Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


Algunas notas de pedagogía política (nota número 4)

Un regalo para todos los «creyentes».

Cuando analizábamos la situación de Siria y Ucrania desde sus inicios, mostramos cómo los servicios secretos y agentes de Estados Unidos perfilaron muy bien cómo desestabilizar esos dos países, y cómo se las ingeniaron para que todo el mundo pensara que esos conflictos se debieron a revueltas populares que se iban televisando para respaldar la narrativa imperialista.

Siempre hemos mantenido cierta tranquilidad cuando escribimos esos artículos, porque siempre disponíamos de mucha información que nos llegaba desde los mismos territorios donde iban sucediendo los acontecimientos. De lo que no disponemos, casi nunca, y es una de las justificaciones a las que se agarra la gente para no «validar» nuestras reflexiones, es de muestras reales, precisas, claras o destacadas que puedan ayudar a darle peso a cada análisis político.

Aunque sea 10 ó 20 años tarde, la verdad se las ingenia para traspasar la censura que vivimos en Europa y EEUU cada vez que «estalla» una guerra.

Os dejo unas declaraciones realizadas en una entrevista por Jimmy Dore, comentarista político y periodista de investigación. Dejo la transcripción y el vídeo.

El citado periodista deja boquiabierto y sin palabras al presentador Tucker Carlson, famoso por su programa de actualidad política en el canal Fox News, porque no se esperaba ni por un instante que pudiera soltar por su boquita, todo ésto, hablando sobre la posibilidad de una guerra con China:

«Nosotros somos los que estamos provocando esta guerra, igual como provocamos la guerra en Ucrania. Estamos ahora provocando una guerra en contra de China. ¿Y quién se beneficia? Te lo digo ahora mismo…, su enemigo no es China, tu enemigo no es China, tu enemigo no es Rusia. Tu enemigo es el complejo militar industrial que ha estado desplumando a este país al son de cientos de miles de millones y de millones de millones de dólares. ¿Cuántas veces vamos a tener un secretario de defensa que nos diga «hey, no podemos rendir cuentas de 2 trillones de dólares en el Pentágono, otra vez»? Cosa que ha ocurrido dos veces durante mi vida.

Por si acaso, y porque presiento que este vídeo no va a durar mucho en la red, dejo otro enlace…, que posiblemente tampoco pueda ser de gran ayuda dentro de un tiempo.


Nos estamos quedando sin Luz


1 comentario

Hay que acabar con el abstencionismo!

Estos últimos meses me han preguntado mucho por la abstención. No es tan sencillo responder sin considerar otros elementos importantes que están ahí, pero que apenas se diseccionan. Vamos a hacer un intento analizando diferentes aspectos.

01- Abanico Político

Primeramente, creo fundamental saber a qué nos enfrentamos, es decir, saber quiénes son nuestros supuestos representantes. Los partidos que optan a gobernar, como viene sucediendo en todo este siglo, son partidos controlados, es decir, sin capacidad de reestructuración del sistema y súbditos del poder (OTAN, Unión Europea, Grandes Corporaciones, etc.).

De este modo, tenemos en España: Vox, extrema derecha, PP, derecha rancia, PSOE, derecha con tintes moderados, Unidas Podemos y Sumar, centro con papel de «insurgente». Y entre la ciudadanía votante, queda un hueco para aquellas personas que piensan desde posiciones contrarias, y no les queda otra que situarse dentro del tablero en la posición “más izquierdista”, digámoslo así, del “deteriorado espectro político” que posee este sistema.

(No entro a valorar todas las apreciaciones que hará mucha gente sobre dónde sitúo a lo que queda de Podemos y sus afinidades electivas. Simplifico. Desde sus primeras propuestas y programas electorales el vuelco que han dado es de dimensiones colosales, y su adscripción a la OTAN es manifiesta desde sus cargos gubernamentales, que es, al final, lo que hay que cotejar. De Sumar es mejor casi ni hablar).

02- ¿Qué democracia?

Debemos añadir, sin falta, que no vivimos en democracia y, lo más importante, debemos constatar también que no hay libertad de pensamiento bajo el yugo de la dictadura de los medios. Sin dicha libertad casi toda posibilidad de expresión carece de sentido, por mucho sentido que quieran darle al acontecimiento de ir a votar cada cuatro años (con un 95% del electorado que ni ha leído ningún programa electoral y que ni intención tiene de ello).

03- La tendencia de culpar al abstencionismo

Sospechar que el abstencionismo en su conjunto es responsable de la victoria de los partidos conservadores y de corte reaccionario reduce mucho el prisma de observación de lo que está aconteciendo en los países capitalistas desde la década de los ochenta, coincidiendo con el auge del neoliberalismo.

Hay que desempolvar la Historia y sostener el hecho de que gran parte del mundo ha vivido décadas bajo el furor de un sistema político denominado capitalista (no lo olvidemos, soporte de nuestras democracias) y, por ello también, gran parte de ese mundo ha vivido y sufrido los embates causados, precisamente, por la expansión de algunos de los fundamentos sobre los que erigió todo su poder y se hizo fuerte: el esclavismo, el colonialismo, el imperialismo, el fascismo y el nazismo. No hay mucho más que decir. Las consecuencias de todo ello, por resumir, llevan a un alto porcentaje de la población a desentenderse de quienes gobiernan y de sus maniobras. Y dicho proceder incide directamente en la decisión de no pasar por las urnas.

Importante subrayar también la actuación que han tenido Podemos y su entorno a la hora de estimular la abstención en el ámbito de las confluencias de la izquierda social, por una manifiesta negligencia desde aquellas supuestas buenas intenciones con las que promocionaron sus inicios. Sin querer profundizar, podríamos comenzar por analizar el primer programa electoral que propusieron, con varios puntos fundamentales que en los siguientes comicios pasaron ya, al olvido. Y podríamos también subrayar el trato un tanto retorcido que han tenido con un importante grupo de feministas que no termina de entender muy bien posiciones tan férreas y nada abiertas al debate. Por no hablar también de la sucesora de Pablo Iglesias; elegida a dedo para llevar el liderazgo de Unidas Podemos y elegida ahora por la mano de dios para fortalecer la izquierda española, hacedora de neutralidades sin sentido, de silencios delatores, defensora de la alianza bélica y acreedora del don del pastoreo para recoger a todas las ovejas descarriadas. Un buen número de abstencionistas de éste lado de la balanza procede, sin duda, del enorme desengaño que han sentido desde aquél 17 de enero de 2014, fecha de la fundación de dicho partido.

04- Defensa del voto contra viento y marea

Respaldar ese camino hacia las urnas (tapándose los ojos ante la realidad) y seguir votando dentro de un sistema que continúa promoviendo las guerras para salvar sus economías y seguir manteniendo el control del poder es, a todas sombras, mucho más desconsiderado e injusto que la decisión que toman muchas personas a la hora de abstenerse en las elecciones, buscando un nuevo paradigma y buscando el cambio necesario del sistema.

Pero aún hay más. Pienso que la decisión del voto ha de hacerse en conciencia, atendiendo al diagnóstico que cada cual hace de este mundo, y no tomando opción por ese mal menor que lo único que consigue es arrastrar los propios lodos del poder.

Así, resulta incluso paradójico querer acudir a votar cuando sabemos que nadie nos representa verdaderamente. Y resulta más chocante aún pensar que alguno de los «elegibles» pueda cumplir promesa alguna digna de tener en consideración (y que ataque directamente a ese sistema que ha estrangulado la vida de millones de personas, como ocurrió no hace mucho tiempo en Grecia).

05- ¿Qué significa abstenerse?

Tenemos, por tanto, que muchas de las personas que se abstienen no son eslabones perdidos dentro de algún perfil del electorado, sino detractoras de un modelo político que consideran dominante y represivo.

Asociamos todo ello con un recordatorio muy importante. Votar no es un deber cívico, sino un derecho político. Y como todo derecho, nos hace libres de poder hacer uso de él, o no, sin menoscabo ni menosprecio de quienes por voluntad política desestimen de su valor. Quien deja de lado este principio, ya inicia su argumentación contra su validez con un gran sesgo.

06- Ecuación

Que alguien, reflexionando sobre el mundo que nos rodea, opte libremente por la abstención es, además de legítimo, completamente comprensible.

Que alguien, analizando el mundo que nos rodea, opte libremente por votar dentro de un engranaje antidemocrático es, además de incoherente, completamente inadecuado.

07- Invitación

Convoco a quienes defienden nuestras democracias modernas a que nos den una definición sobre ellas que consideren válida. Es imposible que soporten cualquier argumentación o salgan indemnes después de contrastarlas con nuestra realidad política. Imposible.

Y quisiera recordar que del mismo modo que asumimos, por ejemplo, las consecuencias derivadas de la acción de todas y todos los votantes de Podemos apuntillando el sueño del cambio (tal y como he dicho antes, fácilmente analizable leyendo sus reivindicaciones a las elecciones europeas en sus comienzos, y observando su legado posterior – una trampa que debería ser denunciable -), se debería respetar la decisión de aquellas personas que desde sus propias elucubraciones y críticas siguen pensando que otro mundo es posible.

Y desde luego, quiero subrayar también que en una hipotética balanza ética y de lucha por los principios, los segundos ganarían por goleada.

08- Opinar es sencillo

Esa extendida tendencia que invita a ofrecer una aparente opinión personal que termina por repetir lo que dicen los medios nos está haciendo mucho daño. Sin duda alguna, mucho más daño que el que pueda hacer cualquier persona que después de reflexionar en soledad, decide no ir a votar.

09- Votar

Si de verdad estamos convencidos de la existencia de una realidad política que no nos ha dado más que desgracias, guerras, injusticias y un sinfín de despropósitos difíciles de olvidar, y no hay forma de asomarnos a ese mundo que, en realidad, casi todos deseamos, ¿por qué insistimos en depositar nuestra confianza en un plan que solo proyecta sobre nosotros el dominio y la desconfianza? No es de recibo proseguir con las mismas armas. Votar, se convierte en un derecho vacío de sentido.

¿No será que el voto sirve para mantener y legitimar un sistema determinado, mientras en la sala de máquinas los mismos de siempre ofrecen apariencia democrática a lo que, obviamente, no es?

¿Qué ha de suceder para que nos reincorporemos y dejemos atrás nuestro modelo económico, avasallador y edulcorado? ¿Qué podemos hacer para que todo esto cambie?

10- Es más fácil de lo que creemos

Y para que se entienda claramente. Nuestras entrañables democracias, con sus continuos reajustes restrictivos, han llegado a ofrecer a la ciudadanía estadounidense la posibilidad de elegir entre dos grandes representantes, Joe Biden y Donald Trump (un logro sorprendente). En Europa, nos han dado a elegir entre la Troika y el asedio compulsivo liderado esta vez por Ursula Von der Leyen y Jens Stoltenberg. Y en España, asistimos a un debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo difícil de olvidar y muy complicado de aceptar como paradigma representativo del sueño de cualquier democracia. Como todo el mundo sabe, justo los personajes con los que todo el mundo sueña y a los que todo el mundo aplaude. Y los personajes que vienen después, animadores y animadoras socioculturales para ir de picnic o acampadas veraniegas, con sus fiestas infantiles y sus apasionados juegos de rol . Y ahí termina el cuento.

Salir de este bucle inadmisible nos obliga a salir del sistema.

OTAN No, Bases Fuera

Un abrazo, joséluis


Deja un comentario

Violencias

(Nueva colaboración para la incansable y sorprendente «La Ignorancia Crea»)

Desde hace ya algún tiempo, incluso la violencia ha pasado a ser objetivo de los medios. Pero no como elemento de concienciación con sus posibles consecuencias, sino como herramienta de control para doblegar a la ciudadanía y exponerla sin contemplaciones ante el proceso vivencial de lo que podríamos denominar “catarsis permanente”. Sabiendo que la insistencia y la repetición desacreditan la capacidad de sorpresa y la reacción, nos vemos sometidos a continuas avalanchas de sangre y fuego.

Este modelo coercitivo de socialización suministra sin cesar dosis de adoctrinamiento sin reparación de los daños causados. Ante una coyuntura de interacción problemática se tiende a saldar todo con la eficacia que otorgan la fuerza y la contundencia. Una resolución dialogada deja de tener el mínimo interés, y la vida se convierte en espectáculo permitiendo que el conflicto vertebre cualquier proceso.

La red que lo sostiene todo es de acero, y es capaz de soportar el estallido de mil mundos. No son las guerras las que han de acaparar todas las portadas; desde una manifestación hasta un accidente de tráfico se convierten en publicidad violenta, y ya hasta el noticiero del «tiempo» revela la primacía de los discursos nada benevolentes.

Llevamos décadas de menosprecio absoluto hacia la paz, y ésta no solo no se promulga sino que además parece interferir los deseos de los mercaderes y los comisionistas del desorden. Desde que nos levantamos hasta dormitar henchidos de agresividad, recibimos cada jornada cientos de imágenes relacionadas con esa sofisticada maquinaria que gratuitamente nos desmantela para enfrentarnos sin despojos ante el sufrimiento. Y no se trata del retrato veraz de nuestras urbes y nuestros pueblos, sino de la imposición de una serie de secuencias relacionadas con la maldad a golpe de noticiarios impertinentes.

No estamos ante el descalabro natural de la bondad humana, más bien nos situamos frente a la amenaza continua, que viene patrocinada con nombre y apellidos y además es generadora de inmensos beneficios por ello. Las empresas armamentísticas son el telón de fondo, y las políticas belicistas el andamiaje necesario.

Sin que nos demos cuenta, todo proviene de firmas y contratos. Uno de los últimos sucesos que esclarecen este argumento lo acaba de protagonizar don Pedro, en su afán de seguir vendiendo un país al mejor postor, siendo capaz de cambiar cromos por barcos de guerra. Cumbre de la OTAN, Joe Biden invitándole a sus aposentos por una hora… Todo tiene un precio, y en nuestro caso seguimos amasando violencia en nombre de inexistentes enemigos o, lo que es peor, de enemigos creados ad hoc para seguir propiciando el negocio más vil y humano. A semejante situación, es curioso, lo llaman acuerdos de relación estratégica.

Y como en toda estrategia, hay un plan. Y éste viene, además, respaldado por una de las principales características del Estado Moderno: ser depositario del monopolio de la violencia y del uso de la fuerza. No debemos olvidar que todo este entramado es un paripé, y que no responde al deseo democrático ni al desarrollo garantista de los derechos individuales. Una inmensa mayoría ni queremos ni promulgamos el uso y abuso de la crueldad, ni contra nuestros seres queridos ni contra aquellos que viven en los confines de nuestros horizontes. Otra cosa es que desde el propio Estado se infiltre en nuestra sangre el aroma de la violencia, haciendo posible que de la noche a la mañana seamos capaces de odiar a China o de respaldar las políticas más inverosímiles y abyectas.

En su afán dominador nada hay más convincente que conseguir que seamos creyentes de sus intereses, lacayos endemoniados con incapacidad severa para ver más allá. Lo más sorprendente es que el nexo de unión para que se asuma esta realidad como algo natural y prudente es lo que viene a llamarse Democracia. Conviene recordar que no soy ningún teórico protector del absolutismo ni de fascismo imaginable, pero sí teórico delator del desfalco con el que nos intimidan constantemente. Nuestras democracias son un verdadero disparate, y nunca son ni el más mínimo reflejo de nuestros intereses ni aliento alguno para nuestros sosiegos. Están completamente asociadas a los vaivenes del poder, y solo por ello, anulan todos nuestros sueños. Creer en ellas es nuestra perdición y, por ende, la victoria de quienes manejan las madejas con todos sus hilos. Sería aconsejable repensar todo muy bien, porque algo tan sencillo como poder afirmar que no existen las democracias en su verdadero sentido sería el comienzo de una nueva etapa, tan necesaria como urgente.

Y no es ardua la tarea. Bien al contrario, debería ser la respuesta directa a todos los males. Asumir esa verdad es la única solución. Proseguir con el juego de votar al menos malo es un parche insignificante y muy pernicioso para nuestra sociedad. Estamos colapsando y todo el deterioro construido no tiene solución si antes no edificamos y establecemos un nuevo sistema.

Resulta fácil, pero también muy perverso, defender nuestro modelo político. Para mí es inimaginable. No encuentro ningún sustento teórico y ninguna realidad que me haga pensar lo contrario. Y por ello, no puedo ser abanderado de ninguna causa indefendible.

Photo by joséluis vázquez domènech

Pero lo más curioso de todo es que hay una razón de fuerza mayor que debería obligarnos a cesar inmediatamente de apoyar tamaña insensatez. ¿Desde cuándo alguien puede respaldar nada que vaya asociado a la violencia? ¿Desde cuándo alguien que dice amar la paz puede justificar los atropellos continuados que realizan nuestras democracias? ¿Desde cuándo se sostiene que para vivir bien han de vivir muy mal los otros, los pobres habitantes de nuestras guerras? ¿Desde cuándo somos capaces de respaldar aquello que solo habita en el pensamiento y en un plano teórico desfasado? ¿Desde cuándo matar puede ser un añadido para justificar el bienestar de una pequeña parte de la población mundial?

¿Es que acaso no sabemos que nuestra violencia es el germen de nuestro capitalismo? ¿Es que acaso no sabemos que la mueca de nuestra sonrisa es debido al expolio al que sometemos al mundo? Y peor aún, ¿cómo es posible que sabiéndolo seamos capaces de respaldar semejante atrocidad? Me resulta indecente asumir desde el marco social esta posibilidad. Pero como sé que es la mayoritaria, prosigo con mi denuncia.

La violencia, además de mostrarse incoherente con la felicidad, propaga sus garras en
nuestras relaciones, puesto que éstas beben de aquellas fuentes que nos vienen dadas. Las redes sociales, las aplicaciones, las pantallas y la propia educación, resentida del conocimiento y buscadora de competencias, no son sino detonadores de esta era de explosión arrogante e individualizada.

Todo lo que nos rodea nos incita al desánimo, al virtuosismo digital y a la desertización social. Y lo que es peor, todo lo que nos rodea viene sobrecargado de incoherencia. Toneladas de información irresoluble. Contradicciones tejidas para el conflicto incesante. Una semántica diseñada para el barbecho lingüístico. Pornografía en cada esquina para sexualizar hasta los sueños de los ángeles. Sobrevaloración de cualquier estupidez musicada en los vastos territorios del tik tok. Desmembración de los sexos para que cada cuerpo sienta desde los discursos, y no desde la vivencia empática de cada poro. Todo se enreda, y ante la duda, las farmacias te venden hasta el deseo reinventado. Y la disonancia, al final, termina por formar parte de libertades recreadas, del consumo estratégico y de la volátil existencia.

Sé lo que quieras. El mercado te hará libre. Sequía. Calor. Sed… y violencia. Paga y se te dará. Todo menos la felicidad. Paga y te ofrecerán todas las series del mundo, conexión ultrasensorial, mentira virtual, opacidad electoral, corazones verdes, energía rebautizada, paneles solares y poda de árboles. Violencias escalonadas; desde una casa impagable hasta un salario inolvidable, desde el encarcelamiento por gallo de pelea hasta la reclusión por depresión con fentanilo, desde la militarización de los trabajos hasta la uniformidad del pensamiento, desde el maltrato interpersonal en la escuela hasta la desatención del profesorado, desde la huida a la ciudad corrompida hasta el olvido de los trigales limpios, desde los manantiales secos ya en invierno hasta las nubes decoloradas sobre los fuegos, desde los vientres de alquiler hasta los estómagos vacíos. Te harán libre, pero en medio de todas las batallas.

Violencia patriótica, no lo olvidemos, que se ejerce por falta de educación y por exceso de exposición.

Seguimos oyendo el llanto de un niño palestino. Y a eso no le llaman violencia. Ni lo nombran. No le esperan ni para el entierro. No hay nada. Nuestras emociones están perfectamente descontroladas.

