Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.

Europa es cómplice

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Preocupante situación europea

Dados los últimos acontecimientos acaecidos en este mundo tan entrañable, y la respuesta ofrecida por una serie de políticos y políticas más entrañables todavía, cabe decir, sin lugar a equivocarnos, que habitamos un continente peligroso, hostil, inhumano y, lo que es peor, cómplice de las peores masacres que se están sucediendo.

Europa es cómplice de ofrecer sus bases militares para que EEUU haga y deshaga a su gusto mil y una fechorías. Bueno, lo de ofrecer es un decir, porque hay contrapartidas y toda una serie de acuerdos que ríete tú de la big farma.

Europa es cómplice de la guerra de Ucrania. Ayudó, promocionó y dejó las puertas abiertas al golpe de estado camuflado para poner un títere de los EEUU en Kiev. Ello no sería nada si, además, añadimos que desde 2013 han permitido armar y nazificar dicho país.

Europa es cómplice de la masacre (se calculan unas 20.000 muertes) perpetrada por Kiev en las zonas pro rusas de su territorio. Uno, por ayudar en el cambio de gobierno, y dos, por hacer todo lo posible para que los mercenarios periodistas mientan o callen sobre todo lo que ha ido sucediendo desde entonces.

Europa es cómplice del ataque continuado sobre Rusia, rodeando el territorio de este país con armamento, con bases y con una estrategia política exageradamente beligerante, permitiendo y favoreciendo la expansión de la OTAN hasta el cuarto de baño de sus vecinos. A su vez lo es por permitir el incumplimiento de los acuerdos políticos establecidos desde la caída del muro y que prohibían que el brazo armado del capitalismo se aproximara a las fronteras rusas.

Europa es cómplice de la falsa austeridad energética anunciada en decretos y leyes en todos sus rincones, que solo beneficia a las grandes corporaciones. Sus beneficios desorbitados obtenidos a partir de las sanciones a Rusia (BP ganó 6.900 millones de libras entre abril y junio) son un insulto a nuestra inteligencia y nuestra paciencia. Paralelamente, la “crisis” golpea a un alto porcentaje de la ciudadanía europea, que es capaz de alinearse con las brabuconadas de sus dirigentes.

Europa es cómplice de deteriorar el nivel de vida de sus representados. Está obligando a la población más débil (sin que se le caiga la cara de vergüenza) a sufrir las duras consecuencias de una escasez energética impulsada por su propia neglicencia. ¿En qué consiste dicha negligencia? No hay que darle muchas vueltas. Impulsa y patrocina las políticas más beligerantes (en obediencia clara a los EEUU) precisamente con los países productores de energía; Rusia, Irán, Irak o Libia (y pronto van a por Argelia).

Europa es cómplice de la anexión continuada de países a la Unión, para desestabilizar la paz y dotar a éstos países de la capacidad para fomentar guerras y conflictos allá donde hagan falta (Albania, Kosovo). El caso de Suecia y Finlandia es especialmente ridículo (siempre visto desde el punto de vista del supuesto conflicto existente con Rusia); llevamos décadas sin problema alguno, solo los medios son capaces de aflorar ese tipo de sentimientos hasta ahora inexistentes. La verdadera razón de la adhesión de estos dos países es por el control de territorios en el polo norte, zona de futura explotación natural y geoestratégicamente esencial para el capitalismo rampante.

Europa es cómplice de alentar la guerra y esconder la mano. Todo ello de la mano de insignes protagonistas como Josep Borrell y Javier Solana. Éste último acaba de protagonizar uno de los mensajes más esclarecedores de los últimos tiempos, en relación a ésta patética sumisión que ofrece nuestro continente al imperio. No hay lugar para la duda. El 06 de agosto, a las 11.47 p.m., intranquilo por no poder ir a dormir sin lanzar un tuit viral, escribe en relación al aniversario del lanzamiento de la bomba atómica, y podemos leer: “El 06 de agosto de 1945, hace 77 años explotó la primera bomba nuclear sobre Japón. Tres días después la segunda. No olvidar”.

