Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


Nos estamos quedando sin Luz


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Violencias

(Nueva colaboración para la incansable y sorprendente «La Ignorancia Crea»)

Desde hace ya algún tiempo, incluso la violencia ha pasado a ser objetivo de los medios. Pero no como elemento de concienciación con sus posibles consecuencias, sino como herramienta de control para doblegar a la ciudadanía y exponerla sin contemplaciones ante el proceso vivencial de lo que podríamos denominar “catarsis permanente”. Sabiendo que la insistencia y la repetición desacreditan la capacidad de sorpresa y la reacción, nos vemos sometidos a continuas avalanchas de sangre y fuego.

Este modelo coercitivo de socialización suministra sin cesar dosis de adoctrinamiento sin reparación de los daños causados. Ante una coyuntura de interacción problemática se tiende a saldar todo con la eficacia que otorgan la fuerza y la contundencia. Una resolución dialogada deja de tener el mínimo interés, y la vida se convierte en espectáculo permitiendo que el conflicto vertebre cualquier proceso.

La red que lo sostiene todo es de acero, y es capaz de soportar el estallido de mil mundos. No son las guerras las que han de acaparar todas las portadas; desde una manifestación hasta un accidente de tráfico se convierten en publicidad violenta, y ya hasta el noticiero del «tiempo» revela la primacía de los discursos nada benevolentes.

Llevamos décadas de menosprecio absoluto hacia la paz, y ésta no solo no se promulga sino que además parece interferir los deseos de los mercaderes y los comisionistas del desorden. Desde que nos levantamos hasta dormitar henchidos de agresividad, recibimos cada jornada cientos de imágenes relacionadas con esa sofisticada maquinaria que gratuitamente nos desmantela para enfrentarnos sin despojos ante el sufrimiento. Y no se trata del retrato veraz de nuestras urbes y nuestros pueblos, sino de la imposición de una serie de secuencias relacionadas con la maldad a golpe de noticiarios impertinentes.

No estamos ante el descalabro natural de la bondad humana, más bien nos situamos frente a la amenaza continua, que viene patrocinada con nombre y apellidos y además es generadora de inmensos beneficios por ello. Las empresas armamentísticas son el telón de fondo, y las políticas belicistas el andamiaje necesario.

Sin que nos demos cuenta, todo proviene de firmas y contratos. Uno de los últimos sucesos que esclarecen este argumento lo acaba de protagonizar don Pedro, en su afán de seguir vendiendo un país al mejor postor, siendo capaz de cambiar cromos por barcos de guerra. Cumbre de la OTAN, Joe Biden invitándole a sus aposentos por una hora… Todo tiene un precio, y en nuestro caso seguimos amasando violencia en nombre de inexistentes enemigos o, lo que es peor, de enemigos creados ad hoc para seguir propiciando el negocio más vil y humano. A semejante situación, es curioso, lo llaman acuerdos de relación estratégica.

Y como en toda estrategia, hay un plan. Y éste viene, además, respaldado por una de las principales características del Estado Moderno: ser depositario del monopolio de la violencia y del uso de la fuerza. No debemos olvidar que todo este entramado es un paripé, y que no responde al deseo democrático ni al desarrollo garantista de los derechos individuales. Una inmensa mayoría ni queremos ni promulgamos el uso y abuso de la crueldad, ni contra nuestros seres queridos ni contra aquellos que viven en los confines de nuestros horizontes. Otra cosa es que desde el propio Estado se infiltre en nuestra sangre el aroma de la violencia, haciendo posible que de la noche a la mañana seamos capaces de odiar a China o de respaldar las políticas más inverosímiles y abyectas.

En su afán dominador nada hay más convincente que conseguir que seamos creyentes de sus intereses, lacayos endemoniados con incapacidad severa para ver más allá. Lo más sorprendente es que el nexo de unión para que se asuma esta realidad como algo natural y prudente es lo que viene a llamarse Democracia. Conviene recordar que no soy ningún teórico protector del absolutismo ni de fascismo imaginable, pero sí teórico delator del desfalco con el que nos intimidan constantemente. Nuestras democracias son un verdadero disparate, y nunca son ni el más mínimo reflejo de nuestros intereses ni aliento alguno para nuestros sosiegos. Están completamente asociadas a los vaivenes del poder, y solo por ello, anulan todos nuestros sueños. Creer en ellas es nuestra perdición y, por ende, la victoria de quienes manejan las madejas con todos sus hilos. Sería aconsejable repensar todo muy bien, porque algo tan sencillo como poder afirmar que no existen las democracias en su verdadero sentido sería el comienzo de una nueva etapa, tan necesaria como urgente.

Y no es ardua la tarea. Bien al contrario, debería ser la respuesta directa a todos los males. Asumir esa verdad es la única solución. Proseguir con el juego de votar al menos malo es un parche insignificante y muy pernicioso para nuestra sociedad. Estamos colapsando y todo el deterioro construido no tiene solución si antes no edificamos y establecemos un nuevo sistema.

Resulta fácil, pero también muy perverso, defender nuestro modelo político. Para mí es inimaginable. No encuentro ningún sustento teórico y ninguna realidad que me haga pensar lo contrario. Y por ello, no puedo ser abanderado de ninguna causa indefendible.

Photo by joséluis vázquez domènech

Pero lo más curioso de todo es que hay una razón de fuerza mayor que debería obligarnos a cesar inmediatamente de apoyar tamaña insensatez. ¿Desde cuándo alguien puede respaldar nada que vaya asociado a la violencia? ¿Desde cuándo alguien que dice amar la paz puede justificar los atropellos continuados que realizan nuestras democracias? ¿Desde cuándo se sostiene que para vivir bien han de vivir muy mal los otros, los pobres habitantes de nuestras guerras? ¿Desde cuándo somos capaces de respaldar aquello que solo habita en el pensamiento y en un plano teórico desfasado? ¿Desde cuándo matar puede ser un añadido para justificar el bienestar de una pequeña parte de la población mundial?

¿Es que acaso no sabemos que nuestra violencia es el germen de nuestro capitalismo? ¿Es que acaso no sabemos que la mueca de nuestra sonrisa es debido al expolio al que sometemos al mundo? Y peor aún, ¿cómo es posible que sabiéndolo seamos capaces de respaldar semejante atrocidad? Me resulta indecente asumir desde el marco social esta posibilidad. Pero como sé que es la mayoritaria, prosigo con mi denuncia.

La violencia, además de mostrarse incoherente con la felicidad, propaga sus garras en
nuestras relaciones, puesto que éstas beben de aquellas fuentes que nos vienen dadas. Las redes sociales, las aplicaciones, las pantallas y la propia educación, resentida del conocimiento y buscadora de competencias, no son sino detonadores de esta era de explosión arrogante e individualizada.

Todo lo que nos rodea nos incita al desánimo, al virtuosismo digital y a la desertización social. Y lo que es peor, todo lo que nos rodea viene sobrecargado de incoherencia. Toneladas de información irresoluble. Contradicciones tejidas para el conflicto incesante. Una semántica diseñada para el barbecho lingüístico. Pornografía en cada esquina para sexualizar hasta los sueños de los ángeles. Sobrevaloración de cualquier estupidez musicada en los vastos territorios del tik tok. Desmembración de los sexos para que cada cuerpo sienta desde los discursos, y no desde la vivencia empática de cada poro. Todo se enreda, y ante la duda, las farmacias te venden hasta el deseo reinventado. Y la disonancia, al final, termina por formar parte de libertades recreadas, del consumo estratégico y de la volátil existencia.

Sé lo que quieras. El mercado te hará libre. Sequía. Calor. Sed… y violencia. Paga y se te dará. Todo menos la felicidad. Paga y te ofrecerán todas las series del mundo, conexión ultrasensorial, mentira virtual, opacidad electoral, corazones verdes, energía rebautizada, paneles solares y poda de árboles. Violencias escalonadas; desde una casa impagable hasta un salario inolvidable, desde el encarcelamiento por gallo de pelea hasta la reclusión por depresión con fentanilo, desde la militarización de los trabajos hasta la uniformidad del pensamiento, desde el maltrato interpersonal en la escuela hasta la desatención del profesorado, desde la huida a la ciudad corrompida hasta el olvido de los trigales limpios, desde los manantiales secos ya en invierno hasta las nubes decoloradas sobre los fuegos, desde los vientres de alquiler hasta los estómagos vacíos. Te harán libre, pero en medio de todas las batallas.

Violencia patriótica, no lo olvidemos, que se ejerce por falta de educación y por exceso de exposición.

Seguimos oyendo el llanto de un niño palestino. Y a eso no le llaman violencia. Ni lo nombran. No le esperan ni para el entierro. No hay nada. Nuestras emociones están perfectamente descontroladas.

OTAN No, Bases Fuera

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Casi todas, son nuestras muertes

Al menos 63 personas muertas al chocar una patera contra la rocas en algún punto de la costa italiana.  

Sabemos perfectamente quiénes son los culpables. Podríamos salir a manifestarnos contra nuestros dirigentes y sus mordidas, contra las invasiones y sus temibles consecuencias. Pero no nos ayudan los medios, y entre todos no atinan a estudiar las causas y ofrecernos las mejores soluciones para atajar tantos desmanes. Hoy, dos días después de tan triste acontecimiento, dan carpetazo a la noticia y siguen aleccionando al mundo contra Rusia y favoreciendo el más hostil de los fascismos. Algo, qué duda cabe, mucho más importante que la muerte de miles de desahuciados. 

Y así, en pocos días, ya nadie hablará de los afganos y sirios que han amanecido ahogados en Europa. El mismo continente que los inmovilizó y diezmó en sus propios hogares con las políticas atlantistas y aniquiladoras que… casualmente, les hizo huir de tanta miseria.

Como ya nos tienen acostumbrados, los periodistas no se atreven a contar como deben tanta barbarie, y nos emocionan con las políticas antimigratorias y los problemas que tenemos para acogerlos como merecen (apoyándose a menudo en documentales o reportajes que arrasan…, pero que no ayudan).

Somos, los occidentales, una población a la que nos dió no hace mucho por regresar a nuestro origen colonizador y, por tanto, explotador. Muy sutilmente, eso si. Nos lo contaron como un sueño, la reconstruccion de una Europa «desarrollada». Aunque en realidad, nunca fuimos capaces de dejar atrás nuestra querencia al saqueo. Por más que mucha gente se imaginó que somos el jardín del mundo, no somos más que ese pueblo amante del libre mercado y su rampante capitalismo (con todas sus consecuencias, claro).

África nos debería juzgar, pero no en la Corte Penal Internacional de la Haya, sino desde la mirada desnuda de esas millones de madres que ven partir a sus hijos (cuando no se les mueren entre sus brazos). Asia Occidental debería hacer lo mismo, y dejar a cada ciudadana y cada ciudadano europeos  ateridos de frío y terror durante diez inviernos, bajo la amenaza y el ronquido de balas nocturnas bendiciendo nuestros sueños.

Vivimos una época de negligencia y balones fuera, felices con la prosperidad lograda a través del hurto y la violencia, y aplaudimos la llegada de la inteligencia artificial cuando la primera no rebasa ni los límites del más mínimo de los humanismos.

En la gran pantalla plana vierten la tristeza como si las víctimas tuvieran la mala suerte de haber nacido justo donde nuestros representantes acordaron robarles, y nos colapsan con tanta tragedia sin mencionar nunca que llevamos varios siglos succionando otros pueblos y a sus gentes, para engalanar nuestras maravillosas fiestas  democráticas pero ilegítimas.

Nuestro mundo es una falacia, y el suyo será pronto la respuesta debida. Ojalá nos aniquilen pronto, y descubramos cuanto antes, uno nuevo.

Sabemos quiénes son los culpables, pero nada hay más difícil que arrojar piedras sobre tu propio tejado, y nada más ruin que culpabilizar al otro por no ser capaces de reconocer los «daños colaterales» del inigualable tejido cultural occidental.

Quiero y necesito recordar, que todas las vidas rotas del Mediterráneo, todas y cada una de ellas, son los ingredientes que nos sobraron cuando cocinamos, no hace tanto, nuestro futuro.

OTAN No, Bases Fuera


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El afirmacionismo y el acabose de las mascarillas

El Afirmacionismo es esa nueva corriente ideológica que se caracteriza, sobre todo, por desistir de la facultad del pensamiento crítico y de ofrecer (claro está) sin rechistar, la propia  capacidad de acción y la voluntad política.

Coincide, casualmente, con ese proceso histórico donde la emancipación del individuo capitalista ha llegado… para desbordarse; más preocupado por su bienestar y su hedonismo, y más olvidadizo con el sentido del compromiso y del deber social. 

Los militantes y fieles compromisarios que conforman dicho movimiento creen saber cómo funciona el mundo y, para ello, o por ello, se adhieren a él, como hiedra a la pared, jeringuilla con absorción incluída, manifestando de ese modo el mayor grado de «solidaridad» y la menor iniciativa de reacción. 

Así las cosas, y en más ocasiones de lo que resultaría un poco adecuado, marchan en volandas con el bonachón de Zelenski o con la complaciente Greta. Paralelamente, pueden también sentirse protagonistas de los increíbles avances que ha aportado a toda la sociedad el movimiento LGTBIQ+ Elevado al cubo transformista y olvidarse, mira tú por donde, de la catástrofe humanitaria en Yemen, Libia,  Bangladesh o Palestina. 

Tienden, las más de las veces, a asentir delante de la televisión y enojarse con quien ha leído y estudiado los efectos adversos de la vacunación y la complicidad de la industria farmaceútica, en amigable negocio y compañía con la bella e investigada, por corrupción, Ursula von der Leyen.

A veces, hasta se columpian y creen que los chinos y los rusos son igual que los gringos, ya sabes… Y tienen lapsus tan paradigmáticos que les hacen dejar atrás la verdadera revolución y se alistan con aquellas que parecen son de colores. 

photo by joséluis vázquez domènech

Ayyyyy el afirmacionismo, que se enfiló por Qatar y ni tan siquiera pensó que los derechos humanos también claman a los infiernos en las calles estadounidenses (la policía mató a tres personas cada día en dicho país). Pero así es el afirmacionismo, preocupado también por el buen gusto y la estética, por Eurovisión y el Euromaidan, oye… Por todo aquello que rebosa a través de las pantallas. Fuegos, escenarios y explosiones por doquier. Sin géneros de duda…

Como no podía ser de otra forma, tiene querencia por ayudar al mundo con las verdes energías (también de colores, fíjate tú), pero no por reconocer la lucha de los pueblos indígenas, ecuatorianos o peruanos, más bien de rostros oscurecidos por el trabajo duro y la maravillosa explotación

En definitiva, podría decirse que su modus operandi es inalterable; salta la liebre en todos los canales y allí está casi toda la ciudadanía, saludando a su Meca. Con su implacable esfuerzo por querer luchar por la auténtica verdad. Hasta tal punto, que sus preocupaciones e indagaciones constantes les han llevado a afiliarse al sindicato por excelencia de la modernidad, la Newtral Corporation, y su valedora entrega por desprestigiar todas mis mentiras y observaciones.

Con tanta lucha y tanto revolcón y satisfacción por los objetivos cumplidos, este incontinente movimiento (capaz de absorberlo todo) está de celebración, porque hoy nos quitan la mascarilla y vamos a vivir mejor.

Pero como no podía ser de otra forma, y haciendo suya la esencia de su saber, ni se imaginan sus integrantes que dicha decisión no viene dada porque los expertos así lo han hecho ver. Dicha decisión llega, sencillamente, porque algún abogado les ha ido a “morder”. Y porque los integrantes del gobierno no han podido demostrar que sus políticas tuvieran peso ni solidez.

Lean atentamente, afirmacionistas… Lean, y a ver si esta vez, sacan sus propias conclusiones.

El Comité interterritorial de España, en su reunión del 23 de noviembre de 2021, sabía que el uso del pasaporte covid podía crear situaciones de inequidad, porque se sabía que las vacunas no evitaban la transmisión. El documento donde se constataba esta explicación fue ocultado y, a pesar de saberse esta información, el mensaje público y las medidas políticas fueron en un sentido totalmente contrario. Y aquí llega el chiste, la Audiencia Nacional, como consecuencia de una acción judicial de Liberum, requirió al Ministerio de Sanidad el expediente donde se justificara el motivo por el cual las mascarillas debían seguir siendo obligatorias en el transporte. El plazo para poder mostrar la defensa pertinente de dicha acción termina el 08 de febrero, y como el Gobierno no tiene nada para demostrar su veracidad, decide eliminar el uso de las mascarillas un día antes, el 07 de febrero.

Como siempre. Todo perfecto!!! A disfrutar

OTAN No, Bases Fuera


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Entre el disparate y la frivolidad

Las estrategias modernas de reinvención de los hechos permiten mostrar ridículas observaciones sin fundamento, sin que tenga importancia alguna que aquello que se nos brinda sea inasumible realmente o sea la más caricaturesca de las noticias. Se nos repite el discurso, se expande por todos los canales, se intimida con ellos, y se termina por cincelar nuestros cerebros con premeditación y mucha alevosía.

Esta semana hemos asistido a una nueva odisea informativa en el programa “El Intermedio”. Y sus protagonistas, han alcanzado las más altas cotas del naufragio periodístico y, también, del despropósito. Procurando ser breves. En el 2019/20 nos incendiaron las pantallas haciéndonos ver que Maduro era un dictador y que Juan Guaidó era el fiel representante de la futura democracia venezolana, y años después simulan una parodia mostrando cómo el personaje en cuestión no era más que un títere de los EEUU. Los mismos que intoxicaron los sucesos (entrevista vergonzosa incluida de Jordi Évole con el mandatario venezolano) ahora intervienen para hacernos ver que el proceso político vivido no era más que una de tantas maniobras de los yankees para desestabilizar el país. Debería ser denunciable, deberíamos tener el poder de mandar a los tribunales a estos sátrapas, capaces de mentir hasta la saciedad, sin que les importe que sus mentiras puedan llevar al odio, a las confrontaciones y a intervenciones que pueden terminar en guerras. Es absolutamente insoportable verles actuar.

Es que además, me pilla de lleno. Yo mismo di una charla sobre “Venezuela”, intentando explicar qué estaba sucediendo, intentando dibujar el perfil de una figura política subvencionada por EEUU, e intentando dejar sobre la mesa una serie de consideraciones, historias y documentos que reflejaban muy bien lo que estaba aconteciendo. Las cosas entonces estaban muy enconadas, y solo el hecho de sentarse ante un auditorio para ofrecer otro discurso requería de templanza y mucha investigación. Era tal la situación, que hubo hasta quien mostró un enorme enojo, haciendo ver además que era del todo inapropiado que alguien (yo), pudiera tener el valor de ofrecer aquella exposición. Es decir, se ponía en tela de juicio la intervención, sin que importara lo más mínimo qué es lo que presentaba, y por qué.

Pero es lo que está aconteciendo desde hace mucho a nuestro alrededor. El ventilador de la confrontación no descansa, y la ciudadanía toma aire sin descanso…

Esta semana también la logia informativa ha cumplido debidamente con su deber: atacar a Rusia y dejar constancia que de allí solo nos pueden llegar la maldad y el terror vestidos de fascismo. En esta ocasión, y con una labor de investigación propia de fieles escuderos que se prostituyen sin que les importe lo más mínimo su dignidad, han aireado una una nueva noticia, con el único propósito de lanzar a toda la población contra ese país vecino que hasta no hace mucho era el gran suministrador de energía para Europa. Todos los periodistas decían al unísono lo mismo: “un grupo supremacista ruso estaría detrás de las cartas bomba en España, bajo órdenes de la inteligencia de ese país”. Y continuaban…, “El Movimiento Imperial Ruso, grupo ultranacionalista nazi está instrumentalizado por Putin”. Fuentes, el Centro para la Seguridad y Cooperación Internacional de la Universidad de Stanford y funcionarios estadounidenses…

Dicen tantas barbaridades, afirmacionista, que deberías empezar a considerar qué estás haciendo con tu vida, porque lo que tú estás haciendo, está afectando gravemente al conjunto de la sociedad, hasta tal punto, afirmacionista, que lo que estás desandando y pensando, está dando alas a la OTAN y a EEUU para seguir dilapidando el mundo.

¿Sabes? Los dueños de los medios y sus acólitos ganan mucho dinero, sobre todo los que tienen amplios canales de distribución. Y cobran, para que tú, afirmacionista, les sigas la corriente y seas capaz de levantarte un día odiando a Rusia, y seas capaz de levantarte otro amando sin cesar… a toda una familia ucraniana que tiene en su casa un símbolo nazi para decorar su maravilloso hogar.

Hoy, afirmacionista, tus informadores están nuevamente de celebración, intentando atar cabos para ver cómo nos cuentan las peripecias de un jubilado burgalés que tiene contacto directo con el Kremlin, que distribuye ideología racista por redes, y que está dispuesto a hacer saltar por los aires el congreso español si a éste se le ocurre entrar en guerra la próxima primavera.

Quienes viven al margen de las consecuencias que tienen “estos acontecimientos” (esta forma de obrar del poder), y no le dan importancia a lo que ven y escuchan en televisión quizás no terminen de comprender el mal trago por el que hacen pasar a los sectores más exigentes y reivindicativos que también habitan esta sociedad. Quienes viven al margen, más pronto que tarde, lo sabrán, y un día se sorprenderán sin sueños que contar…, y menoscabada su dignidad. Porque a su alrededor, solo habrán sembrado las semillas que hacen florecer al disparate y la frivolidad.

OTAN No, Bases Fuera


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La censura tomando cuerpo de ley

Eliminar del discurso público a todas aquellas personas que lo único que desean es vislumbrar otras perspectivas se ha convertido en mandamiento para el Capital. Es igual que hablemos del virus, de la guerra o del santo grial. Si con ello estampas contra la pared el discurso oficial te conviertes en detrito social, señalado e insignificante intelectualmente.