OTAN No, Bases Fuera

Para ver y leer todas las colaboraciones del último número de la revista, pincha aquí


Deja un comentario

De Afirmacionistas y otras catástrofes

¿Cómo va todo? ¿Hacemos un repaso/anecdotario para intentar ver cómo funciona todo desde hace muchos años?

Lo han conseguido. Han destruido los servicios populares de los ejes más importantes de la administración del Estado (centros de salud, hospitales, institutos, colegios, oficinas de empleo, etc.) y nadie ha protestado. ¿Cómo lo han conseguido? Sencillo. La naturaleza ha obrado el milagro (con sus epidemias, incendios, calores y guerras) y ha ayudado casualmente a que el capitalismo más ruin pretenda salvarse ahogando a un alto porcentaje de la población y aupando a los cielos a un mayor número de sinvergüenzas. Sería un resumen un tanto acelerado y parco, pero muy próximo a la realidad. En el camino, la cara de estupefacción de millones de afirmacionistas acongojados con los precios de la gasolina, del aguacate, de la luz y de la habitación de hotel. ¿Qué le vamos a hacer? Es lo que hay.

El miedo y la opresión informativa han calado hondo, y ya es posible que cualquier noticia sea creíble, porque muchas son las barbaridades que han cegado la vista de las generaciones mejor preparadas del mundo occidental. ¿Se han preocupado éstas, mínimamente, de indagar para saber qué ha ido sucediendo?

Vamos por partes, ¿han escuchado, por ejemplo, lo que ha dicho el entrañable Antony Fauci sobre la vacunación. Es paradigmático; en el enlace que añado viene a decir sutilmente que la vacunación no ha servido para nada. “Esta no sería la primera vez, de darse el caso, de que una vacuna que aparentaba ser buena, en principio segura, en realidad hiciera que la gente empeorase”, dice. Empezamos bien…

¿Han escuchado los gritos de rabia e indignación que llegan desde África y los países más empobrecidos del mundo, hartos ya de EEUU, de Europa y de su explotación continuada desde tiempos inmemoriales? ¿Han atendido a las votaciones de la ONU, donde se aprecia claramente este proceder, y ya podemos confirmar que una serie de gobernantes están diciendo al mundo que hasta aquí hemos llegado? ¿O siguen teniendo pesadillas en sus sueños húmedos con Putin? A día de hoy, ya hay hasta quien se salta los protocolos oficiales y nos regala maravillosos gestos de indignación y rebeldía (esos que en Europa tanto se necesitan y han quedado sepultados bajo el fango de la desinformación). Observen qué le sucedió a nuestro querido Macrón hace bien pocas jornadas en su repelente visita a África. Es de lo mejor que he podido ver últimamente, y debería llevarse como performance a algún museo parisino. En Benin, un señor que aún no he identificado, se sacude la chaqueta con gesto evidente en la misma zona donde el señor presidente le toca. Perdonarme, me emocionan estas pequeñas historias que tratan de ocultar como si les fuera la muerte en ello.

¿Han escuchado a una líder aborigen, senadora por Australia, enfrentarse como pocas personas lo han hecho y encararse ni más ni menos que con la lugarteniente de los demonios y los infiernos, Isabel II de Inglaterra? A Lidia Thorpe la obligan a repetir discurso tras expresar con brazo en alto que jura solemnemente que será fiel a la colonizadora, su majestad la reina, al recibir posesión de su cargo en el Parlamento. Con diez bemoles.

Hay vida, donde hay rebelión. Europa, en cambio, está completamente entregada al fervor guerrero de sus amos. Hasta tal punto, que logra convencer a su población (recordémoslo, la más preparada del mundo mundial) de que debemos seguir a pies juntillas la labor humanitaria de Volodímir Zelenski. Claro está que tiempo después son muchas ya las personas que han visto que algo no va bien con este sujeto, pero ya es tarde, como siempre. El nazismo ya ha echado raíces y Ucrania, después de muchos años de propaganda y promoción del odio hacia todo lo ruso, ha terminado por cometer los actos más execrables que se puedan imaginar. Y como este capítulo es fundamental para entender lo que ha ido sucediendo, proponemos tres episodios que son fiel reflejo de mis palabras.

Como todo acto premeditado y bien elaborado, los gobernantes ucranianos, con la ayuda inestimable de los Estados que más desunen el mundo, fueron capaces de diseminar la rabia entre sus habitantes, para que después, en una futura guerra que sabían iba a acontecer, fuesen al frente a asesinar a una población que lleva casi diez años siendo diezmada y violentada. Un claro ejemplo lo tenemos en Petró Poroshenko, que aburrido de la vida fue a la ciudad portuaria rusófona de Odesa, en el sur de Ucrania, el 23 de octubre de 2014, para decir ésto: Porque nosotros tendremos trabajo, ellos no lo tienen (ni lo tendrán). Tendremos pensiones, ellos no las tienen (ni las tendrán). Tendremos ayudas para las personas, los niños y los jubilados, ellos no las tendrán. Nuestros hijos irán a la escuela primaria y al maternal, los suyos permanecerán sentados en sus sótanos. ¡Porque no son capaces de hacer nada!. Es así, y precisamente así, que ganaremos esta guerra.

¿Han escuchado las declaraciones de la secretaria de Estado Adjunta de EEUU para Asuntos Europeos, en las que sin pelos en su lengua nos recuerda “Que se joda la UE”? Declaraciones filtradas de una conversación diplomática, como se ve, nada diplomática, pero que concuerda a la perfección con lo que le ocurrirá posteriormente a los dóciles habitantes europeos, tan mansos y amantes de la democracia estadounidense. Adjunto enlace elegido a propósito, para que se puedan observar muy bien las restricciones y dificultades que hay para contar aquello que acontece y se desea ocultar constantemente. Es decir, lo hago para que se sepa muy bien que informar no es fácil, para que se sepa bien que la libertad no existe en Europa, y para que se sepa bien cómo nos tratan.

¿Han escuchado lo que sucedió en el Parlamento griego, cuando Zelenski tiene la osadía de presentarse con un nazi ante ellos, como quien no quiere la cosa? Y mientras, en todos los parlamentos europeos, incluido el magnífico parlamento español, se aplaude a un líder que está destrozando su país, acompañado de una banda de crueles personajes capaces de coger como escudos a la población civil pro rusa y desatar el pánico con sus atrocidades?

No sentí tanta vergüenza desde hace mucho. Millones de personas aplaudiendo a un impresentable, difundiendo el nazismo y favoreciendo el declive de Europa. Millones de los que ahora muchos se hacen el sueco, visto cómo va a terminar todo y vista la portada del Vogue. Y en unos meses volverán a hacer el ridículo con cualquier otro episodio internacional, apoyando una nueva barbarie y dando alas a quienes nos consumen en la hoguera de sus vanidades.

Llevo tiempo escribiendo desde esa desazón tan perturbadora y triste. Ahora, instalados los malos augurios entre la población, gran parte de ella está sumida en el caos, como el mundo, agitada por las constantes exhibiciones de prepotencia del gabinete de Biden, y no sabe quiénes son los culpables de tanta humillación. Es demoledora está constatación pero es real. Una inmensa mayoría de la población solo es capaz de llegar a decir que Putin es un prepotente, que el mundo está mal, y que ojalá termine la guerra pronto. Es impresionante, y no tiene ni idea de que la OTAN y sus jefes, están atizando Kosovo, el Pacífico entero, Armenia, El Sahel, América del Sur y la Cochinchina. Todo ello después de haber provocado en Ucrania una catástrofe sin inmutarse.

El otoño va a ser muy divertido. Pero necesito insistir en ello. Todo lo que nos va a suceder es poco. Es absolutamente impresentable que las generaciones mejor preparadas sean las más castigadas, por su propia ignorancia, por su propia adhesión a la causa; al capitalismo dando sus últimos coletazos caiga quien caiga.

Ánimo afirmacionistas, creyentes de todo, fieles lacayos de los medios. Ánimo, porque lo vais a necesitar. Día si día también leer con atención y seguir vuestras vidas, como si no pasara nada. Seguir, y sonreír al nuevo mundo. El circo no va a parar, cada semana nos tratarán como imbéciles.

Y así sucede cuando nos llegan noticias sobre Afganistán con el asesinato de otro líder de Al Qaeda. El mismo proceder (y teatro) se dio hace once años con un acontecimiento que ya dejó muchas lagunas (en mi, claro está, no en el mundo), y que deseo subrayar antes de retirarme al final de mis vacaciones. Benazir Bhuto fue aniquilada allá por 2007 poco después de que en una entrevista afirmara que Ben Laden habría muerto antes de que Obama lo hubiera “eliminado” en 2011.

La última y, tristemente, verdadera noticia es la política de apartheid diseñada por Israel y que tan bien pone en práctica contra el pueblo palestino. Con el beneplácito de nuestro mundo, de nuestros representantes que no lo son, de nuestras democracias que no existen, y de la ciudadanía, si, de la ciudadanía, que con su silencio, su permisividad y su patética actuación en relación a las guerras y la pobreza lo único que hace es permitir que todo siga igual, permitir que su maravillosa creencia en el capitalismo horade hasta los últimos surcos que subyacen bajo sus sangrantes heridas.

Todo un poco increíble verdad… Hay que tener mucha bajeza moral y aversión hacia el buen trabajo profesional para hacer público este titular. Pues todo ello no representa sino una milésima parte de la cruda realidad. (Lo ejemplifica muy bien también la dimisión de la directora de Amnistía Internacional en Ucrania. Su organización ha dejado claro que el ejército ucraniano pone en peligro a los civiles, al utilizarlos como escudos humanos constantemente. Y como ese informe pone en evidencia el proceder de Ucrania en esta guerra, va y deja su cargo, enojada porque todo es propaganda pro-rusa. Imaginen qué está sucediendo realmente para que una organización como AI sea capaz de realizar dicho informe.)

Y en medio de toda esta parodia, interpretada a la perfección desde el afirmacionismo, a todos nosotros y nosotras y a los de más allá, sin despeinarse en absoluto, nos han aniquilado y desmantelado la mayoría de los servicios sociales, obligando a los dirigentes de los estados (que se eligieron para mejorar las condiciones de vida de las mayorías), a subir y subir y subir los presupuestos en gastos militares. Porque nos va la vida en ello, dicen. La vida de nuestras democracias de pacotilla, que se jactan del desarrollo insostenible usurpando todos los recursos que encuentran a su paso. Al paso delictivo de un colectivo del que no debemos olvidar, formamos parte.

Pues nada, cuidaros y hasta la próxima.

OTAN No, Bases Fuera

Colaboración para «Ojos para la Paz»


Podemos caer más bajo aún

Recuerdos de hace dos y tres décadas. Discutíamos como si nos fuera la vida en ello. Sobre todo de política. Por aquél entonces lo más posmoderno se comenzaba a vislumbrar, el fortalecimiento del individuo tecnológicamente iluminado. El nuevo sujeto parece haberse ya configurado. El resultado, uno que puede hablar y arremeter contra cualquier interlocutor sin el más mínimo aprecio y sin el consentimiento del conocimiento. Lo que importaba era universalizar determinadas conductas y opciones, todas ellas ofrecidas como simulaciones perfectas a través de las nuevas tecnologías.

Breve inciso. Ya por aquellos años (polemizando nuevamente), procurabas sostener la idea de que vivíamos desamparados de cualquier sistema que pudiera llamarse democrático y te sumergían en el pozo más próximo sin opción siquiera a sacar la cabeza para poder volver a insistir en ello. Negacionista prematuro diría más de uno. Quienes me conocéis sabéis perfectamente de mi vehemencia y pesadez, sobre todo con algunos temas que se me resisten (bueno, he de matizar que quien se me resiste en realidad es el conjunto de la sociedad; un drama insuperable para un sociólogo romantizado), y lejos de esconder esos gestos de personalidad polarizada…, sigo en ello, intentando encontrar alguna razón para desplegar las cortinas de la vida.

Siempre ha habido temas tabú, o dificultades para el desacato ante la autoridad institucional. Los punks saben mucho de eso. Hoy procuras sostener cualquier idea y te arrinconan en el confinamiento, en la censura o eres protagonista de una lapidación verbal. Seguimos lidiando con la controversia, pero las cosas se han desvirtuado mucho. Las cosas…, y las formas.

Las sociedades son constructos de larga fermentación, necesitan mucho tiempo para avanzar y mucho más tiempo aún para transformarse. Los cambios no se producen de un día para otro, y es impensable poder sostener, por tanto, que los aspavientos políticos y la creencia de que últimamente los partidos están dejando tras de sí cierto olor a podrido sea efecto de una repentina efervescencia llena de superficialidad. No. La superficialidad ya se instaló cuando murió Franco, o lo que es lo mismo, el sistema ya se encargó de colarnos un gol mostrándonos el maquillaje cultural de la movida madrileña y sus efectos colaterales, subvencionando a personajes por encima de las ideas, elevando a los altares la vivencia de la noche y escondiendo a buen recaudo las voces discordantes. Siempre era mejor impulsar a Alaska con su propuesta estética nada antibelicista que financiar el próximo disco de Cicatriz en la Matriz. O era mucho más rentable financiar a Almodóvar y todo su séquito que promocionar a la patrona de los mineros.

El poder entiende mucho de ésto. Peor aún, es de lo que más sabe. Lleva tanto tiempo instalado en su sillón que aprendió perfectamente cómo proseguir en su feudo mostrando señuelos a sus súbditos. Y el éxito es tan obvio que la izquierda ya ha llegado a confundir el anzuelo con sus objetivos, hasta el punto de desorientarse y perder totalmente el rumbo. Quizás tengamos que remontarnos a principios de los ochenta para señalar de algún modo esa línea divisoria, en la que de un modo u otro las nuevas generaciones se perdieron, irremediablemente. La transición cultural ha llegado a su fin, y ha cumplido su papel. La neurolingüística* del capitalismo y todo su engranaje social son la base del pensamiento, el individualismo su raíz anclada a la tierra y su nihilismo y supuesta búsqueda de libertad el vehículo donde se instalan los nuevos corazones polvorientos.

El caparazón de esta estructura social (durante la transición) la conforma una política deshilachada pero beligerante desde la trastienda. Por aquellos mismos años (y no es casual) ya nos sometieron al músculo de la violencia y las fuerzas militares y, desde entonces, no se ha hecho más que promover el miedo y las guerras. Para ello, ha habido un distanciamiento continuo de la praxis ideológica, una fusión dentro del mercado y, lo más importante, una desmembración radical del lenguaje y de los discursos. Amputaron a las palabras su verdadero significado y, con ello, lastraron las aspiraciones de tan siquiera poder llegar a entender lo que éstas deberían contener. Una de esas palabras es, sin duda alguna, el término “democracia” (basta con llegar a analizar cómo nos sometieron los medios para que la consideráramos en paralelo al “impecable y sacrificado trabajo” que el rey hizo por ella). Risas.

cof

A día de hoy sería muy difícil para alguien ajeno a los estudios políticos poder descifrar su contenido, a no ser claro está, de que lo llenara con expresiones totalmente incongruentes con la realidad que habitamos. Esto es, se insistiría por ejemplo en una representatividad inexistente, en unos medios de comunicación incapacitados para vigilar las arbitrariedades de los gobernantes, en un marco social donde el protagonista sería el desmesurado control, en unos sindicatos alejados de la lucha de los más débiles, en una justicia subordinada al capital, en unas elecciones donde la participación sería irrisoria, en una separación de poderes que vete tú y sé capaz de defenderla y en un tejido social alejado completamente del compromiso y de la justicia. Y siendo en ese contexto donde deberíamos darle sentido a la existencia de la democracia, no nos quedaría más remedio que determinar, sin miedo alguno y sin ambigüedades, que está muerta.

Y lo mismo sucede con otras muchas acepciones, que se han disuelto sin que tan siquiera puedan llegar a comprenderse o reconocerse. Y lo que es peor, hasta se desestiman sin tan siquiera saber lo que abarcan. Comunismo, socialismo, emancipación, ecologismo, revolución…, son realidades en desuso o maltratadas con prevaricación.

Es tal la mediocridad instalada en los procesos de socialización política que hasta uno de las supuestos pilares de la democracia, como es el sufragio universal, está completamente contaminado. Nos hacen creer que ir a votar es primordial, y ni tan siquiera nos educan en ello, ni tan siquiera se sabe cómo son los procedimientos o cómo funcionan las instituciones. ¿Quién conoce cómo se distribuyen los votos, cómo se contabilizan, qué significa el voto en blanco, cuál es la representación del Senado y su significado, en qué consiste y qué proyección tiene una iniciativa legislativa popular, cómo se financian los partidos, cómo se asignan las concesiones a los medios, qué es la Ley D’Hondt, cómo se legitima la violencia del Estado, hacia dónde y cómo se derivan los presupuestos generales, quién elige a los miembros de la Comisión Europea, cómo se establecen algunos tratados internacionales, qué repercusiones tiene ser miembro de la OTAN, o quién diablos maneja tu barca?. No te preocupes, en las democracias modernas no es necesario saber cómo funcionan para que te adhieras a ellas; perteneces a su familia política desde el mismo momento en que vienes a este mundo y, con eso, ya es suficiente. Y como toda familia, está encerrada en sus propios traumas.

Todo ello no significa que hace un siglo la ciudadanía supiera diferenciar mejor los diferentes regímenes políticos y lo que les caracterizaba. No. Todo ello significa, sencillamente, que nos quieren hacer creer algo que no es, algo que viene gestándose desde hace un tiempo y que tiene su origen en la perversa consolidación del capitalismo en nuestras vidas. Un modelo desde el cual poder observar el mundo, sin más. Aunque en realidad, más que un modelo de observación lo es de imposición (que se lo digan sino todos esos países que han ido cayendo, uno tras otro, en las fauces del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial).

Cada Estado ha tenido su propio recorrido. España ha hecho honor a su afición a la pandereta y cada semana asistimos a innumerables acontecimientos dignos de la inteligente obra de Valle-Inclán. Por ello no nos deberían de sorprender todas esas calamidades instaladas en nuestro patrimonio político, y no deberíamos de analizarlas como supuestos yacimientos de reciente creación. Tal y como hemos manifestado al principio, se necesita tiempo, mucho tiempo, para poder construir modelos de sociedad. Y el nuestro viene de atrás, de muy atrás, y ahora solo estamos asistiendo al resplandor de su avara gestión desde la mal llamada transición.

Como decía, cada semana, los representantes de las multinacionales nos llevan en volandas por las autopistas del despotismo. El abuso es, generalmente, lo que caracteriza a nuestras formas de gobierno. Es igual que analicemos el funcionamiento de la Unión Europea o que hagamos lo propio con el del gobierno español. Todos están infectados hasta la médula, y todos son protagonistas de historias inolvidables.

La última y más emocionante acaecida por estos lares no ha sido la protagonizada por los díscolos navarros o por el somnoliento diputado cacereño del PP. Eso forma parte ya del enquistado legado donde se instaló la política hace ya mucho. Tampoco lo es la furibunda reacción de Pablo Casado o Cuca Gamarra al resultado de la votación. No. Hay un acontecimiento mucho más nocivo, mucho más inverosímil, y mucho más pernicioso.

Hace pocos días asistimos a una votación en el Congreso. El Gobierno, progresista (otra de las palabras a las que se le ha amputado su verdadero significado) ha cometido no un desliz, sino un peligroso giro en su proceder que va a traer consecuencias muy desagradables.

Creo que fue el 01 de febrero. Carolina Darias consiguió que se convalidara el decreto ley aprobado en diciembre para hacer obligatorio el uso de la mascarilla en exteriores, y ampliarlo por un tiempo. Eso si, lo consiguió de un modo un tanto particular. Se incluyó en el mismo texto la revalorización de las pensiones con el IPC de 2021, de tal modo que no quedaba más remedio que votar sí o no a las dos opciones conjuntamente. Son muchos los calificativos que nos saldrían para describir esta situación, y ninguno de ellos agradable.