No hay psicólogo, politóloga, psiquiatra, socióloga, ni historiador, que no pueda llegar a otra conclusión. Este tipo es un hombre que deja mucho que desear. La bomba, explotó así sin más. Iban los japonesitos caminando por Hiroshima, y el cielo se enfadó con ellos y zas! Por aquellos tiempos, las bombas explotaban solas. No las tiraba nadie. No como ahora, que Putin no hace otra cosa que lanzar y disparar como un cosaco. Perdón, como un ruso mal avenido. Y días después, cayó otra, sin que nadie pudiera determinar cómo son posibles acontecimientos de tal calibre, nunca mejor dicho.

Europa es cómplice porque estas últimas palabras no son la excepción. Son la norma entre todo el equipo político que nos dirige desde Bruselas. Somos unos payasos al servicio del terror, y en vez de gobernar para conseguir una paz estable lo hacen para arrodillarse ante su amo. Ejemplos los hay a miles. Terminaré con uno más cercano y emotivo, a ver si la fracción pseudoizquierdista amante de todo lo que rodea a Podemos se rasga las vestiduras y se echa a la calle de una vez a luchar por lo que hay que luchar y se deja de tonterías.

Europa es cómplice desde la A hasta la Z en su permisividad con el genocidio israelí. Las 46 muertes en la Franja de Gaza son un fiel reflejo de ello. Son, también, consecuencia de explosiones extrañas que surcaron los cielos palestinos. Ni un solo gobernante, nadie, ha roto relaciones con Israel. Nadie ha propiciado sanciones para detener acciones tan inhumanas. Nadie ha tomado decisión alguna para expulsar a Israel de acuerdos políticos o deportivos. Nadie ha sido capaz de llamar a los medios y dar voz a la justicia o a la esperanza. Nadie. Y aquí llega la eclosión en forma de políticas feministas de rosas con espinas; Yolanda Díaz, en alusión a la masacre, y haciendo honor también a dicha sumisión, nos deleita con otro maravilloso tuit, que comienza así: “El repunte de la violencia en la Franja de Gaza es alarmante”. Luego lo tamiza con bombardeos inaceptables sobre población civil (incluso con vidas de niños). Y termina expresando que la comunidad internacional tiene que ser más ambiciosa. Madre mía, qué miedo a expresar la verdad sin tapujos. Qué lamentable tiene que ser estar en política obedeciendo las reglas más importantes y actuando de cara a la galería en todo lo demás.

No, no se trata de un repunte de la violencia. Se trata del mayor asedio ejercido sobre una población en los últimos 50 años, de un apartheid sin escrúpulos, de incumplimientos de acuerdos, y de una continuada sucesión de vulneraciones de los derechos humanos más básicos. Se trata, sin más, de un Estado criminal.

Cansados ya de tanto engaño y tanta teatralización de las causas justas de las modernas izquierdas de pacotilla. Lo urgente y lo grave, son las guerras y la pobreza. Un no rotundo a la OTAN ayudaría al feminismo, al ecologismo, al pacifismo, y a la consecución de un mundo más justo. ¿No creen que ya es hora de ir al fondo de la cuestión? Cansados ya, de la agenda 2030 y de la impresionante lucha LGTBIQA+ por un mundo sin par (no binario).

Europa es cómplice de la demolición del pensamiento crítico, cómplice del tratamiento infantilizado y demagógico de las ideas y de las reflexiones, de la observación y del silencio.

Ahora, solo queda asistir a una serie de revueltas y quejas, que serán tamizadas repentinamente antes de que el frío invierno nos congele (con el Covid 22, con el cambio climático, con Rusia, y con lo que haga falta). Con soberbias declaraciones de gobernantes sin escrúpulos, que a sabiendas de que están destrozando a su propia ciudadanía seguirán dando la mano, y muchos misiles, a Ucrania (como acaba de declarar la ministra de Asuntos Exteriores alemana). O lo que es lo mismo, seguirán respaldando a EEUU en su policromada lucha desde la distancia, sin que las balas les rocen sus fronteras, sin que sus soldados mueran en los todos los frentes que abren como si fueran latas de conserva.

