores posibilidades. Mas no queda mucho por comunicar en ese entorno de recelo y desconfianza y, al final de la jornada, regresamos postrados al punto de partida.

El mayor peligro consiste en quedarnos atrapados en la inconsciencia de una estrategia que maquilla la vida. Sospechamos que algo va mal, pero no terminamos de comunicarnos, tal vez porque ya nos hemos conformado con ser y estar con los demás a través de éstos medios.

La saturación y la inmediatez son un contenido hueco. Nos hemos exiliado de la capacidad de profundizar, reflexionar y contemplar el mundo desde una perspectiva individual y crítica. Y somos ya un animal globalizado, sumisos a cada nueva irrupción de las ciencias “aplicadas” en perfectas técnicas de interiorización de lo banal. Creemos meditar consumiendo información, pero apenas si somos capaces de cultivar un poco de sabiduría.

Las formas de pensamiento han sufrido un cambio drástico, y con ello, un nuevo modelo de comprensión y aprehensión de la realidad. Modelo que lógicamente ha comportado una progresiva transformación de las formas comunicativas.

En el deseo de constatar este cambio no se pretende difundir una idea “criminalizada” de las sucesivas corrientes tecnológicas, sino interrogarnos sobre las alternativas de uso que habremos de tener con ellas.  En la razón del presente artículo sí mantenemos serias dudas sobre la hipotética relación entre el progreso, la fingida democratización, y el bienestar.

Salir al encuentro constante de emociones en las actuales condiciones moldeará un nuevo estado de cibermalestar, en el que la dispersión y la siempre inconclusa satisfacción terminarán por adentrarnos en el laberíntico y agotador proceso de búsqueda.

Publicado en http://www.ssociólogos.com 

Individualidades en la Red (o cómo vamos al encuentro de las nuevas formas de comunicación)