Este proceder no solo añade un elemento más de desprestigio a las formas de hacer política, también nos ayuda a subir un peldaño y así observar mejor los lodazales de la democracia. No se trata solo de una tomadura de pelo, de mezclar churros con merinas, sino de seguir fomentando modos de gobernanza de espaldas a la lógica implementada por cualquier tipo de justicia. No se trata de ninguna nimiedad.

Por un lado, se ríe de los derechos adquiridos por los pensionistas y de sus últimas luchas. Y hace saber a este grupo, sin tapujos, que lo que verdaderamente importa es forzarnos de cualquier manera a ponernos la mascarilla, y que sus peticiones, por sí solas, no son lo suficientemente importantes como para tratarlas con el rigor que merecen. Esta crítica que hago ha pasado absolutamente desapercibida, no así el hecho en cuestión.

Por otro lado, nos deja constancia de que parece haber detrás de las “políticas sanitarias” extraños argumentos, sin informe alguno, y con consecuencias para toda la ciudadanía. Extrañas formas de actuar que bien pudieran estar dirigidas por otras manos o industrias u objetivos o me es absolutamente igual. Lo importante, es lo importante. Un Gobierno que “necesita” acudir a estos modos de operatividad antidemocrática han de esconder otros objetivos.

Y, por último, lo acontecido crea un precedente peligrosísimo, y nos deja a toda la ciudadanía a pie de los leones y ante cualquier tipo de tropelía con la que nos quieran castigar. ¿Os imagináis que en la próxima legislatura los partidos en el poder quieran meternos con calzador cualquier ley del gusto de unos pocos y, para ello, lo hagan comprometiendo a los sumisos habitantes del Congreso a cualquier desafío? ¿Lo imagináis? ¿Quien va a poder decirles entonces que eso es una absoluta arbitrariedad que no tiene sentido alguno? ¿Quién va a poder parar esta temible maquinaria?

Desde luego, nuestro sistema político, no. Lo estamos viviendo desde hace muchísimo tiempo. Un proceso político completamente desmarcado de lo que, supuestamente, debería ser cualquier democracia. El progresismo español acaba de hacer un flaco favor a la política y a la sociedad en su conjunto. Nos acaba de asestar un duro golpe. Y mientras, quieren que nos pongamos la mascarilla, probablemente para dificultar nuestra capacidad de olfatear los desmanes de sus políticas.

Y lo más triste es que podemos caer más bajo aún.

(Subrayo. *Nuestro cerebro almacena información y experiencias (aprendizajes). Parte de ese proceso se realiza a través del lenguaje y la comunicación. El proceso lo pueden modificar, y alterar con ello hasta el sentido de nuestras vidas.)

A cuidarse!

OTAN NO, Bases Fuera

Colaboración para Ojos Para La Paz


Una izquierda cada vez más perdida

Proclamar el desconocimiento es tendencia. A los cuatro vientos, huracanes que barren conciencias están de moda, y la magnitud del despropósito se extiende por todo el mundo como fórmula matemática de primer orden. Dicha fórmula es el principio divulgativo del gran poder para neutralizar la rebelión o protesta alguna, y es también el masivo espectáculo sin el cual todo sería posible.

No hay mejor manera de construir realidades que alterando la percepción simbólica, y como nuestros sentidos ya están completamente dislocados, lo tienen fácil, muy fácil. Hasta tal punto es sencilla la manipulación que hasta la “izquierda” se cree libre de pecado, y hordas de feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas campan a sus anchas creyendo ver la solución allí donde van enterrando sus propias esperanzas.

Hemos expuesto en muchas ocasiones las adversas consecuencias que tiene para la sociedad en general que ilustres artistas, divulgadores de toda orden o columnistas del ocio ideológico no hagan más que grotescas contribuciones asentando sus supuestos principios morales y políticos en las mismas fauces del enemigo. Ya tuvimos una experiencia demoledora con Barak Hussein Obama. Sin duda alguna, enemigo de la paz e instigador de la promiscuidad armamentística.

Viví esa época con cierta incredulidad. Es complicado mantener la fe en el ser humano cuando éste se levanta en armas contra el mundo. A mi me resultaba un tanto paranoico observar cómo la televisión propagaba su discurso por doquier, y más paranoico aún comprobar cómo la mayoría de tribus urbanas y no urbanas caían a sus pies. Me resultaba absolutamente descorazonador escuchar a mentes pensantes rendir tributo a semejante personaje. Y me entristecía, mucho, constatar cuan fácil era deslumbrar a los habitantes de la modernidad. (Podemos hizo lo propio y lo que consiguió fue nacionalizar la aflicción)

El siglo XXI, si algo nos trajo, fue esa adhesión a la verdad oficial, esa necesidad de aferrarse a un discurso aun a costa de nuestra propia debacle. Ya van pasando los años, y yo voy desplazándome a mi propio refugio, más alejado de la gente, más aislado del ruido. Pero no consigo deslindarme de los acontecimientos. Imagino que por mi querencia doliente hacia la política. Y vuelvo a revivir. Siempre vuelvo a revivir frente a la desolación.

Doce años después de que todos los titulares y todos los discursos momificaran nuestras mentes, hoy, y como si nada hubiera ocurrido desde entonces, la ciudadanía regresa en masa a buscar consuelo en la imagen de ese binomio nada seductor; Kamala Harris/Joe Biden. El mismo proceder, la misma maquinaria perforando nuestras vidas, los mismos delincuentes insinuándose ante nuestra mirada, y aún así, nada. Es muy importante recordarlo, “feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas” aplaudiendo semejante acontecimiento como si de una gran noticia se tratara.

Por fin, una gran señora en lo alto de la cima. Y por señora, al parecer bien educada, por multiétnica, al parecer muy colorida, y por fiscal de primer orden, al parecer muy juiciosa. Y con esa presentación, como ya hemos avanzado, un amplio sector de nuestra querida agrupación de izquierdas luchadora por el cambio, por la igualdad social y por las causas justas, aplaude hasta con las orejas su llegada. Una nueva alfombra roja para gente desalmada. Uno tiende a comprender todo, pero se acabaron las rebajas.

¿Qué importa que la gran historia de amor de Kamala Harris fuera, casualmente, con Willie Brown, 30 años mayor que ella y fabricante de reyes y reinas en San Francisco? ¿Qué relevancia tiene que el mismo señor le “regalara” un par de puestos en dos juntas reguladoras estatales (La Junta de Apelaciones del Seguro de Desempleo y la Comisión de Asistencia Médica de California)? ¿Qué más da si la llevaron en volandas para conectarse con la alta sociedad de San Francisco y la élite política de California? ¿Qué tendrá que ver que posteriormente le llegaran fondos (donaciones dicen) provenientes de apellidos como Fisher, Getty, Buell o Haas? ¿Qué consecuencias puede tener que no adoptara postura formal cuando un proyecto de ley requería que su despacho investigara tiroteos relacionados con la policía? ¿Y qué coño importa que en la revisión de la justicia penal más grande que viviera California desde hace mucho tiempo (sistemas menos punitivos para delincuentes no violentos), Kamala Harris permaneciera en silencio?. Nada. No importa nada. Nos han dicho que es una agradable mujer de padre jamaicano y madre india, que se ha hecho hueco porque es una mujer de “armas tomar”. Y con eso !basta!

¿Y si supiéramos que la red de influencia política de Willie Brown era insuperable para sus rivales políticos?. ¿Y si, por un momento, pudiéramos imaginar que los cinco años de relación que tuvo con él fueron decisivos para poder llegar a convertirse en fiscal del estado?. ¿Y si sacáramos a la luz que su actual marido, Doug Emhoff, está completamente enamorado de ella y lo ha dejado todo para facilitar el triunfo político de su esposa (todo…, es dejar su bufete internacional DLA Piper)?. ¿Y si, miren ustedes por donde, la decisión, por romántica que parezca, resulta que es totalmente política?… El apuesto caballero ha representado a la farmacéutica Merck frente a reclamaciones de enfermos, a los laboratorios Abbot y a la distribuidora de armas Dolarian Capital. Y su firma, vaya por dios, realiza labores de lobby en Washington.

¿Y si en vez de dejarnos llevar por la ingente cantidad de estupideces que se publican y transmiten, fuéramos capaces de advertir el peligro allí donde reside? ¿Y si, por defecto, llegáramos a la conclusión de que EEUU es una poderosa estafa antidemocrática e imperialista? Todo nos iría mucho mejor. A toda la ciudadanía del mundo. Así que, por favor, estaría bien que dejáramos las redes sociales, que fuéramos a pasear, y que cada vez que “ocurriera algo”, mandáramos al carajo todo lo que provenga de ese país. Porque desde que tengo uso de razón, no ha habido un solo día en que dicha entidad no haya cometido crímenes contra la humanidad.

Así que no hay ninguna razón de peso, ni social, ni política, que nos deba hacer perder el tiempo ni un minuto más. No hay ninguna razón que nos impida llegar a la conclusión de que Kamala, como Joe, como Hillary, como Bush y como todo lo que se mueve por las altas esferas del poder, es una figura más del tablero, una pieza más de este usurero sistema que nos gobierna, y una víbora más, como cualquier otra persona encargada de llevar adelante los designios de EEUU. Así que, ni se te ocurra sonreír por ella, porque será la primera que te la quite.

¿Cómo alguien puede creer que nos vienen tiempos de ilusión de la mano de Joe Biden?

¿No sabemos que este personaje es uno de los mayores belicistas con los que nos podíamos topar? Está íntimamente unido al Complejo Industrial Militar y al gran sector de las finanzas. Como senador de Delaware ya le llamaban “el senador del banco MBNA”. Una de sus primeras decisiones ha sido nombrar a Lloyd Austin como Secretario de Defensa, lógicamente, porque representa al lobby armamentista.

Pero veamos…, ¿qué hizo en su pasado?. En 1973, Biden se reunió con la primera ministra Golda Meir, apoyando los planes sionistas. (Ah, nuestra querida Kamala es firme defensora de Israel y de su política contra el Estado palestino. Menudencias). Cuando era Senador fue un ferviente defensor en apoyo de la corona inglesa en la guerra de Malvinas del año 1982. Biden votó a favor de la resolución de 1999 que autorizó al presidente Bill Clinton a realizar operaciones aéreas militares y ataques con misiles contra la República Federal de Yugoslavia. Como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, fue el principal apoyo a las políticas del presidente George W. Bush. Biden pidió tropas adicionales para Afganistán. También votó en 2001 la autorización para iniciar acciones militares, sin que se pudiera demostrar que Afganistán era el autor del atentado. Fue uno de los mentores de la “guerra contra el terrorismo”, que incluyó la creación de milicias de mercenarios y la instalación de centros de detención y tortura como Guantánamo y Abu Ghraib. En el 2003, Biden apoyó la resolución que condujo al gobierno estadounidense a bombardear e invadir Irak. Un millón de personas muertas como daño colateral. Como presidente de la comisión de relaciones exteriores del Senado eligió a los 18 expertos que analizarían a favor de la invasión, respaldando argumentos falsos con tal de hacerse con el petróleo iraquí que, a día de hoy, sigue succionando sin cesar. En 2006, el amigable presidente presentó un plan para fragmentar Irak con líneas étnicas. Apoyó la intervención militar y la fragmentación de Libia, creando milicias de mercenarios bajo el control de las fuerzas especiales. Siempre al lado de Obama, bombardeó Afganistán, Irak, Libia y Siria y, por si fuera poco, llevó la violencia a Somalia, Pakistán y Yemen. No dejamos atrás sus cirugías en Honduras, Paraguay, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Brasil, Ucrania… La verdad, me detengo porque yo mismo me canso.

Y dime… ¿Crees de verdad que alguien puede ir por ahí alabando a éstos sujetos, por muy bien que te caigan? ¿Crees de verdad que alguien está en condiciones de darle alas a políticos que van a llevar adelante acciones con terribles consecuencias y la muerte de miles de personas? Estamos llegando muy lejos, y quizás deberíamos callar si no sabemos, deberíamos apartarnos del camino antes de cometer el delito de apoyar a gente que solo va a desestabilizar el mundo e ir en contra, precisamente, de las feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas. ¿O acaso sigues creyendo que Kamala es una mujer que merece la pena?

¿Qué le está pasando a la izquierda? ¿Qué vientos han perturbado las mentes hasta el punto de encontrarnos con personas capaces de creer que EEUU son una democracia? Es una aberración llegar a semejante conclusión. Del mismo modo que lo es intentar justificarse aduciendo que Putin, Maduro, Xi Jinping, Bashar al Assad o Díaz-Canel son unos “impresentables”. Impresentable es esa actitud, esa desidia informativa, y encima reproducir el discurso de quien nos oprime, dar alas al dominante para que nos siga humillando sin cesar. Impresentable es habitar esta tierra con la ilusa creencia de que nuestro enemigo actúa con decoro y de acuerdo a las normas.

Las normas éticas nunca estarán del lado de la ley. Porque las normas éticas se sienten traicionadas por ésta, y porque las normas éticas desean levantarse en rebelión contra tanto atropello. La ley no se aplica con justicia, y no hay que rasgarse las vestiduras por afirmar que no tenemos quien nos defienda. No al menos a quienes sostenemos que vivimos bajo el yugo de la represión y la guerra.

Si no sabemos todo eso, ¿no debería ser mejor mejor callarnos?. Callarnos, e ir a recoger setas. Porque el terrible daño que hacemos al mundo es una realidad imperdonable.

P.D.: Lo he dicho tantas veces. No somos futurólogos. Pero no se me ocurre mejor manera de mostrar en qué va a consistir el trabajo de los nuevos mandatarios que decirlo hoy, 26 de enero de 2021. Siria e Irak van a temblar. Y los televisores de los expectantes hogares occidentales van a regresar a la telenovela yihadista, a las incursiones de los rebeldes, a las bombas, y a la putrefacta política de tener que salvar a esos países de los “terroristas”. Nuevamente, los demócratas van a volver a desestabilizar muchas partes del mundo y, espero, que con ello, muchas conciencias.

Colaboración para Iniciativa Debate y Ojos Para La Paz


Deja un comentario

En la boca del lobo

El enemigo entró a casa y no va a salir por la ventana

Podríamos deducir de todo aquello que está sucediendo en nuestro mundo, porque la mayoría de indicativos así lo confirman, que el peligro nos acecha desde hace tiempo. Y que en vez de procurar reinventarnos para salvar los trastos, estamos activando todos los interruptores que bloquean las alarmas.

Son muchos los acontecimientos que podríamos tener en cuenta y, tristemente, una sola la conclusión final: han asestado un duro golpe a Europa. Pero claro, lo que con gran esmero y una preparación exquisita ha ido sucediendo, ha contado con la colaboración de ilustres ciudadanos europeos y, como pasa siempre en estos casos, con nuestros mal llamados líderes y una enorme cantera de desinformadores que no para de crecer. Mario Draghi ha sido, por poner un ejemplo, uno de los grandes artífices del robo. Lo saben muy bien en Grecia y en Italia, y España también ha temblado gracias a la orquestada crisis financiera. El dato de la deuda pública hispana dice bastante de lo acontecido (en apenas diez años la deuda ha pasado de 383.798 millones en 2008, a 1,174 billones de euros en 2018).

Tal y como escribe el economista Fernando G Jaén, “…la crisis generada por los deudores, la tienen que pagar los ahorradores, mayor contrasentido imposible… salvo que aceptemos que la economía es manejo de los asuntos por los poderosos, como viene siendo a lo largo de la historia de la Humanidad; eso sí mediante discursitos convincentes y técnica que enmascare la realidad a ojos no avisados…”. Pero es mucho más importante entretenernos con  banalidades y con nevadas e inundaciones. Europa va a necesitar mucho tiempo para reincorporarse de nuevo, y probablemente eternidades para regresar a la paz social y política que estuvo a punto de extenderse en el continente. Tal y como lo testifica Jaime Richart, la estafa es desoladora.

Pensándolo fríamente, resulta desalentador llegar a la conclusión de que los medios de comunicación tienen tanto poder que nada podemos hacer contra ellos. Y esto no es algo nuevo. Lo escribió Jhon Swinton en 1880… “No existe en América prensa libre ni independiente. Ustedes lo saben tanto como yo. Ninguno de ustedes se atreve a escribir su opinión honestamente y saben también que si lo hacen no serán publicadas. Me pagan un salario para que no publique mis opiniones y todos sabemos que si nos aventuramos a hacerlo nos encontraremos en la calle inmediatamente. El trabajo del periodista es la destrucción de la verdad, la mentira patente, la perversión de los hechos y la manipulación de la opinión al servicio de las Potencias del Dinero. Somos los instrumentos obedientes de los Poderosos y de los Ricos que mueven las cuerdas tras bastidores. Nuestros talentos, nuestras facultades y nuestras vidas les pertenecen. Somos prostitutas del intelecto. Todo esto lo saben ustedes igual que yo”.

Si no, ¿puede alguien explicarme cómo es posible que nuestro continente se haya dejado arrastrar por la deriva de las políticas estadounidenses, favoreciendo plenamente a entidades financieras y corporativas dirigidas por unos pocos para ir amordazando a la población a un capitalismo de lucha y fricción continua, donde millones de habitantes quedan abandonados a la suerte? ¿Puede alguien, por favor, hacernos ver cómo es posible que años y años de barbarie política y bélica han ido imponiéndonos sin que nadie, absolutamente nadie renegara de ello?

La desmantelación de entidades políticas soberanas y el secuestro de la libertad llevan tanto tiempo instalados en nuestras mentes que ya es tarde. Todo un complejo entramado de poder, que instauró vías institucionales a través de un sistema de partidos envenenado, y una perfecta articulación con las élites perforaron hasta el tuétano el esqueleto de las democracias. Pero la labor de la prensa y la televisión y, ahora de las redes sociales, ha sido tan sofisticada que resultaba arduo poder llegar a concluir en debates de sobremesa que no existía tal democracia. Recuerdo muchas situaciones vividas con desconcierto. Casi nadie se hacía eco de esa llamada de socorro, y enarbolados por una sociedad de consumo que podía dispensarnos logros de vida perfectamente materializables, no eran pocos los que respondían que me fuera a vivir a Irán, o a Somalia, a ver si entonces alteraba yo mi discurso sobre el capitalismo. También era común defender que a lo largo de la Historia íbamos en un continuado logro de bienestar en términos generales.

Photo by joséluis vázquez domènech

Me temo que el castillo construido, casi siempre sobre ilusorias conquistas, está cayéndose a pedazos, como caen los andamios levantados sin armazón ni sentido. Aquellas lamentables hazañas constitutivas de compra son ahora deuda, o enorme sacrificio de vida. Y bolsas enormes de población son ya pasto de la pobreza, de la desigualdad y del abandono. Ya no hay vuelta atrás. El estado no va a sufragar los efectos colaterales del neoliberalismo. La privatización ya es germen infeccioso, y serán pocos quienes puedan vivir silbando la jubilación. Todo un éxito para los impulsores del sueño americano, ya cimentado en todos los rincones del planeta. Todo un fracaso para la civilización.

Se acabó lo que se daba. Los continuados ataques a Iraq, Libia o Siria, no son sino una parte del juego. Europa sigue en la diana. Había que colapsarla como fuera, aligerar su bienestar y endeudarla, instalarla en un conflicto permanente y no permitir, bajo ningún concepto, su alianza con Rusia. Ello derivaría en una situación catastrófica para los Estados Unidos, y como son éstos quienes nos guían, hemos ido directos al precipicio. Seguimos jugando a las redes, seguimos a Hollywood, seguimos enfrascados en series que nos alivian de la vida cotidiana, seguimos al “me too”, seguimos la supuesta línea de flotación de ongs y movimientos poco anti-imperialistas, seguimos los grandes eventos deportivos, seguimos a partidos que hacen de colchón de la protesta y no de detonadores de la explosión, seguimos las consignas… y para cuando nos damos cuenta, el delirio. Vaya, llegó el fascismo a Europa.

