Un discurso que, al parecer, vale para todo
La tenista estadounidense monta en cólera porque un juez-árbitro la sanciona por su intolerable comportamiento. Insultos, desprecios y unas maneras propias de alguien que se cree superior son justificadas porque, según ella, el señor de turno y su actitud… son sexistas.
Tras el partido, y para seguir con su entrañable narración, termina la rueda de prensa haciéndonos saber que va a seguir luchando contra la discriminación contra las mujeres y a favor de la igualdad.
A su lado, en la entrega de trofeos, una mujer japonesa sufre los embates de la diosa negra y de un público volcado con su ídolo, y llorando, pide disculpas por haber ganado el partido.
La humillación que sufre Naomi Osaka por parte de Serena, luchadora por los derechos de la mujer es, cuando menos, curiosa.