Estos últimos meses presenciamos un nuevo capítulo, en una Alemania que vuelve a tender puentes con el totalitarismo. Una Alemania que modifica el código penal para aumentar los delitos relacionados con la libertad de expresión. 

Son muchas las personas allí que han mostrado su desacuerdo con ese ferviente deseo de llevar la OTAN hasta las puertas de Moscú, y dichas personas sufren la difamación por presentar otros argumentos, otra mirada más transigente con la paz.

Lo explica muy bien la politóloga Ulrike Guerót en su nuevo libro «El fin de Europa», escrito junto al historiador Hauke Ritz. Tratan de explicar (entre otras cosas) cómo se ha llegado al conflicto en los últimos 30 años. Con otra narrativa, claro está, y las críticas recibidas incluían hasta la petición de retirada  de su plaza titular en la universidad.

Pero además de la difamación, les cerca una legislación que pretende castigar cualquier aproximación a Rusia y hasta cualquier simbología que pueda ser identificada con este país.

La nueva inquisición es mucho más sutil, sencillamente porque la posibilidad de arrojar la piedra y esconder la mano les resulta extremadamente fácil a las élites, con la ayuda de los impresentables medios de comunicación.

Las modificaciones del código penal de las que hablamos no son sino una intimidación, un claro aviso para navegantes sin velas que les protejan.

Estamos indefensos, y ni la locuacidad más cuidada ni la poesía pueden derribar los muros que han levantado. Más que nunca faltan voces, más que nunca en medio del barro no podemos caminar para mostrar ningún horizonte.

Toda la información que se publica es parcial. Y los discursos confluyen en la misma puesta en escena. 

Muchos activistas están pidiendo a gritos que la ciudadanía alemana no vuelva a cometer la torpeza de implicarse en una nueva guerra con Rusia. Pero tienen todas las de perder; ni siquiera los partidos políticos de «izquierdas» están por la labor de luchar contra este incendio que ha quemado hasta los bosques expropiados a la civilización.

Europa es cómplice

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Preocupante situación europea

Dados los últimos acontecimientos acaecidos en este mundo tan entrañable, y la respuesta ofrecida por una serie de políticos y políticas más entrañables todavía, cabe decir, sin lugar a equivocarnos, que habitamos un continente peligroso, hostil, inhumano y, lo que es peor, cómplice de las peores masacres que se están sucediendo.

Europa es cómplice de ofrecer sus bases militares para que EEUU haga y deshaga a su gusto mil y una fechorías. Bueno, lo de ofrecer es un decir, porque hay contrapartidas y toda una serie de acuerdos que ríete tú de la big farma.

Europa es cómplice de la guerra de Ucrania. Ayudó, promocionó y dejó las puertas abiertas al golpe de estado camuflado para poner un títere de los EEUU en Kiev. Ello no sería nada si, además, añadimos que desde 2013 han permitido armar y nazificar dicho país.

Europa es cómplice de la masacre (se calculan unas 20.000 muertes) perpetrada por Kiev en las zonas pro rusas de su territorio. Uno, por ayudar en el cambio de gobierno, y dos, por hacer todo lo posible para que los mercenarios periodistas mientan o callen sobre todo lo que ha ido sucediendo desde entonces.

Europa es cómplice del ataque continuado sobre Rusia, rodeando el territorio de este país con armamento, con bases y con una estrategia política exageradamente beligerante, permitiendo y favoreciendo la expansión de la OTAN hasta el cuarto de baño de sus vecinos. A su vez lo es por permitir el incumplimiento de los acuerdos políticos establecidos desde la caída del muro y que prohibían que el brazo armado del capitalismo se aproximara a las fronteras rusas.

Europa es cómplice de la falsa austeridad energética anunciada en decretos y leyes en todos sus rincones, que solo beneficia a las grandes corporaciones. Sus beneficios desorbitados obtenidos a partir de las sanciones a Rusia (BP ganó 6.900 millones de libras entre abril y junio) son un insulto a nuestra inteligencia y nuestra paciencia. Paralelamente, la “crisis” golpea a un alto porcentaje de la ciudadanía europea, que es capaz de alinearse con las brabuconadas de sus dirigentes.

Europa es cómplice de deteriorar el nivel de vida de sus representados. Está obligando a la población más débil (sin que se le caiga la cara de vergüenza) a sufrir las duras consecuencias de una escasez energética impulsada por su propia neglicencia. ¿En qué consiste dicha negligencia? No hay que darle muchas vueltas. Impulsa y patrocina las políticas más beligerantes (en obediencia clara a los EEUU) precisamente con los países productores de energía; Rusia, Irán, Irak o Libia (y pronto van a por Argelia).

Europa es cómplice de la anexión continuada de países a la Unión, para desestabilizar la paz y dotar a éstos países de la capacidad para fomentar guerras y conflictos allá donde hagan falta (Albania, Kosovo). El caso de Suecia y Finlandia es especialmente ridículo (siempre visto desde el punto de vista del supuesto conflicto existente con Rusia); llevamos décadas sin problema alguno, solo los medios son capaces de aflorar ese tipo de sentimientos hasta ahora inexistentes. La verdadera razón de la adhesión de estos dos países es por el control de territorios en el polo norte, zona de futura explotación natural y geoestratégicamente esencial para el capitalismo rampante.

Europa es cómplice de alentar la guerra y esconder la mano. Todo ello de la mano de insignes protagonistas como Josep Borrell y Javier Solana. Éste último acaba de protagonizar uno de los mensajes más esclarecedores de los últimos tiempos, en relación a ésta patética sumisión que ofrece nuestro continente al imperio. No hay lugar para la duda. El 06 de agosto, a las 11.47 p.m., intranquilo por no poder ir a dormir sin lanzar un tuit viral, escribe en relación al aniversario del lanzamiento de la bomba atómica, y podemos leer: “El 06 de agosto de 1945, hace 77 años explotó la primera bomba nuclear sobre Japón. Tres días después la segunda. No olvidar”.

No hay psicólogo, politóloga, psiquiatra, socióloga, ni historiador, que no pueda llegar a otra conclusión. Este tipo es un hombre que deja mucho que desear. La bomba, explotó así sin más. Iban los japonesitos caminando por Hiroshima, y el cielo se enfadó con ellos y zas! Por aquellos tiempos, las bombas explotaban solas. No las tiraba nadie. No como ahora, que Putin no hace otra cosa que lanzar y disparar como un cosaco. Perdón, como un ruso mal avenido. Y días después, cayó otra, sin que nadie pudiera determinar cómo son posibles acontecimientos de tal calibre, nunca mejor dicho.

Europa es cómplice porque estas últimas palabras no son la excepción. Son la norma entre todo el equipo político que nos dirige desde Bruselas. Somos unos payasos al servicio del terror, y en vez de gobernar para conseguir una paz estable lo hacen para arrodillarse ante su amo. Ejemplos los hay a miles. Terminaré con uno más cercano y emotivo, a ver si la fracción pseudoizquierdista amante de todo lo que rodea a Podemos se rasga las vestiduras y se echa a la calle de una vez a luchar por lo que hay que luchar y se deja de tonterías.

Europa es cómplice desde la A hasta la Z en su permisividad con el genocidio israelí. Las 46 muertes en la Franja de Gaza son un fiel reflejo de ello. Son, también, consecuencia de explosiones extrañas que surcaron los cielos palestinos. Ni un solo gobernante, nadie, ha roto relaciones con Israel. Nadie ha propiciado sanciones para detener acciones tan inhumanas. Nadie ha tomado decisión alguna para expulsar a Israel de acuerdos políticos o deportivos. Nadie ha sido capaz de llamar a los medios y dar voz a la justicia o a la esperanza. Nadie. Y aquí llega la eclosión en forma de políticas feministas de rosas con espinas; Yolanda Díaz, en alusión a la masacre, y haciendo honor también a dicha sumisión, nos deleita con otro maravilloso tuit, que comienza así: “El repunte de la violencia en la Franja de Gaza es alarmante”. Luego lo tamiza con bombardeos inaceptables sobre población civil (incluso con vidas de niños). Y termina expresando que la comunidad internacional tiene que ser más ambiciosa. Madre mía, qué miedo a expresar la verdad sin tapujos. Qué lamentable tiene que ser estar en política obedeciendo las reglas más importantes y actuando de cara a la galería en todo lo demás.

No, no se trata de un repunte de la violencia. Se trata del mayor asedio ejercido sobre una población en los últimos 50 años, de un apartheid sin escrúpulos, de incumplimientos de acuerdos, y de una continuada sucesión de vulneraciones de los derechos humanos más básicos. Se trata, sin más, de un Estado criminal.

Cansados ya de tanto engaño y tanta teatralización de las causas justas de las modernas izquierdas de pacotilla. Lo urgente y lo grave, son las guerras y la pobreza. Un no rotundo a la OTAN ayudaría al feminismo, al ecologismo, al pacifismo, y a la consecución de un mundo más justo. ¿No creen que ya es hora de ir al fondo de la cuestión? Cansados ya, de la agenda 2030 y de la impresionante lucha LGTBIQA+ por un mundo sin par (no binario).

Europa es cómplice de la demolición del pensamiento crítico, cómplice del tratamiento infantilizado y demagógico de las ideas y de las reflexiones, de la observación y del silencio.

Ahora, solo queda asistir a una serie de revueltas y quejas, que serán tamizadas repentinamente antes de que el frío invierno nos congele (con el Covid 22, con el cambio climático, con Rusia, y con lo que haga falta). Con soberbias declaraciones de gobernantes sin escrúpulos, que a sabiendas de que están destrozando a su propia ciudadanía seguirán dando la mano, y muchos misiles, a Ucrania (como acaba de declarar la ministra de Asuntos Exteriores alemana). O lo que es lo mismo, seguirán respaldando a EEUU en su policromada lucha desde la distancia, sin que las balas les rocen sus fronteras, sin que sus soldados mueran en los todos los frentes que abren como si fueran latas de conserva.

Ahora, solo queda asistir a una serie de revueltas y quejas, como en Italia, la Gran Bretaña o en la República Checa, con una capital que ha asistido a la primera gran manifestación. Queda ver qué sucederá en España, pero todo apunta a que los sindicatos harán de cortafuegos, los medios exhibirán la fuerza del miedo, y la población seguirá dormida en su propia cueva, calentándose el culo con la pantalla de la televisión.

Y hasta aquí puedo escribir. Solo subrayar que Europa es cómplice, sí, pero que en Europa viven, al parecer, millones de habitantes sumamente preparados. Preparados para sucumbir a una nueva ola de estupidez humana.

https://es.euronews.com/2022/09/04/decenas-de-miles-de-checos-piden-la-dimision-del-gobierno-de-coalicion

OTAN No, Bases Fuera


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De Afirmacionistas y otras catástrofes

¿Cómo va todo? ¿Hacemos un repaso/anecdotario para intentar ver cómo funciona todo desde hace muchos años?

Lo han conseguido. Han destruido los servicios populares de los ejes más importantes de la administración del Estado (centros de salud, hospitales, institutos, colegios, oficinas de empleo, etc.) y nadie ha protestado. ¿Cómo lo han conseguido? Sencillo. La naturaleza ha obrado el milagro (con sus epidemias, incendios, calores y guerras) y ha ayudado casualmente a que el capitalismo más ruin pretenda salvarse ahogando a un alto porcentaje de la población y aupando a los cielos a un mayor número de sinvergüenzas. Sería un resumen un tanto acelerado y parco, pero muy próximo a la realidad. En el camino, la cara de estupefacción de millones de afirmacionistas acongojados con los precios de la gasolina, del aguacate, de la luz y de la habitación de hotel. ¿Qué le vamos a hacer? Es lo que hay.

El miedo y la opresión informativa han calado hondo, y ya es posible que cualquier noticia sea creíble, porque muchas son las barbaridades que han cegado la vista de las generaciones mejor preparadas del mundo occidental. ¿Se han preocupado éstas, mínimamente, de indagar para saber qué ha ido sucediendo?

Vamos por partes, ¿han escuchado, por ejemplo, lo que ha dicho el entrañable Antony Fauci sobre la vacunación. Es paradigmático; en el enlace que añado viene a decir sutilmente que la vacunación no ha servido para nada. “Esta no sería la primera vez, de darse el caso, de que una vacuna que aparentaba ser buena, en principio segura, en realidad hiciera que la gente empeorase”, dice. Empezamos bien…

¿Han escuchado los gritos de rabia e indignación que llegan desde África y los países más empobrecidos del mundo, hartos ya de EEUU, de Europa y de su explotación continuada desde tiempos inmemoriales? ¿Han atendido a las votaciones de la ONU, donde se aprecia claramente este proceder, y ya podemos confirmar que una serie de gobernantes están diciendo al mundo que hasta aquí hemos llegado? ¿O siguen teniendo pesadillas en sus sueños húmedos con Putin? A día de hoy, ya hay hasta quien se salta los protocolos oficiales y nos regala maravillosos gestos de indignación y rebeldía (esos que en Europa tanto se necesitan y han quedado sepultados bajo el fango de la desinformación). Observen qué le sucedió a nuestro querido Macrón hace bien pocas jornadas en su repelente visita a África. Es de lo mejor que he podido ver últimamente, y debería llevarse como performance a algún museo parisino. En Benin, un señor que aún no he identificado, se sacude la chaqueta con gesto evidente en la misma zona donde el señor presidente le toca. Perdonarme, me emocionan estas pequeñas historias que tratan de ocultar como si les fuera la muerte en ello.

¿Han escuchado a una líder aborigen, senadora por Australia, enfrentarse como pocas personas lo han hecho y encararse ni más ni menos que con la lugarteniente de los demonios y los infiernos, Isabel II de Inglaterra? A Lidia Thorpe la obligan a repetir discurso tras expresar con brazo en alto que jura solemnemente que será fiel a la colonizadora, su majestad la reina, al recibir posesión de su cargo en el Parlamento. Con diez bemoles.

Hay vida, donde hay rebelión. Europa, en cambio, está completamente entregada al fervor guerrero de sus amos. Hasta tal punto, que logra convencer a su población (recordémoslo, la más preparada del mundo mundial) de que debemos seguir a pies juntillas la labor humanitaria de Volodímir Zelenski. Claro está que tiempo después son muchas ya las personas que han visto que algo no va bien con este sujeto, pero ya es tarde, como siempre. El nazismo ya ha echado raíces y Ucrania, después de muchos años de propaganda y promoción del odio hacia todo lo ruso, ha terminado por cometer los actos más execrables que se puedan imaginar. Y como este capítulo es fundamental para entender lo que ha ido sucediendo, proponemos tres episodios que son fiel reflejo de mis palabras.

Como todo acto premeditado y bien elaborado, los gobernantes ucranianos, con la ayuda inestimable de los Estados que más desunen el mundo, fueron capaces de diseminar la rabia entre sus habitantes, para que después, en una futura guerra que sabían iba a acontecer, fuesen al frente a asesinar a una población que lleva casi diez años siendo diezmada y violentada. Un claro ejemplo lo tenemos en Petró Poroshenko, que aburrido de la vida fue a la ciudad portuaria rusófona de Odesa, en el sur de Ucrania, el 23 de octubre de 2014, para decir ésto: Porque nosotros tendremos trabajo, ellos no lo tienen (ni lo tendrán). Tendremos pensiones, ellos no las tienen (ni las tendrán). Tendremos ayudas para las personas, los niños y los jubilados, ellos no las tendrán. Nuestros hijos irán a la escuela primaria y al maternal, los suyos permanecerán sentados en sus sótanos. ¡Porque no son capaces de hacer nada!. Es así, y precisamente así, que ganaremos esta guerra.

¿Han escuchado las declaraciones de la secretaria de Estado Adjunta de EEUU para Asuntos Europeos, en las que sin pelos en su lengua nos recuerda “Que se joda la UE”? Declaraciones filtradas de una conversación diplomática, como se ve, nada diplomática, pero que concuerda a la perfección con lo que le ocurrirá posteriormente a los dóciles habitantes europeos, tan mansos y amantes de la democracia estadounidense. Adjunto enlace elegido a propósito, para que se puedan observar muy bien las restricciones y dificultades que hay para contar aquello que acontece y se desea ocultar constantemente. Es decir, lo hago para que se sepa muy bien que informar no es fácil, para que se sepa bien que la libertad no existe en Europa, y para que se sepa bien cómo nos tratan.

¿Han escuchado lo que sucedió en el Parlamento griego, cuando Zelenski tiene la osadía de presentarse con un nazi ante ellos, como quien no quiere la cosa? Y mientras, en todos los parlamentos europeos, incluido el magnífico parlamento español, se aplaude a un líder que está destrozando su país, acompañado de una banda de crueles personajes capaces de coger como escudos a la población civil pro rusa y desatar el pánico con sus atrocidades?

No sentí tanta vergüenza desde hace mucho. Millones de personas aplaudiendo a un impresentable, difundiendo el nazismo y favoreciendo el declive de Europa. Millones de los que ahora muchos se hacen el sueco, visto cómo va a terminar todo y vista la portada del Vogue. Y en unos meses volverán a hacer el ridículo con cualquier otro episodio internacional, apoyando una nueva barbarie y dando alas a quienes nos consumen en la hoguera de sus vanidades.

Llevo tiempo escribiendo desde esa desazón tan perturbadora y triste. Ahora, instalados los malos augurios entre la población, gran parte de ella está sumida en el caos, como el mundo, agitada por las constantes exhibiciones de prepotencia del gabinete de Biden, y no sabe quiénes son los culpables de tanta humillación. Es demoledora está constatación pero es real. Una inmensa mayoría de la población solo es capaz de llegar a decir que Putin es un prepotente, que el mundo está mal, y que ojalá termine la guerra pronto. Es impresionante, y no tiene ni idea de que la OTAN y sus jefes, están atizando Kosovo, el Pacífico entero, Armenia, El Sahel, América del Sur y la Cochinchina. Todo ello después de haber provocado en Ucrania una catástrofe sin inmutarse.

El otoño va a ser muy divertido. Pero necesito insistir en ello. Todo lo que nos va a suceder es poco. Es absolutamente impresentable que las generaciones mejor preparadas sean las más castigadas, por su propia ignorancia, por su propia adhesión a la causa; al capitalismo dando sus últimos coletazos caiga quien caiga.

Ánimo afirmacionistas, creyentes de todo, fieles lacayos de los medios. Ánimo, porque lo vais a necesitar. Día si día también leer con atención y seguir vuestras vidas, como si no pasara nada. Seguir, y sonreír al nuevo mundo. El circo no va a parar, cada semana nos tratarán como imbéciles.

Y así sucede cuando nos llegan noticias sobre Afganistán con el asesinato de otro líder de Al Qaeda. El mismo proceder (y teatro) se dio hace once años con un acontecimiento que ya dejó muchas lagunas (en mi, claro está, no en el mundo), y que deseo subrayar antes de retirarme al final de mis vacaciones. Benazir Bhuto fue aniquilada allá por 2007 poco después de que en una entrevista afirmara que Ben Laden habría muerto antes de que Obama lo hubiera “eliminado” en 2011.

La última y, tristemente, verdadera noticia es la política de apartheid diseñada por Israel y que tan bien pone en práctica contra el pueblo palestino. Con el beneplácito de nuestro mundo, de nuestros representantes que no lo son, de nuestras democracias que no existen, y de la ciudadanía, si, de la ciudadanía, que con su silencio, su permisividad y su patética actuación en relación a las guerras y la pobreza lo único que hace es permitir que todo siga igual, permitir que su maravillosa creencia en el capitalismo horade hasta los últimos surcos que subyacen bajo sus sangrantes heridas.

Todo un poco increíble verdad… Hay que tener mucha bajeza moral y aversión hacia el buen trabajo profesional para hacer público este titular. Pues todo ello no representa sino una milésima parte de la cruda realidad. (Lo ejemplifica muy bien también la dimisión de la directora de Amnistía Internacional en Ucrania. Su organización ha dejado claro que el ejército ucraniano pone en peligro a los civiles, al utilizarlos como escudos humanos constantemente. Y como ese informe pone en evidencia el proceder de Ucrania en esta guerra, va y deja su cargo, enojada porque todo es propaganda pro-rusa. Imaginen qué está sucediendo realmente para que una organización como AI sea capaz de realizar dicho informe.)

Y en medio de toda esta parodia, interpretada a la perfección desde el afirmacionismo, a todos nosotros y nosotras y a los de más allá, sin despeinarse en absoluto, nos han aniquilado y desmantelado la mayoría de los servicios sociales, obligando a los dirigentes de los estados (que se eligieron para mejorar las condiciones de vida de las mayorías), a subir y subir y subir los presupuestos en gastos militares. Porque nos va la vida en ello, dicen. La vida de nuestras democracias de pacotilla, que se jactan del desarrollo insostenible usurpando todos los recursos que encuentran a su paso. Al paso delictivo de un colectivo del que no debemos olvidar, formamos parte.

Pues nada, cuidaros y hasta la próxima.

OTAN No, Bases Fuera

Colaboración para «Ojos para la Paz»


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Información

Las olas del mar pueden traernos mucha información. Pero debemos conocer el mar…

Pertenezco a ese grupo de gente que, actualmente, siente una especie de desolación, incredulidad y rabia, por la actitud tan grosera y escandalosa que están teniendo Occidente y sus medios con todo lo que está aconteciendo, y por la pasividad con que gran parte de la ciudadanía está construyendo su relato. Llevamos mucho tiempo analizando los medios en Europa, mucho tiempo luchando contra una censura que hoy, se hace más patente que nunca. Incluso llevamos tiempo haciendo pruebas en las redes, para ver cómo escribir, qué videos o documentos no poner, qué palabras utilizar, etc. Una triste realidad, porque ya sabemos cómo dejan de lado cantidad de información que les resulta «peligrosa» para sus fines.

Algunas personas del entorno y otras por este medio me han demandado últimamente información. ¿Cómo la consigues? ¿Cómo sabemos quién nos engaña? Y la más sorprendente, ¿por qué te tenemos que creer a ti? Interrogantes que nos hacen caminar por la cuerda floja.

