Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Casi todas, son nuestras muertes

Al menos 63 personas muertas al chocar una patera contra la rocas en algún punto de la costa italiana.  

Sabemos perfectamente quiénes son los culpables. Podríamos salir a manifestarnos contra nuestros dirigentes y sus mordidas, contra las invasiones y sus temibles consecuencias. Pero no nos ayudan los medios, y entre todos no atinan a estudiar las causas y ofrecernos las mejores soluciones para atajar tantos desmanes. Hoy, dos días después de tan triste acontecimiento, dan carpetazo a la noticia y siguen aleccionando al mundo contra Rusia y favoreciendo el más hostil de los fascismos. Algo, qué duda cabe, mucho más importante que la muerte de miles de desahuciados. 

Y así, en pocos días, ya nadie hablará de los afganos y sirios que han amanecido ahogados en Europa. El mismo continente que los inmovilizó y diezmó en sus propios hogares con las políticas atlantistas y aniquiladoras que… casualmente, les hizo huir de tanta miseria.

Como ya nos tienen acostumbrados, los periodistas no se atreven a contar como deben tanta barbarie, y nos emocionan con las políticas antimigratorias y los problemas que tenemos para acogerlos como merecen (apoyándose a menudo en documentales o reportajes que arrasan…, pero que no ayudan).

Somos, los occidentales, una población a la que nos dió no hace mucho por regresar a nuestro origen colonizador y, por tanto, explotador. Muy sutilmente, eso si. Nos lo contaron como un sueño, la reconstruccion de una Europa «desarrollada». Aunque en realidad, nunca fuimos capaces de dejar atrás nuestra querencia al saqueo. Por más que mucha gente se imaginó que somos el jardín del mundo, no somos más que ese pueblo amante del libre mercado y su rampante capitalismo (con todas sus consecuencias, claro).

África nos debería juzgar, pero no en la Corte Penal Internacional de la Haya, sino desde la mirada desnuda de esas millones de madres que ven partir a sus hijos (cuando no se les mueren entre sus brazos). Asia Occidental debería hacer lo mismo, y dejar a cada ciudadana y cada ciudadano europeos  ateridos de frío y terror durante diez inviernos, bajo la amenaza y el ronquido de balas nocturnas bendiciendo nuestros sueños.

Vivimos una época de negligencia y balones fuera, felices con la prosperidad lograda a través del hurto y la violencia, y aplaudimos la llegada de la inteligencia artificial cuando la primera no rebasa ni los límites del más mínimo de los humanismos.

En la gran pantalla plana vierten la tristeza como si las víctimas tuvieran la mala suerte de haber nacido justo donde nuestros representantes acordaron robarles, y nos colapsan con tanta tragedia sin mencionar nunca que llevamos varios siglos succionando otros pueblos y a sus gentes, para engalanar nuestras maravillosas fiestas  democráticas pero ilegítimas.

Nuestro mundo es una falacia, y el suyo será pronto la respuesta debida. Ojalá nos aniquilen pronto, y descubramos cuanto antes, uno nuevo.

Sabemos quiénes son los culpables, pero nada hay más difícil que arrojar piedras sobre tu propio tejado, y nada más ruin que culpabilizar al otro por no ser capaces de reconocer los «daños colaterales» del inigualable tejido cultural occidental.

Quiero y necesito recordar, que todas las vidas rotas del Mediterráneo, todas y cada una de ellas, son los ingredientes que nos sobraron cuando cocinamos, no hace tanto, nuestro futuro.

OTAN No, Bases Fuera


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Entre izquierdas y derechas anda el juego

Son muchas las personas que andan desorientadas en relación con el posicionamiento político de los diferentes partidos en liza. Y no es de extrañar, porque dicha confusión es una trama más para que el electorado sea capaz de moverse sin atinar muy bien con sus propósitos. Si bien los votantes de Ciudadanos son fiel reflejo de ello, no debemos olvidar que buena parte del electorado participa de dicha desubicación (aunque no cambien tan a menudo sus colores).

¿Cuál es una de las razones que puede llegar a explicar semejante desfalco posicional? Vamos por partes.

Las grandes empresas y corporaciones han mantenido una presión creciente e incesante sobre los grupos políticos y sobre los sindicatos, de tal modo que a día de hoy apenas hay diferencia entre los objetivos de los diferentes partidos, más allá de su defensa de aspectos relacionados con la tradición o el progreso (con todos los valores y la moralidad con que en cada periodo entran en juego). Los intereses del poder han ido adquiriendo, desde los orígenes del neoliberalismo, todos y cada uno de los posicionamientos aparentemente representativos instaurados en las democracias, influenciando sobre ellos de tal forma que apenas queda hueco para las exigencias de las clases desfavorecidas.