No tiene gracia, pero tiene guasa. ¿Qué queríamos? Duros a cuatro pesetas. Creer en su democracia y volar sin alas. La caída va a ser demoledora. La OTAN no se anda con tonterías, y nosotros no solo no nos hemos protegido, sino que proseguimos en la inopia. El gobierno español acaba de aprobar un presupuesto de 7.331 millones de euros para proseguir la guerra. Solo esto ya debería causar una repulsa social sin precedentes, que no debería dejar títere con cabeza. Pero nuestras movilizaciones vienen marcadas, como las cartas que usan los tramposos. Y no hay feminismo mayoritario consciente de desmilitarización, ni Podemos que nos salve de la quema, ni juventud emancipada del capital, ni actores dignos de tener en cuenta, ni protestas por las guerras ni transiciones hacia un nuevo hogar. Tan solo hay adscripción unidireccional, y ésta nos lleva a la continuación del dolor. Curiosamente se rechaza y boicotea a quienes no nos invaden y hay un seguimiento masivo de la incongruencia. La jugada es de tal envergadura que asusta. Millones de personas creen reforzar sus ideas progresistas porque muestran su rechazo a Trump (por poner un ejemplo) y, al mismo tiempo,  eso les envalentona para pasar el tiempo en sus perfiles, creyéndose impulsores de alguna extraña revolución. Es un excelente método para desgastar fuerzas, para redirigir el problema a otro lado.

Nadie se acordó de Libia, ni de Siria. De Yemen lo harán dos después de haber dejado al país en la hambruna y la desesperación. Pero ello no importa, porque con 7.331 millones van a dar carga de trabajo a la planta que tiene Navantia en Ferrol, y los trabajadores quedarán contentos, porque lo que importa es el pan y no las armas. Es deplorable constatar que ellos se pueden convertir en “grupo de presión” para que su gobierno les de trabajo a través de la industria armamentística. Raya el delito, y en vez de manifestarse por repudiar las bases militares lo hacen para conseguir un jornal a cualquier precio. Si, a cualquier precio. Nunca la clase política que pretende ser de izquierdas llegó tan bajo. Y ello tampoco es casual. El contexto en el que estamos no solo lo facilita sino que hasta lo fagocita.

Aunque no lo parezca, así es. Estamos en un ataque continuado a Europa, somos el cebo perfecto, y de rodillas nos sometemos y blindamos todas las fronteras con tanques y soldados, porque el “enemigo nos acecha” (Putin). Cuando en realidad el enemigo vive entre Israel y la Casa Blanca, y sus encargos son recibidos sin rechistar y bombardeamos lo que haga falta, hasta en nuestro propio suelo. Y si hay que eliminar Yugoslavia, se elimina, y si hay que activar la política expansionista con el fascismo, se incentiva. Ucrania es un claro ejemplo de ello. Bueno, en realidad Ucrania es el ejemplo más claro y que mejor constata la existencia de todas y cada una de las impresiones que estamos barajando: nos hicieron creer que había una revolución (Euromaidan), y nos la metieron doblada.  Se ejecutó un golpe de Estado contra el gobierno electo del 2014, y se puso en el poder a un gobierno fascista, seleccionado personalmente por la subsecretaria de Estado de EEUU, Victoria Nuland, como representante de Obama para la operación de cambio de régimen. Hablamos de un país al que se ha obligado a doblegarse a los intereses de la Unión Europea y de EEUU, recurriendo sin tapujos a grupos violentos nazis e instaurando un clima de tensión que ahora (vaya por dios), nos muestra sus dentelladas. Y, lógicamente, ese clima apuntará a encontronazos con Rusia.

En Estados Unidos los  planes de expansión tienen un único objetivo; trasladar las guerras a otros territorios, minar las fuerzas de quienes pueden hacerle oposición, y decapitar a quienes tengan el valor de prometerles desobediencia. Nosotros somos sus vasallos, y  terminaremos llenando las calles, como ellos, de huérfanos e indigentes, de desplazados e inmigrantes, de recolectores de sueños y de excombatientes. Los datos asombrarán, pero llegarán aquí con tal rapidez que para entonces ya no habrá tratamiento. Para entonces, tendremos una deuda pública desorbitada, una tasa de paro estructural muy peligrosa, unos salarios aún más constreñidos, una educación y sanidad más privatizada, una oferta cultural elitista (a la que solo podrán acceder las rentas media-altas) y una perversa clase política enmarañada en la más reaccionaria de las etapas hasta ahora conocidas en la modernidad. Pero eso sí, tendremos el honor de respaldar la mejor liga del mundo.

Los peores tentáculos del capitalismo ya nos han abordado. El neoliberalismo y el fascismo van de la mano y les queda un largo recorrido. El uno no se puede entender sin el otro. Y no, no es el nacionalismo el mal que acecha Europa. Son esas políticas degradantes incorporadas en Europa con fuerza desde años antes de que nos inocularan la supuesta crisis. Son los servicios a la banca y los pagos de la deuda. Son la austeridad y la violencia. Son las guerras y un poder centralizado alejado de la ciudadanía. Son los presupuestos insolidarios. Son la oligarquía y la desigualdad. Son la privatización y la prepotencia. Son las miserables condiciones a la que nos someten. Y todo ello, ha venido para quedarse un tiempo.

Estamos en la boca del lobo, y salir de ella va a tener un alto precio. O la revolución, o la más decadente de las fases históricas vividas en Occidente desde la segunda guerra mundial.

P.D. ¡No querías taza, pues toma taza y media!. Y recuérdalo, cuando se vaya Trump, entonces comenzará a llegar la verdadera demolición, porque él está ahí para despistar, para acoger en su seno todas las iras, mientras entre bambalinas, se extiende la peste.

OTAN NO, BASES FUERA

Colaboración para Ojos para la Paz e Iniciativa Debate


3 comentarios

Un verano para olvidar

España es un desastre

El panorama político español es tan vergonzoso y lleva tanto tiempo impregnando el marco social de un hedor tan fuerte, que el olor a mierda… ni se siente.

Aquella llamada transición ya traía consigo un aroma muy desagradable y penetrante y, desde entonces, apenas si se han alterado los modos de «gobernar».

De puertas hacia fuera, en el inframundo de las redes sociales y el marketing, los partidos se hacen fuertes con unos medios de comunicación que les respaldan y con todo tipo de usureros que reinventan los discursos para seguir promocionando la debacle y el asedio de la impunidad.

El consultor político es una figura muy demandada en comunicación. Su objetivo no es otro que satisfacer los deseos de quien va a pagar los honorarios. Y su trabajo consiste en utilizar todas las herramientas posibles para, a través del engaño, conseguir el respaldo necesario para hacerse fuertes al frente de cualquier causa. 

Desgraciadamente, la causa más solicitada en política es ganar, y no luchar por una gobernabilidad más justa e igualitaria. Y, desgraciadamente, los resultados se pueden resumir en una precariedad democrática de difícil asunción para la ciudadanía.

Esta situación se manifiesta en la agenda diaria de los partidos, de la prensa, y de la televisión. Y, como quien no quiere la cosa, los gurús de turno deambulan de un lado a otro como pedro por nuestra casa. 

Cuando el ilustre presidente de España accedió a acoger un barco lleno de Personas que huyen de la miseria y de las guerras que nosotros provocamos, no lo hizo por humanidad ni, mucho menos, por principio político alguno que guiara sus pasos. Lo hizo, con un descaro absoluto, porque sus estimados consejeros así se lo hicieron ver. Y así se lo pusieron en bandeja para que su popularidad se expandiera por todos los rincones de esta amarga tierra. Fue, con premeditación y alevosía, su primera “medida de impacto”

Este modo de operar responde muy bien al escaso valor ético que la clase política ofrece a sus votantes, a sabiendas de que éstos volverán a pasar por caja con el ánimo renovador de futuribles promesas que nunca llegan. Un valor bajo mínimos, pero que lucra con escaños hasta al más impresentable de los llamados representantes.

Se llama marketing, y todo el mundo ve con buenos ojos la existencia de grandes personajes estudiosos de su realidad social capaces de hacer volar con su inestimable trabajo incluso a un cerdo ibérico.  

No está de más recordar que también el aparato político que rodea a Podemos llegó … a donde llegó, porque tal y como explicó Rafael Cera tras los resultados conseguidos en las elecciones europeas, parte del éxito ha estado en que todo lo que subyace a esta campaña, los mensajes, ideas, propuestas, son del agrado del target objetivo, fundamentalmente gente joven (con cierto nivel cultural), personas indignadas con las circunstancias socio-económico-políticas que se vislumbran y que viven, así como personas que entienden que el sistema no funciona y que necesita de propuestas más “radicales” para solucionar los problemas sociales. Es obvio que han conseguido los votos de muchas de estas personas, consiguiendo dotar de una imagen de credibilidad a sus mensajes y que ha facilitado ganarse la confianza de su target y por ende su voto”. Joven y no tan joven, añado yo, y receptores de rentas medias y altas que complican aún más cierta fe en su horizontalidad.

Estamos rodeados, y mientras una mayoría social de izquierdas obrera y trabajadora (no creo en la «izquierda» funcionarial/culta/proOTAN y proEuropea/hipster y antirusa) no coja la sartén por el mango lo tenemos crudo. Pablo Iglesias y muchos de sus apoyos van muy desencaminados, hasta el punto de que sus bases más exigentes les han dado la espalda, y viven de la contribución y el respaldo de su sector acomodado, por denominarlo de alguna forma.

Otra cosa es que el partido gobernante sea más roñoso y mezquino, pero eso no nos obliga a que tengamos que construir un nuevo modelo de sociedad con quien ya echó por la borda todas las ilusiones a las primeras de cambio. Ilusiones que siguen siendo el asidero del partido, a pesar de que ya es obvio de que se han olvidado de aquellas primeras promesas, como la maravillosa recuperación desde el control público de los sectores estratégicos de la economía (banca, energía, etc.)

No se atisba la más mínima sensación que pueda dibujar una sonrisa en nuestro rostro. El trayecto recorrido por los pupilos de Ferraz es todo un paradigma de la hipocresía y el despropósito. Analicemos si no, cómo es posible entender que hace bien poco haya tenido la osadía de otorgar  el «collar de la orden de Isabel la católica» (por los servicios prestados a la nauseabunda patria) al Gobierno de Mariano Rajoy. Inaudito. Se supone que los expulsan por corruptos y los premian por el trabajo bien hecho. Es como para acudir en masa a Madrid y poner en evidencia a todos estos artistas.

El PSOE! Siempre fue un fraude (desde 1974, al menos). Y no ha cambiado ni un ápice. Nos quiere hacer creer que exhumar los restos del dictador tras 43 años de su muerte es un acto heroico, precisamente después de que Isidoro se olvidara de ello con un exceso de deliberación.  Un partido, ahora que tanto se habla de acoso a la libertad de expresión, que fue pionero en «democracia» en callar la boca a un cantante. ¿Curioso verdad? En 1986, el aparato represor español, de la mano de TVE y con Felipe González como garante de su imagen, censuró al malogrado Javier Krahe, arrinconándolo hasta tal punto que no tuvo más remedio que crear su propia discográfica para dar luz a sus letras tan temerarias.

Negros nubarrones desde la indecente transición. Vamos a necesitar mucha paciencia.

Photo by joséluis vázquez domènech

Lo que está aconteciendo en Catalunya es una muestra de todo ello. El espacio político más oscuro y denigrante, heredero de dicho proceso (aún inacabado por mucho que nos digan), y de la mano de numerosos agentes proestatales se echa a la calle para impedir de cualquier manera uno de los “grandes logros” de la Constitución, la indivisibilidad del territorio español. Y contra los lazos amarillos vale todo, hasta poner en ridículo el papel de la justicia. Como acontecimiento social puede darnos muchas razones para la discusión y la posibilidad de poder confrontar muchas ideas. Pero ya se han encargado de dinamitar todo y hacer que estalle por los aires cualquier posibilidad de reflexión política. La cárcel, la indecente presión de los medios, el resurgir de las banderas rojigualdas en los balcones y todo tipo de manifestaciones (algunas hasta con águilas), y ver a Ciudadanos avanzando a paso militarizado con menos vergüenza que un ladrón robando sin ocultar su rostro, España estalla en su delirio más español.

!Cómo están las calles últimamente! A modo de “recurso instrumental para la transformación social”, son muchas las voces que quieren hacernos creer que se divisan cambios en no sé qué horizonte, por la existencia, por ejemplo, de un movimiento feminista transversal que está al alza. El batacazo que se van a llevar va a ser igual que el que vivieron con los amigos de Pablo Iglesias. Uno, porque en esa transversalidad está la trampa para no lidiar con una lucha mucho más profunda y eficaz contra el sistema que, lógicamente, no la van a realizar desde todos los estratos de la sociedad. Y dos, porque el impulso y el detonador de ese movimiento viene generado (y respaldado) por la no menos irrisoria agrupación feminista de actrices de Hollywood y otras estrategias al uso, a las que creo menos que al telediario.

Unos datos curiosos para observar cómo fue el punto álgido de la promocionada necesidad de un feminismo envolvente. En un espacio reducido de tiempo, y a golpes de televisión, nos van llegando perlas sobre las reivindicaciones. Abre el portón del gran teatro la mismísima princesa Megham Markle, difundiéndose por todo el mundo sus impresiones de «marcado carácter feminista», ofrecidas en el foro del auditorio de la Royal Foundation. Poco más tarde, en una «primorosa» entrevista de Susana Griso al otrora presidente popular, éste se declara afín a la lucha. Y por si no fuera poco, lo mismo prescribe la presidenta del Banco de Santander («Por qué me considero feminista y tu también deberías serlo»). Y el broche final lo pone nuevamente un elenco de actrices en el escaparate del festival de Cannes. Son solo algunos ejemplos del engranaje. Y no me cabe la menor duda de que el adjetivo incorporado (como esos lemas que circulan vía pedagogía de las redes y los medios), transversal, le viene que ni al pelo.

Si alguien piensa que éstas aportaciones son fruto de la casualidad, olvida uno de los protocolos esenciales de los que hacen gala los ínclitos amigos del establishment: cada vez que se atisba una respuesta social brusca o posibles revueltas, o cada vez que hay un interés para dirigir a las masas a un punto de encuentro concreto, se movilizan todas las artes de la persuasión y todos los elementos necesarios para distorsionar el origen primigenio de una realidad que exigía el cambio. Ocurrió el 15M y sucede ahora. Y de éste modo, el cambio…, no llega. Sencillamente porque ya ha sido alterado el verdadero objetivo y lo que se pone en juego son otros artificios para caldear el ambiente con jugadas de marcado perfil perverso. En esta ocasión, de un modo exquisito, se consigue incentivar cierta belicosidad de la mirada social de un buen número de mujeres hacia los hombres, sin la sospecha de que hay una clara adecuación de los sucesos a un interés concreto. 

Michael Haneke se ha desmarcado de este tipo de diatribas: «Como artista, estoy empezando a sentir el temor de esta cruzada contra todas las formas de erotismo. Una película como “El Imperio de los sentidos”, una de las más profundas reflexiones sobre la sexualidad, no podría filmarse hoy. Este nuevo puritanismo que odia a los hombres, me preocupa».

Un movimiento social desafía, por norma, las interpretaciones dominantes sobre la mayoría de aspectos de la realidad. En el caso que nos ocupa, se supone que es el machismo lo que debemos destronar, pero me temo que el mercado está haciendo muy bien su trabajo y está acogiendo en su seno ciertos modelos de comportamiento con los que proseguir su marcha y su musicalidad. Lo que está ocurriendo con los vientres de alquiler forma parte también de ese abanico de acciones que, procurando mostrar un lado reivindicativo y progresista, lo que esconde es una herramienta más del capitalismo más ruin, incorporando al diccionario términos como “maternidad subrogada”, cuando de lo que se trata es de puro mercantilismo y compra de niños a la carta sin el más mínimo rubor, pero eso sí, aderezado de sentimentalismo paternalista ante la imposibilidad de poder traer hijos al mundo. Alquilar a una mujer no creo yo que pueda considerarse una nueva técnica de reproducción (por mucho que haya una altruista entre cien).

El interés concreto del que hablábamos un poco más arriba no es otro que seguir mareando la perdiz, y hacer creer que hay una lucha indispensable en el seno de nuestra sociedad, pero desviando la atención del verdadero problema. Y llegados aquí, nos preguntamos; ¿y cual es el verdadero problema?…

El verdadero problema eres tú, y soy yo, invalidados cada vez más para gestionar y hacer valer el triunfo del anticapitalismo y de la revolución.

 


1 comentario

Mujer! Y hoy, ¿no vas a moverte? ***

Cómo se programan (o impiden) las manifestaciones y por qué

Cuando escribimos que el 8 de marzo no pasó absolutamente nada parecido a una revolución o movilización contra el sistema, nos referíamos a ésto.

El poder tiene sus resortes tan bien controlados que hace creer a la gente que es capaz de transformar el mundo, cuando en realidad, esa capacidad no solo está anulada, sino que además forma parte del simulacro.

Miles de manifestaciones teledirigidas se hicieron eco como distribuidoras de esa necesidad de cambio. Pero solo eran eso, teledirigidas…, pero hacia la nada, a dibujar una falsa percepción y a salvaguardar (aunque a muchos les cueste creer), el engranaje de producción bélica.

Ya tuvieron sus primeras intervenciones en las marchas contra Trump. Eran lo mismo. Nada. Y os pregunto: ¿Creéis normal que una persona cualquiera, que lucha (o dice querer luchar) por destronar a quienes nos están pisoteando, salga a manifestarse llena de júbilo por reivindicar unos derechos, y la misma persona esté ciega ante una invasión, ante un ataque no contra un país sino contra cien? No parece normal. Pero es la norma.

Google Images

Si mi lucha es defender la situación de las mujeres en el mundo, ¿podríamos concluir que las mujeres sirias, yemeníes, palestinas o libias están siendo menospreciadas con enorme impunidad? Si. Podríamos y es nuestro deber mostrarlo.

Y aquí radica lo que venimos deseando exponer desde hace tiempo. Las verdaderas movilizaciones son aquellas que procuran subvertir el orden, porque las que ni tan siquiera desordenan los titulares de un informativo son solo eso, pasacalles festivos muy alejados de todo intento de rebelión.

El 10 de marzo, ante la desatada euforia que habitaba por doquier dado el “enorme éxito de las movilizaciones”, escribí que la revolución no será televisada, haciendo referencia a aquél espectacular montaje donde desde los medios de comunicación nos guiaban puntualmente con los horarios, emplazamientos, lemas, recorridos y otras líneas de actuación.

Por más que procuraba hacerme entender, la dificultad era extrema a la hora de poder llegar hacer creer a una mujer, que lo que había sucedido no era ni un granito de arena en la llamada lucha contra el sistema, porque era el propio sistema quien había diseñado con sus arquitectos movimientos tan poco convulsos.

Un mes después hay una nueva oportunidad para salir a las calles a luchar contra esa opresión que constantemente vuela sobre nuestras cabezas, pero las calles estarán vacías, huérfanas de revolución, porque no nos van a brindar la oportunidad de concienciarnos para ello. Una puede salir a airear sus críticas si van a ser televisadas, pero no podrá hacerlo cuando sus gritos sean contra los verdaderos pilares del sistema. No podrá salir, por un lado porque no le van a dejar y, por otro, porque ni tan siquiera se lo van a contar.