No hay ningún interés en que me tengáis que creer. Solo es cuestión de compartir otros puntos de vista, porque puede haber muchos puntos equidistantes, muchos diferentes y otros hasta disidentes. El mío consiste en intentar plasmar una visión que no se nos ofrece. Intentar poner sobre la mesa otros relatos. Y con todos los relatos, cada cual ha de ir configurando su propio mapa, procurando dar sentido a los acontecimientos. Es un esfuerzo por luchar contra la versión oficial y por luchar contra los medios. Mi verdad no existe. Existe mi intento de aproximarme al mundo, aun a costa de tener que lidiar con el san benito de la justificación de la guerra.

He decidido recabar muchos artículos y documentos en relación a lo que está aconteciendo en Ucrania. No voy a poner los informes completos aquí porque sería una tarea ingente, me llevaría mucho tiempo. Por ello, invito a quien quiera a que me deje su correo (lo puede hacer escribiéndome a undominiopropio@gmail.com ) y le haré llegar otras miradas, otras versiones, otra realidad que no aparece en los medios, y que a buen seguro sorprenderá, por lo atinados de algunos informes escritos hace tiempo, o por la capacidad de hilar los hechos hasta poder llegar a comprender mejor algunos aspectos de la realidad. Recuerdo, no se trata de saber la gran verdad, tan solo de acercarse a otros mundos que nos ayudarán a fijar la mirada en otros horizontes.

Quien quiera, aquí estoy. Un fuerte abrazo.


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La Política y los medios de comunicación

La supuesta libertad de expresión ha llegado muy lejos. Una cosa es difundir información desde el desconocimiento y, otra muy distinta, hacerlo con premeditación y alevosía sabiendo que quien paga ordena, que quien paga interfiere en la vida de los pueblos, y que quien paga, muchas veces, lo hace aun sabiendo que va a haber graves daños con la propagación de una información construida para tal fin.

Estamos corriendo un serio peligro en Europa. Creo que vivimos la etapa más temeraria y comprometida desde la segunda guerra mundial. Y todo, porque el prepotente gobierno de un país decidió que no iba a ceder ni un milímetro ante la manifiesta petición de un cambio geoestratégico claramente inclinado hacia un lado. La neutralidad en la línea divisoria de los países que limitan con Rusia era una clara manifestación de paz y prosperidad. Para todos menos para EEUU. Pero no porque esa opción fuera contra sus intereses, sencillamente porque esa opción es la más lógica y la que más puertas abre a la prolongación del desarrollo social y económico.

Las directrices que nos imponen, los mandatos a los que nos someten, y el absoluto servilismo y vasallaje al que hemos cedido, conforman el seguimiento de las políticas imperialistas marcadas por la Casa Blanca desde hace ya mucho tiempo. Y nuestra clase política prosigue en su afán de denostar y menospreciar nuestros anhelos de paz, siguiendo la estela de una luz que solo ilumina la maldad y la búsqueda imparable de riqueza. El repentino cambio de Pedro Sánchez al decidir mandar armas a Ucrania es solo una de tantas barbaridades, una de tantas abdicaciones ante el guerrero del mundo. Y considerando que los acontecimientos más importantes deberían hacerse con el respaldo de los pueblos deberíamos exigir a los gobernantes una clara muestra de adhesión a nuestra causa, y no a la causa del poder.

Esa posibilidad se perdió hace tanto que probablemente tendríamos que movilizarnos con rigor para exigirla. Esa y otras muchas cosas que afectan directamente a nuestras vidas. A nuestras vidas y a otras que habitan a miles de kilómetros de distancia. Sobre nuestras conciencias recae el deber de no permitir que la clase política pueda enviar tropas y armamento como quien manda naranjas. Sobre nuestras conciencias recae el deber de no permitir que la industria armamentística juegue en bolsa bajo los auspicios de unos dirigentes incapaces de observar los rostros de la pobreza y de la miseria.

Nuestro mundo parece no querer entender los sonidos del sufrimiento y, mucho menos, los de las cloacas. En éstas se están gestando temibles acciones. Si la situación “fácilmente observable” delata ya un futuro incierto, los ángulos muertos nos llevan a un terreno completamente esquivo.

El Estado de Bienestar ya no va a dar más de si, y todo apunta a que el pre-fascismo ya se ha instalado. Esa libertad de expresión que ha hecho posible que los medios propiciaran e impulsaran partidos, lenguajes y gestos absolutamente peligrosos, ya ha ido conformando un espacio social del que difícilmente nos vamos a poder librar. Esos modos de difundir la información, que llegaron de EEUU de la mano de una cultura capitalista expansionista ajena a todo signo de justicia ya han hecho mella en nuestra sociedad. Y ahora, nos va a costar escaparnos del incendio.

Una resolución contra la glorificación del nazismo es aprobada por 130 países, 2 votos en contra y 49 abstenciones. Los dos únicos países que la rechazan, EEUU y Ucrania. Las abstenciones, para la UE, Canadá, Australia, Reino Unido y Japón. Increíble, ¿verdad?

Sobre la foto: 16 de diciembre de 2021, una resolución contra la glorificación del nazismo es aprobada por 130 países, 2 votos en contra y 49 abstenciones. Los dos únicos países que la rechazan, EEUU y Ucrania. Las abstenciones, entre otros, para la UE, Canadá, Australia, Reino Unido y Japón. Increíble, ¿verdad?

Sé que para mucha gente puede resultar desmesurado, pero ya hay muchos signos que muestran la existencia de esa exaltación de los elementos irracionales de la conducta, tan próximos a las formas de gobierno totalitarias. La política ya entregó sus manos a la injusticia, la soberbia y los protocolos ingeniados por los ricos. Y éstos hacen y deshacen a su gusto, ajenos a la población y obstaculizando la buena marcha de los acontecimientos. Han saltado todas las alarmas y hasta nos lo advierten con sus formidables propuestas. El peligro no es efímero, es más bien un monstruo que nos está devorando. Desde la sociología política ya estamos listos para tomar buena nota. Y sin pérdida de tiempo, deberíamos abandonar tanta sumisión y actuar en consecuencia.

Muchos indicadores han de ser considerados como elementos capaces de propiciar procesos devastadores en nuestro futuro. Ya lo están siendo, pero dado que la ciudadanía está absorta en continuas batallas televisivas quizás sea momento de alertar sin miramientos, puesto que al parecer pocos están dispuestos a ello.

El asentamiento del pensamiento único, el control absoluto de los medios, los cambios de legislación en favor de unas causas y no en beneficio de la justicia, la reconstrucción y señalamiento de un enemigo común, la militarización del pensamiento, la asunción completa de la pérdida de libertad en nombre de la seguridad, la recreación de movilizaciones sociales dirigidas, la instauración de la violencia como modelo legitimador de un nuevo orden, el fomento del odio a través de una adscripción a la discriminación racial o cultural, el aumento de la pobreza y de la desigualdad social, la quiebra del modelo económico capitalista, la disrupción y desmantelamiento de los principios básicos de la Política, la expansión y fomento de muchos principios ideológicos que alimentan a las extremas derechas y la imposición del miedo como propuesta y modelo de convivencia, son el andamiaje estructural sobre el que puede instalarse un nuevo fascismo en Europa.

¿Para qué sirve la sociología?. Entre otras cosas, para observar y para constatar los flujos y movimientos que van sucediéndose en nuestras sociedades. Espero estar absolutamente confundido.

Subrayo. Luchar contra los medios y la clase política ha de representar nuestra primera muestra de sedición. De lo contrario, estaremos bajo el yugo de una nueva lucha sin par por el dominio del mundo, en manos de unos seres insensatos.

Dicen los primeros, por ejemplo, que ha habido un ataque a la planta de un reactor nuclear en Zaporiyia. Objetivo, sembrar el terror en la audiencia. Y acto seguido, demonizar al culpable de tamaña osadía. Y así pasarán largas jornadas, hasta que todo el mundo tenga claro que Putin es nuestro mayor enemigo, capaz de saltar por los aires la central y arrasar con Europa. ¿Quién va a poder, así, analizar las políticas y las acciones de personajes tan siniestros y deshumanizados? Nadie. Al menos, nadie en su sano juicio. Y quien lo intente, vivirá al fondo en el infierno.

Estaría bien recordar que el sofisticado armamento con el que cuentan las grandes potencias tiene la capacidad de elegir un objetivo y no distanciarse ni un milímetro del punto señalado. Pero en esta ocasión, mira tú por donde, hubo un fallo estrepitoso. No hubo ningún reactor dañado (todos permanecen intactos). No hubo ningún incremento de radiación (hasta los propios ucranianos salieron inmediatamente a confirmarlo). Y no hubo, claro está, ningún error operativo. ¿Sabéis por qué? Porque no atacaron la central nuclear. Hay combates en los alrededores, sencillamente, porque quieren hacerse con el control. ¿Recordáis cuando informan sobre un atentado y casi siempre hay un colegio cerca? Pues a ver si es verdad y recordamos para toda la vida en qué consiste la manipulación, porque ya llevamos unos cuantos años abonados a este circo y la cosa, en vez de solucionarse, está adquiriendo tintes muy oscuros.

Para terminar, y encomendándonos a la búsqueda incesante de otros relatos, de regalo unas palabras del entonces senador Joe Biden. Estamos en 1997. En el vídeo expone claramente cuál es el “punto flaco” de Rusia o, lo que viene a ser lo mismo, cuál será la política expansiva del gobierno de los estados unidos de américa. ¿O creíamos que Joe Biden dirige ese país por pura casualidad? Recordar que desde ese año jugó un papel decisivo en la formulación de la política exterior del país. Fue una de las voces más influyentes tratándose de leyes relacionadas con el terrorismo, las armas de destrucción masiva, la Europa poscomunista, Oriente Medio y el Sureste Asiático. Y fu quien apoyó en octubre de 2002 la resolución que autorizaba al gobierno a utilizar la fuerza contra Irak. Claro, era decisivo. No era el voto de un senador, era el voto del presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cargo que representó con todo el cariño de su mundo.

Éstas fueron sus palabras: “Lo único que puede provocar una respuesta hostil y enérgica de Rusia es la expansión de la OTAN a los estados bálticos”. Y como sabemos a estas alturas, no sólo han puesto sus garras sobre estos estados, sino sobre toda la franja fronteriza, por el bien de toda la humanidad. Eso sí es atacar y hacer explotar una central nuclear.

Cuidaros!

OTAN No, bases fuera

colaboración para Ojos Para La Paz


Pacifismo sin escrúpulos

Siendo el objetivo de la OTAN derribar su muro del este y el de Estados Unidos la adquisición de poder a cualquier precio, no son de extrañar sus incesantes movimientos para instaurar un nuevo proceso de control social y de sometimiento, cada vez más cerca del autoritarismo y de la supresión de derechos fundamentales.

Otra cosa es llegar a comprender la catarsis popular, que en nombre de un pacifismo televisado, adquiere tintes hegemónicos y de propaganda universal. Si no fuera por las tristes consecuencias que todo ello va a tener en un futuro muy cercano, los acontecimientos devienen inverosímiles y hasta cómicos.

Del mismo modo que millones de personas “padecieron” sufrimientos ostensibles durante el abandono de Afganistán por parte del imperio, y empatizaron como nunca con sus mujeres hasta el punto de querer traerlas a todas a nuestro occidente tan amigable, ahora las mismas personas vuelven a pasar por ese proceso de humanismo incontrolable, y quieren traer a todos los niños ucranianos para adoptarlos y ayudarles alejándoles del ruido de las bombas.

Del mismo modo que millones de mujeres siguieron la estela del me too, abanderadas por Hollywood y Femen, y decidieron salir a las calles y hacer la revolución sin exigir una verdadera transformación, ahora las mismas personas gritan a los cielos para que todas las palomas blancas aleteen con sus consignas antibélicas.

Del mismo modo que media población de repente se sintió ecologista y admiró el enorme trabajo de la juventud liderada por Greta Thunberg, y tomó la decisión de tomar las calles para cambiar el planeta (mientras las verdaderas líderes eran asesinadas sin contemplación alguna en Latinoamérica), ahora las mismas personas contraatacan señalando a Rusia sin miramientos.

Del mismo modo que la población europea se encandiló con un tal Obama, y aplaudió hasta con las orejas su triunfo electoral, a la búsqueda como estaba de líderes justos y poco agitadores (olvidándose milagrosamente de todas las guerras que provocó), ahora las mismas personas exigen con los corazones rotos la paz perpetua como si les fuera la vida en ello.

Del mismo modo que los medios señalan con el dedo, y la gente avanza a paso firme al lugar señalado, llegará un día en que perseguirán comunistas y algún que otro periodista despistado. Y llegará un día en que impondrán sus designios a la luz de la censura institucionalizada, y arropados por la mágica autocracia global saldrán a las calles a celebrar el triunfo de una nueva forma de tiranía, encubierta de mayorías de temerosa ignorancia.

En una de mis últimas intervenciones advertí con claridad que podíamos caer más bajo aún y, en el breve plazo de un mes, hemos caído al precipicio. Habitantes de todas las urbes piden la paz hasta en la cola de los supermercados, los estadios se llenan con las banderas ucranianas, las calles estallan con el estruendo de millones de voces contra las batallas, los gobiernos se apresuran a lanzar sus ayudas humanitarias, y los informativos…, los informativos arruinan nuestras vidas. “Acaba de comenzar una guerra”, y todas las campanas repican en las conciencias de las personas.

Esas personas… ¿Dónde habitaban hasta ayer? ¿Dónde escondían su rabia y su dolor? ¿Dónde depositaron sus palabras y sus miedos? ¿Dónde protestaron ante las tropelías? ¿Dónde escribieron de impotencia y doloridas? ¿Dónde olvidaron sus vergüenzas?

De la noche a la mañana, las mismas personas, todas y cada una de esas personas descubrieron que había una guerra, y que semejante despropósito no se podía tolerar. Emocionadas e impulsadas por un destello interior, y armonizando con un nuevo mundo, se despojaron de todas sus vestiduras y se encaminaron con paso firme hacia una nueva regeneración de sus vidas y el planeta. Y por todo ello, les estamos sumamente agradecidos. Y si no fuera porque no nos lo permiten, estamos a nada de exigir que el próximo premio nobel de la paz sea para todas ellas, como sorprendente labor humanitaria nunca vista hasta ahora.

Arremeter contra Putin se ha convertido en un deporte olímpico, pero no es más que una automatización de la mirada enquistada. Es tan sencillo lanzar dardos contra su diana como alabar, por ejemplo, la resistencia de un pueblo luchando por su vida. Las dos caras de la misma moneda. Las dos caras del desconocimiento.

Estados Unidos sale de nuevo indemne y, lo que es peor, reforzado en su inquebrantable carrera para que Europa se mutile, y Rusia se descomponga. Es una jugada tan malvada como planeada, pero la ciudadanía de este continente está maltrecha, herida por una afección informativa espartana. Incomprensible, pero real. La cultura del monopolio globalizador ha hecho estragos, y sus redes han atrapado hasta al austero lector de novelas de evasión. Lo vamos a pagar caro, muy caro.

De nada sirve que cien guerrilleros de las redes lleven años interceptando los mensajes que lanzan los políticos y sus amigos los periodistas desde sus guaridas, y los divulguen avisando de la catástrofe. De nada sirve que llevemos años mostrando, con toneladas de información y documentación los planes del imperio. De nada sirve gritar en medio del narcotizado aforo del capitalismo; el público se entretiene con todo aquello que se divulga, como pez hambriento en medio de un mar extenso y sin vida.

Se sale a los balcones con la misma facilidad con que uno se puede ir de compras. Y hoy, se habla de la guerra como si ayer no la hubiera. Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana, Nigeria, República Democrática del Congo, Afganistán, Irak, Yemen… No. No hay guerras en el mundo. La primera desde 1945 es ésta de Putin. La más tenebrosa, la más escandalosa, la más impune.

Todo lo demás es un simple juego, una invención comunista para distraer a los conspiranoicos. No hay maldad en el mundo. Solo Rusia encierra una crueldad necesitada de cirugía. Pero estamos acostumbrados. Las cerillas alumbran más cuando toda la cajetilla se enciende al mismo tiempo. Y todo occidente está ahora mismo ebrio de luz, iluminada por la OTAN y los Estados Unidos de América. Siento cada vez más vergüenza del mundo que me rodea.

El 02 de mayo de 2014 fueron quemados vivos en Odesa, por los neonazis ucranianos, 36 miembros de organizaciones comunistas y de izquierda. Asesinados por los mismos grupos neofascistas que respalda Ucrania y, por tanto, la UE y EEUU. Quienes sobrevivieron en la Casa del Sindicato donde se produjeron los tristes sucesos, fueron enviados a prisión, acusados de terrorismo. Pero los pacifistas que ahora brotan como setas no olieron esos cuerpos calcinados, dado que sus informantes nada les dijeron.

En la charla que dimos en el Club de Amigos de la Unesco, Javier Parra, José Couso, Evgeny Evdokimov, Purificación G. De la Blanca y yo, el 28 de enero de 2017, denunciamos el acoso y derribo a Rusia. Hablamos de la estrategia del caos, del nuevo orden mundial, del papel de la OTAN y de otras muchas historias muy tristes. Lógicamente, no os contaron nada de esa charla en televisión. Pero quienes fueron, saben muy bien lo que allí aconteció. Saben muy bien que todo lo que hoy está sucediendo, es algo tan sencillo como un plan. Que viene de atrás, del lejano occidente. Y, lógicamente, no es que no nos pille desprevenidos, es que todo nos termina por hacer mucha gracia. Oliver Stone piensa lo mismo. Desde que produjo el documental sobre Ucrania del que ya dimos cuenta, está desterrado, por intentar ser un periodista. Julian Assange también sabe mucho de eso. Está encerrado, por intentar ser un periodista. Hace pocos días detuvieron en Polonia, en un pueblo fronterizo con Ucrania, al reportero vasco Pablo González, por intentar ser un periodista. De las millones de personas que éstos días están compungidas y clamando por el arresto de Putin no van a detener a nadie. Sencillamente, porque el bando de los buenos y de los demócratas está de parte de Ucrania.

Desde 2014 a 2022 se calcula que el gobierno de Kiev ha matado a unas diez mil personas en el Donbass, con continuas incursiones y bombardeos, sin que un solo medio de comunicación de masas nos informara de ello, sin que un tierno pacifista europeo clamara al cielo ante la barbarie. Una persecución contra una población olvidada por un dios nada poderoso.

El departamento de propaganda sabe de sobra cómo engañar a la población, cómo domesticar y cómo afianzar los valores adecuados para su causa. El goteo continuado de información antirrusa ha hecho de Europa, durante todo este siglo, un enjambre de ciudadanas y ciudadanos ejemplares, convirtiéndolos sutilmente en belicistas pro OTAN. Si, en auténticos belicistas, apadrinados por la histeria colectiva y el miedo, incendiando su lado amable y quebrado de información delictiva.

Para quienes llevan mucho tiempo luchando, de verdad, contra las guerras, el actual capítulo ucraniano es una especie de consolidación del final de una era. El telón ha caído, y un nuevo capítulo de nuestra historia comienza a abrirse paso. Sobre el escenario, las arenas movedizas europeas.

Como escribe Heden Delnz, Ucrania no es más que un caballo de troya introducido por los EEUU en la frontera, y éstos vuelven a abrirse paso colocando los cimientos para nuevas guerras en Europa (entre europeos), para que puedan salvar así su agonizante modelo capitalista. Pero eso sí, sin que caiga una sola bomba en su país, mientras nosotros nos destrozamos sumisos a sus consignas.

El primero de marzo Joe Biden ofreció su primer discurso del estado de la Unión: “Pasaremos esta prueba. Para proteger la libertad y la autonomía, para expandir la equidad y las oportunidades. Salvaremos la democracia”. Muy interesante. Los mismos que provocaron el cambio de gobierno en Ucrania y financiaron a grupos nazis y se sirvieron de ellos para sus propios propósitos nos dicen que van a salvar la democracia. Los mismos que la pasada semana trasladaron a unidades de combatientes de Al-Qaeda al frente ucraniano nos dicen que van a proteger la libertad. Y mientras, el mundo lo celebra. El mundo aplaude las restricciones, las amenazas, los embargos y las sanciones económicas, deportivas y culturales a Rusia. Estamos jugando con fuego, y Europa, sobre todo, está dando alas a un nuevo tipo de fascismo, que deambula de un lado para otro, a través de “grupos rebeldes” que son capaces de instalarse en las cúpulas del poder. Jugando con fuego.

OTAN No, Bases fuera

posdata con un poco de humor: La Federación Internacional Felina (FIFe, por sus siglas en francés) también se ha sumado a las sanciones contra Rusia y ha decidido imponer restricciones a los gatos criados en el país euroasiático.

En un comunicado, la entidad afirmó estar «conmocionada y horrorizada» por la operación militar rusa en Ucrania y que no podía quedarse de brazos cruzados. Por esa razón, decidió que a partir de este 1 de marzo «ningún gato criado en Rusia puede ser importado y registrado en los libros de pedigrí FIFe fuera» del territorio ruso.

Además, «ningún gato que pertenezca a expositores que vivan en Rusia podrán participar en ninguna feria organizada por la FIFe fuera».

Como han sugerido algunos internautas, estaría bien que Occidente imponga sanciones al viento del norte, que sopla a través de Rusia.