Ahora, solo queda asistir a una serie de revueltas y quejas, como en Italia, la Gran Bretaña o en la República Checa, con una capital que ha asistido a la primera gran manifestación. Queda ver qué sucederá en España, pero todo apunta a que los sindicatos harán de cortafuegos, los medios exhibirán la fuerza del miedo, y la población seguirá dormida en su propia cueva, calentándose el culo con la pantalla de la televisión.

Y hasta aquí puedo escribir. Solo subrayar que Europa es cómplice, sí, pero que en Europa viven, al parecer, millones de habitantes sumamente preparados. Preparados para sucumbir a una nueva ola de estupidez humana.

https://es.euronews.com/2022/09/04/decenas-de-miles-de-checos-piden-la-dimision-del-gobierno-de-coalicion

OTAN No, Bases Fuera


Una izquierda cada vez más perdida

Proclamar el desconocimiento es tendencia. A los cuatro vientos, huracanes que barren conciencias están de moda, y la magnitud del despropósito se extiende por todo el mundo como fórmula matemática de primer orden. Dicha fórmula es el principio divulgativo del gran poder para neutralizar la rebelión o protesta alguna, y es también el masivo espectáculo sin el cual todo sería posible.

No hay mejor manera de construir realidades que alterando la percepción simbólica, y como nuestros sentidos ya están completamente dislocados, lo tienen fácil, muy fácil. Hasta tal punto es sencilla la manipulación que hasta la “izquierda” se cree libre de pecado, y hordas de feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas campan a sus anchas creyendo ver la solución allí donde van enterrando sus propias esperanzas.

Hemos expuesto en muchas ocasiones las adversas consecuencias que tiene para la sociedad en general que ilustres artistas, divulgadores de toda orden o columnistas del ocio ideológico no hagan más que grotescas contribuciones asentando sus supuestos principios morales y políticos en las mismas fauces del enemigo. Ya tuvimos una experiencia demoledora con Barak Hussein Obama. Sin duda alguna, enemigo de la paz e instigador de la promiscuidad armamentística.

Viví esa época con cierta incredulidad. Es complicado mantener la fe en el ser humano cuando éste se levanta en armas contra el mundo. A mi me resultaba un tanto paranoico observar cómo la televisión propagaba su discurso por doquier, y más paranoico aún comprobar cómo la mayoría de tribus urbanas y no urbanas caían a sus pies. Me resultaba absolutamente descorazonador escuchar a mentes pensantes rendir tributo a semejante personaje. Y me entristecía, mucho, constatar cuan fácil era deslumbrar a los habitantes de la modernidad. (Podemos hizo lo propio y lo que consiguió fue nacionalizar la aflicción)

El siglo XXI, si algo nos trajo, fue esa adhesión a la verdad oficial, esa necesidad de aferrarse a un discurso aun a costa de nuestra propia debacle. Ya van pasando los años, y yo voy desplazándome a mi propio refugio, más alejado de la gente, más aislado del ruido. Pero no consigo deslindarme de los acontecimientos. Imagino que por mi querencia doliente hacia la política. Y vuelvo a revivir. Siempre vuelvo a revivir frente a la desolación.

Doce años después de que todos los titulares y todos los discursos momificaran nuestras mentes, hoy, y como si nada hubiera ocurrido desde entonces, la ciudadanía regresa en masa a buscar consuelo en la imagen de ese binomio nada seductor; Kamala Harris/Joe Biden. El mismo proceder, la misma maquinaria perforando nuestras vidas, los mismos delincuentes insinuándose ante nuestra mirada, y aún así, nada. Es muy importante recordarlo, “feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas” aplaudiendo semejante acontecimiento como si de una gran noticia se tratara.

Por fin, una gran señora en lo alto de la cima. Y por señora, al parecer bien educada, por multiétnica, al parecer muy colorida, y por fiscal de primer orden, al parecer muy juiciosa. Y con esa presentación, como ya hemos avanzado, un amplio sector de nuestra querida agrupación de izquierdas luchadora por el cambio, por la igualdad social y por las causas justas, aplaude hasta con las orejas su llegada. Una nueva alfombra roja para gente desalmada. Uno tiende a comprender todo, pero se acabaron las rebajas.

