Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.

Europa es cómplice

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Preocupante situación europea

Dados los últimos acontecimientos acaecidos en este mundo tan entrañable, y la respuesta ofrecida por una serie de políticos y políticas más entrañables todavía, cabe decir, sin lugar a equivocarnos, que habitamos un continente peligroso, hostil, inhumano y, lo que es peor, cómplice de las peores masacres que se están sucediendo.

Europa es cómplice de ofrecer sus bases militares para que EEUU haga y deshaga a su gusto mil y una fechorías. Bueno, lo de ofrecer es un decir, porque hay contrapartidas y toda una serie de acuerdos que ríete tú de la big farma.

Europa es cómplice de la guerra de Ucrania. Ayudó, promocionó y dejó las puertas abiertas al golpe de estado camuflado para poner un títere de los EEUU en Kiev. Ello no sería nada si, además, añadimos que desde 2013 han permitido armar y nazificar dicho país.

Europa es cómplice de la masacre (se calculan unas 20.000 muertes) perpetrada por Kiev en las zonas pro rusas de su territorio. Uno, por ayudar en el cambio de gobierno, y dos, por hacer todo lo posible para que los mercenarios periodistas mientan o callen sobre todo lo que ha ido sucediendo desde entonces.

Europa es cómplice del ataque continuado sobre Rusia, rodeando el territorio de este país con armamento, con bases y con una estrategia política exageradamente beligerante, permitiendo y favoreciendo la expansión de la OTAN hasta el cuarto de baño de sus vecinos. A su vez lo es por permitir el incumplimiento de los acuerdos políticos establecidos desde la caída del muro y que prohibían que el brazo armado del capitalismo se aproximara a las fronteras rusas.

Europa es cómplice de la falsa austeridad energética anunciada en decretos y leyes en todos sus rincones, que solo beneficia a las grandes corporaciones. Sus beneficios desorbitados obtenidos a partir de las sanciones a Rusia (BP ganó 6.900 millones de libras entre abril y junio) son un insulto a nuestra inteligencia y nuestra paciencia. Paralelamente, la “crisis” golpea a un alto porcentaje de la ciudadanía europea, que es capaz de alinearse con las brabuconadas de sus dirigentes.

Europa es cómplice de deteriorar el nivel de vida de sus representados. Está obligando a la población más débil (sin que se le caiga la cara de vergüenza) a sufrir las duras consecuencias de una escasez energética impulsada por su propia neglicencia. ¿En qué consiste dicha negligencia? No hay que darle muchas vueltas. Impulsa y patrocina las políticas más beligerantes (en obediencia clara a los EEUU) precisamente con los países productores de energía; Rusia, Irán, Irak o Libia (y pronto van a por Argelia).

Europa es cómplice de la anexión continuada de países a la Unión, para desestabilizar la paz y dotar a éstos países de la capacidad para fomentar guerras y conflictos allá donde hagan falta (Albania, Kosovo). El caso de Suecia y Finlandia es especialmente ridículo (siempre visto desde el punto de vista del supuesto conflicto existente con Rusia); llevamos décadas sin problema alguno, solo los medios son capaces de aflorar ese tipo de sentimientos hasta ahora inexistentes. La verdadera razón de la adhesión de estos dos países es por el control de territorios en el polo norte, zona de futura explotación natural y geoestratégicamente esencial para el capitalismo rampante.

Europa es cómplice de alentar la guerra y esconder la mano. Todo ello de la mano de insignes protagonistas como Josep Borrell y Javier Solana. Éste último acaba de protagonizar uno de los mensajes más esclarecedores de los últimos tiempos, en relación a ésta patética sumisión que ofrece nuestro continente al imperio. No hay lugar para la duda. El 06 de agosto, a las 11.47 p.m., intranquilo por no poder ir a dormir sin lanzar un tuit viral, escribe en relación al aniversario del lanzamiento de la bomba atómica, y podemos leer: “El 06 de agosto de 1945, hace 77 años explotó la primera bomba nuclear sobre Japón. Tres días después la segunda. No olvidar”.

No hay psicólogo, politóloga, psiquiatra, socióloga, ni historiador, que no pueda llegar a otra conclusión. Este tipo es un hombre que deja mucho que desear. La bomba, explotó así sin más. Iban los japonesitos caminando por Hiroshima, y el cielo se enfadó con ellos y zas! Por aquellos tiempos, las bombas explotaban solas. No las tiraba nadie. No como ahora, que Putin no hace otra cosa que lanzar y disparar como un cosaco. Perdón, como un ruso mal avenido. Y días después, cayó otra, sin que nadie pudiera determinar cómo son posibles acontecimientos de tal calibre, nunca mejor dicho.