Decálogo ucraniano

Scholz visita EE. UU. en medio de las tensiones entre Rusia y Ucrania. Estados Unidos avisa de que Rusia planea una potencial invasión de Ucrania en 2022. Biden avisa a Rusia de sanciones “rápidas y severas” si ataca Ucrania. Washington evacua al personal no esencial de su Embajada en Kiev. Macron dice al presidente ruso que el diálogo “sincero” no es compatible con la escalada. El Pentágono avisa de que Rusia sigue reforzando sus tropas a las puertas de Ucrania. La OTAN dice que hay señales que sugieren que Rusia planea un «ataque a gran escala» contra Ucrania. La UE y la OTAN defienden la integridad territorial de Ucrania y anuncian sanciones contra Rusia…

Y así, hasta el infinito. Todo el mundo se asigna la benevolencia occidental y desata una oleada de indignación frente a Rusia. Ese “país imperialista” que no hace más que invadir y anexionarse territorios ajenos e incitar a la violencia. Hay que ver, qué actitud más hostil y diabólica la de Putin, el hombre más violento de los últimos cien años. Hay que ver… afirmacionista, qué de cosas más increíbles pasan en el mundo…

01- El movimiento de protesta Maidan se desarrolló en Kiev en noviembre de 2013 cuando el presidente ucraniano Yanukovich rechazó un plan económico de la Unión Europea que imponía un régimen de dura austeridad en Ucrania como precio para la admisión en un ámbito económico dominado por los bancos alemanes. Las protestas callejeras, respaldadas por EE.UU. y la UE y con el apoyo decidido de elementos neoconservadores dentro y fuera de la administración Obama, comenzaron cuando Yanukovich aceptó un préstamo de 15 millones de dólares de Rusia y un plan económico que no requería medidas de austeridad y que además incluía la reducción del precio del gas natural ruso.

02- Ante la negativa de arrodillarse ante el dólar, el Departamento de Estado de EE.UU., como viene haciéndolo desde tiempos inmemoriales, financia una red internacional de organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación para fabricar una oposición política y llevar a cabo un cambio de régimen. Se hace con la colaboración de neonazis y grupos paramilitares para caldear el ambiente y vender una revolución de colores. Perfecto. Todo preparado.

03- El nuevo gobierno golpista es seleccionado por una sesión parlamentaria paralela, cuando muchos miembros electos no pudieron presentarse a votar por temor real a un ataque físico. El Parlamento estaba lleno de fuerzas fascistas y semi-fascistas, así como poderosos oligarcas multimillonarios. Las fuerzas fascistas promueven el odio hacia rusos, judíos, polacos y otras minorías. A lo largo de esos años, los mismos personajes ejercen el vandalismo contra monumentos antifascistas que honran a los veteranos militares soviéticos de Ucrania y otras partes de la URSS que sacrificaron sus vidas para derrotar al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. El nuevo gobierno golpista inmediatamente inicia las leyes para prohibir el Partido Comunista de Ucrania, entre otras muchas lindezas.

04- Así las cosas, ya tenemos un nuevo gobierno títere implantado por los mismos de siempre. Y Rusia, nuevamente, queda atrapado entre las sanciones y la pared, porque tal y como podemos apreciar, lo acontecido obliga a nuestras democracias a tener que sancionar la actitud tan descabellada de Putin, que no tiene más remedio que abrazar la causa rusa en un territorio donde se está produciendo un nuevo ataque contra sus intereses. Y por tanto, se envían fuerzas militares a Crimea como consecuencia del golpe semi-fascista que amenaza a millones de personas de etnia rusa que viven en Ucrania. Terrible. Porque nosotros, cuando nos atacan y juegan con nuestra ciudadanía, no oponemos resistencia alguna, y hasta regalamos territorios porque somos así de bondadosos.

05- Desde el entrañable Maidan, Ucrania es utilizada una y otra vez para debilitar a su vecino, y EEUU y la OTAN no hacen más que menospreciar sus propias palabras. Recordar que en 1991 prometieron no expandirse hacia el este, y no solo lo incumplen, sino que expanden como una plaga los tanques en sus bases. Es decir, llevan más de 30 años rodeando a Rusia con armamento y amenazando sus fronteras, y resulta que es Rusia la que está poniendo en jaque al mundo.

06- Ya en 2007, Vladímir Putin denunció en su famoso discurso durante la Conferencia de Seguridad de Múnich que la expansión de la OTAN representaba una amenaza para el país e iba en contra de las promesas de la propia alianza. Pero, lógicamente, noticias de ese calado no tienen cabida en nuestros informativos.

07- La tralla que nos han impuesto éstos dos últimos meses para demonizar al presidente ruso y ensalzar la labor humanitaria no tiene desperdicio. Es tan impresentable, que da hasta vergüenza pensar y saber que los afirmacionistas son un grupo cada vez más grande. Mientras nos atosigan con la idea de la invasión rusa, unos 15 pueblos del Donbass fueron bombardeados.

08- Situación actual de Ucrania después de la jugarreta del Maidan. Lo que sucede siempre. Un país destrozado, en quiebra, y lo que es peor, un verdadero polvorín, del que ya han dado cuenta muchos periodistas. «La proliferación de la ideología nacionalista blanca en las fuerzas militares y de seguridad de Ucrania, entrenadas y apoyadas por Occidente, es un tema poco estudiado», afirmaba a mediados de enero desde Washington el periodista de investigación Oleksiy Kuzmenko. Ya lo alertó hasta la BBC en 2014 durante las protestas, cuando el periodista británico Gabriel Gatehouse entrevistó a varios neonazis orgullosos de estar al frente combatiendo a las fuerzas de seguridad ucranianas, antes de que se consumara el golpe. El nuevo gobierno apoyado por Occidente, tiene estrechísimos lazos con grupos de extrema derecha. Grupos que, además, han tenido el respaldo de la UE y de la OTAN en su formación. Y al igual que ha pasado en Iraq o Siria con los yihadistas, está pasando en Ucrania con estos personajes. ¿Cómo no vamos a defender a estos paramilitares?Líderes neonazis se hacen cargo de las fuerzas militares ucranianas y los gobernantes europeos, una familia afín a la apisonadora estadounidense, les ofrece ayuda. Es patético. Pero así funciona el mundo, y así se desintegra el hombre postmoderno capitalista.

09- ¿Quieres hacerme creer que ponen una bomba en la ventana de tu habitación, otra, en la del salón, otra en la del cuarto de baño, otra en el balcón, y tú no vas a salir a la puerta de tu casa a defenderla? Eso es lo que está sucediendo con Rusia, que está rodeada, y no de palomas mensajeras precisamente.

10- A partir de ahora, a verlas venir. Acoso y hostigamiento, sanciones económicas, estrangulamiento financiero, presión política, y pronto perseguirán comunistas como enemigos declarados de la paz y seres impresentables. Me sonrojo. Vivo en un mundo desmedidamente infantil. ¿Nadie va a imponer sanciones a los Estados Unidos de América por destrozar Vietnan, Siria, Libia, Irak, o tan solo por estar en guerra 229 años con 246 de existencia?. Vergüenza ajena.

OTAN No, Bases fuera


Cómo nos venden la moto

Hace ya mucho tiempo que Ignacio Ramonet y Noam Chomsky nos contaron con pelos y señales Cómo nos venden la moto”.Pero antes de que la población se sentara (de nuevo) a recapacitar un poco sobre ello, llegaron las grandes corporaciones ligadas a las redes sociales y a los medios de comunicación, y dieron por sentado que lo que nos hicieron llegar con ese sencillo y ameno libro no era nada comparado con lo que ahora estamos viviendo.

Me está resultando del todo inaudito ver cómo la población, casi en su integridad, está asumiendo con total naturalidad la propaganda vil que se está generando desde que un buen día a alguien se le ocurriera decir que vivimos en pandemia.

No voy a entrar en sus causas ni en ningún debate científico. A éstas alturas, ni me interesa ni me quedan fuerzas para ello. Bastante tenemos con lidiar la vida cotidiana con los destellos de la vacunación allí donde extiende sus alas.

No cabe duda alguna: nuestros gobiernos e instituciones nos están llevando en volandas por un camino que si por algo se caracteriza es por una clara utilización de la información como arma arrojadiza contra todo aquello que se mueve contra el pensamiento único.

En tiempos presentes no hay lugar para la reflexión. La distracción se ha convertido en un juego perverso y, en dicho juego, pueden entrar tanto las guerras como las batallitas del famoseo, las migraciones dolorosas o las reconciliaciones de parejas, las quinielas electorales o las vergüenzas de los partidos. Pero aunque a mucha gente le cueste creerlo, también nuestra salud forma parte de ese entretenimiento. Tanto que, a día de hoy, podemos concluir que no solo están jugando con nuestra salud sino que se están riendo de ella.

“Si se tiene el control absoluto de los medios de comunicación y el sistema educativo y los intelectuales son conformistas, puede surtir efecto cualquier política”. Y cualquier política es…, cualquier política. Yo, como profesor, puedo confirmar ruborizándome hasta la extenuación, que esta parcela de la administración para la que trabajo no solo está doblegada a unos intereses concretos, aún peor, está subordinada a ese ideario común que consiste en no tener ideas, y proyectar únicamente aquéllas que nos venden por televisión. Procurar invitar a la capacidad crítica y al diálogo es una pérdida de tiempo. Y si este pequeño detalle es una norma a mi alrededor, no quiero ni pensar lo que sucede más allá de los muros de los diferentes departamentos de la enseñanza. La situación es insostenible intelectualmente. Hemos llegado a tal punto que el debate es único e intransferible, y en ese debate han de participar solo los bienpensantes y todas aquellas personas cuyas palabras se inmolan antes de llegar a mancillar la imagen del poder. Y por muy abstracto que sea éste, siempre queda a salvo de todo enjuiciamiento.

Siguiendo con la lectura de ese certero ensayo arriba mencionado, nos dicen ambos autores que “el destacado teólogo y crítico de política internacional Reinold Niebuhr, conocido a veces como el teólogo del sistema, y gurú de George Kennan y de los intelectuales de Kennedy, afirmaba que la racionalidad es una técnica, una habilidad, al alcance de muy pocos: solo algunos la poseen, mientras que la mayoría de la gente, se guía por las emociones y los impulsos”. No puedo estar más de acuerdo, y no quiero erigirme en racionalista ni en ningún ser humano especial con ningún talento, tan solo quiero mostrar cómo se consolida esta idea y cómo se propaga sin parar. Yo tampoco estoy a salvo de las tormentas que acechan mis emociones, faltaría más. Pero creo que, a veces, me detengo.

Como lo estoy haciendo ahora, para ahondar en qué es lo que está sucediendo, y saber por qué a nuestro alrededor solo hay yermo.

Tal y como señalan, el furor ideológico del dogmatismo moderno no se detiene, y actualmente, está haciendo estragos con el denominado pensamiento único ***. Es tan denigrante la situación que no queda espacio para la disidencia. Y es tan grotesca la puesta en escena que solo pueden ser actores sociales aquellas personas capaces de fomentar el eco de sus palabras. No quiero dar nombres, aparecen siempre los mismos personajes cumpliendo a rajatabla el dictamen de la industria farmacéutica. Las vacunas son seguras, si no lo fueran, no las habríamos puesto en vuestras manos. Con ellas, salvamos a la población mundial de un desastre humanitario, y debemos confirmar una y otra vez que los beneficios superan a los riesgos.

Parece difícil llevar a todo un país a una guerra, pero es tan sencillo como dejarnos llevar por quien quiere la guerra. Y aunque creamos que no nos dejamos llevar, nos llevan en volandas. Raro es el pueblo que quiera justificar combate alguno, pero no hay pueblo que se salve de la inclemencia a la que nos someten los medios.

En un comienzo más tibio, pero con mayores dosis de ambigüedad, nos contaron pequeñas historias irreconciliables con la verdad. Llegaron a decir tantas cosas que necesitamos un archivo especial en el cerebro para recordarlo todo. El virus se contagiaba por tierra, mar y aire. Todas las superficies del mundo eran las enemigas a batir, y limpiar hasta la última mota de polvo se convirtió en el objetivo vital de miles de personas. Un día, me quedé petrificado ante la pantalla. Era la Sexta, y llegaron a dar porcentajes de la causa de contagio; el 60% de las veces resultaba ser por culpa de ese tipo de contacto. ¿De dónde sacaban esos datos? Era alucinante. Ahora resulta que es más que probable que no exista caso alguno de contagio por culpa de superficie contaminada alguna. Pasado el tiempo y todos conocemos la historia, la vacunación se ha convertido en el preciado elemento de venta. Y el proceso propagandístico es igual. Mentir o no decir la verdad ha sido el mantra que nos hemos visto obligados a tragar. Si hace dos años nos hubieran contado las mismas historias (sin los hechos que hasta ahora han ido ocurriendo), no se hubiera puesto la vacuna de Astrazeneca ni el director del hospital de mi comarca. Hoy, se la pone hasta el profesor de física y química. ¿Qué ha cambiado? La maquinaria no se detiene. Más bien, avanza y se hace más fuerte ante las adversidades.

La democracia es un sistema en el que los partidos que la sustentan están entrenados para trabajar al servicio de sus amos. Y si por alguna razón el entrenamiento falla o no da los resultados previstos, se cambia de discurso o de táctica, importando bien poco el sentido de ideología alguna. E importando, aún menos, las promesas o aquellas premisas que el electorado tuvo a bien respaldar en las últimas elecciones. La democracia, nuestra democracia, es un coladero de rentabilidad empresarial, en beneficio de unos pocos, y en claro detrimento de la mayoría absoluta.

Pero se fabrica opinión, igual que se pueden fabricar coches eléctricos, para que luzca mejor el escaparate de la modernidad. De tal forma que la ciudadanía cree tener la suya sin ser consciente de que su opinión no es más que el resultado del minucioso trabajo ejercido por miles de francotiradores a los que llaman periodistas, columnistas o tertulianos. Sin ellos, tendríamos alguna oportunidad de tocar el cielo. Con ellos, estamos bajo fuego enemigo tocando las puertas del infierno. Son el verdadero lastre del que primeramente nos deberíamos emancipar, antes incluso de hacerlo de la casa de nuestros padres.

¿Cuántos artículos habéis leído (en los medios más populares) poniendo en duda el patronazgo de la OMS o el discurso petrificado de nuestros mandatarios? Artículos duros, críticos, incisivos, que pongan en tela de juicio todo este proceso. Casi no existen. Y cuando aparecen, lo hacen porque los señores de arriba han abierto las puertas. Como ahora, que ante las reacciones tan evidentes que van apareciendo, no les queda otro remedio que decir algo al respecto. Decir nimiedades, para regresar al poco a cumplir con los objetivos marcados, alterando un poco el discurso, manipulando…

¿Cuántos informes oficiales reveladores de lo que está sucediendo os han analizado con precisión? Echarle un ojo a éste que publica el gobierno del Reino Unido recogiendo los casos de los efectos adversos de todas las vacunas.

La opinión…, o ese constructo consensuado para doblegar todos los posibles focos de protesta.

En un primer momento acordaron reunir al personal menor de 55 años para darle el premio a su fidelidad. Luego, y en base a rigurosos estudios realizados en tiempo récord, recomendaron ampliar el techo de edad, y las afortunadas serían todas aquellas personas que llegaran hasta los 65 años. Pero mira tú por donde que la ciencia avanzó tan rápido, que antes de darnos cuenta nos hicieron ver desde Alemania, siempre en la vanguardia de la investigación, que era preferible suministrar la suspensión inyectable solo a quienes hubieran franqueado la barrera de los 65 años. Y, al mismo tiempo, la Gran Bretaña, impulsora y productora de la vacuna en cuestión, apremiada por los increíbles resultados obtenidos en sus contundentes estudios decidió que los menores de 30 años mejor que se quedaran en casa, no fuera a ser que tuvieran un mal dormir.

Este fragmento, por si solo, sería suficiente para que la tropa de élite del periodismo mundial se parara a pensar un poco y escribiera los análisis más conflictivos existentes hasta hoy, pero ante la evidencia incuestionable de que todo va muy bien porque los beneficios superan a los riesgos, y ante la aclamada rueda de prensa ofrecida por la Agencia Europea del Medicamento (mostrando su absoluto respaldo al despropósito), el show televisivo sigue su curso.

La urgente necesidad de que en verano obtengamos el pasaporte sanitario, y respaldados por la increíble eficiencia de las demás vacunas, que éstas sí han sido testadas hasta con niños y niñas de todos los colores, tenemos como resultado que la industria farmacéutica hace y deshace a su gusto, los gobiernos bailan al son del más prepotente, y el pueblo…, el pueblo no despierta ni finalizado el toque de queda. Un certificado digital inteligente concedido como premio a la buena labor social, sin que importe lo más mínimo que un individuo vacunado pueda ser portador y transmisor de la infección, sin que importe en absoluto que no sepamos cuánto dura la inmunidad de la vacuna en cuestión, y sin que haya garantía de aptitud para viajar.

Todo, y mucho más, en el marco de una lógica sin precedentes. Falta de lógica que, al parecer, tampoco despierta un gran revuelo crítico entre los sesudos analistas que merodean los platós y los salones radiofónicos.

Estamos desprovistos de toda posibilidad de informarnos debidamente, a no ser que uno se proponga la ardua tarea de leer muchos documentos que están ahí, pero que los periodistas no leen porque no forma parte de su trabajo. Estamos a la deriva, y nos rescatan a golpes de emociones y responsabilidad. La palabra del año. Responsabilidad. ¿Cómo se contrarresta la dificultad de hacer creer a la población de que es bueno inyectarse con vacunas experimentales cuyas consecuencias están más allá de todo saber por muy científico que sea? Apelando a la responsabilidad personal de la ciudadana. Y este mensaje, tan hondo y entusiasta, llega al fondo de los corazones, y de la noche a la mañana, millones de personas se reconvierten con la nueva doctrina. Medio mundo asume que es su cometido ayudar a los demás, acepta con un sacrificio sin par tamaña obra, y se vacuna. Y lo hace, que duda cabe, por responsabilidad.

Pero no os creo. No os conozco, pero no os creo. He apelado a la responsabilidad conjunta miles de veces. Para no apoyar bajo ningún concepto la invasión de Libia, para defender a golpe de coraje la salida de la OTAN, para no cercar la pobreza en África, para ayudar al pueblo palestino, para desterrar a personajes como Guaidó, para no votar a partidos que nos empobrecen y oprimen, para abrir los ojos ante la política bélica de EEUU, para nombrar a Israel como merece, para promocionar el culto a la crítica, para esclarecer lo que acontece en Siria, para no rendir tributo a los “Cascos Blancos”, para depositar una mayor confianza en la paz, para resquebrajar el capitalismo, para incendiar las redes, y hasta para amar al prójimo…, pobre, inmigrante y sin horizonte. ¿Y sabéis cuál ha sido el resultado?. Exacto. Vacío absoluto. La tele no auspicia ni ensalza estos brotes perturbados que me caracterizan.

La tele, se dedica a otras cosas más complacientes con el engaño. Deseo recordar cómo fueron los comienzos de la propaganda; de la aprehensión de nuestras mentes y nuestros sentimientos. Y regreso de nuevo a Ignacio, a Noam, y a tantos otros que se han preocupado por hacernos ver cómo nos estafan: “Ocurrió bajo el mandato de Woodrow Wilson. Este fue elegido presidente en 1916 como líder de la plataforma electoral Paz sin victoria, cuando se cruzaba el ecuador de la Primera Guerra Mundial. La población era muy pacifista y no veía ninguna razón para involucrarse en una guerra europea; sin embargo, la administración Wilson había decidido que el país tomaría parte en el conflicto. Había por tanto que hacer algo para inducir en la sociedad la idea de la obligación de participar en la guerra. Y se creó una comisión de propaganda gubernamental, conocida con el nombre de Comisión Creel, que, en seis meses, logró convertir una población pacífica en otra histérica y belicista que quería ir a la guerra y destruir todo lo que oliera a alemán, despedazar a todos los alemanes, y salvar así al mundo.”

Creo que hay que tener un poco de cuidado, con todas esas corporaciones o grupos de poder que quieren salvarnos de las amenazas que perturban este mundo. La razón es muy sencilla; el mundo, sin ellos, ya está a salvo.

Y quizás, ya sea hora de terminar por hoy. “El jardinero fiel” ya pasó a la historia. Por aquél entonces, reaccionamos con pavor e indignación. Aquella aterradora verdad de las farmacéuticas anunciaba un mundo que se nos venía abajo, y estábamos agradecidos por saber cómo funcionaba éste. Pues bien, el mundo no ha cambiado, pero el guion de la película ahora es otro. Estaría bien que fuéramos capaces, aunque sea, de no dar crédito al pensamiento único, y considerar la opción de que, quizás, nos estén tomando el pelo.

Estaría bien que determinados colectivos, como al que pertenezco, hicieran valer la misma capacidad reflexiva y crítica que, en principio, exige a su alumnado. Estaría bien que antes de decir si a todo, digamos si a nuestra propia capacidad contestataria, esa misma que tantas veces aplaudimos en las salas de cine, embriagados ante la cruda realidad.

Lástima que aún nos quede un largo recorrido para dar rienda suelta a nuestra irrefrenable y deslumbrante responsabilidad.

*** ”¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional. Se puede decir que está formulada y definida a partir de 1944, con ocasión de los Acuerdos de Bretton-Woods. Sus fuentes principales son las grandes instituciones económicas y monetarias –Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio, Comisión Europea, Banco de Francia, etc. (quiero añadir yo a la OMS)– quienes, mediante su financiación, afilian al servicio de sus ideas, en todo el planeta, a muchos centros de investigación, universidades y fundaciones que, a su vez, afinan y propagan la buena nueva. Esta es recogida y reproducida por los principales órganos de información económica y principalmente por las biblias de inversores y especuladores de bolsa –The Wall Street Journal, The Financial Times,The Economist, Far Eastern Economic Review, Agencia Reuter, etc.–que suelen ser propiedad de grandes grupos industriales o financieros. En casi todas partes facultades de ciencias económicas, periodistas,ensayistas y también políticos, examinan de nuevo los principales mandamientos de estas nuevas tablas de la ley y, usando como repetidores los medios de comunicación de masas, los reiteran hasta la saciedad sabiendo a ciencia cierta que, en nuestra sociedad mediática,repetición vale por demostración.”

Cuidaros!