¿Qué importa que la gran historia de amor de Kamala Harris fuera, casualmente, con Willie Brown, 30 años mayor que ella y fabricante de reyes y reinas en San Francisco? ¿Qué relevancia tiene que el mismo señor le “regalara” un par de puestos en dos juntas reguladoras estatales (La Junta de Apelaciones del Seguro de Desempleo y la Comisión de Asistencia Médica de California)? ¿Qué más da si la llevaron en volandas para conectarse con la alta sociedad de San Francisco y la élite política de California? ¿Qué tendrá que ver que posteriormente le llegaran fondos (donaciones dicen) provenientes de apellidos como Fisher, Getty, Buell o Haas? ¿Qué consecuencias puede tener que no adoptara postura formal cuando un proyecto de ley requería que su despacho investigara tiroteos relacionados con la policía? ¿Y qué coño importa que en la revisión de la justicia penal más grande que viviera California desde hace mucho tiempo (sistemas menos punitivos para delincuentes no violentos), Kamala Harris permaneciera en silencio?. Nada. No importa nada. Nos han dicho que es una agradable mujer de padre jamaicano y madre india, que se ha hecho hueco porque es una mujer de “armas tomar”. Y con eso !basta!

¿Y si supiéramos que la red de influencia política de Willie Brown era insuperable para sus rivales políticos?. ¿Y si, por un momento, pudiéramos imaginar que los cinco años de relación que tuvo con él fueron decisivos para poder llegar a convertirse en fiscal del estado?. ¿Y si sacáramos a la luz que su actual marido, Doug Emhoff, está completamente enamorado de ella y lo ha dejado todo para facilitar el triunfo político de su esposa (todo…, es dejar su bufete internacional DLA Piper)?. ¿Y si, miren ustedes por donde, la decisión, por romántica que parezca, resulta que es totalmente política?… El apuesto caballero ha representado a la farmacéutica Merck frente a reclamaciones de enfermos, a los laboratorios Abbot y a la distribuidora de armas Dolarian Capital. Y su firma, vaya por dios, realiza labores de lobby en Washington.

¿Y si en vez de dejarnos llevar por la ingente cantidad de estupideces que se publican y transmiten, fuéramos capaces de advertir el peligro allí donde reside? ¿Y si, por defecto, llegáramos a la conclusión de que EEUU es una poderosa estafa antidemocrática e imperialista? Todo nos iría mucho mejor. A toda la ciudadanía del mundo. Así que, por favor, estaría bien que dejáramos las redes sociales, que fuéramos a pasear, y que cada vez que “ocurriera algo”, mandáramos al carajo todo lo que provenga de ese país. Porque desde que tengo uso de razón, no ha habido un solo día en que dicha entidad no haya cometido crímenes contra la humanidad.

Así que no hay ninguna razón de peso, ni social, ni política, que nos deba hacer perder el tiempo ni un minuto más. No hay ninguna razón que nos impida llegar a la conclusión de que Kamala, como Joe, como Hillary, como Bush y como todo lo que se mueve por las altas esferas del poder, es una figura más del tablero, una pieza más de este usurero sistema que nos gobierna, y una víbora más, como cualquier otra persona encargada de llevar adelante los designios de EEUU. Así que, ni se te ocurra sonreír por ella, porque será la primera que te la quite.

¿Cómo alguien puede creer que nos vienen tiempos de ilusión de la mano de Joe Biden?

¿No sabemos que este personaje es uno de los mayores belicistas con los que nos podíamos topar? Está íntimamente unido al Complejo Industrial Militar y al gran sector de las finanzas. Como senador de Delaware ya le llamaban “el senador del banco MBNA”. Una de sus primeras decisiones ha sido nombrar a Lloyd Austin como Secretario de Defensa, lógicamente, porque representa al lobby armamentista.