Europa es cómplice porque estas últimas palabras no son la excepción. Son la norma entre todo el equipo político que nos dirige desde Bruselas. Somos unos payasos al servicio del terror, y en vez de gobernar para conseguir una paz estable lo hacen para arrodillarse ante su amo. Ejemplos los hay a miles. Terminaré con uno más cercano y emotivo, a ver si la fracción pseudoizquierdista amante de todo lo que rodea a Podemos se rasga las vestiduras y se echa a la calle de una vez a luchar por lo que hay que luchar y se deja de tonterías.

Europa es cómplice desde la A hasta la Z en su permisividad con el genocidio israelí. Las 46 muertes en la Franja de Gaza son un fiel reflejo de ello. Son, también, consecuencia de explosiones extrañas que surcaron los cielos palestinos. Ni un solo gobernante, nadie, ha roto relaciones con Israel. Nadie ha propiciado sanciones para detener acciones tan inhumanas. Nadie ha tomado decisión alguna para expulsar a Israel de acuerdos políticos o deportivos. Nadie ha sido capaz de llamar a los medios y dar voz a la justicia o a la esperanza. Nadie. Y aquí llega la eclosión en forma de políticas feministas de rosas con espinas; Yolanda Díaz, en alusión a la masacre, y haciendo honor también a dicha sumisión, nos deleita con otro maravilloso tuit, que comienza así: “El repunte de la violencia en la Franja de Gaza es alarmante”. Luego lo tamiza con bombardeos inaceptables sobre población civil (incluso con vidas de niños). Y termina expresando que la comunidad internacional tiene que ser más ambiciosa. Madre mía, qué miedo a expresar la verdad sin tapujos. Qué lamentable tiene que ser estar en política obedeciendo las reglas más importantes y actuando de cara a la galería en todo lo demás.

No, no se trata de un repunte de la violencia. Se trata del mayor asedio ejercido sobre una población en los últimos 50 años, de un apartheid sin escrúpulos, de incumplimientos de acuerdos, y de una continuada sucesión de vulneraciones de los derechos humanos más básicos. Se trata, sin más, de un Estado criminal.

Cansados ya de tanto engaño y tanta teatralización de las causas justas de las modernas izquierdas de pacotilla. Lo urgente y lo grave, son las guerras y la pobreza. Un no rotundo a la OTAN ayudaría al feminismo, al ecologismo, al pacifismo, y a la consecución de un mundo más justo. ¿No creen que ya es hora de ir al fondo de la cuestión? Cansados ya, de la agenda 2030 y de la impresionante lucha LGTBIQA+ por un mundo sin par (no binario).

Europa es cómplice de la demolición del pensamiento crítico, cómplice del tratamiento infantilizado y demagógico de las ideas y de las reflexiones, de la observación y del silencio.

Ahora, solo queda asistir a una serie de revueltas y quejas, que serán tamizadas repentinamente antes de que el frío invierno nos congele (con el Covid 22, con el cambio climático, con Rusia, y con lo que haga falta). Con soberbias declaraciones de gobernantes sin escrúpulos, que a sabiendas de que están destrozando a su propia ciudadanía seguirán dando la mano, y muchos misiles, a Ucrania (como acaba de declarar la ministra de Asuntos Exteriores alemana). O lo que es lo mismo, seguirán respaldando a EEUU en su policromada lucha desde la distancia, sin que las balas les rocen sus fronteras, sin que sus soldados mueran en los todos los frentes que abren como si fueran latas de conserva.

Ahora, solo queda asistir a una serie de revueltas y quejas, como en Italia, la Gran Bretaña o en la República Checa, con una capital que ha asistido a la primera gran manifestación. Queda ver qué sucederá en España, pero todo apunta a que los sindicatos harán de cortafuegos, los medios exhibirán la fuerza del miedo, y la población seguirá dormida en su propia cueva, calentándose el culo con la pantalla de la televisión.

Y hasta aquí puedo escribir. Solo subrayar que Europa es cómplice, sí, pero que en Europa viven, al parecer, millones de habitantes sumamente preparados. Preparados para sucumbir a una nueva ola de estupidez humana.

https://es.euronews.com/2022/09/04/decenas-de-miles-de-checos-piden-la-dimision-del-gobierno-de-coalicion

OTAN No, Bases Fuera