OTAN NO, Bases Fuera

Colaboración para Iniciativa Debate y Ojos para la paz


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En la boca del lobo

El enemigo entró a casa y no va a salir por la ventana

Podríamos deducir de todo aquello que está sucediendo en nuestro mundo, porque la mayoría de indicativos así lo confirman, que el peligro nos acecha desde hace tiempo. Y que en vez de procurar reinventarnos para salvar los trastos, estamos activando todos los interruptores que bloquean las alarmas.

Son muchos los acontecimientos que podríamos tener en cuenta y, tristemente, una sola la conclusión final: han asestado un duro golpe a Europa. Pero claro, lo que con gran esmero y una preparación exquisita ha ido sucediendo, ha contado con la colaboración de ilustres ciudadanos europeos y, como pasa siempre en estos casos, con nuestros mal llamados líderes y una enorme cantera de desinformadores que no para de crecer. Mario Draghi ha sido, por poner un ejemplo, uno de los grandes artífices del robo. Lo saben muy bien en Grecia y en Italia, y España también ha temblado gracias a la orquestada crisis financiera. El dato de la deuda pública hispana dice bastante de lo acontecido (en apenas diez años la deuda ha pasado de 383.798 millones en 2008, a 1,174 billones de euros en 2018).

Tal y como escribe el economista Fernando G Jaén, “…la crisis generada por los deudores, la tienen que pagar los ahorradores, mayor contrasentido imposible… salvo que aceptemos que la economía es manejo de los asuntos por los poderosos, como viene siendo a lo largo de la historia de la Humanidad; eso sí mediante discursitos convincentes y técnica que enmascare la realidad a ojos no avisados…”. Pero es mucho más importante entretenernos con  banalidades y con nevadas e inundaciones. Europa va a necesitar mucho tiempo para reincorporarse de nuevo, y probablemente eternidades para regresar a la paz social y política que estuvo a punto de extenderse en el continente. Tal y como lo testifica Jaime Richart, la estafa es desoladora.

Pensándolo fríamente, resulta desalentador llegar a la conclusión de que los medios de comunicación tienen tanto poder que nada podemos hacer contra ellos. Y esto no es algo nuevo. Lo escribió Jhon Swinton en 1880… “No existe en América prensa libre ni independiente. Ustedes lo saben tanto como yo. Ninguno de ustedes se atreve a escribir su opinión honestamente y saben también que si lo hacen no serán publicadas. Me pagan un salario para que no publique mis opiniones y todos sabemos que si nos aventuramos a hacerlo nos encontraremos en la calle inmediatamente. El trabajo del periodista es la destrucción de la verdad, la mentira patente, la perversión de los hechos y la manipulación de la opinión al servicio de las Potencias del Dinero. Somos los instrumentos obedientes de los Poderosos y de los Ricos que mueven las cuerdas tras bastidores. Nuestros talentos, nuestras facultades y nuestras vidas les pertenecen. Somos prostitutas del intelecto. Todo esto lo saben ustedes igual que yo”.

Si no, ¿puede alguien explicarme cómo es posible que nuestro continente se haya dejado arrastrar por la deriva de las políticas estadounidenses, favoreciendo plenamente a entidades financieras y corporativas dirigidas por unos pocos para ir amordazando a la población a un capitalismo de lucha y fricción continua, donde millones de habitantes quedan abandonados a la suerte? ¿Puede alguien, por favor, hacernos ver cómo es posible que años y años de barbarie política y bélica han ido imponiéndonos sin que nadie, absolutamente nadie renegara de ello?

La desmantelación de entidades políticas soberanas y el secuestro de la libertad llevan tanto tiempo instalados en nuestras mentes que ya es tarde. Todo un complejo entramado de poder, que instauró vías institucionales a través de un sistema de partidos envenenado, y una perfecta articulación con las élites perforaron hasta el tuétano el esqueleto de las democracias. Pero la labor de la prensa y la televisión y, ahora de las redes sociales, ha sido tan sofisticada que resultaba arduo poder llegar a concluir en debates de sobremesa que no existía tal democracia. Recuerdo muchas situaciones vividas con desconcierto. Casi nadie se hacía eco de esa llamada de socorro, y enarbolados por una sociedad de consumo que podía dispensarnos logros de vida perfectamente materializables, no eran pocos los que respondían que me fuera a vivir a Irán, o a Somalia, a ver si entonces alteraba yo mi discurso sobre el capitalismo. También era común defender que a lo largo de la Historia íbamos en un continuado logro de bienestar en términos generales.

Photo by joséluis vázquez domènech

Me temo que el castillo construido, casi siempre sobre ilusorias conquistas, está cayéndose a pedazos, como caen los andamios levantados sin armazón ni sentido. Aquellas lamentables hazañas constitutivas de compra son ahora deuda, o enorme sacrificio de vida. Y bolsas enormes de población son ya pasto de la pobreza, de la desigualdad y del abandono. Ya no hay vuelta atrás. El estado no va a sufragar los efectos colaterales del neoliberalismo. La privatización ya es germen infeccioso, y serán pocos quienes puedan vivir silbando la jubilación. Todo un éxito para los impulsores del sueño americano, ya cimentado en todos los rincones del planeta. Todo un fracaso para la civilización.

Se acabó lo que se daba. Los continuados ataques a Iraq, Libia o Siria, no son sino una parte del juego. Europa sigue en la diana. Había que colapsarla como fuera, aligerar su bienestar y endeudarla, instalarla en un conflicto permanente y no permitir, bajo ningún concepto, su alianza con Rusia. Ello derivaría en una situación catastrófica para los Estados Unidos, y como son éstos quienes nos guían, hemos ido directos al precipicio. Seguimos jugando a las redes, seguimos a Hollywood, seguimos enfrascados en series que nos alivian de la vida cotidiana, seguimos al “me too”, seguimos la supuesta línea de flotación de ongs y movimientos poco anti-imperialistas, seguimos los grandes eventos deportivos, seguimos a partidos que hacen de colchón de la protesta y no de detonadores de la explosión, seguimos las consignas… y para cuando nos damos cuenta, el delirio. Vaya, llegó el fascismo a Europa.

No tiene gracia, pero tiene guasa. ¿Qué queríamos? Duros a cuatro pesetas. Creer en su democracia y volar sin alas. La caída va a ser demoledora. La OTAN no se anda con tonterías, y nosotros no solo no nos hemos protegido, sino que proseguimos en la inopia. El gobierno español acaba de aprobar un presupuesto de 7.331 millones de euros para proseguir la guerra. Solo esto ya debería causar una repulsa social sin precedentes, que no debería dejar títere con cabeza. Pero nuestras movilizaciones vienen marcadas, como las cartas que usan los tramposos. Y no hay feminismo mayoritario consciente de desmilitarización, ni Podemos que nos salve de la quema, ni juventud emancipada del capital, ni actores dignos de tener en cuenta, ni protestas por las guerras ni transiciones hacia un nuevo hogar. Tan solo hay adscripción unidireccional, y ésta nos lleva a la continuación del dolor. Curiosamente se rechaza y boicotea a quienes no nos invaden y hay un seguimiento masivo de la incongruencia. La jugada es de tal envergadura que asusta. Millones de personas creen reforzar sus ideas progresistas porque muestran su rechazo a Trump (por poner un ejemplo) y, al mismo tiempo,  eso les envalentona para pasar el tiempo en sus perfiles, creyéndose impulsores de alguna extraña revolución. Es un excelente método para desgastar fuerzas, para redirigir el problema a otro lado.

Nadie se acordó de Libia, ni de Siria. De Yemen lo harán dos después de haber dejado al país en la hambruna y la desesperación. Pero ello no importa, porque con 7.331 millones van a dar carga de trabajo a la planta que tiene Navantia en Ferrol, y los trabajadores quedarán contentos, porque lo que importa es el pan y no las armas. Es deplorable constatar que ellos se pueden convertir en “grupo de presión” para que su gobierno les de trabajo a través de la industria armamentística. Raya el delito, y en vez de manifestarse por repudiar las bases militares lo hacen para conseguir un jornal a cualquier precio. Si, a cualquier precio. Nunca la clase política que pretende ser de izquierdas llegó tan bajo. Y ello tampoco es casual. El contexto en el que estamos no solo lo facilita sino que hasta lo fagocita.

Aunque no lo parezca, así es. Estamos en un ataque continuado a Europa, somos el cebo perfecto, y de rodillas nos sometemos y blindamos todas las fronteras con tanques y soldados, porque el “enemigo nos acecha” (Putin). Cuando en realidad el enemigo vive entre Israel y la Casa Blanca, y sus encargos son recibidos sin rechistar y bombardeamos lo que haga falta, hasta en nuestro propio suelo. Y si hay que eliminar Yugoslavia, se elimina, y si hay que activar la política expansionista con el fascismo, se incentiva. Ucrania es un claro ejemplo de ello. Bueno, en realidad Ucrania es el ejemplo más claro y que mejor constata la existencia de todas y cada una de las impresiones que estamos barajando: nos hicieron creer que había una revolución (Euromaidan), y nos la metieron doblada.  Se ejecutó un golpe de Estado contra el gobierno electo del 2014, y se puso en el poder a un gobierno fascista, seleccionado personalmente por la subsecretaria de Estado de EEUU, Victoria Nuland, como representante de Obama para la operación de cambio de régimen. Hablamos de un país al que se ha obligado a doblegarse a los intereses de la Unión Europea y de EEUU, recurriendo sin tapujos a grupos violentos nazis e instaurando un clima de tensión que ahora (vaya por dios), nos muestra sus dentelladas. Y, lógicamente, ese clima apuntará a encontronazos con Rusia.

En Estados Unidos los  planes de expansión tienen un único objetivo; trasladar las guerras a otros territorios, minar las fuerzas de quienes pueden hacerle oposición, y decapitar a quienes tengan el valor de prometerles desobediencia. Nosotros somos sus vasallos, y  terminaremos llenando las calles, como ellos, de huérfanos e indigentes, de desplazados e inmigrantes, de recolectores de sueños y de excombatientes. Los datos asombrarán, pero llegarán aquí con tal rapidez que para entonces ya no habrá tratamiento. Para entonces, tendremos una deuda pública desorbitada, una tasa de paro estructural muy peligrosa, unos salarios aún más constreñidos, una educación y sanidad más privatizada, una oferta cultural elitista (a la que solo podrán acceder las rentas media-altas) y una perversa clase política enmarañada en la más reaccionaria de las etapas hasta ahora conocidas en la modernidad. Pero eso sí, tendremos el honor de respaldar la mejor liga del mundo.

Los peores tentáculos del capitalismo ya nos han abordado. El neoliberalismo y el fascismo van de la mano y les queda un largo recorrido. El uno no se puede entender sin el otro. Y no, no es el nacionalismo el mal que acecha Europa. Son esas políticas degradantes incorporadas en Europa con fuerza desde años antes de que nos inocularan la supuesta crisis. Son los servicios a la banca y los pagos de la deuda. Son la austeridad y la violencia. Son las guerras y un poder centralizado alejado de la ciudadanía. Son los presupuestos insolidarios. Son la oligarquía y la desigualdad. Son la privatización y la prepotencia. Son las miserables condiciones a la que nos someten. Y todo ello, ha venido para quedarse un tiempo.

Estamos en la boca del lobo, y salir de ella va a tener un alto precio. O la revolución, o la más decadente de las fases históricas vividas en Occidente desde la segunda guerra mundial.

P.D. ¡No querías taza, pues toma taza y media!. Y recuérdalo, cuando se vaya Trump, entonces comenzará a llegar la verdadera demolición, porque él está ahí para despistar, para acoger en su seno todas las iras, mientras entre bambalinas, se extiende la peste.

OTAN NO, BASES FUERA

Colaboración para Ojos para la Paz e Iniciativa Debate


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Impotencia y desolación

¿QUÉ PODEMOS HACER CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN? SIRIA, DE NUEVO EN LA DIANA

Los vientos se dirigen de nuevo hacia Siria, para agitar las lágrimas de millones de sus habitantes, desnudos ante la intimidación continua a la que les someten los medios de comunicación, inquilinos del terror y de la más mísera de las actuaciones televisadas sin el más mínimo de los escrúpulos.

Cazabombarderos israelíes F15 bombardearon hace unos días el aeropuerto militar de Homs, matando a 15 personas y elevando sin complejos su lista particular de odio y desvergüenza. Paralelamente, un nuevo cuento sobre el uso de armas químicas se difunde sin prueba alguna para volver a asir con una magna soberbia la sartén de su guerra por el mango. Cada vez que el estado sirio avanza en su lucha por liberar a su pueblo de terroristas y mercenarios, los dirigentes occidentales le someten a todo tipo de vejaciones, incluyendo las historias más sobrecogedoras para que asumamos sin fisuras la llegada de nuevos ataques.

Francia y Estados Unidos dibujan en cada esquina del país un nuevo mapa que solo pretende arrebatar los recursos naturales, instalando en suelo que no le pertenece bases militares desde las cuales seguir maltratando a millones de personas que ya no tienen donde habitar ni dejar guardados sus rotos zapatos de invierno.

Su territorio, sin quererlo ni beberlo, es un campo de batalla donde las impotencias occidentales juegan a lo único que saben hacer; saquear nuestra tierra apadrinados por la organización de naciones más lamentable que jamás se ha parido, desangrándose el mundo con rastro de un parto mezquino e irritable.

Ya no queda hueco para la diplomacia periodística, y tenemos que someter a juicio intransigente a quienes manipulan por un puñado de dólares toda información y, por consiguiente, todo rastro de veracidad. Estamos rodeados, y con España liderando la lucha contra las democracias, uno se vuelve no incrédulo sino espoleado para lanzar piedras a los verdugos de nuestra nueva era.

Photo by joséluis vázquez domènech

Wikileaks reveló parte de las tramas que tenían como objetivo la invasión de Siria. Alemania vende tanques a Turquía que se adentran en Siria sin contemplaciones, y luego invierte millones para impedir movimientos migratorios.

La coalición liderada por EE.UU. negoció un pacto secreto con el Estado Islámico para que cientos de yihadistas pudieran abandonar el país con sus posesiones y armamento (para seguir incordiando con sus entrañables matanzas). Y los Cascos Blancos siguen dando testimonio de su farsa, como viene siendo habitual desde su puesta en escena, para que la escalada deliberada de tensiones termine como el rosario de la aurora.

No ya como periodista, sino como curioso observador, cualquiera debería darse cuenta de que las palabras fluyen para que el lodo nos entierre. La desobediencia informativa debería ser primera causa de resistencia, pero albergar dicha esperanza resulta ardua en tiempos de insaciable control social.

Rusia sigue denunciado el incesante acoso al que nos vemos sometidos, pero sus fundadas impresiones se pierden bajo las montañas de occidente, donde se esconden miles de tanques de guerra dibujando en la línea de sus fronteras gruesos trazos de odio y muerte. Y como señuelo, nos informan sin cesar de que espías, hackers y otras delicias procedentes de las estepas siberianas controlan las elecciones catalanas y hasta la receta de la salsa boloñesa.

Si no fuera por las tristes y dolorosas consecuencias que tiene cada noticia que nos llega de Siria, podríamos publicar un comic narrando todas las injerencias promovidas por las balas nunca perdidas del capitalismo. A falta del sometimiento, chantajes, guerras comerciales, asedios, drones y otras calamidades, y viendo inoperantes tantas brabuconadas, sabotean la vida con más atentados y la partición del futuro en infinidad de destellos de oscuro y melancólico brillo.

Siguen rumiando contra el presidente y sus gentes, y no pararán, hasta que pierda el último soldado su mirada, y sea entonces cuando los intrépidos habitantes europeos comiencen a ver que nuevamente se la han metido doblada, y lo que había no eran ni armas químicas ni apóstoles en quienes creer, sino una miserable banda de periodistas haciendo de las suyas en beneficio de un imperio destronado que ya no sabe ni cómo crecer.

¿Alguien me puede abrir los ojos, y hacerme ver cómo es posible que si Ghouta Oriental está siendo recuperada, para qué va a lanzar Bashar Al Assad ataques con armas prohibidas sabiendo que como respuesta le van a fulminar?. ¿Alguien me puede ayudar a comprender cómo es posible que en su infatigable intento de defenderse de los terroristas, y cuando ya había doblegado hasta el espíritu impaciente de los mandatarios de la OTAN, va el presidente a cometer semejante estupidez?.

Los aviones comerciales ya no atraviesan el espacio aéreo de Siria. Una propuesta de investigación para que antes de la condena y el bombardeo podamos ir descubriendo qué ha sucedido, ha sido neutralizada por Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Polonia. La situación es insostenible.

Los tambores suenan en los despachos del gran poder, y en sus oficinas de papel couché, miles y miles de vendidos iluminarán nuestras pupilas con el rastro que dejan los misiles en un nuevo viaje hacia el salvajismo y la barbarie más cruel.

Estamos abonados al fracaso. La percepción social está completamente bloqueada; profesores, intelectuales, lectores, políticos, ciudadanía en general y abanderados de sus causas justas están ciegos. Y en esta coyuntura, donde la realidad siria está siendo destronada por los algoritmos de las redes y las franquicias de las guerras, la posibilidad de hacer frente a tanta fechoría se desmorona. Una impotencia tremenda se adueña de mí cada vez que intento buscar una flor entre tanta mierda.

Te abrazo Siria, en nombre de la paz y escapando del delirio. OTAN no, bases fuera.

Colaboración para «iniciativa debate» y «ojos para la paz»


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Somos Invisibles

Conferencias sin ningún interés

Photo by joséluis vázquez domènech

Todo el trabajo realizado para hacer posible unas jornadas de apoyo al pueblo sirio ha sido ninguneado por los medios de comunicación y todos los periodistas que trabajan a destajo en favor del capitalismo y la globalización.

Al parecer somos delincuentes, o tal vez una banda de ideólogos peligrosos que hay que acallar. Resulta cuando menos sorprendente que la «Conferencia por la Paz y Solidaridad para Siria» sea un asunto que no merece la más mínima atención, cuando los informativos no hacen sino inundarnos una y otra vez precisamente con todo lo que acontece en torno a este país.

En el fondo es una buena noticia. Dice mucho de lo que está sucediendo en realidad. Y como siempre, sin prisas y con tranquilidad, iré dejando el rastro de lo que acontece, para que cada cual haga su propia configuración.

Para empezar, algunas reflexiones de ciertas personas que nos acompañaron el fin de semana.

https://videos.telesurtv.net/video/657057/realizan-en-espana-encuentro-por-la-paz-en-siria/

Rosa Regás: «Estas jornadas son la creación de un grupo de gente que se propone apoyar a Siria y, sobre todo, a explicar a la gente lo que no les explican los medios de comunicación, que lo único que explican es lo que aparecen en las agencias de noticias americanas, que no tienen a nadie en el terreno y no saben lo que pasa, y nos hemos creído todos tonterías tan grandes como que en Siria hay una Guerra Civil, y como los americanos llenos de amor por la democracia se les ha ocurrido invadir Siria para sacar al dictador, lo cual no es cierto…»

 

 

 


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Ángeles Díez y la necesidad de recuperar la Comunicación

Así funciona el mundo

«Contra los medios de Comunicación»

Hay. Claro que hay gente que pelea y que lucha para informar. Pero lástima que para ello haya que mantener una clara confrontación con quienes, precisamente, deberían dar buena cuenta de ello.

Los periodistas, la inmensa mayoría que conocemos, están ocultos en sus madrigueras comiendo de la mano de unos cuantos impresentables. Y, al parecer, ello no les crea ningún malestar ni cargo de conciencia. Es más, muchos de ellos se enojan porque dicen que en su «oficio» hay mucho intrusismo, y que cualquiera publica ya en cualquier medio y que la profesión se está deteriorando. Es del todo desacertada esta impresión, una suerte de justificación de su claudicación. Y además, una parodia de lo que realmente debería ser su trabajo; de todos los artículos que leo al año, y los podríamos contar por miles, apenas unos cuantos que merezcan ser tenidos en consideración los firman periodistas de los grandes medios. Toda la información digna de ser analizada me la proporcionan desde la sociología, la fontanería, la politología, la jubilación, la antropología, desde la preocupación, desde quienes estudian la historia, activistas, desde el cabreo, profesionales de la educación, desde la abogacía, y un largo etcétera. Y generalmente, desde el anonimato (es decir, por personas cuyos nombres están normalmente castigados, ocultos o invalidados por el poder). Y las cosas así, en un porcentaje elevadísimo difícil de asimilar, apenas recibimos información de quienes trabajan y estudiaron para ello.

Trabajan para los medios, y eso les hace secuestradores, ocultadores, mentirosos y censores. La mayoría por dóciles, otro grupo porque no manejan la información mínima necesaria, algunos más por miedo y los más conocidos por suculentas cantidades de dinero. Entre todos amordazan la posibilidad de que podamos conocer lo que pasa realmente en nuestro entorno. Y todo porque los medios están vendidos, y porque la venta se efectúa para dirigir la opinión y conducirla a buen puerto. Al puerto de la guerra y del dominio.

Si dicha profesión está deteriorada, no es precisamente por quienes están haciendo lo posible para ser escuchados o leídos desde sus pequeñas plazas, sino precisamente por quienes tienen el título y/o la cobertura oportuna ofrecida por los propagandistas del expolio y la globalización.

Hoy es fácil para ellos defenderse de mis conjeturas. En su mayoría están unidos y son más proteccionistas que el sueño de Trump. Y tienen a su alcance una palabra que les reconforta y creen que les salva de su particular viaje por el entretenimiento y el engaño. Quienes llevamos tiempo procurando informar y revelamos las partes ocultas de todo aquello de lo cual están impelidos para contar, somos unos artistas en el uso de las teorías conspiratorias.

Pero somos más de los que creen, y nos deslizamos con paciencia. Y en la mayoría de las ocasiones, con trabajo, mucho trabajo.