Todo ello se resume muy bien en la captación de los responsables de los partidos y de las bases sociales de todos los movimientos, impidiendo cualquier tipo de transgresión o de ruptura con un capitalismo que ha conseguido un dominio casi completo sobre las mentes pero, sobre todo, un dominio muy relevante sobre los deseos de casi todos los habitantes. Dichos responsables, lo único que son capaces de ofrecernos es un abrazo gélido.

La lógica electoral por excelencia, la que diferenciaba muy bien los espacios que correspondían a la derecha y a la izquierda, ha perdido así casi todo el sentido. La ciudadanía sigue creyendo enfrentarse a la gran decisión de votar a un partido de izquierdas o de derechas. Pero, en realidad, se encuentra ante un laberinto sin salida, porque dentro del abanico de partidos existente (con posibilidad de triunfo alguno), no hay ninguno que no se mantenga dentro de los límites que marcan los grandes blanqueadores del poder. Es decir, se acude a las urnas sin que exista la verdadera posibilidad de tener representatividad.

Se mantiene artificialmente divididos a los votantes entre electores de un lado y del otro, pero casi todos lo único que terminan por hacer es respaldar los verdaderos objetivos de quienes nos gobiernan. El apoyo a la OTAN y todas sus maniobras es un claro ejemplo de lo que acontece. Antes de la llegada de ese neoliberalismo tan pernicioso, aún podíamos hablar de grandes sectores de la izquierda en lucha contra los intereses de EEUU. Hoy, esa posibilidad ha sido cercenada casi por completo, y las únicas movilizaciones «permitidas» se fraguan dentro de la supuesta mejora de los derechos de ciertos colectivos (eso sí) y de los derechos ambientales, y siempre desde una perspectiva absolutamente controlada.

Y por último, y como no podía ser de otra forma, son los medios de desinformación los que terminan por bloquear cualquier posibilidad de acción de muchas de esas personas que creen agruparse en torno a la izquierda, porque hasta los periódicos supuestamente relatores de su perfil ideológico velan por los intereses de las corporaciones contra las que se debía dirigir su lucha.

No hay periodo donde no se muestre con una claridad asombrosa cómo van sucediéndose los hechos hasta aquí relatados. Así que…, Si dejas que jueguen con tus emociones, podrás llegar a pensar que la nueva agrupación política SUMAR puede ser representativa de la nueva izquierda política. Pero si eres capaz de analizar todos y cada uno de sus movimientos, llegarás a la conclusión de que no son más que otra pieza del puzzle, capaz de llevarnos sin despeinarse a las puertas de cualquier otra guerra. Eso sí, con una entrañable sonrisa.

OTAN No, Bases Fuera


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Relatos escondidos, miedo y confusión

Los globos y otros artefactos irrisorios que de repente surcan los cielos estadounidenses no son más que pasatiempo; armas de destrucción racional para dirigir nuestra atención allí donde no debemos hacerlo.

Las reacciones de los dirigentes en connivencia con los medios terminan por conformar una nueva puesta en escena difícil de olvidar. No siempre es fácil acertar con las intenciones de los temerosos estados unidos, pero podríamos interpretar algunas secuencias que podemos considerar importantes.

01- Para luchar contra sus enemigos, la Casa Blanca siempre actúa del mismo modo. Antes de que se les acuse a ellos de sus políticas beligerantes, difunden la existencia de un enemigo dañino que está realizando actos que comprometen su seguridad y, por ello, están obligados a actuar en consecuencia. A atacar.

Pero no lo debemos olvidar. El ataque, ya se está produciendo desde hace tiempo, y es uno de sus objetivos como Estado Imperialista. Lo que nos proporcionan no son sino justificaciones para respaldar todos y cada uno de sus posibles actos.

Globos los hay desde hace tiempo surcando el cielo. Y globos yankees, a patadas. Y nadie todavía ha derribado ninguno de ellos. Diplomacia y geoestrategia internacional así lo consideraban.