Pero veamos…, ¿qué hizo en su pasado?. En 1973, Biden se reunió con la primera ministra Golda Meir, apoyando los planes sionistas. (Ah, nuestra querida Kamala es firme defensora de Israel y de su política contra el Estado palestino. Menudencias). Cuando era Senador fue un ferviente defensor en apoyo de la corona inglesa en la guerra de Malvinas del año 1982. Biden votó a favor de la resolución de 1999 que autorizó al presidente Bill Clinton a realizar operaciones aéreas militares y ataques con misiles contra la República Federal de Yugoslavia. Como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, fue el principal apoyo a las políticas del presidente George W. Bush. Biden pidió tropas adicionales para Afganistán. También votó en 2001 la autorización para iniciar acciones militares, sin que se pudiera demostrar que Afganistán era el autor del atentado. Fue uno de los mentores de la “guerra contra el terrorismo”, que incluyó la creación de milicias de mercenarios y la instalación de centros de detención y tortura como Guantánamo y Abu Ghraib. En el 2003, Biden apoyó la resolución que condujo al gobierno estadounidense a bombardear e invadir Irak. Un millón de personas muertas como daño colateral. Como presidente de la comisión de relaciones exteriores del Senado eligió a los 18 expertos que analizarían a favor de la invasión, respaldando argumentos falsos con tal de hacerse con el petróleo iraquí que, a día de hoy, sigue succionando sin cesar. En 2006, el amigable presidente presentó un plan para fragmentar Irak con líneas étnicas. Apoyó la intervención militar y la fragmentación de Libia, creando milicias de mercenarios bajo el control de las fuerzas especiales. Siempre al lado de Obama, bombardeó Afganistán, Irak, Libia y Siria y, por si fuera poco, llevó la violencia a Somalia, Pakistán y Yemen. No dejamos atrás sus cirugías en Honduras, Paraguay, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Brasil, Ucrania… La verdad, me detengo porque yo mismo me canso.

Y dime… ¿Crees de verdad que alguien puede ir por ahí alabando a éstos sujetos, por muy bien que te caigan? ¿Crees de verdad que alguien está en condiciones de darle alas a políticos que van a llevar adelante acciones con terribles consecuencias y la muerte de miles de personas? Estamos llegando muy lejos, y quizás deberíamos callar si no sabemos, deberíamos apartarnos del camino antes de cometer el delito de apoyar a gente que solo va a desestabilizar el mundo e ir en contra, precisamente, de las feministas, demócratas, ambientalistas y pacifistas. ¿O acaso sigues creyendo que Kamala es una mujer que merece la pena?

¿Qué le está pasando a la izquierda? ¿Qué vientos han perturbado las mentes hasta el punto de encontrarnos con personas capaces de creer que EEUU son una democracia? Es una aberración llegar a semejante conclusión. Del mismo modo que lo es intentar justificarse aduciendo que Putin, Maduro, Xi Jinping, Bashar al Assad o Díaz-Canel son unos “impresentables”. Impresentable es esa actitud, esa desidia informativa, y encima reproducir el discurso de quien nos oprime, dar alas al dominante para que nos siga humillando sin cesar. Impresentable es habitar esta tierra con la ilusa creencia de que nuestro enemigo actúa con decoro y de acuerdo a las normas.

Las normas éticas nunca estarán del lado de la ley. Porque las normas éticas se sienten traicionadas por ésta, y porque las normas éticas desean levantarse en rebelión contra tanto atropello. La ley no se aplica con justicia, y no hay que rasgarse las vestiduras por afirmar que no tenemos quien nos defienda. No al menos a quienes sostenemos que vivimos bajo el yugo de la represión y la guerra.

Si no sabemos todo eso, ¿no debería ser mejor mejor callarnos?. Callarnos, e ir a recoger setas. Porque el terrible daño que hacemos al mundo es una realidad imperdonable.

P.D.: Lo he dicho tantas veces. No somos futurólogos. Pero no se me ocurre mejor manera de mostrar en qué va a consistir el trabajo de los nuevos mandatarios que decirlo hoy, 26 de enero de 2021. Siria e Irak van a temblar. Y los televisores de los expectantes hogares occidentales van a regresar a la telenovela yihadista, a las incursiones de los rebeldes, a las bombas, y a la putrefacta política de tener que salvar a esos países de los “terroristas”. Nuevamente, los demócratas van a volver a desestabilizar muchas partes del mundo y, espero, que con ello, muchas conciencias.

Colaboración para Iniciativa Debate y Ojos Para La Paz


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Mujer! Y hoy, ¿no vas a moverte? ***

Cómo se programan (o impiden) las manifestaciones y por qué

Cuando escribimos que el 8 de marzo no pasó absolutamente nada parecido a una revolución o movilización contra el sistema, nos referíamos a ésto.