Hay una socióloga menos conocida que el periodista más insípido con el que nos podamos encontrar en la televisión. Pero lleva tiempo indagando en esta aventura, y sus palabras y sus reflexiones nos ayudan a permanecer atentos, activos y laboriosos. Su labor se podría decir que es más o menos desconocida para la mayoría, pero eso tampoco importa, más bien confirma todas las sospechas, que hace tiempo dejaron de serlas…


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Charla CAUM: La Unión Europea Contra Rusia

28 de Enero de 2017

Intervención en el Club de Amigos de la Unesco de Madrid

Entre los papeles escritos y el tiempo permitido queda lo que aconteció en vivo. Y aquí os dejo toda la grabación de la charla, incluidas las preguntas e intervenciones del público.

Espero haber llegado a algún sitio… Un abrazo

No a la OTAN, no a las guerras


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Mi intervención en el Club de Amigos de la Unesco de Madrid I (segunda entrega)

CAUM, Madrid, 28-01-2017

 “La Unión europea contra Rusia – desinformación como arma de destrucción masiva-”

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

02- Medios de comunicación, desinformación y consentimiento

Parece haber una opinión generalizada muy negativa sobre los medios de comunicación (nos engañan y manipulan), pero paradójicamente, se sigue creyendo en lo que cuentan los periodistas. No hay más que ver los efectos perversos que han suscitado muchas de las noticias en la percepción que una buena parte de la ciudadanía tiene sobre Rusia o sobre Putin.

Tal y como dice Ángeles Díez, estamos ante una contradicción muy extraña, puesto que “incluso sin creerles, nos comportamos como si les creyéramos”.

Pero hay varios puntos que nos pueden hacer entender el papel que realmente juega el mal llamado cuarto poder.

01- La prensa sostiene la creación de la mentira y es el respaldo de quien controla los designios de la sociedad. Su objetivo no es informar, sino convencer a sus lectores de su propia fatalidad (de la desigualdad y del consentimiento y la resignación ante su propia explotación). Y no importa que no salgan las cuentas, y  que todas las empresas mediáticas estén en crisis, porque hay quien se hace cargo de su supervivencia, a cambio de falsear la realidad.

02- Los medios nos hacen entender el mundo, y de ese modo nosotros nos situamos en él. Los necesitamos para comprender, y ahí radica su fuerza. Y sabedores de esa fuerza, han monopolizado el relato del mundo, dejándonos huérfanos de otras noticias y otros modos de ver.

03- Construyen relatos coherentes y herméticos que no permiten que existan otras narraciones que vayan más allá de los que acuerdan el poder político y el poder económico.

04- Sostienen que forman parte de la democracia y de los sistemas representativos, por lo que argumentan que están al servicio de la población y que actúan como vigilantes del poder político. Pero esa función primigenia quedó ya muerta, cuando la banca mercantilizó cada rincón de nuestra sociedad.

05- Así, un sistema capitalista basado en la explotación, no puede subsistir sin la apropiación de los medios de producción de conciencia. Y con una delicadeza absoluta, convierten toda noticia en propaganda o entretenimiento, los dos pilares fundamentales para orientar el mundo de la percepción allá donde les interesa.

06- El periodismo se extinguió, y solo queda la propaganda que va a legitimar toda injerencia e intervención. Ya desde la guerra de Yugoslavia se viene produciendo el magnicidio de la comunicación, una especie de acuerdo multipolar donde difícilmente quedaba acceso para escuchar noticias que no fueran de la versión oficial.

07- Por muchos intentos que el gremio de periodistas haga por defender su profesión, la realidad les estalla en sus propias manos, cuando vemos que no cumplen ninguno de los requisitos necesarios para poder hablar de libertad de información. La existencia de muchos medios privados no significa en ningún caso que podamos hablar de pluralidad, porque todos beben de la misma fuente y pertenecen a los mismos grupos de poder (en la actualidad hay seis grupos mediáticos que controlan casi el 99% de la información que circula por el mundo). Todos trabajan con información pre-elaborada y ni tan siquiera procuran reconocerse más allá de su círculo de influencia. Es tan descarado cómo distribuyen las noticias (sobre todo aquéllas que podemos considerar “delicadas”), que la jornada de la liberación de Alepo tuvimos un día sin noticias, a la espera todos los medios de que les dictaran las oportunas instrucciones.

Todo parece indicar que esta realidad consigue desplazarnos de cualquier posibilidad de confrontar todo proceso histórico con garantías y con solvencia, porque terminamos atomizados y perpetrando así un verdadero castigo al conjunto de la sociedad.

Estamos perdidos si no somos capaces de recuperar el control de la comunicación, puesto que en manos de quienes está solo se reactiva la maquinaria de guerra y de disciplinamiento de la sociedad en general.

Y antes de que nos demos cuenta, ya convierten en ley la posibilidad de monopolizar el control de la información. 


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Mi intervención en el Club de Amigos de la Unesco de Madrid I (primera entrega)

CAUM, Madrid, 28-01-2017

 “La Unión europea contra Rusia – desinformación como arma de destrucción masiva-”

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

 01-  Introducción

El ser humano en general no se caracteriza por su tendencia a asumir los errores. Aun es más, intentamos ocultar siempre que podemos todos aquellos acontecimientos de cuyas consecuencias podríamos no salir muy bien parados. Nuestra propia fragilidad nos delata y procuramos enmascarar dichos sucesos solventando así la ardua tarea de enfrentarnos a cada pequeña “tragedia”.

Es extraño, por tanto, que nos observemos asumiendo con total naturalidad el último disparate cometido, o criticando nuestra propia conducta en la inolvidable cena de navidad. Y así también, se convierte en inusual que podamos llegar a anunciar que estamos completamente desinformados, no vaya a ser que quedemos fuera de juego en el próximo debate sobre el Islam.

Pero no debemos tener miedo a expresarlo. Porque no solo estamos desinformados, sino que además nos sentimos francamente desorientados.

La razón de dicha desconexión de la realidad no es muy difícil de entender. El esfuerzo que cualquiera de nosotros ha de acometer para saber qué sucede en el mundo ha de ser mayúsculo. Y no lo dudéis en ningún momento, agotador.

Si pretendemos indagar sobre lo que acontece leyendo los periódicos de mayor difusión y viendo los diferentes canales de televisión, no tenemos solución. Estar informado cansa. Pretender saber requiere un sacrificio y, lo más importante, tiempo. Mucho tiempo dedicado al maltrecho arte de aprender.

La ecuación es sencilla. Calcula el tiempo que dedicas a investigar y reflexionar, y estarás más cerca de averiguar cuan informado estás.

Pero sucede en exceso que una vez indagado y con años ya de experiencia, son legión quienes piensan que a estas alturas nadie les va a convencer de que puede haber otra razón. Y se termina leyendo la misma noticia y entonando la misma canción, aunque el mundo haya cambiado, y nosotros mismos con él.

Por tanto, urge salir de vez en cuando, y escudriñar, hasta en los márgenes de nuestra propia catadura moral, hasta descubrir más fuentes de donde beber, y algún que otro agujero en nuestra piel.

No vamos a estar informados del todo, ni succionaremos principio alguno sobre la verdad. Se trata de ser capaz, entre todos, de poner sobre la mesa un nuevo enfoque, o alguna buena nueva sobre los principios que han de regir desde la diversidad y multiplicidad de reflexiones. Y agrietar un poco, aunque sea, el pensamiento único que está minando nuestra sociedad.

 


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Mi intervención en el Club de Amigos de la Unesco de Madrid

CAUM, Madrid, 19-11-2016

 “Europa en el objetivo, a través de los refugiados”

 Primera Intervención

 Introducción

Lo primero, gracias a quienes habéis venido a escucharnos. Supone un esfuerzo, dejar el sofá en invierno y venir aquí, a compartir el frío que habita nuestro mundo.

Quiero transmitiros algunas ideas que he perfilado. Y para transmitiros con mayor rigor y mayor solvencia lo que quiero expresar y lo que he preparado, he tomado la determinación de detenerme muchas veces, a leerlo. Para que nada escape, para que ni el más mínimo detalle se me olvide. Quiero ser incisivo, directo, y compartir lo que he ido reflexionando estos días, a golpe de palabras y silencios.

Hoy, lo veo necesario, porque nos están acorralando.

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Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

 

Y me pregunto… Y os pregunto…

¿Cómo es posible que hayamos asimilado las cuentas del capitalismo al sentido de nuestras vidas? ¿Cómo es posible que haciendo un balance general, tengamos por un lado las ganancias, en dólares y, por otro las pérdidas, en vidas humanas? 

Ésta es la tierra que habitamos, la de miles de personas que viven en condiciones miserables incluso en las grandes ciudades occidentales; la de miles de personas que huyen de las mal llamadas guerras que no son sino invasiones; la de miles de personas que mueren en medio de las explosiones… Ésta es, una parte de la realidad que hay que mostrar, aunque ello nos lleve a difundir la desesperanza. (Naomi Klein dijo en su entrevista con Jordi Évole que no era partidaria de difundir la desesperanza… Yo creo que es necesario. Me parece el primer paso para llegar a concienciarse de lo que pasa, y uno de los detonadores para comenzar a actuar. La era del optimismo paraliza.)

Para difundir todo aquello que queremos mostrar tenemos la comunicación a través del lenguaje. Pero frente al lenguaje nos encontramos con la primera barrera que debemos superar. Ese modo de comunicación que parece tan eficaz, está contaminado. Nos han secuestrado el verdadero significado de las palabras, y esa acción tan extendida está dificultando enormemente que nos entendamos al hablar. Más aún, está impidiendo que podamos comprender medianamente qué sucede más allá de cada noticia  y cada novedad.

Voy a poneros algunos ejemplos para que se entienda bien lo que quiero mostrar. Nos hablan de una alianza de izquierdas en España, y resulta que uno de los partidos con la que se puede completar dicha alianza es casi neoliberal. Nos hablan de representatividad, de justicia, de cohesión social, y de un largo etc. Pero toda esa terminología política está oxidada, no sirve para comprender lo que su significado encierra. Porque su verdadero significado, está a años luz de lo que representa en realidad. De un modo similar, todo el arco geopolítico sufre los mismos síntomas. Notifican la llegada de una rebelión y se trata de una invasión, nos cuentan el acto de una manifestación y lo que hay detrás no es sino una simulación, nos hacen saber de la llegada de una vacuna y lo que desembarca con ella es un ejército dispuesto a matar, le llevan al rey de viaje a visitar una monarquía amiga y con lo que nos encontramos es con una dictadura de armas tomar.

La lista es interminable, pero efectiva.

La situación es ideal para jugar con nosotros. Hay que tener cuidado. Todo es confusión. Todo es líquido, como dice Bauman,  y se escurre sin dejar rastro ni poso alguno que merezca atención.  No hay justicia, no hay igualdad, y no hay representación de nuestros intereses.

El mismo concepto de Democracia es fiel reflejo de éste desbarajuste. Si hubiera democracia, la mayoría de la población estaría contenta con sus representantes, porque de eso trata la democracia, de gestionar los intereses de la mayoría. Pero casualmente, mira tú por donde, la mayoría está hasta las narices de ella.

Es importante saber de dónde partimos y, más aún, saber hacia dónde nos quieren llevar.

Dicen que somos ciudadanos europeos. Ya el término ciudadano tiene sus connotaciones, pero sería largo de contar. Por tanto, me remitiré a plantear qué consecuencias emergen de dicha aceptación acrítica.  

No cabe duda de que sutilmente se conforma una dualidad que nos diferencia. Estamos nosotros, y están los otros. Y, generalmente, los otros son más bárbaros que nosotros, a no ser que vengan con los bolsillos llenos o sean amigos de quienes hacen las leyes. Y una parte, y muy importante de los otros, son ellos, los refugiados.

Quiero saber por tanto, qué hace Europa y cómo trata Europa a los miles de refugiados que están huyendo de las guerras (mejor dicho, de las invasiones).

Quiero saber qué hacen en nuestro nombre los políticos que dicen nos representan. Qué hace Europa para saldar sus deudas con el mundo. Qué hace Europa para solventar las enormes crisis humanitarias que ella misma crea. Qué hace Europa bombardeando Libia y Siria, al mismo tiempo que se escandaliza por lo que han denominado ola de refugiados que ella misma crea…

Europa es una gran sucursal que ofrece desestabilización y recoge petróleo.

Ya el año 1915 resolvió con Francia y Gran Bretaña a la cabeza el reparto de Oriente Próximo en cinco zonas políticas y económicas, y como nos tienen acostumbrados, sin tener en cuenta su población, su etnia o su religión. El acuerdo Sykes-Picot, que hoy quieren dar ya por finiquitado, se firmó el 16 de mayo de 1916. En 1917, Gran Bretaña declaró que favorecería la creación de un estado judío en territorio palestino. Y en 1919, llega la Conferencia de Paz de París. A partir de ahí, todo es historia, todo es barbarie…

¿Cómo reacciona la propia ciudadanía europea ante Bruselas o Estrasburgo? ¿Cómo respondemos a nuestra propia arrogancia?

Yo reaccioné hace unos años, escribiendo algo parecido a un poema…

Europa

Sin caminos que conduzcan a ti, ya no alumbran el porvenir los fragmentos  de tus promesas.

Pernoctas abrazado a la desidia política, y no puedes despertar a la luz de ningún alba.

Incorporas a tu discurso el miedo, y no avanzas, ni siquiera cuando caminas…

Has vaciado de sentido un imaginario colectivo que no existía, y que dibujabas con esmero.

Solo tus guardaespaldas te contemplan.

En todos los acantilados está grabado tu nombre, limitando la tierra consternada con las aguas turbias sobre las que has vertido toda la mugre y los restos de tu soberbia.

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Este poema quiere dejar constancia del papel de Europa, del que no se habla, y del que se esconde toda su miseria. Este poema quiere expresar qué está sucediendo en la vieja y desvencijada Europa.

Europa nos da la espalda. A quienes quieren venir, y a quienes habitamos en ella. Y cierra los ojos, y deja abiertas las heridas…

Su supuesta incapacidad para resolver tanta problemática cansa, y todo parece indicar que su ceguera…, es voluntaria.

En toda relación social cuando estamos ante un contra-tiempo tendemos, en la medida de lo posible, a buscar los diferentes métodos para poder resolverlo. Para ello es muy normal y bastante cabal que procedamos a averiguar dónde están las causas del problema. Pues bien, en el caso que nos ocupa, se olvidan de las causas, y con el pensamiento único por bandera, nos trasladan a su escenario; un escenario de guerra en el que se acusa a la propia Siria y a Rusia, de crímenes contra la humanidad.

El cuento, si no fuera por las trágicas consecuencias que conlleva, resulta hasta irrisorio.

La oleada de refugiados a Europa no es un acontecimiento casual, no es un éxodo a contemplar desde un balcón de Alepo, observando como sus gentes se dirigen rumbo a Libia para enfrentarse al Mar Mediterráneo.

Por tanto, la primera pregunta que nos debemos hacer urgentemente es: ¿Quiénes causan todo esto ¿Quiénes son, quienes desde sus dependencias privadas, gestionan eficazmente hasta las tragedias?

Si retomamos la anterior “oferta” anglo-francesa que consistía en destrozar regiones enteras, si recordamos cómo se llevó a cabo “el reparto de África”, y si observamos con detenimiento cómo con cada invasión uno de los objetivos es dividir cada estado y minimizarlo hasta dejarlo añicos, tenemos perfilado con bastante nitidez un modo de obrar que no es nuevo, que consiste en beneficiar a los grandes estados imperiales para fortalecer aún más sus privilegios, y en llenar de vacío de poder y caos cada país donde “se ofrecen” para luchar (como dicen ellos) contra el terrorismo.

Este proceso, a través del cual se desmantela un país entero, hace imposible que durante toda una generación se pueda asistir a su restablecimiento. Y desgraciadamente, dicho proceso tiene incluso un nombre: se le llama La Teoría del Caos. Si fuera poco crear una masacre en vidas humanas con la intervención de la OTAN, luego se le añaden los embargos y se cierran las embajadas, para que el aislamiento sea ya un hecho y el objetivo final se consolide automáticamente; las tribus, o las diferentes etnias, o los diferentes grupos están sumidos en una disputa subvencionada, y la construcción de un nuevo gobierno solo tiene su validación con el respaldo de quién anteriormente creó el Caos.

Una vez destruidas todas las estructuras, y una vez liquidada cualquier posibilidad de salir fortalecidos de la masacre, llega además el golpe definitivo, que no consiste en otra cosa que dejar en manos de quien ha sido el destructor la posibilidad de crear un nuevo orden.

Tan sencillo como dramático, tan eficaz como inhumano.

Y si el proceso seguido en Iraq, Libia y Siria no es suficiente testimonio para constatar cómo se las gastan, ¿qué más ha de suceder?

Desgraciadamente, hay más: el capítulo de los refugiados. No contentos con dejarlos sin hogar, y no contentos con arruinar toda la estructura económica, ahora los movilizan para mostrar su rostro a las puertas de Europa, para dejar constancia de que la globalización también lleva consigo el equipaje de su propia fatalidad.

Pero eso sí, manifestando sin tapujos que la situación es incontrolable porque Siria vive bajo la amenaza directa de su propio presidente. Lo mismo decían de Libia. Siempre la misma cantinela. Siempre la ONU con sus objetivos impertinentes de querer proteger a la población.

Cada vez que los mal llamados líderes mundiales se juntan para proteger a la población dicen disponer de una base militar para mandar la ayuda humanitaria cuanto antes. Fueron capaces de utilizar otra crisis inventada, esta vez la del ébola para llevar militares a la zona y seguir con sus peripecias. Fueron a combatir el ébola con armas y militares, como van a todas partes donde hay negocio. Lo recordamos para dejar constancia de ello; el ébola se extendió por Guinea Conakri, Sierra Leona, Liberia, República Democrática del Congo y Sudán, casualmente países todos ellos ricos en petróleo, diamantes, coltán y otros recursos naturales. Y Vinieron a España para que el gobierno les autorizara a usar dos bases militares “Para apoyar los esfuerzos para combatir el brote de ébola en África Occidental”. Y vaya si lo combatieron, el brote se fue como vino, y los experimentos para desarrollar armas contra potenciales casos de bioterrorismo fue todo un éxito.

¿Cómo es posible no considerar estos modos de acción? ¿Cómo es posible que bombardeen todos los países una y otra vez y nos hagan creer que es en apoyo de sus gentes? ¿Cómo es posible que manifiesten su ira contra los terroristas y sean ellos quienes les financien? ¿Cómo es posible que haya una guerra en cada país donde brotan el gas y el agua milagrosa y nos digan que es porque los gobiernos y los dirigentes explotan a sus gentes? ¿Cómo es posible que donde convive la diversidad, de repente, estallen los ánimos de las gentes humildes y trabajadoras? ¿Cómo es posible que la violencia surja precisamente allí donde hay recursos que hacen vibrar a los grandes capitales? ¿Cómo, por favor, podemos seguir creyendo que Estados Unidos ni nadie pueda edificar la paz donde solo patrocinan la guerra?

Nada es casual. Nada crece sin lluvia y sin siembra.  

¿Qué hace Europa? Lo que viene haciendo media vida, poner el cesto para hacerse con su cosecha. ¿Y qué hace EEUU? La guerra. Nunca ha sabido hacer otra cosa, y es terrible que aun a día de hoy siga habiendo francotiradores del periodismo que halaguen su democracia.

Estados Unidos se fundó el año 1776. Han transcurrido 240 años, y ha estado en guerra durante 223. Es un dato escalofriante (el 93% de su tiempo de existencia). Pero es un dato extraoficial. Porque ellos nunca están en guerra, sino salvándonos a nosotros de su quema.

La oleada de refugiados, forma también parte de su guerra… Los refugiados; golpeados por un lado por la estrategia imperialista, insisto, por la estrategia imperialista y, golpeados por otro, por las olas del Mediterráneo y el desprecio de nuestros políticos.

Antes de dejar paso a mis compañeros, quiero terminar con unas palabras que escribí sobre la violencia desatada a nuestro alrededor, normalmente ejercida desde los estados…

 

“Hay que activar todos los protocolos porque nuestro mundo es un continuo estado de emergencia, en el que cada segundo, parte una ambulancia medicalizada a intentar reponer de un ataque a un pedacito de tierra que ha infartado”.

 

joséluis vázquez domènech

Ojos para la Paz


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Charla/Coloquio

Llegó la cita

Así empezaré…

«Lo primero, gracias a quienes habéis venido a escucharnos. Supone un esfuerzo, dejar el sofá en invierno, y venir aquí a compartir el frío que habita nuestro mundo.

…Nos están acorralando.»

“Somos cautivos de un inefable aparato mediático, que es capaz de convertir al agredido en agresor, y al agresor en alma caritativa que va por la vida ofreciendo ayuda humanitaria”.

SIRIA


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La violencia como estrategia: 05

¿Quién está detrás de la violencia estratégica de los Estados?

Nos dicen que el poder del Estado existe y se ejerce independientemente de quien lo haga en cada momento, y que destaca de la sociedad porque asume el monopolio de los intereses públicos con el fin de hacer prevalecer el bien común. Para darle una condición más noble nos hacen ver que se construye bajo el prisma de la soberanía, y si se añade que hay un derecho y una jurisdicción para evitar toda arbitrariedad, que entonces estamos ya ante la forma de administración política por excelencia.

Pero ya he hecho mención especial a uno de los principios que debo de acatar, y que viene a decir que es nuestra obligación distanciarnos de toda teoría que no termina de concretarse en vida.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

En el interior del propio Estado siempre ha habido gente con capacidad, sobre todo con contrastadas habilidades para garantizar su impunidad, algo que necesariamente se consigue con una férrea alianza con los dirigentes políticos y con los grupos de presión. Dicho control es el fundamento de las políticas modernas, y el camino para dirigirse hacia él, el objetivo claro de los nuevos actores.

Dado que en la sociedad actual lo que se valora es la libertad individual y el respeto a la propiedad privada, nos será muy fácil adivinar a quién se debe tanto apoyo y quién ofrece tan amplia cobertura.