El mensaje es simple. Si las manifestaciones del 8M se dieran hoy, en una lucha sin par contra el capitalismo, contra el imperio de la guerra, y exigiendo la retirada de todas las bases militares del mundo, el feminismo hubiera dado un paso gigante hacia el afianzamiento de sus exigencias. Incluso me atrevería a decir que si todas las mujeres que se movilizaron lo hicieron pensando que su objetivo era transformar la sociedad, aquél día solo asistieron a un ensayo, pero que si su objetivo era real y persiste, que por favor salgan estos días corriendo a las calles, porque ahora sí, podríamos hablar, mínimamente, de un movimiento contestatario y eficaz.

Pero ahora no te van a animar a hacerlo, porque ahora los mismos que sacaron a las mujeres a las calles de Washington…, están lanzando sus misiles contra Damasco. Y claro está, prefieren que te vistas de lila y no que tengas la osadía de acudir a la embajada estadounidense a decirles lo que piensas de sus guerras, porque saben que estás contra ellas.

Pero nos desorientan…, nos brindan la oportunidad de salir a manifestarnos para entretenernos, para desahogarnos de tanta impunidad, pero al mismo tiempo cierran las puertas a que podamos hacerlo contra aquello que verdaderamente les importa.

Habrá quien pueda pensar que nada tiene que ver, que es mezclar churras con merinas, pero ahí reside parte de la tragedia. Porque precisamente ahí está la trampa, creernos que tenemos capacidad de transformación, que somos capaces…

…, capaces de seguir su juego sin darnos cuenta de los detalles.

Y termino. Hasta que no nos demos cuenta de que solo hay una lucha, no tenemos absolutamente nada que hacer. El empoderamiento está en otro sitio, no en el Instituto de la Mujer, que tampoco ve lo que está sucediendo, y sigue subvencionando una arbitraria e inapreciable lucha, porque toda mujer que desea ponerse en pie ante la injusticia y el maltrato, hoy tiene el puño en alto contra el Imperialismo. La verdadera lucha hoy está en Siria. Lo demás son distracciones, armamento neurolingüístico del capitalismo.

*** El título viene a colación para visualizar mejor las razones que aquí expongo, dado que la cercanía de los hechos me permite hacer comparativas y análisis más fáciles de entender. Lógicamente, el llamamiento a una movilización total contra aquellos que nos oprimen queda abierto a hombres, mujeres y viceversa.

Colaboración para «Iniciativa Debate» y «Ojos para la Paz»


2 comentarios

Impotencia y desolación

¿QUÉ PODEMOS HACER CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN? SIRIA, DE NUEVO EN LA DIANA

Los vientos se dirigen de nuevo hacia Siria, para agitar las lágrimas de millones de sus habitantes, desnudos ante la intimidación continua a la que les someten los medios de comunicación, inquilinos del terror y de la más mísera de las actuaciones televisadas sin el más mínimo de los escrúpulos.

Cazabombarderos israelíes F15 bombardearon hace unos días el aeropuerto militar de Homs, matando a 15 personas y elevando sin complejos su lista particular de odio y desvergüenza. Paralelamente, un nuevo cuento sobre el uso de armas químicas se difunde sin prueba alguna para volver a asir con una magna soberbia la sartén de su guerra por el mango. Cada vez que el estado sirio avanza en su lucha por liberar a su pueblo de terroristas y mercenarios, los dirigentes occidentales le someten a todo tipo de vejaciones, incluyendo las historias más sobrecogedoras para que asumamos sin fisuras la llegada de nuevos ataques.

Francia y Estados Unidos dibujan en cada esquina del país un nuevo mapa que solo pretende arrebatar los recursos naturales, instalando en suelo que no le pertenece bases militares desde las cuales seguir maltratando a millones de personas que ya no tienen donde habitar ni dejar guardados sus rotos zapatos de invierno.

Su territorio, sin quererlo ni beberlo, es un campo de batalla donde las impotencias occidentales juegan a lo único que saben hacer; saquear nuestra tierra apadrinados por la organización de naciones más lamentable que jamás se ha parido, desangrándose el mundo con rastro de un parto mezquino e irritable.

Ya no queda hueco para la diplomacia periodística, y tenemos que someter a juicio intransigente a quienes manipulan por un puñado de dólares toda información y, por consiguiente, todo rastro de veracidad. Estamos rodeados, y con España liderando la lucha contra las democracias, uno se vuelve no incrédulo sino espoleado para lanzar piedras a los verdugos de nuestra nueva era.

Photo by joséluis vázquez domènech

Wikileaks reveló parte de las tramas que tenían como objetivo la invasión de Siria. Alemania vende tanques a Turquía que se adentran en Siria sin contemplaciones, y luego invierte millones para impedir movimientos migratorios.

La coalición liderada por EE.UU. negoció un pacto secreto con el Estado Islámico para que cientos de yihadistas pudieran abandonar el país con sus posesiones y armamento (para seguir incordiando con sus entrañables matanzas). Y los Cascos Blancos siguen dando testimonio de su farsa, como viene siendo habitual desde su puesta en escena, para que la escalada deliberada de tensiones termine como el rosario de la aurora.

No ya como periodista, sino como curioso observador, cualquiera debería darse cuenta de que las palabras fluyen para que el lodo nos entierre. La desobediencia informativa debería ser primera causa de resistencia, pero albergar dicha esperanza resulta ardua en tiempos de insaciable control social.

Rusia sigue denunciado el incesante acoso al que nos vemos sometidos, pero sus fundadas impresiones se pierden bajo las montañas de occidente, donde se esconden miles de tanques de guerra dibujando en la línea de sus fronteras gruesos trazos de odio y muerte. Y como señuelo, nos informan sin cesar de que espías, hackers y otras delicias procedentes de las estepas siberianas controlan las elecciones catalanas y hasta la receta de la salsa boloñesa.

Si no fuera por las tristes y dolorosas consecuencias que tiene cada noticia que nos llega de Siria, podríamos publicar un comic narrando todas las injerencias promovidas por las balas nunca perdidas del capitalismo. A falta del sometimiento, chantajes, guerras comerciales, asedios, drones y otras calamidades, y viendo inoperantes tantas brabuconadas, sabotean la vida con más atentados y la partición del futuro en infinidad de destellos de oscuro y melancólico brillo.

Siguen rumiando contra el presidente y sus gentes, y no pararán, hasta que pierda el último soldado su mirada, y sea entonces cuando los intrépidos habitantes europeos comiencen a ver que nuevamente se la han metido doblada, y lo que había no eran ni armas químicas ni apóstoles en quienes creer, sino una miserable banda de periodistas haciendo de las suyas en beneficio de un imperio destronado que ya no sabe ni cómo crecer.

¿Alguien me puede abrir los ojos, y hacerme ver cómo es posible que si Ghouta Oriental está siendo recuperada, para qué va a lanzar Bashar Al Assad ataques con armas prohibidas sabiendo que como respuesta le van a fulminar?. ¿Alguien me puede ayudar a comprender cómo es posible que en su infatigable intento de defenderse de los terroristas, y cuando ya había doblegado hasta el espíritu impaciente de los mandatarios de la OTAN, va el presidente a cometer semejante estupidez?.

Los aviones comerciales ya no atraviesan el espacio aéreo de Siria. Una propuesta de investigación para que antes de la condena y el bombardeo podamos ir descubriendo qué ha sucedido, ha sido neutralizada por Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Polonia. La situación es insostenible.

Los tambores suenan en los despachos del gran poder, y en sus oficinas de papel couché, miles y miles de vendidos iluminarán nuestras pupilas con el rastro que dejan los misiles en un nuevo viaje hacia el salvajismo y la barbarie más cruel.

Estamos abonados al fracaso. La percepción social está completamente bloqueada; profesores, intelectuales, lectores, políticos, ciudadanía en general y abanderados de sus causas justas están ciegos. Y en esta coyuntura, donde la realidad siria está siendo destronada por los algoritmos de las redes y las franquicias de las guerras, la posibilidad de hacer frente a tanta fechoría se desmorona. Una impotencia tremenda se adueña de mí cada vez que intento buscar una flor entre tanta mierda.

Te abrazo Siria, en nombre de la paz y escapando del delirio. OTAN no, bases fuera.

Colaboración para «iniciativa debate» y «ojos para la paz»


Deja un comentario

Jornadas internacionales sobre prostitución en Pamplona

Las mujeres, ¿objeto de comercio?

Hoy estaremos moderando una de las ponencias de la jornada, a cargo de la activista sueca Kajsa Ekis Ekman.

FOLLETO-DESPLEGABLE-JORNADAS-definitivo

La «modernidad y el progreso» han traído consigo discursos un tanto distorsionados capaces de confundir la libertad con una sintomatología sustentada en las raíces de la desigualdad. El capitalismo es una máquina perfecta capaz de crear mensajes que se apoderan también de las mentes izquierdistas, y vivimos últimamente constructos de irreflexión subyugados por ese anhelo de libertad que no está sino encorsetado a una franquicia más de la industria y, en este caso, también de la explotación.

Voy a dejar el rastro de algunas de las consideraciones que flotarán hoy en la mesa y de las que me haré cargo esta tarde. 

Desde una perspectiva sociológica, quiero dejar constancia de un asunto que considero primordial; en función de cuál sea el punto de partida en cualquier análisis, la respuesta y la actitud que tomemos nos harán irán por uno u otro camino. Si creemos que la prostitución debe de argumentarse desde la libertad de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo (tal y como hacen las regulacionistas), se defenderá que la prostitución debe considerarse como otra actividad laboral, o por el contrario, si creemos que de lo que estamos hablando es de una clara vulneración de los derechos de la mujer (tal y como se plantea desde el abolicionismo), se tomarán otras opciones, dirigidas a terminar con la desigualdad y la violencia ejercida contra las mujeres.

Lo mismo pasa en nuestra percepción de la sociedad. Si mis análisis se centran en la existencia de la lucha de clases, en la necesidad de un estado protector, o en las bondades de la globalización (por poner unos ejemplos), mis respuestas a las problemáticas existentes variarán de discurso con absoluta seguridad.

Por ello, insisto, es fundamental que partamos de lo que en realidad significa para cada uno de nosotros la prostitución, y una vez elaborado este planteamiento, tendremos el discurso correspondiente.

Sobre imagen de Alberto Ros

Así, quiere incidir en uno de éstos discursos, y paso a continuación a realizar un breve resumen:

“…Esta oscura herencia de nuestro pasado capitalista continúa envenenando el ambiente… y afecta a la salud física y moral (añado, a día de hoy las mujeres que viven en la prostitución tienen una tasa de mortalidad cuarenta veces mayor que la de las mujeres que están fuera de ella). La prostitución sigue existiendo y amenaza el sentimiento de solidaridad. Es hora de que encontremos formas y medios de deshacernos de una vez por todas de este mal.

La prostitución es un fenómeno que está estrechamente ligado a las rentas, y se desarrolla y prospera en la época dominada por el capital y la propiedad privada. Las prostitutas son mujeres que venden su cuerpo a cambio de un beneficio… Así, la venta del trabajo de la mujer se conecta con la venta del cuerpo femenino, y la moral de la sociedad fomenta la prostitución desde la estructura de una economía explotadora.

La prostitución es, sobre todo, un fenómeno social, estrechamente conectado a la posición económicamente vulnerable de la mujer. Y del mismo modo que el hambre, la privación y  la existencia de unas flagrantes desigualdades sociales son la base del orden burgués, estas mismas características conducen a muchas mujeres a la prostitución.

Por tanto, luchar contra la prostitución significa luchar contra estas condiciones de vida; contra éste manifiesto desorden social…”

Este texto está extraído de un discurso** elaborado por Alejandra Kollontai el año 1921. Hay en sus palabras otras consideraciones que hoy no quiero sacar a colación. Solo quiero darles continuidad a través de la voz de Kajsa Ekis Ekman***, que 100 años después, resume perfectamente con éstas palabras un escenario similar: “La prostitución se encuentra en la intersección entre dos sistemas de opresión, como son el capitalismo y el patriarcado. En el capitalismo el pobre existe para enriquecer y satisfacer al rico. Y según el patriarcado, la mujer existe para satisfacer al hombre”. Me parece un buen punto de partida… para abrir el debate…

** “Discurso a la tercera conferencia de dirigentes de los Departamentos Regionales de la Mujer de toda Rusia: La prostitución y cómo combatirla”.

*** “Quienes defienden la legalidad de la prostitución no se han enterado de nada”.

 


Deja un comentario

La publicidad

Café L’or

¿Te imaginas algo mejor que el oro? Son las palabras que envuelven el aroma de un café. Por sorprendente que parezca el mensaje llega directo, se entiende, y al espectador no le cabe duda de que pocas cosas habrá que superen al metal dorado.

Un beso entre las piernas un lunes por la mañana. Una canción escondida en la memoria. El vuelo de una bandada de estorninos. La floración descubierta de una peonía. La mirada indiscreta e inesperada de alguien que sabes no volverás a ver. Una ola que ha sobrepasado el límite de tu presencia. Un sol sin fuerzas que ya abraza al agua. Un paseo con un tubo de leche condensada. Un brandy con tu mejor amiga. Un verso humedecido en la boca. Dormir desnudo acariciado por la brisa y una mano sin prisas. Ver el sol de medianoche. Cerrar los ojos y no oír nada. Abrirlos y escuchar tu orgasmo. Escribir y que nadie lo lea. Soñar y saber que no era cierto. Terminar un mal libro. Pensar que eres tu quien habita su memoria. Cerrar la puerta y saber que no se va a ir. Estar solo una buena temporada. Perderte en un bar con olor a olvido. Ese primer momento en el que habitas su morada…

Son tantas cosas mejor que el oro, que uno se pregunta cómo es posible que el hombre hubiera podido llegar a este impass, tan delirante y próximo al destierro.

Photo by joséluis vázquez domènech


1 comentario

Breves

No nos llevemos a engaño

Los resultados de ayer dicen mucho de la atrofia política que habita en la cúpula del PSOE (mayor vergüenza es difícil de poder sobrellevar por parte de los protagonistas del golpe). Pero ello no significa que en sus bases haya aire fresco y vientos de cambio. Por mi parte, no me cabe la menor duda de que su desaparición sería la única medida digna de tener en consideración.

En primera instancia parece que su defensa del capitalismo y esa política beligerante y creadora de desigualdad que ha estado respaldando desde 1974 ha de ser el mayor problema al que nos debemos enfrentar, pero no…

Hay un elemento mucho peor que nos está amordazando y arrinconando sin que, al parecer, nada podamos hacer. Más allá de los daños evidentes que nuestra sociedad está sufriendo por culpa de regímenes políticos corruptos, capaces de vestirse de legitimidad gracias al apoyo desmedido de unos medios de comunicación despreciables, hay un hecho sustancial que si no somos capaces de descifrar en breve nos hundirá en la miseria más absoluta: el verdadero trauma reside en seguir creyendo que vivimos en una verdadera democracia.

Tal y como señala Alain Badiou es esa «ilusión democrática», nuestra lastimosa aceptación de los propios mecanismos democráticos como objetivo final del cambio los que, en realidad, están impidiendo que seamos capaces de avanzar a ningún sitio.

Sin llevar a la fundición este sistema político, todo lo que vaya aconteciendo en él es sólo pan para hoy y hambre para mañana. Mucha hambre. Y Pedro Sánchez es otro ilustre representante de la miseria que nos rodea.

Photo by joséluis vázquez domènech

 

 

 


1 comentario

Terapia emocional

Poemas Narrados

Insistieron con aquello de que teníamos que reinventar el amor, ¿recuerdas?, y escribieron millones de páginas (dicen) colmadas de inteligencia emocional. Ya en el primer capítulo descubrí que solo podía descansar, administrar mi ignorancia de la mejor manera posible, y esperar a que el mundo tropezara de nuevo con su ansia de vender hasta mi último latido con tu respirar. 

Photo by joséluis vázquez domènech


Deja un comentario

La guerra mediática (VIII)

Movimiento de Apoyo a Siria

El 28 de enero, en un local de Vallecas, 16 personas nos reunimos con el objetivo de apoyar a un pueblo que está siendo ultrajado desde hace seis años. Tal y como venían sucediendo los acontecimientos, y ante el clamoroso desembarco de cientos de periodistas retenidos ante la verdad oficial y presenciando la deriva en la que se han habían situado infinidad de personas a título individual y muchos partidos de izquierda, vimos necesario abrir las puertas a una masiva convocatoria. El primer documento que surgió de allí se bautizó como «Acta de Constitución del Movimiento de Apoyo a Siria». Las primeras intervenciones y decisiones fueron resolver cuál sería el nombre que deberíamos dar a dicha movilización. A partir de ahí, un largo e intenso recorrido. Viendo aquella imagen y reteniendo hoy el cartel que anuncio, creo que la magia existe, y que hay personas dispuestas a dar pasos hacia adelante aun a costa de mitigar el tiempo en sus vidas, de dormir poco, de viajar mucho, y de mostrar una preocupación latente por la consecución de la paz en el mundo.

Phot by joséluis vázquez domènech

Ésta misma preocupación, que se convierte en angustia en más de una ocasión, creo que también la sufren millones de personas en el mundo. Y de ello quiero hablar un momento, antes de cerrar este ciclo dedicado a la guerra mediática.

Pocas horas después de que Estados Unidos bombardeara la base aérea de Shayrat lanzando 59 misiles desde dos buques de guerra (el USS Ross y el USS Porter) que tienen a bien pernoctar al norte de la bahía de Cádiz, los avances informativos de medio mundo coreaban al unísono la misma consigna: «gran parte de la comunidad internacional avala dicha acción» y, fíjense ustedes, además, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg fue informado por el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, justo antes de lanzar los misiles. Mira que bien, oye!

Quiero recuperar el anuncio y matizar. La comunidad es un ente plural formada por una ciudadanía que, en su mayoría, aborrece las guerras y no quiere saber nada de los incesantes juegos armamentísticos con los que someten a medio mundo. La comunidad está harta de que en su nombre se proyecten y ejecuten las más insolentes acciones bélicas y, lo más importante, la comunidad no duerme solo en las parcelas de Occidente. Hay una inmensa mayoría al otro lado de nuestro escudo protector que también tiene voz y, aún más, tiene derecho a la vida.

Sé que cuando abren el noticiario con esa expresión quieren remitirnos a la comunidad internacional, entendida ésta como un término que hace alusión al conjunto de Estados en el mundo que, por circunstancias determinadas, deciden participar conjuntamente en todo tipo de acciones globales. Pero es que del mismo modo hay que constatar que ni la OTAN ni los Estados Unidos representan a casi nadie, ni en número ni en objetivos.

Por tanto, debemos insistir en que los periodistas deberían hacer valer estas pequeñas matizaciones y acostumbrarse a inyectar un poco de profesionalidad a sus subversivas desinformaciones.  No existe comunidad alguna en el mundo que respalde la guerra (a excepción de aquella que ha sido empujada a ella). Solo hay un grupúsculo de francotiradores apostados en los balcones de los Estados que apuestan por ella, bien pagados por quienes financian los genocidios y las invasiones, por quienes domestican hasta las tierras de cultivo y explotan las nubes de algodón. Una corporación apoyada por un sistema de partidos que, tras un oscuro telón al que llaman democracia, ampara sin pestañear una actividad rampante y degenerada.

No existe consenso de la comunidad, no vinimos al mundo para apadrinar el hostigamiento continuo, no formamos parte de ninguna red de bandoleros que claman ni tan siquiera venganza, no nos acostamos pensando qué país queremos invadir mañana, no nos gusta dar la mano a quien siembra terror bajo las montañas, no incentivamos el desprecio hacia las otras personas y, que duda cabe, tampoco participamos de ninguna cruzada.

Todo ello, y quiero terminar con éstas palabras, forma parte del juego de esta guerra mediática que nos está consumiendo. Todo ello solo representa a la voz del amo y calla la boca al pobre y al inocente pueblo agraviado. Somos mayoría quienes clamamos por un mundo justo y en paz, y somos aún más quienes estamos huérfanos de información y de justicia. 