Cualquier respuesta ante China, de este modo, comienza a tomar categoría de actuación realizada en defensa propia. Basta con observar el mapa de las instalaciones y bases militares del Pacífico y uno se echa a temblar. EEUU tiene allí un arsenal dispuesto para destrozar el mundo en dos minutos. Pero esta estructura armamentística no está allí como acto de defensa. No hace falta ser muy listo para recordar que sus costas y fronteras naturales distan miles de kilómetros desde allí, y es del todo lógico preguntarse por la razón de dicha circunstancia.

02- Esta parodia informativa televisada a todo el mundo, en la que se muestran las increíbles aventuras de la aviación americana derribando objetos no identificados coincide con dos episodios en la sombra.

Por un lado, nos encontramos con el renombrado periodista estadounidense Seymour Hersh, que ha sacado a la luz lo que ya sabíamos, pero lo que nadie debería saber a través de los medios. EEUU dinamitó los famosos gasoductos del Nord Stream 2, y los hizo volar para asestar a Europa un duro golpe, sobre todo a Alemania.

Como es de esperar, este periodista será tachado (al igual que ocurrió con Julian Asasange), de antipatriótico y poco fiable a los ojos de nuestro mundo occidental. Y ya se encargarán sus compañeros de batallas propagandísticas de desacreditarlo. Pero ello no importa, sabemos hilar y seguir los rastros de los sucesos.

Por otro, nos hacemos eco del desastre ecológico que se produjo en Ohio, el 03 de febrero, y del que los queridos informadores occidentales llevan callando como si les fuera la vida en ello. Un desastre químico producido tras el descarrilamiento de un tren de la compañía Norfolk Southern, que posteriormente se incendió con cloruro de vinilo en sus vagones, un producto muy peligroso y hasta letal para los seres humanos. Y tal ha sido el secretismo y, por tanto, la catástrofe, que un vídeo publicado por la cadena de televisión estadounidense NewsNation muestra como uno de sus corresponsales, Evan Lambert, era empujado al suelo y arrestado por las autoridades mientras cubría una conferencia de prensa sobre el accidente de dicho tren.

03- En relación con los objetos no identificados, quiero manifestar una nueva preocupación. Esto no es algo nuevo. Ya vienen sucediéndose historias semejantes desde el fin de la pandemia. No me extrañaría nada que una nueva oleada de miedo se estuviera fraguando en las inmediaciones de la habitación donde duerme Joe Biden. Todo parece indicar que las continuas alusiones a los extraterrestres y la posibilidad (real dicen ahora) de que estén ahí, no sea sino el siguiente capítulo que va a tener que vivir nuestro querido mundo, asediado por fuerzas extrañas de las que nos tendremos que defender, o…, y ahí estará el quiz de la cuestión, doblegarnos a una serie de políticas, conductas, o intimidaciones de nuestra libertad, ante las que tendremos que claudicar (nuevamente) para estar preparados ante un mal que, de una u otra forma, deberemos evitar.

La política del miedo ya se instaló hace tiempo en nuestras vidas. Y dada la absoluta facilidad con la que ahora se puede desenvolver, se propaga una y otra vez, mientras la economía reconvierte su modelo asentando aún más a los poderosos, y dando el golpe de gracia a una población cada vez más anestesiada y confundida.

Es tal la situación a la que estamos llegando que la política está perdiendo todo su ser (si ya le queda algo). Y quienes quieren interpretarla se enfrentan a una parodia sin límites. Los partidos de derecha son quienes están criticando con dureza en Bruselas y Estrasburgo las acciones bélicas y contorsionistas de la OTAN y sus compinches. Los partidos de izquierdas abren sus puertas a la escalada bélica y sin tapujos tienden la mano a Stoltenberg (el ejemplo de los verdes en Alemania es una paranoia sin precedentes). Las antes organizaciones antiglobalistas aplauden la agenda 2030, y sectores de ultraderecha exigen que se detengan las políticas que se están marcando porque van a aniquilar la esencia de los pueblos y las naciones.

Todo es un desbarajuste de tales dimensiones que ya no sabes ni con quien tratar. Escuchar afirmaciones de la derecha que deberían ser propias de la izquierda empieza a convertirse en un sueño inquietante, pero de ello… daremos cuenta en el próximo capítulo.

OTAN No, Bases Fuera


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El afirmacionismo y el acabose de las mascarillas

El Afirmacionismo es esa nueva corriente ideológica que se caracteriza, sobre todo, por desistir de la facultad del pensamiento crítico y de ofrecer (claro está) sin rechistar, la propia  capacidad de acción y la voluntad política.