Las reglas del juego político (porque siempre fue un juego que no debemos olvidar) se transformaron hace mucho tiempo, tanto, que probablemente deberíamos retrasarnos a los orígenes de las primeras corporaciones de prestamistas.

El temible juego de dejar en manos ajenas la circulación del dinero es probablemente la mayor de las calamidades protagonizadas por nuestros estados. Claro que con ello estamos obligados a afirmar que las violentas consecuencias que de ello se derivan representan el caso más delictivo hasta ahora conocido.

Discurriendo por este sendero no me queda más remedio que matizar que no se ha de coger una pistola y asesinar a alguien para así poder hablar de violencia. Basta con permitir que en la bolsa de Chicago se compren cantidades ingentes de productos de primera necesidad para que podamos percibir los nuevos ingenios con que se manejan.

El imperio de la ley, esa epidemia que se ha extendido con el aprecio de los grandes funcionarios públicos y de los insignes dirigentes de las organizaciones internacionales, está guardando bajo buen recaudo las más sofisticadas armas de destrucción masiva. Bajo un envoltorio democrático “incuestionable” infunde alas al crimen organizado y abraza la causa de las clases dominantes. En su regazo descansan mil y una clases de violencia y, peor aún, las fomenta.

La violencia del sistema cogió hace ya tiempo la mala costumbre de estar en todas partes. Diríase que se parece a Dios por ello, pero también porque desde sus entrañas emana toda maldición (y poca bendición) humana.

Su arrogancia es cuando menos curiosa. ¿Qué podría esperarse de quien se asienta sobre las estructuras legales para difundir su fanatismo con tanta solvencia? Nuestra actual cultura bebe, come y sueña con ella. Violencia a través de la televisión, de la estructura económica, de las guerras infinitas, de la liberalización de los servicios, de los terrorismos resucitados, de la publicidad descarnada, de las propagandas descubiertas, de las telenovelas románticas, de los trabajadores vigilados, o de los estudiantes privatizados. Violencia estratégica.

Su representación es un hecho. Una expresión descarnada que no vacila, entre otras cosas porque es escrupulosa con la ley, aunque del todo farisea con el pueblo.

Este tipo de violencia arrastra toda justicia por los matorrales, y obstaculiza a los sectores populares airearse o reflotar lejos de las garras punzantes. Es más, los obligan a convivir con ella, y a mirarse de frente arrojándose a las ciudades pensando que allí estarán presentes sus instrumentos de salvación. O los conminan a cruzar fronteras creyendo que más allá se librarán de la miseria. Una suerte de movilizaciones que están muy lejos de poder atender cualquier derecho humano.

Llega así la enemistad, a poblar de gentes las grandes urbes, los grandes estadios y las grandes migraciones. Y unos y otros luchando en espacios diferentes para delimitar la presencia del yo desarraigado y expulsado. Para defender la única parcela que queda, el aliento.

Luchando entre nosotros, mientras lo que parecía ya no es, y surcando hacia el letargo de la apatía.

La violencia como herramienta de control se ha sofisticado sobremanera. Y parece tarde para usurpar ese control a quien lo tiene. De poquito a poco los hombres de Estado fueron ofreciendo sus llaves a los vigilantes del dinero y se hicieron con todo, y lo que era una sociedad ahora es un mercado, y lo que era una huerta ahora es un autoservicio, y lo que era un rio es ahora una piscifactoría, y lo que era una nube es ahora un paquete de humo.

Ese trasvase en la toma de decisiones la hicieron y la siguen haciendo los representantes, que viven en los Estados pensando que son sus casas de veraneo. Y cada fin de semana  reciben en sus oficinas a los futuros liquidadores, y cuando éstos se van reciben a los medios de información, para así diseñar y fabricar mejor el consentimiento de tanta explotación.

Y entre todos construyen los relatos más inverosímiles, las mentiras más obscenas, y las manipulaciones mejor construidas.

No existe mejor disciplina que la que viene ejecutándose desde hace tiempo. Los políticos, los gobiernos y los Estados ya no se deben a ningún ciudadano. Ahora son sólo despojos de una maquinaria repleta de francotiradores.

Hay que insistir hasta recuperarnos de un progreso contaminado. La violencia que con mayor rigor se está ejecutando en el mundo es ésta, la decisión del Estado de pasar a manos del dinero. El mayor caso de terrorismo de Estado, capaz de aniquilar miles de personas por segundo, y de dejar en la cuneta a la República, a la Democracia, y a la gran Utopía.


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Nada cambia

Tela de Araña

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

El ataque intencionado de un ciudadano francés de origen tunecino contra la multitud, a los mandos de un camión, ha sido desde el primer minuto considerado por todos los medios un «atentado terrorista, yihadista, islámico, y continuación de la guerra contra Occidente que llevan adelante grupos extremistas».

Hollande, fiel a la ceguera que le caracteriza, y belicoso desde su corazón imperialista, nos hace llegar en su primera comparecencia que «toda Francia está bajo la amenaza terrorista, … es innegable el caracter terrorista del ataque, … somos fuertes y seremos más fuertes, lo juro, … y vamos a reforzar aún más nuestra acción en Siria e Irak».

¿Qué culpa tendrán los pobres sirios e iraquíes, que viven acciones como ésta día sí y día también? ¿Qué culpa tendrán, de que un ciudadano decida matar a casi un centenar de personas en Niza?

Es más que probable que los medios (y el propio Daesh) sean capaces de buscar una aguja en un pajar y dictaminen que hay una clara vinculación con Mohamed Lahouaiej Bouhlel, a pesar de que los servicios secretos y todas las fuentes policiales no tuvieran indicio alguno de ello. Pero os puedo asegurar que hay muchas más clarividencias para poder reconocer las razones de la «presencia» de Francia en Siria, Iraq, Mali, Níger o Somalia. Pero éstas no os las van a contar, no vaya a ser que vayáis ni tan siquiera a dudar de que Francia (desde hace tiempo), hubiera dejado de ser amiga de la libertad, la igualdad, y la fraternidad.

Estas palabras no dan la espalda al sufrimiento y al dolor causado por esta nueva tragedia, ni pretenden justificar acción alguna, ni permiten abrir los ojos al mundo conspirando contra la verdad oficial. Tan solo pretenden añadir nuevas piezas al puzzle, y que cada cual lo intente completar como pueda. 

Aquí os dejo tres pequeñas historias, para que podáis tejer vuestra propia tela de araña, y mi deseo de que tengáis un estupendo fin de semana.

https://cronicasdelhelesponto.wordpress.com/2016/02/01/de-damasco-a-paris-3/

http://www.nazanin.es/?p=12339

http://www.attac.es/2013/02/08/%C2%BFque-hace-francia-en-mali/


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Malas Noticias

Breves: 

Democracias y Medios de Comunicación

El día que decidí ser breve he de reconocer que gané en tranquilidad. Sin necesidad de pasar horas en bibliotecas y de revisar a fondo las estanterías, observé que en muchas ocasiones bastaba con saber escuchar y reaccionar al instante.

Siento nuevamente no poder traeros buenas noticias.

Estamos mucho, pero que mucho peor de lo que pensábamos. Acabo de escuchar a una veterana tertuliana decir que la democracia… se mide por la calidad de sus medios de comunicación…

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech

 

 


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Estrategias

Breves:

Jugando que es gerundio

Cabría pensar en unas nuevas elecciones. Los movimientos desde el principio van a marcar las distancias. Pedro Sánchez se presenta conciliador, a derecha y a izquierda. Ayer hasta parecía sonreír dando a entender un acuerdo (imposible) con Podemos y Cs. Pablo Iglesias no sabe pensar a largo plazo, nunca lo ha sabido, y le va a pasar factura. Marca posiciones que muestran mayores dificultades (eso dirán) para cualquier acuerdo.

Nunca debió embarcarse en esta ruleta que no juega para su fortuna.

Piensa…, habrá nuevas elecciones. Y la mercadotecnia socialista y popular ya está trabajando a destajo. La ciudadanía está contemplando un nuevo episodio. El más importante. Y lo percibe y terminará por creerlo. La investidura fracasa porque Podemos no quiere sumarse a la posibilidad planteada por el PSOE.

Piensa. Hay nuevas elecciones. Ha pasado casi un mes. En el ambiente (los medios de comunicación ya han dado buena prueba de ello), se palpa la noticia. Podemos ha impedido el acuerdo. Los socialistas lo han intentado por hache y por b, con todos, pero no ha podido ser.

PP y PSOE. Cada cual por su lado querían un acuerdo, pero no han podido.  Y los periodistas lo repetirán, y nos inundarán con la noticia. La gente va a votar. Y Podemos, volverá a quedar tercero. Bloqueó el proceso (insistirán).

Este mes no es para elegir al nuevo presidente. Es para allanar el camino y posicionarse en la nueva casilla de salida.

Así es la democracia. ¿Te gusta?. Es en la que participas. La que te vuelve a decir que vayas a votar. Y tú, vas.

P.D. Hay otra posibilidad. Más lejos. Está en Bruselas, y consiste en poner a un sujeto “independiente” (que el rey se encargaría de hacer saber para una nueva investidura) porque estos mequetrefes están tardando y esto se pone feo. Los de siempre se ponen de acuerdo y lo acatan. Es la solución de emergencia por si el castillo de naipes cae. Pero la veo improbable. Pero posible.

 …Porque así es la democracia. 

(que siga girando la noria)

Photo by joséluis vázquez domènech

London Eye – Photo by joséluis vázquez domènech


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Al revés

Breves: 

(sin bondad)

Lo que podría ser lógico se convierte en una excepción, y lejos de poder elogiar la bondad estamos a las puertas de tener que reconocer que lo que triunfa es el terror.

Incluso lo «democratizan» llevando a los parlamentos la necesidad de tener que ir a la guerra. Y quien pretende cerrar las puertas a todo abuso de poder es tratado de ingenuo o bonachón, constatando que la humanización del dolor se ha desvinculado de las fronteras que puedan ir más allá de las líneas de nuestra piel.

El sufrimiento ajeno es cada vez más un acontecimiento, incluso una película en color, pero nunca una profundización de nuestro propio daño. Habitamos dentro de una fortaleza construida a través de todos los medios de comunicación, pero no lo olvidemos, también respaldada con nuestra propia simulación.

Hemos llegado a ser unos expertos en cosificar al «otro».

Somos basura, y ya no se trata de que el mundo esté al revés y de que todo esté enredado y no seamos capaces de ver, sino que hasta podemos llegar a decir con total tranquilidad que la próxima generación va a asistir al irreverente fenómeno que va a suponer el triunfo de la estupidez.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech


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El deporte al servicio del Capitalismo

Carta a toda la afición

(y la exigencia moral de liquidar la mayoría de competiciones)

Introducción:

Un grave problema que afecta seriamente la credibilidad de nuestras democracias está en la inmensa dificultad que tenemos para acceder al buen uso de la información, es decir, a cierta objetividad e independencia a la hora de tratar todas las noticias (la opinión pública está mayormente influenciada, regulada y controlada por los medios de comunicación). El mismo pack trae consigo los ilimitados obstáculos que se han de superar para poder mostrar en tiempo real (al menos en un periodo próximo a los acontecimientos que se están tratando) todas las mentiras que nos están contando.

Seguir el rastro de los modos, los tiempos o los enfoques con que se nos muestran las principales «incidencias» (guerras, invasiones, atentados, protestas…) ayuda mucho a saber descifrar la existencia o no de la veracidad que transmiten. Y en los últimos tiempos andamos sobrados de estrategias manipuladoras que incluso llegan a hacer gracia por sus indudables defectos de forma. Todo lo sucedido con la irrupción del Estado Islámico es buena prueba de ello. 

Pero no quiero hoy tratar el origen y expansión de este grupo. Más bien ponerlo como cebo para poder llegar a comprender qué sucede en este agreste mundo globalizado.

Quienes dirigen el cotarro saben muy bien dos cosas. La primera, que controlar los medios de comunicación es el primer paso para alcanzar todos los objetivos. Y la segunda, que mientras ejecutan sus innumerables actos delictivos de guante blanco, nada hay mejor que entretener a la población con anestesiantes que llenen de euforia las horas muertas de las jornadas cotidianas.

La mercantilización del deporte:

Todos sabemos que el deporte es el mejor dispensador de tiempo libre. Pero parece ser que no son muchos quienes se interrogan por su verdadero papel en nuestras vidas. Para simplificar los argumentos podemos llegar a decir, sin miedo a equivocarnos, que quienes nos auxilian con esos anestesiantes son los mismos que poseen las herramientas para manipularnos masivamente, y que también son los mismos que dinamitan con sus millones de dólares la paz en un mundo impregnado de humo y miedo.

El proceso es sencillo. Ofrecen a los ciudadanos ávidos de tiempo libre espectáculos que satisfagan sus deseos inminentes. Pongamos tres o cuatro ejemplos fáciles de interpretar. El fútbol, el baloncesto, el automovilismo y el motociclismo. No es casual que los deportistas que brillan en cada una de esas facetas sean todos multimillonarios. Lo son porque hay quien decide que así ha de ser, para engrandecer el circo al que representan. Y el encubridor de tamaña incongruencia no es otro que aquél que paga para que todo prosiga de igual manera. Los mismos que ejercen de tiranos y   conquistadores con su capitalismo rampante, son quienes financian a Cristiano Ronaldo, a los hermanos Gasol, a Fernando Alonso o a Jorge Lorenzo. Los magnates de la construcción, los grandes bancos o los petrodólares árabes son (por citar a algunos) los tristes protagonistas que a ti, amante de éstos eventos, te deberían hacer pensar. 

Por un lado participan en desembolsos importantes en la elección de presidentes o de cargos políticos, están en la línea del frente a la hora de reconstruir países que ellos mismos han llevado a la guerra, y crean lobbies de presión para dominar los centros de decisión de medio mundo. Y, por otro, mientras manchan sus negocios con una y mil peripecias geoestratégicas de difícil catadura moral, inyectan el dinero suficiente en determinadas modalidades deportivas para tener gozosa y satisfecha a gran parte de la población.

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Las incoherencias devienen así  más visibles en un sector de la población altamente contaminada por esta fiebre televisada. ¿Qué piensa Ada Colau cuando se sienta en el palco del F.C. Barcelona? (Es probable que nada diga al respecto mientras ocupe su cargo, y que incluso se adhiera a mis planteamientos. Pero ahí está…). No importa que la afición sea militante de Podemos, de Izquierda Unida, del CUP o de cualquier agrupación popular asamblearia. La enfermedad también afecta a quienes piensan que salvaguardan la supuesta decencia ética. Mientras lanzan diatribas contra Israel o Arabia Saudí aplauden los goles de Messi a rabiar. Mientras inundan sus redes sociales de indignación ante los señores de la Troika animan a Valentino Rossi, enloquecidos con sus derrapes y adelantamientos sin par. Y mientras cenan disfrutando con Jordi Évole se frotan las manos viendo la NBA. Resulta difícil de entender, pero es así. Se alegran una y otra vez con las migajas que les ofrecen los mismos que gestionan las políticas contra los que luego ellos mismos dicen luchar. 

Más de uno ya estará pensando que estoy extremando el discurso, o que yo mismo también protagonizaré mis pequeñas atrocidades con mi disertación y mis turbias aguas en la vida real. Puede ser, pero ello no ha de empañar la reflexión. Lo que me importa es descubrir los agujeros negros que nos succionan. 

Esta circunstancia la observo importante y necesitada para saber gestionarla. Es decir, hay que mostrarla  abiertamente para poder reflexionar. 

Deberíamos volver a las canicas, a la petanca, a los bolos o al dominó. Lejos de los dominios de los mercados, y próximos a nuestros vecinos, con quienes poder vivir los deportes y los juegos alejados de tanta contaminación. Si de sentir los colores se trata, qué mejor que esos partidos de pueblo, celebrando hasta la derrota. Pero hoy los colores no se sienten, se compran a destajo, se venden cuando hay premura, o se lavan con lejía si el equipo lo compra un patriarca ruso o un excéntrico chino. ¿Qué más da?, si lo que importa es prevalecer en la nebulosa de la gloria.

Una urgente reflexión:

¿De verdad sigues insistiendo y me quieres hacer creer que sientes la camiseta como si fuera tu segunda piel? He de retomar mis primeras líneas para declarar que no se me han olvidado. Cada jornada suceden en el mundo infinidad de acontecimientos que nos dejan sin respiración. Pero la búsqueda de la verdad no entra en ese guión. Bombardeos, matanzas, violaciones, deportaciones, emigraciones masivas, mutilaciones, hambre… Y yo no tengo todos los datos para enlazar directamente cada causa con su nefasta consecuencia, pero sé que los mismos que te quieren hinchar de palomitas y cervezas frente al televisor son los mismos que te abren las puertas a sus estadios. Y, lo que es peor, los mismos que subvencionan la incultura y la brutalidad patrocinan tu euforia ante la pantalla del hogar.

Hace bien poco ha aparecido una noticia, que sin que para mí sea sorprendente espero te haga recapacitar. Yo ya he escrito mucho sobre ello, (casi siempre como ya he dejado constancia antes, sin pruebas contundentes). Pero los años siempre reparan las mentiras. Qatar admite tener relaciones con el Estado Islámico. No te quiero ni contar qué tiene que haber escondido en ese escenario, en el que países como Estados Unidos, los Emiratos, Arabia Saudí, Israel o la propia Qatar han sembrado de putrefacción y dinero. Te aseguro que para cuando ellos admiten tener relación, es porque millones de personas ya lo sabemos desde hace mucho.

Ahora te pregunto. ¿No te da vergüenza saber que tus ídolos son el trueque necesario para que te olvides de la verdad que esconden? ¿No sientes una auténtica repulsión hacia quienes utilizan sus fondos para aniquilar gobiernos y, al mismo tiempo, entretenerte tiñendo con tu color la sangre esparcida? ¿No quieres detenerte un segundo, y pensar que tal vez no resulta lógico que unos cuantos figurantes cobren cifras astronómicas mientras tu barrio se llena de pobreza y desilusión?

Es probable que casi todos seamos incoherentes con aquello que proclamamos, sobre todo en estas redes sociales en las que tan fácil es darle al me gusta, y tan difícil pararse a pensar. Sí, es probable. Pero me niego a admitir que un ciudadano que dice luchar por el cambio, admita y dé alas a la continuación de este macabro juego, que ni es deportivo, ni es justo.

Cualquier socio de esos grandes equipos españoles debería exigir a sus presidentes el final de tanto disparate. Pero si lo que te importa es que en tu puto equipo jueguen los mejores del mundo, a costa de cualquier cosa, has de saber que estás favoreciendo el progreso de la miseria. Sí, has de saberlo.

Y ahora, celebra todos los goles que quieras.

Colaboración para Iniciativa Debate

 

 

 


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Carta abierta a todas aquellas personas que Podemos luchar por el cambio

Interpretaciones para el Debate

Probablemente es el momento para redirigir la mirada a este movimiento que ya se convirtió en partido, y a una nueva perspectiva crítica (positiva a mi entender) capaz de analizar toda una serie de acontecimientos que ni podemos, ni debemos olvidar.

En una primera exposición que ya efectué antes de las votaciones europeas, dejé constancia de una de las brechas más significativas que me distanciaban de sus planteamientos. Su ausencia de ideología no solo se está agudizando, sino que se está escorando (aunque ellos no lo manifiesten) hacia ese espacio donde los cimientos del poder pueden asentarse con mayor seguridad.

La moderación cada vez más evidente de todos sus discursos, y una serie de detalles que no pasan desapercibidos nos ayudarán a modelar mejor los espacios donde cada posición política se asentará para comenzar la carrera hacia la presidencia del gobierno.

Quiero mostrar mi rechazo absoluto a ese bipartidismo que ha menospreciado a toda una sociedad en su conjunto y ha dejado que se instaure en España una política mercantilista que ha convertido en capital de cambio la sonrisa humana. Pero ello nunca puede ser óbice para que otro partido que desee alterar el rumbo de los acontecimientos no pueda ser estudiado en profundidad para que podamos adivinar qué se oculta en medio de todas las estrategias.

Así, estamos obligados a comenzar con la primera piedra de toque y, por tanto, averiguar la razón de ser de unos movimientos que no respondían (aparentemente) a las maniobras de los dueños de los medios de comunicación. Es del todo ilusorio creer que el respaldo mediático que se ofreció a Podemos fuera una anécdota que se podría resumir en el tirón de su líder. Tal y como funciona nuestro sistema político, con el aval incansable de un periodismo que recluta legionarios a base de talones exquisitos, se hace necesario responder a ésta pregunta. ¿Por qué, de repente, una corriente económica e ideológica próxima al neoliberalismo (atresmedia) sirvió de altavoz al nuevo eco de la ilusión?

Motivos exógenos a la propia formación no le eluden de responsabilidad a la hora de clarificar todo este episodio. Puede ser cierto que la necesidad más urgente en las altas esferas del poder fuera buscar un refugio donde atrincherar a probables desestabilizadores del orden, más aún en un momento donde los movimientos sociales comenzaban a recobrar fuerzas y tomar las calles. Por ello, no dejamos de lado esta probabilidad: Podemos puede ser el escenario más apropiado donde depositar la rabia acumulada y ese ardiente deseo de derribar los muros de las élites y sus finanzas. Así, qué mejor que un partido nuevo que amortigüe lo que podría ser un golpe en el centro de flotación a un entramado político que se vería asediado por continuas manifestaciones y rebeliones.

Seguir reflexionando desde el oportunismo y la óptica de quienes pueden salir beneficiados de todo ello, es más que probable que nos ayude a eliminar el vaho de nuestros cristales. Y tenemos que al mismo tiempo que se consigue un estupendo sparring, se dinamita la fuerza que desde la transición necesitan tener doblegada, asestando el golpe definitivo a cualquiera de sus esperanzas. Izquierda Unida y todo el trabajo realizado por miles de personas desde las bases populares (procurando agrietar los muros del poder) no verá nuevamente fruto alguno a sus denodados esfuerzos. Aunque en su debe también deberíamos hacer constar que tiempo tuvieron para extremar su discurso y ser más pragmáticos y populistas (en su buena acepción) con su aventura.

