Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Algunas notas de pedagogía política (nota número 03)

https://vk.com/video-210982902_456247892


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Pedro Sánchez, Hillary Clinton y los militantes socialistas

Así funciona el mundo

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Pedro «El Lunes Cojo El Coche» marcha a Washington y nos deja una nueva perla a través de las redes sociales. Dice ir a EEUU para seguir las próximas elecciones y dar su apoyo a Hillary Clinton.

Los ahora convencidos socialistas que le respaldan, enfurecidos por la jugarreta de Felipe González y unos cuantos barones, no deberían salir de su asombro.

El para ellos dirigente «de las bases» confirma una nueva tragedia, al apoyar sin miramientos a la dama de los misiles, a la mujer más beligerante y peligrosa que habita la Tierra.

Comprometida por su causa ésta señora no disimula su alegría ante el asesinato de Gaddafi, ni desmiente la política exterior de su país en la creación del Estado Islámico, ni se arruga a la hora de querer destrozar Libia, Irak y Siria.

Pero qué más da. Los socialistas del siglo veintiuno son así, amantes de la paz y la solidaridad con los pueblos oprimidos. Y para dejar constancia de ello, Pedro Sánchez sale en su defensa. «Todos/todas con Hillary» ha escrito, con el beneplácito nuevamente de una militancia que muestra muy a las claras un perfil ideológico muy cercano al patetismo y a la ignorancia.

Ya no es que muchos dirigentes muestren sin tapujos su posición ante el mundo. También lo hacen sus representados, incapaces de criticar las políticas imperialistas y colonizadoras que mueven a sus jefes de filas.

Una y otra vez en la rancia España, gran parte de su pueblo sigue a pies juntillas los mandamientos de las guerras y la violencia, y le queda mucho tiempo aún para dejar atrás una máscara tras la que se oculta su continuo afán de batalla e injerencia.

Que ante las palabras de Pedro Sánchez apenas haya quien las denuncie, es un claro ejemplo de por dónde van los tiros…, y nunca mejor dicho.