Y así, este fin de semana nos presentaremos unos cuantos en Madrid (Conferencia Paz y Solidaridad para Siria), porque todas queremos MAS, porque lo que está ocurriendo en Siria es una invasión, porque los señores de las guerras no cejan en sus empeños y debemos retenerlos sin miedo y, como bien gustan decir ellos, sin ninguna concesión. 

Aquellas 16 personas abrimos los micrófonos y tendremos ahora dos días para difundir un poco de información, y contribuir con nuestra propuesta al desmantelamiento de este mundo que se rompe en pedazos porque una banda de malhechores tiene a bien divulgar el despliegue de sus bárbaras pedagogías llenas de capitalismo y de mala fe.

No a las Guerras, no a las OTAN, no a las Bases Militares

 


1 comentario

La Guerra Mediática (I)

Las dianas del imperialismo

No sé por qué Estados Unidos piensa que tiene que recorrer el mundo 
obligando a la gente a tomar nuestra forma de gobierno a punta de pistola. 
Cuando se tiene algo realmente bueno, 
no necesitas imponerlo a la gente porque ¡Te lo roban!
         (Dick Gregory)

 

Como ya hemos ido analizando y reconstruyendo los últimos acontecimientos protagonizados por los ejércitos de la falsa globalización, siempre acompañados por sus misiles de largo alcance, y no parece que aún así se haya podido lograr el más mínimo consenso en esta parcela de Occidente en cuanto a poder discernir dónde está situado unos de los mayores ejes del terror y artífice de las más cruentas invasiones, he tomado la decisión de rentabilizar mis palabras y mis reflexiones, y  trataré de dotarlas de una mayor dosis pedagógica. De éste modo intentaré en todo momento establecer comparaciones y/o mostrar documentos o grabaciones en las que los mismos protagonistas de los capítulos más vergonzosos de nuestra Historia Contemporánea desnudarán sus maliciosas intenciones.

No nos hemos cansado de repetir la ardua tarea que supone avanzar contra corriente, esto es, contra el fragor de unos medios de comunicación y unas redes sociales que están poniendo innumerables barreras al buen uso de la información y su distribución. Por ello, somos conscientes de la enorme dificultad que supone exponer planteamientos que trastocan por completo las ideas que la mayoría de la población tiene con respecto a todo lo que acontece en el inframundo del espectáculo publicitado.

Es tal el colapso al que nos vemos sometido que la sensación de estar desbordados y, la mayor de las veces contrariados, llega a producir en quien observa el deseo de abandono, esgrimiendo también para ello que los acontecimientos son enormemente complejos para su comprensión.

Todo ello no es casual, y es ahí donde vamos a incidir desde este primer momento. El objetivo del capitalismo es proseguir con su afán de expansión y consumo. Bebe de las fuentes energéticas y de los recursos naturales para que sus motores no se apaguen, y así, los busca hasta en el último rincón del planeta para abastecerse de toda la intendencia necesaria. Allí donde encuentra oposición somete al valiente infractor a todos los chantajes posibles hasta conseguir su alienación, y si por cualquier circunstancia este hecho no se da, se prepara una nueva guerra. Las bases militares son el primer frente de expansión de ésta ideología, y comandadas por el gran mercado de las finanzas, abren el camino para la futura entrada de las multinacionales y su banca. Pero como el proceso es del todo irresponsable y criminal observado desde este enfoque tan cabal y nada surrealista, se procede por un lado a impedir traspasar sus líneas para que así no podamos investigar (no vaya a ser que descubras algo que no encaja) y, por otro, a enmascarar la tragedia para convencer al mundo de que a veces, el uso de las armas es necesaria.

Google Images

Pues bien, precisamente para que ese uso se justifique se «persuadió» a los medios para que participaran, y quien no lo hiciera, quedara como los anteriores valientes infractores, en las cunetas de la carretera. Esto viene sucediendo desde tiempos inmemoriales, pero todo indica que vivimos el momento más infranqueable, éste en el que más dificultades hay para poder diseccionar la realidad. Y si no participas de su verdad, quedas expuesto a la misma maniobra: te compran y has de proceder a ser el eco de su voz, la corbeta de sus propósitos. De lo contrario, tu suerte ya no será parte del destino, sino de ciertas cruzadas poco amigas de la bondad. Como la guerra es necesaria para sus fines, más lo será esa capacidad que ha de tener el sistema para convencernos de ella, y es ahí donde entra en juego sin mesura alguna, la intransigente guerra mediática que nos aprisiona.

No estamos dentro de ningún laberinto. El esquema es mucho más sencillo de lo que nos quieren hacer creer, y los periodistas se han convertido en los implacables soldados necesarios para que la catástrofe pueda vestirse de fe.

Siria es la última diana del imperialismo, y como bien anuncia José Antonio Egido en su último libro, Siria es por ello el centro del mundo. Hasta aquí no parece haber grandes dificultades para comprender cómo veo yo el proceso, por lo que no será difícil abrir las puertas a ésta nueva sección donde propondré un nuevo modelo de observación, alejado de la maniquea idea de que todo es muy complicado de entender, y más próximo a establecer los parámetros donde residen las causas de los conflictos, y no a entender los conflictos en si, ya que éstos, si devienen en acontecimientos muy complejos debido a su intrincada relación con la estrategia del caos.

Releyendo una vez más lo expuesto, resultará lógico comprender que los centros de interés estarán por tanto en la dirección marcada por los pasos que desea dar el capitalismo en su versión estadounidense, y si Siria, Rusia, Irán, Venezuela, Corea del Norte, Libia, Cuba, etc. son parte de su oposición, detengámonos a pensar que, lógicamente, la guerra mediática se situará en engañarte en relación al pasado y futuro de esos países y sus gobernantes.

Mi preocupación ante la poca acogida de ésta hipótesis es constante desde hace tiempo. Por un lado, no es sencillo de entender que las mismas personas que en los años ochenta tenían clara cómo era la política externa de los yanquis, hoy se hayan pasado al bloque donde se sitúa con argumentos inverosímiles esa supuesta equidad del mal, donde tanto Rusia como Estados Unidos actúan por igual. Digo difícil de entender porque las pruebas a las que tenemos acceso deberían situarnos en otros parámetros muy alejados de esa «forma de ver». Y, por otro, me desalienta por completo esa nueva percepción que está completamente dominada por la invasión de una única fuente de información.

Antes de que se proceda a la crítica teórica de éste punto de partida, comenzaré en breves días a identificar con ejemplos que considero relevantes al imperturbable aniquilador de la esperanza universal. Invito a que me acompañen en este itinerario a todas las personas que así lo deseen, pero sobre todo a quienes aún son capaces de sostener las  extrañas peripecias de las primaveras árabes y las revoluciones de colores y son capaces de justificar las injerencias constantes. Así, tendréis aquí un espacio para rebatir mis argumentos y proceder a debatir sin miedo a interferir.

Son muchos los países que están en la diana, pero son muchos más los cerebros a adiestrar, que están en el centro de sus maniobras.

Hasta más ver, un abrazo!

No a la Guerra, no a la OTAN, no a las Bases Militares


Deja un comentario

Mi intervención en el Club de Amigos de la Unesco de Madrid

CAUM, Madrid, 19-11-2016

 “Europa en el objetivo, a través de los refugiados”

 Primera Intervención

 Introducción

Lo primero, gracias a quienes habéis venido a escucharnos. Supone un esfuerzo, dejar el sofá en invierno y venir aquí, a compartir el frío que habita nuestro mundo.

Quiero transmitiros algunas ideas que he perfilado. Y para transmitiros con mayor rigor y mayor solvencia lo que quiero expresar y lo que he preparado, he tomado la determinación de detenerme muchas veces, a leerlo. Para que nada escape, para que ni el más mínimo detalle se me olvide. Quiero ser incisivo, directo, y compartir lo que he ido reflexionando estos días, a golpe de palabras y silencios.

Hoy, lo veo necesario, porque nos están acorralando.

 ——————————————————————————————————————-

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

 

Y me pregunto… Y os pregunto…

¿Cómo es posible que hayamos asimilado las cuentas del capitalismo al sentido de nuestras vidas? ¿Cómo es posible que haciendo un balance general, tengamos por un lado las ganancias, en dólares y, por otro las pérdidas, en vidas humanas? 

Ésta es la tierra que habitamos, la de miles de personas que viven en condiciones miserables incluso en las grandes ciudades occidentales; la de miles de personas que huyen de las mal llamadas guerras que no son sino invasiones; la de miles de personas que mueren en medio de las explosiones… Ésta es, una parte de la realidad que hay que mostrar, aunque ello nos lleve a difundir la desesperanza. (Naomi Klein dijo en su entrevista con Jordi Évole que no era partidaria de difundir la desesperanza… Yo creo que es necesario. Me parece el primer paso para llegar a concienciarse de lo que pasa, y uno de los detonadores para comenzar a actuar. La era del optimismo paraliza.)

Para difundir todo aquello que queremos mostrar tenemos la comunicación a través del lenguaje. Pero frente al lenguaje nos encontramos con la primera barrera que debemos superar. Ese modo de comunicación que parece tan eficaz, está contaminado. Nos han secuestrado el verdadero significado de las palabras, y esa acción tan extendida está dificultando enormemente que nos entendamos al hablar. Más aún, está impidiendo que podamos comprender medianamente qué sucede más allá de cada noticia  y cada novedad.

Voy a poneros algunos ejemplos para que se entienda bien lo que quiero mostrar. Nos hablan de una alianza de izquierdas en España, y resulta que uno de los partidos con la que se puede completar dicha alianza es casi neoliberal. Nos hablan de representatividad, de justicia, de cohesión social, y de un largo etc. Pero toda esa terminología política está oxidada, no sirve para comprender lo que su significado encierra. Porque su verdadero significado, está a años luz de lo que representa en realidad. De un modo similar, todo el arco geopolítico sufre los mismos síntomas. Notifican la llegada de una rebelión y se trata de una invasión, nos cuentan el acto de una manifestación y lo que hay detrás no es sino una simulación, nos hacen saber de la llegada de una vacuna y lo que desembarca con ella es un ejército dispuesto a matar, le llevan al rey de viaje a visitar una monarquía amiga y con lo que nos encontramos es con una dictadura de armas tomar.

La lista es interminable, pero efectiva.

La situación es ideal para jugar con nosotros. Hay que tener cuidado. Todo es confusión. Todo es líquido, como dice Bauman,  y se escurre sin dejar rastro ni poso alguno que merezca atención.  No hay justicia, no hay igualdad, y no hay representación de nuestros intereses.

El mismo concepto de Democracia es fiel reflejo de éste desbarajuste. Si hubiera democracia, la mayoría de la población estaría contenta con sus representantes, porque de eso trata la democracia, de gestionar los intereses de la mayoría. Pero casualmente, mira tú por donde, la mayoría está hasta las narices de ella.

Es importante saber de dónde partimos y, más aún, saber hacia dónde nos quieren llevar.

Dicen que somos ciudadanos europeos. Ya el término ciudadano tiene sus connotaciones, pero sería largo de contar. Por tanto, me remitiré a plantear qué consecuencias emergen de dicha aceptación acrítica.  

No cabe duda de que sutilmente se conforma una dualidad que nos diferencia. Estamos nosotros, y están los otros. Y, generalmente, los otros son más bárbaros que nosotros, a no ser que vengan con los bolsillos llenos o sean amigos de quienes hacen las leyes. Y una parte, y muy importante de los otros, son ellos, los refugiados.

Quiero saber por tanto, qué hace Europa y cómo trata Europa a los miles de refugiados que están huyendo de las guerras (mejor dicho, de las invasiones).

Quiero saber qué hacen en nuestro nombre los políticos que dicen nos representan. Qué hace Europa para saldar sus deudas con el mundo. Qué hace Europa para solventar las enormes crisis humanitarias que ella misma crea. Qué hace Europa bombardeando Libia y Siria, al mismo tiempo que se escandaliza por lo que han denominado ola de refugiados que ella misma crea…

Europa es una gran sucursal que ofrece desestabilización y recoge petróleo.

Ya el año 1915 resolvió con Francia y Gran Bretaña a la cabeza el reparto de Oriente Próximo en cinco zonas políticas y económicas, y como nos tienen acostumbrados, sin tener en cuenta su población, su etnia o su religión. El acuerdo Sykes-Picot, que hoy quieren dar ya por finiquitado, se firmó el 16 de mayo de 1916. En 1917, Gran Bretaña declaró que favorecería la creación de un estado judío en territorio palestino. Y en 1919, llega la Conferencia de Paz de París. A partir de ahí, todo es historia, todo es barbarie…

¿Cómo reacciona la propia ciudadanía europea ante Bruselas o Estrasburgo? ¿Cómo respondemos a nuestra propia arrogancia?

Yo reaccioné hace unos años, escribiendo algo parecido a un poema…

Europa

Sin caminos que conduzcan a ti, ya no alumbran el porvenir los fragmentos  de tus promesas.

Pernoctas abrazado a la desidia política, y no puedes despertar a la luz de ningún alba.

Incorporas a tu discurso el miedo, y no avanzas, ni siquiera cuando caminas…

Has vaciado de sentido un imaginario colectivo que no existía, y que dibujabas con esmero.

Solo tus guardaespaldas te contemplan.

En todos los acantilados está grabado tu nombre, limitando la tierra consternada con las aguas turbias sobre las que has vertido toda la mugre y los restos de tu soberbia.

———————————————————————————————————-

Este poema quiere dejar constancia del papel de Europa, del que no se habla, y del que se esconde toda su miseria. Este poema quiere expresar qué está sucediendo en la vieja y desvencijada Europa.

Europa nos da la espalda. A quienes quieren venir, y a quienes habitamos en ella. Y cierra los ojos, y deja abiertas las heridas…

Su supuesta incapacidad para resolver tanta problemática cansa, y todo parece indicar que su ceguera…, es voluntaria.

En toda relación social cuando estamos ante un contra-tiempo tendemos, en la medida de lo posible, a buscar los diferentes métodos para poder resolverlo. Para ello es muy normal y bastante cabal que procedamos a averiguar dónde están las causas del problema. Pues bien, en el caso que nos ocupa, se olvidan de las causas, y con el pensamiento único por bandera, nos trasladan a su escenario; un escenario de guerra en el que se acusa a la propia Siria y a Rusia, de crímenes contra la humanidad.

El cuento, si no fuera por las trágicas consecuencias que conlleva, resulta hasta irrisorio.

La oleada de refugiados a Europa no es un acontecimiento casual, no es un éxodo a contemplar desde un balcón de Alepo, observando como sus gentes se dirigen rumbo a Libia para enfrentarse al Mar Mediterráneo.

Por tanto, la primera pregunta que nos debemos hacer urgentemente es: ¿Quiénes causan todo esto ¿Quiénes son, quienes desde sus dependencias privadas, gestionan eficazmente hasta las tragedias?

Si retomamos la anterior “oferta” anglo-francesa que consistía en destrozar regiones enteras, si recordamos cómo se llevó a cabo “el reparto de África”, y si observamos con detenimiento cómo con cada invasión uno de los objetivos es dividir cada estado y minimizarlo hasta dejarlo añicos, tenemos perfilado con bastante nitidez un modo de obrar que no es nuevo, que consiste en beneficiar a los grandes estados imperiales para fortalecer aún más sus privilegios, y en llenar de vacío de poder y caos cada país donde “se ofrecen” para luchar (como dicen ellos) contra el terrorismo.

Este proceso, a través del cual se desmantela un país entero, hace imposible que durante toda una generación se pueda asistir a su restablecimiento. Y desgraciadamente, dicho proceso tiene incluso un nombre: se le llama La Teoría del Caos. Si fuera poco crear una masacre en vidas humanas con la intervención de la OTAN, luego se le añaden los embargos y se cierran las embajadas, para que el aislamiento sea ya un hecho y el objetivo final se consolide automáticamente; las tribus, o las diferentes etnias, o los diferentes grupos están sumidos en una disputa subvencionada, y la construcción de un nuevo gobierno solo tiene su validación con el respaldo de quién anteriormente creó el Caos.

Una vez destruidas todas las estructuras, y una vez liquidada cualquier posibilidad de salir fortalecidos de la masacre, llega además el golpe definitivo, que no consiste en otra cosa que dejar en manos de quien ha sido el destructor la posibilidad de crear un nuevo orden.

Tan sencillo como dramático, tan eficaz como inhumano.

Y si el proceso seguido en Iraq, Libia y Siria no es suficiente testimonio para constatar cómo se las gastan, ¿qué más ha de suceder?

Desgraciadamente, hay más: el capítulo de los refugiados. No contentos con dejarlos sin hogar, y no contentos con arruinar toda la estructura económica, ahora los movilizan para mostrar su rostro a las puertas de Europa, para dejar constancia de que la globalización también lleva consigo el equipaje de su propia fatalidad.

Pero eso sí, manifestando sin tapujos que la situación es incontrolable porque Siria vive bajo la amenaza directa de su propio presidente. Lo mismo decían de Libia. Siempre la misma cantinela. Siempre la ONU con sus objetivos impertinentes de querer proteger a la población.

Cada vez que los mal llamados líderes mundiales se juntan para proteger a la población dicen disponer de una base militar para mandar la ayuda humanitaria cuanto antes. Fueron capaces de utilizar otra crisis inventada, esta vez la del ébola para llevar militares a la zona y seguir con sus peripecias. Fueron a combatir el ébola con armas y militares, como van a todas partes donde hay negocio. Lo recordamos para dejar constancia de ello; el ébola se extendió por Guinea Conakri, Sierra Leona, Liberia, República Democrática del Congo y Sudán, casualmente países todos ellos ricos en petróleo, diamantes, coltán y otros recursos naturales. Y Vinieron a España para que el gobierno les autorizara a usar dos bases militares “Para apoyar los esfuerzos para combatir el brote de ébola en África Occidental”. Y vaya si lo combatieron, el brote se fue como vino, y los experimentos para desarrollar armas contra potenciales casos de bioterrorismo fue todo un éxito.

¿Cómo es posible no considerar estos modos de acción? ¿Cómo es posible que bombardeen todos los países una y otra vez y nos hagan creer que es en apoyo de sus gentes? ¿Cómo es posible que manifiesten su ira contra los terroristas y sean ellos quienes les financien? ¿Cómo es posible que haya una guerra en cada país donde brotan el gas y el agua milagrosa y nos digan que es porque los gobiernos y los dirigentes explotan a sus gentes? ¿Cómo es posible que donde convive la diversidad, de repente, estallen los ánimos de las gentes humildes y trabajadoras? ¿Cómo es posible que la violencia surja precisamente allí donde hay recursos que hacen vibrar a los grandes capitales? ¿Cómo, por favor, podemos seguir creyendo que Estados Unidos ni nadie pueda edificar la paz donde solo patrocinan la guerra?

Nada es casual. Nada crece sin lluvia y sin siembra.  

¿Qué hace Europa? Lo que viene haciendo media vida, poner el cesto para hacerse con su cosecha. ¿Y qué hace EEUU? La guerra. Nunca ha sabido hacer otra cosa, y es terrible que aun a día de hoy siga habiendo francotiradores del periodismo que halaguen su democracia.

Estados Unidos se fundó el año 1776. Han transcurrido 240 años, y ha estado en guerra durante 223. Es un dato escalofriante (el 93% de su tiempo de existencia). Pero es un dato extraoficial. Porque ellos nunca están en guerra, sino salvándonos a nosotros de su quema.

La oleada de refugiados, forma también parte de su guerra… Los refugiados; golpeados por un lado por la estrategia imperialista, insisto, por la estrategia imperialista y, golpeados por otro, por las olas del Mediterráneo y el desprecio de nuestros políticos.