El auge de Podemos ha sido constante, y las apariciones televisivas el detonador perfecto. Hay que subrayar este hecho, porque del mismo modo que ese punto es una de las causas que permite amplificar sus voces, lo va a ser también ahora de su enojo por la llegada de las críticas desaforadas. Es decir, lo que no es de recibo es hacernos creer que el impulso no se debía a la inestimable ayuda de la Sexta, y sí en cambio la nueva etapa de acoso e intento de derribo programada y ofrecida por las diferentes televisiones. Ambas situaciones germinan desde el mismo centro de operaciones.

El afianzamiento de esta fuerza resulta un hecho, y el bombardeo de encuestas poco serias mostrando su liderazgo todo un acontecimiento. Una fase en la que insistentemente nos venían mostrando la hipotética victoria de esta formación también descubre los requiebros que se están realizando para movilizar el voto del miedo.

Probablemente, se les ha ido de las manos. Pero el supuesto plan sigue su curso y todo indica que redoblarán fuerzas para ser capaces de aplacar los movimientos de Podemos. Antes de las elecciones generales el Partido Popular habrá purgado la mayoría de sus «casos de corrupción» y llegará más oxigenado al envite final.

El otro partido representa al perfil sociológico más difícil de asumir y comprender de España. Los de Ferraz, teóricamente, deberían estar renegociando sus deudas con los bancos y sus gentes porque estaban llamados a desintegrarse, respaldados por su propia estupidez. Pedro Sánchez ha asumido el papel a la perfección y está escribiendo uno de los capítulos más tristes justo en el preciso momento en que cualquier organización socialista debería acometer las más profundas de sus transformaciones. Y sus teatrales movimientos están llegando tarde y son tan irrisorios que merecen el mayor de los oprobios. El P.S.O.E. sigue representando a la saga de políticos que hay que procurar descartar cuanto antes. Lo esperpéntico es que sigan aguantando el tirón y todavía queden incondicionales capaces de mirarles a los ojos, a pesar de los esfuerzos que siguen haciendo por mostrar el rostro más inhumano e indecoroso con su adhesión incuestionable al régimen monárquico, financiero y elitista. Las cosas así, su batalla interna con los afiliados seguirá siendo de calado cuando las coaliciones o pactos concretos sean su única salida, aunque también tengo que recordar que a muchos de sus seguidores les será igual arre que so; todo sea por proseguir copando las tan apreciadas cumbres del poder.

Tempus Fugit News

Tempus Fugit News

Y ello, si no se produce una de las maniobras más deprimentes de la que ya dejé constancia; la foto la dibujan Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón  juntos, porque puede ser uno de los mayores reclamos (en función de cómo se estén gestando las diferentes posibilidades) de un buen número de ciudadanos. Sería el punto final a la meteórica carrera de los profesores universitarios. No deberían dar ese paso bajo ningún concepto; constatarían la nula apuesta por revolución alguna, y destruirían el sueño de las izquierdas en el momento menos oportuno desde la muerte del gran dictador.

Es complejo poder indagar en todos esos aspectos que desde fuera inciden directamente en el devenir de Podemos, pero no lo debe ser tanto procurar hacerlo desde dentro. Tenemos movimientos internos, actitudes y realidades que han de ayudarnos a cerrar el círculo, y no perder detalle para hacer un boceto más asumible en términos más objetivos.

Quiero mostrar solo unos detalles que para mi son representativos de un camino, y al que necesito prestar atención. Desde luego, muchísima más atención que la que sus enfervorizados seguidores le van a conceder.

Es cierto que hemos vivido y vamos a presenciar una enconada serie de ataques que no conocerán freno hasta después de las elecciones generales, generalmente sin mucho fundamento, y con el único objetivo de destrozar esta formación. Por ello muchas personas se sienten incómodas ante tanto desenfreno y tanta injuria, pero inclinarnos a la necesidad de observar críticamente todo lo que está sucediendo no debería ser recibido con esos gestos de reprimenda y animadversión. Es más, cada vez veo más urgente un espacio dentro del propio partido que acoja una mirada crítica, antes de que releguen al olvido aquellos orígenes que parecían abrazar la causa de los más desfavorecidos.

Y así prosigo. Uno de los fracasos existentes en el plano socio-político es la distancia cada vez mayor que se está produciendo entre la clase dirigente y la clase que verdaderamente está sufriendo las consecuencias de esta guerra sin cuartel contra el estado del bienestar. El movimiento 15M se presentó como conductor de ese sufrimiento y lo canalizó a través de la calle. Las dos corrientes más significativas de Podemos indicaron desde un principio que los indignados eran su referente, aunque ya dejaron claro que el déficit organizativo que representaban había que suplirlo como lo han hecho. Pero, ¿qué hay de real en el reflejo social de esta pantalla? La respuesta no favorece lo que en principio parecía iba a ser. El movimiento no fue capaz de aglutinar a ese colectivo obrero damnificado, y Podemos, mucho menos. Y ahí radica una grave penalización, dado que ese vacío reconduce la lucha política sin que quienes más sufren puedan engancharse a esperanza alguna. Y hay que recordarlo, esto no tiene marcha atrás. Si analizáramos quiénes representan o lideran la mayoría de círculos en los diferentes municipios, y quiénes han sido los principales candidatos, nos daremos cuenta que las clases medias y bastante bien acomodadas, copan ese mercado (desde la cúpula hasta sus bases). Negar esto seguirá amordazando una realidad que necesita oxigenarse.

Si hubiéramos de crear un perfil medio de quienes se han emocionado con el nuevo partido, la población urbana, treintañeros, gente con estudios secundarios o superiores, y pertenecientes a las nuevas clases medias o altas (obreros y profesionales cualificados, trabajadores de la Administración y servicios, y empresarios) dibujarían su mejor adhesión, y las clases menos pudientes, autónomos o agricultores no serían su mayor baza. Y lo más grave, tampoco parece haber intención alguna de subsanar dicha ausencia. Puede ser cierto que sociológicamente los sectores más desfavorecidos queden atrapados en un bucle de resignación (y sin deseo alguno de acudir a votar), pero ello no debería ser causa para que prosigan los mismos criterios de fidelización política. Y además, siendo realistas, Pablo Iglesias y su equipo deberían abandonar cualquier llamamiento a los más desfavorecidos si nada hacen para integrarlos en el proceso (y en su organigrama). Aunque parezca contradictorio, como ya ha reflejado Thomas Jeffrey Miles, “los más activos a favor del movimiento pertenecen ellos mismos en su mayoría a grupos de población que ya tenían más posibilidades de ser cooptados por el establishment, que todos aquellos que están más amenazados por la crisis”.

La Asamblea celebrada en Vista Alegre ya dejó claro cómo se distribuye el poder y en manos de quien queda. El hecho de que los vencedores hayan sido respaldados por una mayoría aplastante de los votos no dota a esa opción de ser la más exigente y defensora de las causas más justas, solo significa que su líder tiene un tirón sin precedentes.

E igual ha sucedido en las últimas votaciones para elegir a sus candidatos para las autonómicas, siendo mucho menos representativas las listas no apoyadas por la dirección oficial.

La novedad, el poco tiempo empleado en su formación y otros condicionantes han posibilitado cierta desconfianza en el buen avance de la creación de todos los círculos y en la presentación de candidatos. Por ello desde arriba ven necesario atar en corto todos los movimientos. De ahí también el recelo para presentarse a las municipales con su nombre. Es entendible dicho miedo, pero también se ha de cargar con las consecuencias de sus propias decisiones. Sigo manteniendo que Podemos no debió presentarse a las elecciones europeas, y que la etapa de construcción del partido hubiera sido mejor prolongarlo para dotarlo de una mayor consistencia, tanto política como organizativamente. El cambio de discurso efectuado también forma parte de esa falla, junto con el hecho de que diferentes “cabezas visibles” pueden patinar también con sus declaraciones, denotando que no hay coherencia interna, o que de haberla, deja mucho que desear.

El País Vasco y Navarra ya han presentado sus credenciales, y desde altas instancias parece que va a quedar claro que habrá dificultades para quien desee pactos con la Izquierda Abertzale, al margen de que muchos círculos o incluso la representante navarra, Laura Pérez, no vea con malos ojos pactos programáticos para conseguir el tan ansiado cambio político en la comunidad foral.

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Tras las últimas elecciones en Andalucía no parecía del todo acertada esa “ingerencia” desde Madrid, y todo indica que a última hora se han impuesto las condiciones de Teresa Rodríguez, tres exigencias que ayer mismo corroboró Pablo Iglesias en rueda de prensa; que la Junta no contrate con bancos que desahucian familias sin darles alternativa, que Díaz se comprometa a reducir altos cargos y a cambio readmita a profesores y maestros interinos, y que imponga tolerancia cero a la corrupción y exija responsabilidades políticas a los expresidente Manuel Chaves y José Antonio Griñán al margen del resultado de la investigación judicial sobre los ERE en que están inmersos.

Pero más allá de estos cambios y cómo se resuelvan las negociaciones, quiero dejar claro que las reflexiones aquí expuestas no responden a una interpretación mia sui géneris, sino que vienen determinadas por sus actos al incumplir lo que ellos mismos prometieron, esto es, que en todo momento las bases iban a ser quienes decidirían cómo y con quién deberían pactar (o no). “Tal y como aparece en los documentos organizativos aprobados en la Asamblea Constituyente Sí Se Puede, los pactos electorales se decidirán por todos los inscritos e inscritas en Podemos de cada territorio, que constituyen cada Asamblea Ciudadana Territorial”. (Ione Belarra)

No hay explicación alguna para perdonar críticas hacia Podemos ante evidencias que consideramos importantes, y que con cualquier otra figura política no hubiéramos dejado pasar. Asumo que miles de flechas ya se han lanzado para herir el progreso de este partido, y que les esperan meses difíciles enfrentándose directamente a las cloacas del poder y sus mercenarios. Pero no me parece prudente que por ello hayamos de abandonar un espacio crítico, sobre todo si se procura efectuar con prudencia, con trabajo, y sin ningún ánimo de ofensa ni de derrumbe. Bien al contrario, somos muchos quienes deseamos una urgente transformación que termine regenerando el cielo político. Pero también somos muchos quienes exigimos cambios de mayor calado y un mayor esfuerzo para que los más afectados vean un poco de luz en el oscuro escenario que nos ciega.

Quiero terminar con una última interpretación de los hechos, que sostiene una de las razones por las que se va a minar la pretendida ascensión al poder. Las clases asentadas y que no temen a la crisis, porque sus bolsillos están candados y a buen recaudo, no necesitan de la asimilación ideológica de ningún tipo para perpetuar sus intereses o sus maquillados cambios. Les vale con que sus tipos de interés estén defendidos, desde uno u otro bando. En cambio, desde la izquierda, o más bien desde la zona de no confort, es necesario cuestionar los principios, la concepción del mundo y los discursos, porque se espera de ellos una transformación: la transformación soñada que nunca llega.

El activismo siempre será mínimo, por lo que los momentos de desazón y de regresión aparecerán constantes, sobre todo cuando las erupciones ya hayan dejado su impronta. Y estamos ahora en uno de esos momentos, ratificable (para mí sin ninguna duda) con los datos de participación en la elección de candidatos para las autonómicas, próximo al 20%. Una tasa bajísima que bien debería hacer pensar a quienes creen controlar los funcionamientos de las nuevas democracias a través de las redes sociales.

Aunque pueda parecer contradictorio en un partido liderado y apoyado por un gran número de universitarios y estudiantes, va a ser precisamente el significante y la reflexión política la que vacíe cuantitativamente las arcas de la nueva formación. Ésta solo se encontrará cómoda en la ausencia de todo rigor político y fundamentación de sus obejtivos. Y cuanto menor sea el grado de profundización de los pensamientos, mayor será el porcentaje de posibles votantes. Y ellos lo saben, y es a todas luces, preocupante. Y lo digo cabizbajo, porque este giro permite la estandarización de la atonía política y, con ella, la desconexión absoluta con los principios originarios del cambio.

Si creéis que podéis, por favor, repensar en qué consistía aquella indignación, y dónde quedan los rostros más marcados por la crisis.

Si podéis, por favor, hacer llegar mis palabras a quien proceda.

Un abrazo, joséluis

colaboración para Iniciativa Debate


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Desenmascarando la corrupción

La Gran Perversión

La corrupción sostiene todo el discurso de la confusión, de la mediocridad y del desfalco. Y sin que importe lo más mínimo el bien social centra su objetivo en proteger el egoísmo más ruin.

Detrás de la corrupción política hay una especie de ética corporativa, construida para guarecerse de la sociedad a modo de fortificación impenetrable. Todas las instituciones, partidos, organizaciones y ciudadanos que necesitan justificar su deplorable actividad se yerguen autoproclamándose valedores de una ideología alejada de todo mal.

Y diseñada la  trampa llega siempre la sorprendente explicación. Esa respuesta “pedagógica” que les exime de todos sus pecados. Ellos lo saben. La monarquía, los diputados, la policía, los ministros…; es igual. No reparan ni en tiempo ni en gastos para defender sus actos y su posición, y tan siquiera se plantean la distancia que les separa del resto de la población. Se hacen fuertes precisamente así,  alejándose de la arena y sentándose en los púlpitos que conforman los espacios de la dominación.

Un claro ejemplo lo representan decenas de imputados, capaces de coger asiento en el tribunal cuan héroes de un extraño fenómeno paranormal. El enorme distanciamiento que se imponen les otorga la necesaria seguridad, y solo la prepotencia les salva de poder mirar de frente el mundo real. Es así como se convierten en jueces y manifestan sin complejos sus criterios y sus modos de actuar. Asoman desde sus privilegiados miradores para dictar sentencia, y les apasiona observar… cómo su poder obstruye el camino a los demás.

Sin ese poder no podrían abastecerse del orgullo que se necesita para presentarse en público libres de toda timidez y vergüenza. Su estatus requiere primeramente consciencia y, posteriormente, fuerza, mucha fuerza, para avanzar con todo el peso que a sus espaldas habrán de llevar.

Estamos ante un conjunto de maniobras bien pensadas, que como dardos envenenados nos atraviesan. Son parte del engaño. En nuestras vidas también participamos de trucos y señuelos, pero aún estamos lejos de tanta codicia, daño y menosprecio.

Ahí radica uno de los mayores males que se ha instalado entre nuestros gobernantes y representantes, en la absoluta desconsideración con que nos tratan,  reflejada perfectamente en pantallas de plasma y en tarjetas de negro recorrido. 

Esta puesta en escena no sería posible sin la participación de una ignorancia de latifundio, que conlleva la ausencia total de crítica y reflexión. Un hecho social que se esconde en la cicatería personal y que es fruto de una falta de educación que obstruye el camino de toda construcción en plural.

Tanta impunidad solo puede mostrarse dentro de los parámetros de una decadente moral, de arrogante incultura y con la inestimable protección de muchos lobbys de salón.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Avanzamos. Todo colectivo necesita cimentar las relaciones sociales sobre unos soportes jurídicos que se apropien de la legitimidad y los valores propios del conjunto de la población. Pero precisamente desde esta perspectiva topamos con argumentos de escasa proyección en nuestro entorno más cercano.

Una de las grandes diferencias entre los países nórdicos y los países mediterráneos radica en el nivel de confianza existente entre sus habitantes. Noruega está a la cabeza, y los propios ciudadanos respaldan las gestiones económicas de sus gobiernos porque estos mantienen unas pautas de disciplina férrea en la construcción de una democracia social justa y equitativa. Noruega invierte el dinero de su petróleo en un fondo soberano destinado a procurar la riqueza de sus habitantes, y éstos responden sin la ostentación clásica que podemos apreciar en ciudades como Londres, o Barcelona, o París. Como resultado de las políticas públicas igualitarias nos encontramos con un país homogéneo que ha construido un enorme nivel de confianza. Y así, no es casual que presente un nivel muy alto de transparencia, y que casi toda la información gubernamental pueda ser accesible para el público en general.

En el otro extremo estamos nosotros. No solo renegamos de los políticos, también de nuestros compañeros y vecinos. Y mejor no mentar los índices de transparencia de las instituciones, los partidos, y hasta de los clubes deportivos. Las posibilidades de que el nuevo alcalde termine viviendo en un chalet son tantas que lo que debía ser una excepción es la norma en toda legislación. Somos espectadores “comprensibles” de una actividad lucrativa que pasa a formar parte de nuestros propios usos y abusos, respaldada como no podía ser de otra forma, por una justicia cuya regulación penal para los casos de corrupción es, cuando menos, irrisoria. 

Y concretamos. Estas peculiaridades no son una eventualidad o fruto del azar.  Hay un elemento que termina por atrincherarnos en el mayor de los infortunios. Todo este entramado que campa a sus anchas y trasciende a la mayoría ciudadana (concentrándose en una élite política y empresarial) precisa  sin duda alguna de un soporte sólido que proteja la razón de sus desenfrenos y sus parodias. Sería de difícil asimilación un colectivo tan draconiano, inculto y hostigador, si no fuera por la presencia de un gran equipo de colaboradores sin escrúpulos, dispuestos a brindarles  la oportunidad de convivir en la más absoluta mezquindad.

Podríamos decir que un buen número de “intelectuales” de poca monta, desde sociólogos y economistas, hasta abogados y escritores, pasando claro está por la bien concurrida plaga de periodistas invertebrados, son quienes hacen posible que se visualice una princesa encantada donde hay un colector de basura. Y éste es el trasfondo donde se construye esa desalentadora moral, y desde donde se nos instruye para que con una venda en los ojos seamos capaces de mirar para otra parte.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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La gran perversión, mayor que la que sucede con los propios actos delictivos, los robos y los sobornos, se esconde en el marco ideológico de la construcción social.

En este marco se suceden las estrategias más elaboradas, y trabajan sin descanso para abordarnos antes de que podamos llegar a puerto.

Los prestamistas de la troika ponen a Grecia entre la espada y la pared, y al cabo de unos años tildan a sus habitantes como depredadores de las arcas del estado, e incumplidores de los acuerdos firmados (en cinco años de crisis se ha hecho con una deuda que le va a costar pagar entre 50 y 60 años). Felipe VI acude a las exequias del rey Abdalá, y desestima viajar a México (pais hermano y que en tanta estima tiene) para solidarizarse con los familiares de los 43 normalistas asesinados. Susana Díaz propone que pasen a ser miembros de la Diputación Permanente a tres preimputados en el caso de los ERE, después de manifestar por activa y por pasiva que ella limpiará de toda suciedad su propio partido. Zapatero abona el campo para que E.E.U.U. y la O.T.A.N. utilicen la base de Rota como “escudo anti-misiles”, aunque en realidad será una base para que reposten aviones que vayan a bombardear según el plan especificado. Rajoy asiste a una gran marcha por la libertad de expresión mientras al mismo tiempo se divierte promulgando la Ley Mordaza. España es un estado laico que nos hace comulgar por televisión todos los días del señor. Los mandatarios occidentales agitan la bandera de la libertad de manifestación en los confines del universo y cada vez que se reúnen lo hacen bajo un despliegue policial impenetrable. El capitalismo crea riqueza mientras llena de niños la industria del tabaco o las alfombras. Las Organizaciones Humanitarias y los Parlamentos Democráticos abren sus corredores particulares para que pasen las granadas y los antimisiles. En las costas protegidas urbanizan para los nuevos ricos de Asia. Y los que celebran partidos por la tolerancia, contra el racismo y la xenofobia cobran sus sueldos de los yacimientos de las dictaduras.

La gran perversión, insisto, está a la vuelta de la esquina. Un sistema que cuenta con todos los favores del poder administra el universo de las creencias, penetra hasta en nuestras alcobas, y termina por mandarnos mensajes de felicitación.

Y un solo botón, el que enciende el ventilador, será quien sin prisas y con todo un ejército alrededor expandirá la imagen del día.

Pero yo no soy Charlie. Soy Joséluis, aunque a veces, me cuesta.

La corrupción es una práctica de ignorantes, y su permisividad el lecho donde yacen sus entusiastas amantes.

Esta anemia oficial necesita celebrar con su ideología el triunfo de las masas. Y de eso trata, entre otras cosas, el fútbol; perfecto resumen de cómo se las gasta nuestro pequeño mundo.

Colaboración para Ssociólogos.com


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Ébola

Humanizar el ébola no significa divulgar su existencia para que todo el mundo lo conozca. Eso es… publicidad; una de las diferentes formas de comunicación que lo que pretende es, sustancialmente, generar un aumento en el consumo de un producto o un servicio (televisión).

Las cosas así, ya tenemos clara una cosa. En ningún caso el objetivo es paliar la tragedia que viven millones de personas en África, bien por esta enfermedad o por otras muchas que llaman a las puertas de sus aldeas día sí, y dia también. Tanto en el caso de Miguel Pajares, Manuel García, y ahora con el ingreso de Teresa Romero, se vehicula la información para promocionar el impacto y redistribuir las dosis necesarias para que la población siga ausente del foco de atención primaria.

Un periodismo de vanguardia nos concienciaría para dirimir una lucha entre nuestros modos de vida y las graves consecuencias que de ellas se derivan, siendo a miles de kilómetros donde se reproduce la enorme herida. Humanizar el ébola no es matar un perro para acabar con la rabia, sino fabricar nudos en nuestros estómagos llenos de desidia.

Me desintegro frente a todas las pantallas, para procurar nacer allí donde la noticia nos necesita. Allí donde no somos capaces ni de mirar diez segundos seguidos, sin que el rubor o el escándolo nos sobrecojan.

 

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Democracia y Medios de Comunicación

MiCita con las palabras.

Tantos años de constitución consolidan cualquier democracia. Prueba de ello son los medios de comunicación, que ejercen con completa libertad su adhesión al pensamiento único. (Rotos los cristales, necesitamos reflejarnos en otras miradas) 

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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