El poder tiene sus resortes tan bien controlados que hace creer a la gente que es capaz de transformar el mundo, cuando en realidad, esa capacidad no solo está anulada, sino que además forma parte del simulacro.

Miles de manifestaciones teledirigidas se hicieron eco como distribuidoras de esa necesidad de cambio. Pero solo eran eso, teledirigidas…, pero hacia la nada, a dibujar una falsa percepción y a salvaguardar (aunque a muchos les cueste creer), el engranaje de producción bélica.

Ya tuvieron sus primeras intervenciones en las marchas contra Trump. Eran lo mismo. Nada. Y os pregunto: ¿Creéis normal que una persona cualquiera, que lucha (o dice querer luchar) por destronar a quienes nos están pisoteando, salga a manifestarse llena de júbilo por reivindicar unos derechos, y la misma persona esté ciega ante una invasión, ante un ataque no contra un país sino contra cien? No parece normal. Pero es la norma.

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Si mi lucha es defender la situación de las mujeres en el mundo, ¿podríamos concluir que las mujeres sirias, yemeníes, palestinas o libias están siendo menospreciadas con enorme impunidad? Si. Podríamos y es nuestro deber mostrarlo.

Y aquí radica lo que venimos deseando exponer desde hace tiempo. Las verdaderas movilizaciones son aquellas que procuran subvertir el orden, porque las que ni tan siquiera desordenan los titulares de un informativo son solo eso, pasacalles festivos muy alejados de todo intento de rebelión.

El 10 de marzo, ante la desatada euforia que habitaba por doquier dado el “enorme éxito de las movilizaciones”, escribí que la revolución no será televisada, haciendo referencia a aquél espectacular montaje donde desde los medios de comunicación nos guiaban puntualmente con los horarios, emplazamientos, lemas, recorridos y otras líneas de actuación.

Por más que procuraba hacerme entender, la dificultad era extrema a la hora de poder llegar hacer creer a una mujer, que lo que había sucedido no era ni un granito de arena en la llamada lucha contra el sistema, porque era el propio sistema quien había diseñado con sus arquitectos movimientos tan poco convulsos.

Un mes después hay una nueva oportunidad para salir a las calles a luchar contra esa opresión que constantemente vuela sobre nuestras cabezas, pero las calles estarán vacías, huérfanas de revolución, porque no nos van a brindar la oportunidad de concienciarnos para ello. Una puede salir a airear sus críticas si van a ser televisadas, pero no podrá hacerlo cuando sus gritos sean contra los verdaderos pilares del sistema. No podrá salir, por un lado porque no le van a dejar y, por otro, porque ni tan siquiera se lo van a contar.

El mensaje es simple. Si las manifestaciones del 8M se dieran hoy, en una lucha sin par contra el capitalismo, contra el imperio de la guerra, y exigiendo la retirada de todas las bases militares del mundo, el feminismo hubiera dado un paso gigante hacia el afianzamiento de sus exigencias. Incluso me atrevería a decir que si todas las mujeres que se movilizaron lo hicieron pensando que su objetivo era transformar la sociedad, aquél día solo asistieron a un ensayo, pero que si su objetivo era real y persiste, que por favor salgan estos días corriendo a las calles, porque ahora sí, podríamos hablar, mínimamente, de un movimiento contestatario y eficaz.

Pero ahora no te van a animar a hacerlo, porque ahora los mismos que sacaron a las mujeres a las calles de Washington…, están lanzando sus misiles contra Damasco. Y claro está, prefieren que te vistas de lila y no que tengas la osadía de acudir a la embajada estadounidense a decirles lo que piensas de sus guerras, porque saben que estás contra ellas.

Pero nos desorientan…, nos brindan la oportunidad de salir a manifestarnos para entretenernos, para desahogarnos de tanta impunidad, pero al mismo tiempo cierran las puertas a que podamos hacerlo contra aquello que verdaderamente les importa.

Habrá quien pueda pensar que nada tiene que ver, que es mezclar churras con merinas, pero ahí reside parte de la tragedia. Porque precisamente ahí está la trampa, creernos que tenemos capacidad de transformación, que somos capaces…

…, capaces de seguir su juego sin darnos cuenta de los detalles.