Antes de dejar paso a mis compañeros, quiero terminar con unas palabras que escribí sobre la violencia desatada a nuestro alrededor, normalmente ejercida desde los estados…

 

“Hay que activar todos los protocolos porque nuestro mundo es un continuo estado de emergencia, en el que cada segundo, parte una ambulancia medicalizada a intentar reponer de un ataque a un pedacito de tierra que ha infartado”.

 

joséluis vázquez domènech

Ojos para la Paz


Deja un comentario

La violencia como estrategia: 04

Desestabilización programada y violencia

¿Os imagináis que dadas las circunstancias el pueblo acuerda lanzar una ofensiva contra el Estado, y éste decide acudir al combate con derecho a su legítima defensa? A modo más que simbólico ésta metáfora tiene su presencia en nuestro entorno, y viene a darse cada vez con más frecuencia y con un talante más sofisticado en aquellos territorios donde se dice que la modernidad ha llegado. La abstención es el arma popular que se extiende como la lava cada vez que una nueva erupción estalla en el seno de los gobiernos. Y ante esa decisión no se resquebraja institución alguna, bien al contrario, todo se mantiene en su sitio y nadie notifica el más mínimo arrepentimiento. Porque esa es su “legítima defensa”, mostrar que el pueblo ha decidido y que todo ha de proseguir igual, sin que medie consideración alguna. En esta breve reseña ha de quedar constancia de que alguien, con muy buenos modales pero con una acritud endiablada, nos ha tendido una trampa.

El conflicto deja de lado a los dos contendientes y deja de ser real por inadmisible, y lo que parecía una necesaria emergencia, librarnos de todo Estado opresor y coercitivo, se vuelve en contra nuestra. Gracias a inigualables reglas del juego un intermediario se yergue como máximo protagonista, y en su seno es donde se librará la batalla. Los dos polos quedan imantados por lo que llamamos democracia, y quien debía ser afluente de aguas cristalinas, es sin darnos cuenta el colector de todos los residuos.

El alcantarillado público, con las administraciones al frente y con los ministerios a buen recaudo, se conecta a través de infinidad de ramales con todos y cada uno de los habitantes, del centro y de las periferias. Esto se produce de tal modo que a cada una de nuestras casas (incluso a las chabolas), conexión mediante, llegan normas universales que emanan de la popular soberanía. Pero casualmente no resultan del agrado de las mayorías.

¿Será posible? Lo que parecía un ajuste de cuentas entre dos, pasa por arte de magia a ser una riña continuada entre todos. Entre todos nosotros que, enmarcados tras el bello retrato político, no podemos dar crédito a tanta debacle. Y cuando hasta la ilusión se despeña, nos miramos, nos diferenciamos, y nos restregamos. Y es entonces cuando observamos el mapa y terminamos por creer que somos muchos, que la tierra no da para todos, que la riqueza no llega, y que por el trabajo se deja uno la vida.

El conflicto está a ras de suelo, bajo nuestras pisadas. Nos han otorgado el falso poder de elección y cuando comenzamos a ser conscientes del juego, estalla la violencia.

Pero para entonces la estrategia imperial ya está servida. La visión policial del mundo retiene en sus mazmorras de vigilancia activa no sólo aquello que viene sucediendo desde tiempos inmemoriales, sino también aquello que va a acontecer. Y si no va cumpliéndose como “se esperaba”, se articularán todos los instrumentos para que así sea.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

La campaña violenta trazada ofrece normalmente dos alternativas:

  1. Se puede dejar en manos interesadas la capacidad de maniobra necesaria para que cunda el pánico, bien en un barrio periférico, en un territorio por conquistar, o en un país entero. Esta forma de obrar está presente y latiendo en el mundo con una fuerza sobrecogedora, y resulta imposible desenmascarar el centro neurálgico del embate, sencillamente porque diferentes grupos de presión son capaces de cotizar al alza un maniquí disuasorio que luego se tornará en enemigo visceral.

La mano que te da de comer puede pasar a ser la que apriete el gatillo en el momento menos inesperado. Cuestión de logística y de turbación complementaria.

Sería un arduo trabajo recopilar la infinidad de casos donde una desestabilización programada incide en futuras intervenciones políticas para seguir con el control exhaustivo de la población civil y, sobre todo, de sus riquezas naturales. Son muchas ya las investigaciones realizadas para determinar con claridad cómo unos pocos intervienen en nuestras vidas para llevarse nuestras propiedades y, una vez colapsada la opción de continuidad, dejadnos con los excrementos de una tierra ya baldía.

  1. América Latina sabe mucho de eso, demasiado. Y sin que todo ese proceso culmine, porque siempre ronda el imperialismo ciego para dinamitar allá donde encuentra cualquier grieta, hay que añadirle la violencia añadida, ese experimento cotidiano que protagonizan los ejes del poder sin compasión, y cada vez con menor sutileza.

Como si no fuera poco interferir del modo que lo hacen, desde altas instancias y de forma  casi generalizada parece instalarse entre nosotros la nueva fase de agresividad, propagando el dolor y la muerte sin que medie razón alguna. Y la estandarización del miedo es ya la segunda alternativa de la campaña, como si de un elaborado plan de marketing se tratara.

Y en este punto surge el gran interrogante sobre la presencia de la violencia infiltrada con vehemencia desde las cloacas del Estado, perforando el desarrollo de cualquier democracia y aniquilando las escasas posibilidades que quedaban para que ésta emergiera.

Nos situamos. El abstracto monopolio de una lucha sin cuartel contra el pueblo es delirante. Y ha llegado hasta tal punto que considerar ese menosprecio como un proceso anecdótico ha dejado de ser admisible.

La incorporación de la violencia  a las normas sociales ha sido el primer eslabón para convivir con ella, y para dotar al sistema de una razón de fuerza mayor a la que se pliega, consolidando su necesidad rampante.

No es difícil observar cómo se extiende el ánimo arrebatado y enfurecido a través de todos los canales, hasta instalar en nuestros cerebros el chip del enfrentamiento como elemento natural de nuestra especie. Y todo porque la violencia… se estimula.

La propia globalización y sus enormes repercusiones en lo que podemos denominar nuevos focos de pobreza es solo parte de todo un entramado difícil de digerir sin sentir los ánimos angustiados. Pero donde más hierve la inquina es a través de los medios de comunicación, auténticos promotores de un trauma colectivo que nos sumerge en un escenario nada improvisado.

Un informativo cualquiera en casi todos los rincones del mundo pretende generar audiencia, y como si se tratara de un show más nos somete a la vulgarización de los hechos más terribles y difíciles de asimilar. Sin que importe mucho la localización del suceso, podemos pasar de un tren descarrilado en Corea a una inundación en Perú en dos segundos, o de una avalancha en una discoteca de India a un incendio en una fábrica pirotécnica en China. No nos dejan observar los acontecimientos, solo mirar, sin detenernos, y presenciar miles de secuencias de sangre derramada y polvorienta anquilosados en la costumbre.

Si, la globalización. No existe mejor obra para que de manera subliminal nos mande mensajes favorables al capitalismo más ruin e incómodo. Y tras ella la ofrenda al mercado de valores, al dinero inexistente que atropella los silencios de nuestros sueños.


Deja un comentario

Venezuela

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe

Es del todo gratificante comprobar cómo se celebró en España el cambio de sistema de una dictadura a una parafernalia que aún no ha terminado, y poder observar que los mismos que se llenaron la boca de agua por algo tan deprimente  (solo posible con la muerte de Franco) celebran ahora la victoria popular burguesa para derrocar al gobierno chavista, ese malvado régimen que se deja vencer en las elecciones y no con las armas, como hubiera correspondido a tanta patraña que llaman periodismo.

Es gratificante saberlo porque estamos a las puertas de cerrar uno de los últimos capítulos de las luchas anti capitalistas, y ahora habremos de mirar a nuestro entorno y comprobar cómo estamos inmersos en medio de la catarsis global de la humillación a la que nos someten los medios, con la nula esperanza de poder derrocar la necedad humana y con la seguridad de que América es ya territorio conquistado.

El Imperio sonríe y millones de personas se entusiasman sin advertir que Estados Unidos tiene la capacidad de tumbar cualquier gobierno inyectando millones allí donde sabe eclosionarán sus flores. Le vale con estrangular al enemigo al precio que sea, y le sobra bombardeando el mundo con sus informativos mercenarios.

Google Images

Google Images

 

Las «democracias» que así surgen  son un reajuste continuo de los modos de implantar el capitalismo, y solo cuando éste tiene el éxito asegurado ellos pueden llegar a decir que la libertad ha triunfado.

Y así ha sido. Venezuela ha conseguido a través de la injerencia opresora quebrar un modelo social insumiso, y con miles de periodistas y televisiones esgrimiendo sus maldades ahora volverá a campar a sus anchas la inmaculada y democrática concepción del liberalismo.

Sí, es del todo gratificante, saber cómo se acaba con una «dictadura de terciopelo» a través de unos votos amamantados por el más vil de los colonialismos.

Que vivan nuestras democracias, servidoras de un nuevo modo de entender el esclavismo!


Deja un comentario

Catalunya

Breves:

(Desconcierto Económico)

Vivimos una época gobernada por la ética más miserable y corrupta. No solo no hay consideración alguna hacia la justicia o la paz, sino que bien al contrario, éstas parecen ser situaciones hasta inapropiadas. Sin que importe qué problemática social o política debamos tratar, quienes tripulan la nave del capitalismo son capaces de someterse al más ruin de los dictámenes de sus mercados, obviando constantemente argumentos de cualquier otro tipo, incluso aquellos que transitan por las urnas de sus constituciones.

Cada mañana un tropel de noticias van dirigidas a hundir cualquier embarcación que entorpezca sus maniobras y así no escatiman en hacer propias las más repulsivas afirmaciones, con tal de seguir adelante con los acuerdos pactados con las cavernas de las finanzas.

Quienes mejor hacen cuadrar esas cuentas,  lógicamente, son los dirigentes de los grandes empresarios, y ni cortos ni perezosos pregonan a los cuatro vientos su inquebrantable amor por España, y claro está, su intención de dinamitar Catalunya. Pero en sus discursos no  hay tesis o argumentos dignos de tener en consideración, al unísono, y como títeres de orondos banqueros de perfil psicópata, no se cansan en decir una y otra vez que la locura que están librando los independentistas solo puede traer como resultado que miles de empresas y el gran capital se vean obligados a marcharse, porque nadie en su sano juicio podría invertir teniendo como gobierno a unos dirigentes tan irresponsables.

Parecen olvidar que estos dirigentes son tan democráticos como los mismos que gobiernan en sus filas, pero sus ansias de dinero empobrecen no solo sus neuronas, sino hasta sus miradas . De sus afirmaciones y continuas apariciones podemos deducir que, como poco, Catalunya estará representada por unos dictadores que además torturan, violan la carta de derechos humanos, amortajan la libertad de pensamiento, ejecutan cada semana en plaza pública a cualquier ciudadano, esclavizan a la mitad de la población y mantienen, por si fuera poco, un régimen religioso de obligada imposición. No como en Arabia Saudí, un país lleno de oportunidades y donde invertir sin límites ofrecerá siempre una estupenda estabilidad, la del sufrido e incomprendido delincuente.

Google Images

Google Images

 

 


Deja un comentario

La isla de las flores

ContraCorriente: Jorge Furtado

Si tuviera que explicar en un breve espacio de tiempo el comportamiento del ser humano, dispondría de este cortometraje y de su acertada exposición. Filmado en 1989 por el escritor y guionista brasileño Jorge Furtado hace un uso perfecto de la ironía y el horror, y nos invita a visibilizar la pobreza, la miseria y la explotación con una mirada didáctica sorprendente.

Es una reflexión extraordinaria sobre el destino de los oprimidos y olvidados, esos que ni tan siquiera han podido llegar a ser considerados ciudadanos. Para muchos los 12 minutos más impactantes del cine brasileño, comienza así: «Esto no es una ficción. Dios no existe» 

(Desde la primera vez que lo vi está grabada en mi memoria, y la considero una acción fílmica y política de una enorme precisión)

 

 


Deja un comentario

De viaje

Breves: Travesías

He semidespertado porque aún no sé si he dormido. Un rumor continuo me invade y decido incorporarme. Creo estar en un gran centro comercial, y cientos de personas están llegando a este punto de desencuentro que ha ido abriendo sus puertas a las tres de la mañana. Bebés y ancianos en sillas de ruedas también participan del evento, y los rostros de cansancio (como si todos hubiésemos sido fumigados por algún elemento extraño) son el resultado final de un pequeño via crucis que decidimos protagonizar. Starbucks, Pret a manger o World dutty free son solo algunos de los letreros que visualizo mientras escribo estas tediosas palabras, antes de dirigirme a ese panel de salidas por el que todos parecen suspirar. La puerta de embarque número 54 es mi próxima batalla, la continuación de una agonía que no parece tener fin. Ya en el pasillo que me asignan miro hacia arriba y me encuentro con un nuevo regalo: «10 minutes walk to gates».

En casi todo el recorrido no podemos ver ni el sol ni el nudo que todos llevamos dentro de nuestros estómagos, habitando un capítulo más de un capitalismo que ya ha conseguido globalizar aquellos aviones que parecían ser privilegio para unos pocos. Y ahora me froto los ojos, interrogándome sobre este amanecer a destiempo (desdibujado), agotado por una travesía que me consume. 

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 


2 comentarios

Un cuento de invierno

Breves:

(prostitución infantil)

Los niños jugaban con condones de colores inflándolos a modo de globos que dejaban escapar como sueños. Los pies descalzos y los ojos abiertos, bien abiertos, porque siempre podía llegar el cliente más oportuno. De un vistazo sabían si de lo que se trataba era de una apresurada felación, o si podían convencerlo para retener sus deseos toda la noche, y de ese modo entre dos o tres sacarle una buena tajada, además de algunas heridas en sus delicados mimbres con los cuales tejían los erráticos y extraños entretenimientos que llenaban de placer a los turistas armados de decadencia. A veces incluso los dormían abonando la infusión con algunas hierbas que utilizaban en defensa propia.  

Había jornadas en las que descansaban hasta seis horas, y se sentían agradecidos cuando al amanecer uno de los jefes les recompensaba con dos billetes y un viejo plato cubierto tan solo de arroz y mucho caldo.

Aquella mañana nadie vino. Muy cerca, una nueva redada policial alumbró las calles de ruido y fuegos de artificio. Un señor entrado ya en años y liposucciones despertó cuando el sol despuntaba y las primeras cucarachas se escondían. Miraron a todos lados y se abalanzaron sobre él, que todavía transitaba por alguna nebulosa desconocida. Hicieron acopio de una fortuna y salieron corriendo a buscar su nueva dosis de inhalación preventiva. Así creían olvidar la imagen de esos surcos que dejaban las venas hinchadas de sangre, como iconos del capitalismo que explotaban sobre sus rostros imitando a las bombas de racimo.

Así creían olvidar, su infancia cautiva y desmoronada. 

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 

 


Deja un comentario

Los domingos

Breves:

Cuanto más se detiene el tiempo (ligado éste al trabajo, al ajetreo y al ruido), más propensos somos a la añoranza. De lo cual se puede derivar que la aproximación total al silencio, nos lleva a profundizar completamente en nuestro drama. Los domingos en general detenemos nuestras vidas, y a punto estamos de sabernos engañados y comenzamos a interrogarnos sobre los musgos que nos custodian. Y justo antes de respondernos, regresamos al resto de las jornadas, sin tiempo para cambiar ni de semblante.

Los fines de semana son un peligro para el sistema, porque bien sabe éste que tendemos a interiorizar y  a buscar nuestras telas de araña. Por ello el capitalismo despliega toda una serie de ocios a la carta, para no rendirnos a nuestras evidencias, y seguir el curso de los relojes y los horarios, atados siempre a la misma pelea.

Y así, cuando llega ese supuesto día de descanso, muchas veces nos sentimos extraños, más si cabe cuando estamos solos o fuera. Maniatados por la excesiva querencia a mirarnos en la desnudez más absoluta, esa que duele y te observa con todas las heridas, esa que duele y no te deja atravesar la niebla.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

                                                                 Photo by Joséluis Vázquez Domènech


Deja un comentario

El deporte al servicio del Capitalismo

Carta a toda la afición

(y la exigencia moral de liquidar la mayoría de competiciones)

Introducción:

Un grave problema que afecta seriamente la credibilidad de nuestras democracias está en la inmensa dificultad que tenemos para acceder al buen uso de la información, es decir, a cierta objetividad e independencia a la hora de tratar todas las noticias (la opinión pública está mayormente influenciada, regulada y controlada por los medios de comunicación). El mismo pack trae consigo los ilimitados obstáculos que se han de superar para poder mostrar en tiempo real (al menos en un periodo próximo a los acontecimientos que se están tratando) todas las mentiras que nos están contando.

Seguir el rastro de los modos, los tiempos o los enfoques con que se nos muestran las principales «incidencias» (guerras, invasiones, atentados, protestas…) ayuda mucho a saber descifrar la existencia o no de la veracidad que transmiten. Y en los últimos tiempos andamos sobrados de estrategias manipuladoras que incluso llegan a hacer gracia por sus indudables defectos de forma. Todo lo sucedido con la irrupción del Estado Islámico es buena prueba de ello. 

Pero no quiero hoy tratar el origen y expansión de este grupo. Más bien ponerlo como cebo para poder llegar a comprender qué sucede en este agreste mundo globalizado.

Quienes dirigen el cotarro saben muy bien dos cosas. La primera, que controlar los medios de comunicación es el primer paso para alcanzar todos los objetivos. Y la segunda, que mientras ejecutan sus innumerables actos delictivos de guante blanco, nada hay mejor que entretener a la población con anestesiantes que llenen de euforia las horas muertas de las jornadas cotidianas.

La mercantilización del deporte:

Todos sabemos que el deporte es el mejor dispensador de tiempo libre. Pero parece ser que no son muchos quienes se interrogan por su verdadero papel en nuestras vidas. Para simplificar los argumentos podemos llegar a decir, sin miedo a equivocarnos, que quienes nos auxilian con esos anestesiantes son los mismos que poseen las herramientas para manipularnos masivamente, y que también son los mismos que dinamitan con sus millones de dólares la paz en un mundo impregnado de humo y miedo.

El proceso es sencillo. Ofrecen a los ciudadanos ávidos de tiempo libre espectáculos que satisfagan sus deseos inminentes. Pongamos tres o cuatro ejemplos fáciles de interpretar. El fútbol, el baloncesto, el automovilismo y el motociclismo. No es casual que los deportistas que brillan en cada una de esas facetas sean todos multimillonarios. Lo son porque hay quien decide que así ha de ser, para engrandecer el circo al que representan. Y el encubridor de tamaña incongruencia no es otro que aquél que paga para que todo prosiga de igual manera. Los mismos que ejercen de tiranos y   conquistadores con su capitalismo rampante, son quienes financian a Cristiano Ronaldo, a los hermanos Gasol, a Fernando Alonso o a Jorge Lorenzo. Los magnates de la construcción, los grandes bancos o los petrodólares árabes son (por citar a algunos) los tristes protagonistas que a ti, amante de éstos eventos, te deberían hacer pensar. 

Por un lado participan en desembolsos importantes en la elección de presidentes o de cargos políticos, están en la línea del frente a la hora de reconstruir países que ellos mismos han llevado a la guerra, y crean lobbies de presión para dominar los centros de decisión de medio mundo. Y, por otro, mientras manchan sus negocios con una y mil peripecias geoestratégicas de difícil catadura moral, inyectan el dinero suficiente en determinadas modalidades deportivas para tener gozosa y satisfecha a gran parte de la población.