Coincide, casualmente, con ese proceso histórico donde la emancipación del individuo capitalista ha llegado… para desbordarse; más preocupado por su bienestar y su hedonismo, y más olvidadizo con el sentido del compromiso y del deber social. 

Los militantes y fieles compromisarios que conforman dicho movimiento creen saber cómo funciona el mundo y, para ello, o por ello, se adhieren a él, como hiedra a la pared, jeringuilla con absorción incluída, manifestando de ese modo el mayor grado de «solidaridad» y la menor iniciativa de reacción. 

Así las cosas, y en más ocasiones de lo que resultaría un poco adecuado, marchan en volandas con el bonachón de Zelenski o con la complaciente Greta. Paralelamente, pueden también sentirse protagonistas de los increíbles avances que ha aportado a toda la sociedad el movimiento LGTBIQ+ Elevado al cubo transformista y olvidarse, mira tú por donde, de la catástrofe humanitaria en Yemen, Libia,  Bangladesh o Palestina. 

Tienden, las más de las veces, a asentir delante de la televisión y enojarse con quien ha leído y estudiado los efectos adversos de la vacunación y la complicidad de la industria farmaceútica, en amigable negocio y compañía con la bella e investigada, por corrupción, Ursula von der Leyen.

A veces, hasta se columpian y creen que los chinos y los rusos son igual que los gringos, ya sabes… Y tienen lapsus tan paradigmáticos que les hacen dejar atrás la verdadera revolución y se alistan con aquellas que parecen son de colores. 

photo by joséluis vázquez domènech

Ayyyyy el afirmacionismo, que se enfiló por Qatar y ni tan siquiera pensó que los derechos humanos también claman a los infiernos en las calles estadounidenses (la policía mató a tres personas cada día en dicho país). Pero así es el afirmacionismo, preocupado también por el buen gusto y la estética, por Eurovisión y el Euromaidan, oye… Por todo aquello que rebosa a través de las pantallas. Fuegos, escenarios y explosiones por doquier. Sin géneros de duda…

Como no podía ser de otra forma, tiene querencia por ayudar al mundo con las verdes energías (también de colores, fíjate tú), pero no por reconocer la lucha de los pueblos indígenas, ecuatorianos o peruanos, más bien de rostros oscurecidos por el trabajo duro y la maravillosa explotación

En definitiva, podría decirse que su modus operandi es inalterable; salta la liebre en todos los canales y allí está casi toda la ciudadanía, saludando a su Meca. Con su implacable esfuerzo por querer luchar por la auténtica verdad. Hasta tal punto, que sus preocupaciones e indagaciones constantes les han llevado a afiliarse al sindicato por excelencia de la modernidad, la Newtral Corporation, y su valedora entrega por desprestigiar todas mis mentiras y observaciones.

Con tanta lucha y tanto revolcón y satisfacción por los objetivos cumplidos, este incontinente movimiento (capaz de absorberlo todo) está de celebración, porque hoy nos quitan la mascarilla y vamos a vivir mejor.

Pero como no podía ser de otra forma, y haciendo suya la esencia de su saber, ni se imaginan sus integrantes que dicha decisión no viene dada porque los expertos así lo han hecho ver. Dicha decisión llega, sencillamente, porque algún abogado les ha ido a “morder”. Y porque los integrantes del gobierno no han podido demostrar que sus políticas tuvieran peso ni solidez.

Lean atentamente, afirmacionistas… Lean, y a ver si esta vez, sacan sus propias conclusiones.

El Comité interterritorial de España, en su reunión del 23 de noviembre de 2021, sabía que el uso del pasaporte covid podía crear situaciones de inequidad, porque se sabía que las vacunas no evitaban la transmisión. El documento donde se constataba esta explicación fue ocultado y, a pesar de saberse esta información, el mensaje público y las medidas políticas fueron en un sentido totalmente contrario. Y aquí llega el chiste, la Audiencia Nacional, como consecuencia de una acción judicial de Liberum, requirió al Ministerio de Sanidad el expediente donde se justificara el motivo por el cual las mascarillas debían seguir siendo obligatorias en el transporte. El plazo para poder mostrar la defensa pertinente de dicha acción termina el 08 de febrero, y como el Gobierno no tiene nada para demostrar su veracidad, decide eliminar el uso de las mascarillas un día antes, el 07 de febrero.

Como siempre. Todo perfecto!!! A disfrutar

OTAN No, Bases Fuera