Y termino. Hasta que no nos demos cuenta de que solo hay una lucha, no tenemos absolutamente nada que hacer. El empoderamiento está en otro sitio, no en el Instituto de la Mujer, que tampoco ve lo que está sucediendo, y sigue subvencionando una arbitraria e inapreciable lucha, porque toda mujer que desea ponerse en pie ante la injusticia y el maltrato, hoy tiene el puño en alto contra el Imperialismo. La verdadera lucha hoy está en Siria. Lo demás son distracciones, armamento neurolingüístico del capitalismo.

*** El título viene a colación para visualizar mejor las razones que aquí expongo, dado que la cercanía de los hechos me permite hacer comparativas y análisis más fáciles de entender. Lógicamente, el llamamiento a una movilización total contra aquellos que nos oprimen queda abierto a hombres, mujeres y viceversa.

Colaboración para «Iniciativa Debate» y «Ojos para la Paz»


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8M: ¿Es el comienzo de una revolución imparable?

La revolución no será televisada

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Todas las televisiones se sumaron a la fiesta. La diferencia es que mucha parte de la ciudadanía creía que era una fiesta revolucionaria, y los medios de comunicación sabían que era una nueva parodia que viene reconstruyéndose (como quien no quiere la cosa) desde que a Hollywood le dio por plegarse a los designios de las corporaciones que fomentan las movilizaciones que no llevan a ningún lado.

Millones de personas que acudieron a manifestarse conocían perfectamente infinidad de eslóganes que los hubieran firmado hasta hace bien poco porque se reconocían en una realidad palpable y que podían sentir como próxima y reconocible. Pero como sucede hasta en las mejores familias, dentro del nuevo y un tanto rentabilizado feminismo transversal, miles y miles de personas se olvidaron, de repente, del significado de aquellas expresiones que elevaban el entusiasmo por saberse orientadas por el camino de la rebeldía y la contestación.

Una de esas frases célebres que para sí tomamos muchas personas (yo incluida), dejó de existir en el imaginario colectivo. Y lo que parecía algo evidente dejó de serlo, y la “revolución”… se televisó.

http://www.lasexta.com/noticias/sociedad/huelga-feminista-horarios-manifestaciones-actos-sumarse-dia-internacional-mujer-espana_201803065a9ee21d0cf20b9f264d6391.html 

Aun así, pensándolo bien, estamos de suerte. No hubo revolución alguna y, por tanto, seguimos sin verlas por televisión. Porque por desgracia, el sentido estricto de ésta frase sigue vigente, y lo que ha cambiado es el sentido popular, o llamémosle de otro modo, lo que va transformándose desde hace mucho es el sentimiento de lo que es una verdadera transformación.

No tengo intención alguna de entrar en debates sobre la magnitud de los llamamientos, del éxito de sacar a las calles la magia del color morado, ni de custodiar razón alguna que se enfrente a aquello que ni deseo ni busco. Solo dejo sobre la mesa una reflexión. La misma que dejé el año 2011 cuando el 15M se fundió con un partido, ese partido con las instituciones, las instituciones con los medios, los medios con la gente, y la gente … con la desilusión.

No encuentro ninguna base sólida que me lleve a pensar que el 8M sucediera nada parecido a una revolución. Llevo alejado un tiempo de todo, lo cual no significa que lo esté de la realidad, y hoy he hecho un rápido repaso por las redes y lo único que me queda claro es que nada ha cambiado, ni próximamente cambiará. Lógicamente, hay que interpretar mis palabras en el marco de aquello que yo entiendo por revolución y en el espacio donde se esconde aquello que intuyo necesita una apremiante conversión.

La Sexta, ese canal de televisión que por sí solo explica muy bien en qué consiste la metáfora de la supuesta renovación, dejó constancia nuevamente de qué se está hablando cuando nos hablan por televisión. Y me sigo sorprendiendo con esa ingente cantidad de personas que regresan felices a sus casas pensando que han participado en una “increíble manifestación”; especie de incorporación a un sentir de obligado cumplimiento pero con escasa dosis de destrucción.