Google Images

Google Images

Las incoherencias devienen así  más visibles en un sector de la población altamente contaminada por esta fiebre televisada. ¿Qué piensa Ada Colau cuando se sienta en el palco del F.C. Barcelona? (Es probable que nada diga al respecto mientras ocupe su cargo, y que incluso se adhiera a mis planteamientos. Pero ahí está…). No importa que la afición sea militante de Podemos, de Izquierda Unida, del CUP o de cualquier agrupación popular asamblearia. La enfermedad también afecta a quienes piensan que salvaguardan la supuesta decencia ética. Mientras lanzan diatribas contra Israel o Arabia Saudí aplauden los goles de Messi a rabiar. Mientras inundan sus redes sociales de indignación ante los señores de la Troika animan a Valentino Rossi, enloquecidos con sus derrapes y adelantamientos sin par. Y mientras cenan disfrutando con Jordi Évole se frotan las manos viendo la NBA. Resulta difícil de entender, pero es así. Se alegran una y otra vez con las migajas que les ofrecen los mismos que gestionan las políticas contra los que luego ellos mismos dicen luchar. 

Más de uno ya estará pensando que estoy extremando el discurso, o que yo mismo también protagonizaré mis pequeñas atrocidades con mi disertación y mis turbias aguas en la vida real. Puede ser, pero ello no ha de empañar la reflexión. Lo que me importa es descubrir los agujeros negros que nos succionan. 

Esta circunstancia la observo importante y necesitada para saber gestionarla. Es decir, hay que mostrarla  abiertamente para poder reflexionar. 

Deberíamos volver a las canicas, a la petanca, a los bolos o al dominó. Lejos de los dominios de los mercados, y próximos a nuestros vecinos, con quienes poder vivir los deportes y los juegos alejados de tanta contaminación. Si de sentir los colores se trata, qué mejor que esos partidos de pueblo, celebrando hasta la derrota. Pero hoy los colores no se sienten, se compran a destajo, se venden cuando hay premura, o se lavan con lejía si el equipo lo compra un patriarca ruso o un excéntrico chino. ¿Qué más da?, si lo que importa es prevalecer en la nebulosa de la gloria.

Una urgente reflexión:

¿De verdad sigues insistiendo y me quieres hacer creer que sientes la camiseta como si fuera tu segunda piel? He de retomar mis primeras líneas para declarar que no se me han olvidado. Cada jornada suceden en el mundo infinidad de acontecimientos que nos dejan sin respiración. Pero la búsqueda de la verdad no entra en ese guión. Bombardeos, matanzas, violaciones, deportaciones, emigraciones masivas, mutilaciones, hambre… Y yo no tengo todos los datos para enlazar directamente cada causa con su nefasta consecuencia, pero sé que los mismos que te quieren hinchar de palomitas y cervezas frente al televisor son los mismos que te abren las puertas a sus estadios. Y, lo que es peor, los mismos que subvencionan la incultura y la brutalidad patrocinan tu euforia ante la pantalla del hogar.

Hace bien poco ha aparecido una noticia, que sin que para mí sea sorprendente espero te haga recapacitar. Yo ya he escrito mucho sobre ello, (casi siempre como ya he dejado constancia antes, sin pruebas contundentes). Pero los años siempre reparan las mentiras. Qatar admite tener relaciones con el Estado Islámico. No te quiero ni contar qué tiene que haber escondido en ese escenario, en el que países como Estados Unidos, los Emiratos, Arabia Saudí, Israel o la propia Qatar han sembrado de putrefacción y dinero. Te aseguro que para cuando ellos admiten tener relación, es porque millones de personas ya lo sabemos desde hace mucho.

Ahora te pregunto. ¿No te da vergüenza saber que tus ídolos son el trueque necesario para que te olvides de la verdad que esconden? ¿No sientes una auténtica repulsión hacia quienes utilizan sus fondos para aniquilar gobiernos y, al mismo tiempo, entretenerte tiñendo con tu color la sangre esparcida? ¿No quieres detenerte un segundo, y pensar que tal vez no resulta lógico que unos cuantos figurantes cobren cifras astronómicas mientras tu barrio se llena de pobreza y desilusión?

Es probable que casi todos seamos incoherentes con aquello que proclamamos, sobre todo en estas redes sociales en las que tan fácil es darle al me gusta, y tan difícil pararse a pensar. Sí, es probable. Pero me niego a admitir que un ciudadano que dice luchar por el cambio, admita y dé alas a la continuación de este macabro juego, que ni es deportivo, ni es justo.

Cualquier socio de esos grandes equipos españoles debería exigir a sus presidentes el final de tanto disparate. Pero si lo que te importa es que en tu puto equipo jueguen los mejores del mundo, a costa de cualquier cosa, has de saber que estás favoreciendo el progreso de la miseria. Sí, has de saberlo.

Y ahora, celebra todos los goles que quieras.

Colaboración para Iniciativa Debate

 

 

 


Deja un comentario

Free the nipple

 ¿No sabes qué hacer este fin de semana? Te invito al cine

Free the nipple

(la historia de un Movimiento…, dicen)

Si observamos el paradigma que nos rodea no es muy complicado poder vislumbrar que el capitalismo tiende a incorporar todos aquellos movimientos que supuestamente ponen en entredicho algunas de las supuestas libertades que se ven amenazadas dentro de nuestra sociedad. Y en dicho proceso termina por tergiversar lo que de verdad acontece tras los muros, ofreciendo una imagen desenfocada o totalmente falsa. 

Os dejo aquí el anuncio-trailer de la propia película para que os hagáis una idea de cómo funcionan las cosas. «Free the nipple» viene a decir algo así como libera el pezón, pero en el trailer no solo no vemos ningún pezón, sino que además se esconde tras la sombra de ésta hipócrita maquinaria de consumo. (Después, podéis ver la película)

http://freethenipple.com/

Google Images

Google Images

http://www.pelispedia.tv/pelicula/free-the-nipple/

Título original, Free the Nipple

Año, 2014

Duración, 84 min.

País,  Estados Unidos

Directora, Lina Esco

Guión, Hunter Richards (Historia: Lina Esco, Hunter Richards, Sarabeth Stroller)

Música, Henry Hey, Nick Littlemore, Peter Mayes

Fotografía, Bérénice Eveno

Reparto, Lola Kirke, Casey LaBow, Zach Grenier, Monique Coleman, Griffin Newman, Lina Esco, Hannah Dunne, Crystal Lonneberg, Fenton Li, Michael Panes, Jordan Carey,John Keating, Richie Noodles, Miriam Weisbecker, Rich Chew

Productora, Bethsabée Mucho / Disruptive Films / Emotion Pictures

Género, Basado en hechos reales

Web oficial, http://www.freethenipple.com/

Sinopsis: Un ejército de mujeres apasionadas pone en marcha una revolución que trata de despenalizar el cuerpo femenino. Basado en una historia real, este movimiento de mujeres en topless armadas con abogados, graffitis y estrategias publicitarias, invaden la ciudad de Nueva York para protestar contra las retrógradas leyes de censura en los Estados Unidos.


Deja un comentario

La foto del verano

Breves:

Fue una de las ganadoras del World Press Photo 2013. Yo le hubiera dado un accésit desde el Colegio de Sociólogos, por mostrar en una imagen lo que un investigador al uso tardaría un año  (beca incluida). El fotógrafo danés Søren Bidstrup tomó esta instantánea en un campamento de verano, y la tituló «Daily Life». La instantánea de una familia, concretada en el cansancio y sueño de una mujer desnuda, que se ha levantado porque alguien ha despertado demasiado pronto, y ya está presta a iniciar su jornada estival, descansando en estas maravillosas vacaciones que en vez de aliviar el cansancio lo que hacen es desear regresar a la rutina más ordinaria de la vida, la que nos consume y nos lleva a pensar que necesitamos (otra vez),  descansar. Y así pasan los años, y así subraya el capitalismo las bondades de la vida diaria.

Photo by Søren Bidstrup

Photo by Søren Bidstrup


Deja un comentario

Hay que joderse!

Cinco de julio de dos mil quince

La policía cada dos por tres detiene a presuntos pedagogos de la alianza yihadista. Les acusan de promocionar el terrorismo. En Europa, hay quien fabrica  armas para venderlas a otros países para lanzar guerras y, cuando no, para inventarlas. También hay quien estrangula a la población con políticas de austeridad irreconciliables con la justicia. Otros se esconden, y desde los espacios bursátiles contaminan la vida de millones de personas. Existen también bandas de políticos que venden su vida a las multinacionales en nombre de representaciones falsas de la Democracia, y otras bandas que venden sus leyes a aparatos judiciales que discriminan nuestras vidas. Y, por si fuera poco, estamos rodeados de personajes que clausuran el porvenir de todos y se lo reparten entre ellos, como si la propiedad de la vida fuera su capricho después de comer una buena langosta bañada de vino y mierda. Y después de fabricar este mundo tan peculiar y amistoso, con sus propinas pagan la noticia, a cientos de periodistas que nos cuentan que por la frontera ha entrado un posible y belicoso musulmán dispuesto a hacer pedazos nuestras vidas. Hay que joderse, cuando nuestras vidas ya han sido mutiladas por todos estos francotiradores de la esperanza. A éstos, la policía les abre las fronteras, porque de eso se trata, de globalizar la mafia para enterrar a los pueblos que sueñan. 

Más de 800 periodistas veranean este fin de semana en la península helénica para amedrentar las redes informativas. Hasta hace bien poco, lo hacían en Siria, o en Libia, o en Afganistán, o iban allí a pasar «unas vacaciones de verdad» para no contar nada, porque nada querían extrapolar de ese país y sus gentes, y tomaban su caipirinha en la piscina. Fíjate que nos podrían narrar con todo tipo de detalles la propuesta de Syriza para pagar la deuda. Insisto, la propuesta para pagar, no para salir del euro. También podrían dibujarnos el mapa de impertinentes justicieros que llegaron con sus fondos internacionales para destrozar sus alas. Y bastaría con que explicaran quiénes son los dirigentes del Fondo Monetario y nos deletrearan cómo se las gastan con todos los Estados donde entran. Pero no. Han ido con sus cámaras a sacar la instantánea deseada, la de Tsipras alejándose de las estrellas europeas.

Quien no está en contra de las políticas que nos fumigan está cosechando la podredumbre que nos rodea. Y todo lo demás, es otra historia. Solo pensar que alguien se adhiere a la causa del Eurogrupo me hace temblar. De miedo, ante la barbarie que se avecina. 

Y mañana la policía detendrá a alguien que salió de Grecia, para emigrar a este país de turistas y panderetas, incapaz de reformar la ética. Y mientras tanto, vendrán troikistas forrados hasta las cejas, a embriagarse de este sol y reírse de sus puñaladas traperas.

Tras la niebla, llegan como buitres en busca de su comida. (Un abrazo inmenso Grecia, pase lo que lo pase, estaré con tu tragedia).

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech


Deja un comentario

Master Chef

Master Chef o la doctrina de la jerarquización de la sociedad.

Google Images

Google Images

Cuanto más cerca estaban del final, más ha sido el empeño de los productores por presentarnos su guión perfecto: la supuesta sublimación del paladar al servicio de los elegidos habitantes de una Ibiza exclusiva.

El decorado no podía ser más irreverente y, como no podía ser de otra forma, rindiendo culto a un país clasista, donde prevalece aún ese deseo de sobreponerse a la estupidez humana conjugando la vivencia en un hotel de cinco estrellas que ofrece en su restaurante el menú más caro del mundo. (SubliMotion, Hard Rock Hotel Ibiza)

En la pirámide de la distribución del trabajo y el ocio, quien más ha de sacrificarse para ver resuelto su sueño ha de ser el típico ciudadano venido de abajo, para hincar las rodillas y ofrecer su sudor a los ilustres capitalistas, quienes se creen en la potestad de poder diseccionar al resto de ciudadanos del mismo modo que lo hacen degustando un plato cualquiera.

Este dibujo no es casual, sino un pormenorizado trabajo para seguir perfilando un constructo social y político que es fiel reflejo de la ética del poder. Es tan elaborado el diseño que todo termina con una especial recompensa para aquél que ha sabido sufrir y trabajar, y para que la noria siga imparable haciéndonos creer que quien dobla la espalda consigue su premio.

Pero eso sí, pudiendo escuchar de fondo los eructos de la clase acomodada, que es quien come bocado a bocado todo el menú para ellos elaborado.

(Fin de cómo preparar un guión para hacernos creer que vemos un programa de cocina)

https://vimeo.com/130639117


Deja un comentario

Cerrajeros del poder

La necesaria autocrítica de los economistas mediáticos

Tenemos dos variables que nos pueden mostrar cuan precaria puede ser la actividad del economista, y cuantas limitaciones puede tener para hacernos llegar unos diagnósticos fiables o, cuando menos, objetivos.

Siendo la teoría económica una de las fuerzas que más se imponen a la hora de promover o no la aplicación de determinadas políticas, se hace del todo necesario ver la relación existente entre la actividad política y dicha ciencia.

Y conociendo cómo se estructuran los partidos, y cómo definen sus estrategias para alcanzar los votos y, después, el poder, no queda sino confirmar que la mayoría de las veces (1) la economía está al servicio de sus discursos para persuadir, seducir, o cuando haga falta, engañar o crear alarma social.

Del mismo modo que la Sociología, es utilizada comúnmente para alumbrar el camino que ha de tomar un lider, un grupo de presión, o una corporación. Y de igual manera también, vuelca todo su arsenal estadístico (prefijado) para inundarnos de datos que han de confirmar o desmentir aquello que se persigue.

La Economía selecciona cada temporada un modisto que diseña el modelo social a implantar, pero eso sí, reafirmándose siempre a través de una ideología. Pero a diferencia del mundo de las pasarelas, la próxima primavera seguirá con los mismos “patrones”, y el color que se seguirá llevando será el azul ultramar.

Lamentablemente interactuamos en medio de un sistema que con absoluto rigor y sin que le tiemble el pulso prosigue en el afianzamiento de sus propósitos, y muy al contrario de lo que vienen aseverando muchos no está en crisis, sino en un nuevo desbloqueo de su mecanismo interno, purgando aquellos elementos que considera inadecuados.

Y dado el gran déficit de confianza en el que está sumido dicho rigor, necesita ser constantemente explicado. (Se recomienda observar y analizar las constantes alusiones que hacen para que tengan que explicar lo que supuestamente los ciudadanos no supimos entender).

Las cosas así, observamos que la absoluta dependencia financiera y econónica de nuestra sociedad ha creado un modelo político cuya preocupación máxima es cómo engañar sin ser vistos, o lo que viene a ser lo mismo, cómo imponer políticas económicas para favorecer solo a unos pocos.

Y éste rostro de la Economía nos mostrará (día si y día también) su lado más permeable, aquél que le servirá una y otra vez para respaldar proyectos determinados, y no para promover teorías sociales que nos beneficien en general.

Los economistas que atesoran sus impresiones en los debates y las rubrican en las imprentas, al igual que los periodistas, son dos de los gremios que más necesitados están de reinventarse y de interrogarse sobre su profesión, su ética, y su singular presencia en nuestra sociedad.

El mundo de la economía está caracterizado por frecuentes fallas, y la lista de errores es tan alta que cabría preguntarse por qué se sigue permitiendo su presencia con resultados tan pobres y de consecuencias tan graves.

Picture, Elly Strik - Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Picture, Elly Strik – Photo by Joséluis Vázquez Doménech

La Economía sería una ciencia meramente descriptiva e histórica, si no fuera por su posibilidad de influir sobre la actividad económica (con el supuesto objetivo de cambiar sucesos que consideramos desfavorables). Pero su perfil televisivo se ha empeñado en ser (2) una ciencia predictiva que muestra una y otra vez el desfalco y el suspense al que nos somete.

¿Es lógico que los mismos economistas nos muestren la incapacidad de poder acertar con sus designios y sus análisis, y reincidan una y otra vez en hacérnoslos llegar?

¿No sería mejor que dedicaran su saber y sus esfuerzos en buscar las verdaderas herramientas para lograr la paz social y la justicia, y no encaminarse una y otra vez al precipicio de un nuevo error?

¿Qué esconde detrás una actividad que reproduce el error, es consciente de ello, y no altera su discurso ni su quehacer? ¿Qué se oculta tras esa “necesidad” de envolvernos en cifras, sabiendo que las valoraciones a futuro no tienen ningún certificado de garantía?

Es como seguir insistiendo en realizar un crucero sabiendo que va a haber un naufragio.

Tiene que haber un fundamento, no ya técnico, que explique que su labor y su puesta en escena se vean como absolutamente apremiantes.

No sería muy aventurado pensar que siendo el capitalismo un sistema necesitado de un discurso capaz de respaldarlo (una y otra vez), una buena parte de los miembros de dicha ciencia juegue ese papel, tiñendo de bruma constante todo aquello que considera es mejor no ver…

La hermética relación que mantiene con los políticos (y no tan políticos) responde muchos de esos interrogantes, y una desvinculación de ellos nos resulta urgente y necesaria. El éxito de una ciencia no está en su capacidad de abrirnos los ojos a nuevas teorías o nuevos milagros, sino en su capacidad para resolver los problemas que nos acompañan.

Para convivir con los pronósticos ya tenemos bastante con la meteorología.

Creo que éste tipo de economistas necesita una autocrítica severa y abrir un nuevo espacio de discusión para así propiciar el verdadero objetivo, que no ha de ser otro sino el bien común.

Colaboración para Iniciativa Debate


Deja un comentario

iDiots

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

Nos recuerdan con este corto el mundo consumista en el que vivimos y, paralelamente,  esa obsolescencia programada de las que algunas marcas hacen bandera. Aunque habría que añadir que la adquisición de un nuevo producto no se efectúa normalmente cuando la vida útil del anterior ha llegado a su fin; basta con la llegada del último modelo…, capaz de «abrirte los ojos» a un mundo sin par que, desde luego, no te querrás perder…

 

 


Deja un comentario

De anuncios

Iberdrola dixit

«Soy Alberto y como yo hay 650.000 personas que cobramos los dividendos de Iberdrola. Con este dinero disfruto del verano con mi familia. Iberdrola eres tú».

«Soy Ricardo y como yo hay 650.000 personas que cobramos los dividendos de Iberdrola. A mí este dinero me permite renovar mi carnet de socio en el club de mis amores. Iberdrola eres tú».

«Soy Marta y como yo hay 650.000 personas que cobramos los dividendos de Iberdrola. Con este dinero completo mi pensión y vivo más tranquila. Iberdrola, eres tú».

«Soy María y como yo hay 650.000 personas que cobramos los dividendos de Iberdrola. Con este dinero mi hijo puede mejorar su inglés. Iberdrola eres tú».

No sabía si guardar este post en mi sección de Amor, Literatura, Poesía o Cuentos. Hace un mes o así que leí uno de estos anuncios en prensa, y lo retuve en mi memoria. Sabedores de la estrecha amistad que nos une a la mayoría de ciudadanos con dicha empresa, vuelcan todo su arsenal armamentístico haciéndonos ver que su viabilidad reposa en miles de personas de toda clase social que depositan su confianza en ellos, beneficiándose además de un extra que les ayudará a mejorar su calidad de vida.

Por un lado hay un menosprecio absoluto hacia sus propios accionistas, dado que la carga negativa de la imagen que proyectan la extienden con toda perspicacia hacia otras 650.000 personas que como tú, pueden perfectamente contribuir a su política de liquidación y derribo. Y, por otro, se pretende disfrazar el expolio asignándose valores propios de sentimientos «cautivadores», como lo son veranear en familia, acudir a la Catedral todos los domingos, mejorar la escasa pensión de una viuda, y ayudar de cara al futuro a una consternada madre que desea que su maravilloso niño aprenda inglés.

Las grandes empresas lo son porque tienen todos estos medios para seguir bailando al compás de su música, y porque pueden permitirse el lujo de reirse de nosotros a la cara sin que nada podamos hacer, excepto dejar constancia de su juego sucio.

Photo by El Jueves

Photo by El Jueves