La revolución, será feminista o no será. No tengo dudas de ello, pero queda mucho tiempo para que algo ni tan siquiera parecido pueda llegar a suceder. Porque cabría añadir un matiz importante puestos a difundir mensajes que traten de revolución. El feminismo, será anticapitalista o no será, y no hace falta enumerar la infinidad de atrocidades que el sistema económico que nos colapsa ha depositado sobre el mundo de la mujer.


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Errores conscientes e inconscientes

Pablo Iglesias se sincera: «Hemos cometido muchos errores, como no explicar bien algunos elementos de nuestro programa». Y del mismo modo también se acoge a ese «latiguillo» de constante repetición que han manifestado todos los políticos estos últimos cuatro años. Por lo visto, ellos tampoco han sabido expresarse bien con la ciudadaníade ahí el bajón que les dan en las encuestas.

Yo he de decirle que le comprendí muy bien desde el primer momento, y que siempre se han caracterizado por explicarse muy bien. Puedo comprender que en el juego político exageren y escondan sus cartas, pero me resulta indigesto que nos hagan creer que, después de estudiar detenidamente cada aparición en público, sea tan sincera esa muestra de lucidez.

Creo que casi todo falla cuando se intenta vender gato por liebre. Y en este caso tiene recochineo la cosa, porque éstos profesores universitarios planearon muy bien todos los movimientos y, si algo saben, es explicarse y doctorarse en discursos y monólogos ininterrumpidos. Otra cosa es que sus objetivos no se hayan cumplido.

Ahora bien, hay un movimiento que Pablo parece no haber aprendido, y que miles de mujeres y feministas de Podemos no parecen echarle en cara, aunque sí lo hicieron con los hombres en general cuando convirtieron en virales muchos vídeos que cuestionaban cómo éstos tomaban asiento en el espacio público (en el metro, por ejemplo).

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Y desde aquí quiero recordar que  «las prácticas arraigadas en la concepción dominante del género masculino se traspasan a cosas cotidianas como el uso del espacio público»,  y tal y como sigue diciéndonos la psicóloga Svenka Arensburg, constatar que «esas prácticas cotidianas muestran las bases más profundas de la socialización que tenemos encarnadas en nuestro cuerpo, en nuestro movimiento y en la manera que tenemos de presentarnos ante el otro».

Estaría bien que fuéramos críticos por igual con todo nuestro entorno, y fuéramos también capaces de juzgar con criterios lo más neutros posibles todo aquello que acontece alrededor. 

Os dejo aquí el corte de la entrevista que hizo Gonzo a Pablo Iglesias, y donde apreciaréis con cierto sonrojo la posición corporal mantenida hasta el final.

http://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/gonzo/pablo-iglesias-sido-ano-que-hemos-corrido-mucho-cuando-haces-cosas-deprisa-veces-equivocas_2015050700475.html


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El día después

9 de marzo

Ahora que ya habéis dicho infinidad de estupideces proclamando vuestra  parodia el día de la mujer trabajadora, preguntaros, políticos depredadores,qué puede opinar de este circo la inmensa mayoría de la población. Qué puede pensar de vosotros, que concedéis más importancia al aprendizaje de maniobras extraordinarias para alcanzar el poder que al trabajo para transformar completamente un sistema y una sociedad que ni se rasga las vestiduras ante los crueles y tenebrosos datos que constatan a cada momento la persistente tragedia.

No ser anti-sistema no solo es ser anti-feminista o cerrar los ojos ante una realidad que nos oprime, es, ante todo, defender un modelo organizativo que procura para la mujer el degradado espacio de la clandestinidad y el sufrimiento. A cada instante, millones de personas en todo el mundo padecen el hecho de no-ser hombre, y en vuestros respectivos parlamentos, lucháis hasta la extenuidad para que vuestras reservas monetarias queden a buen recaudo.

Hoy me duelen los ovarios, a mi, que tengo los cojones encogidos de miedo y esperpento.  

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

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Sexual Herria

Novedades editoriales. Sexual Herria, de Itziar Ziga

La periodista inadaptada, feminista hereje, diamante en bruta y vedette de extrarradio, Itziar Ziga, tras nueve años de sexilio en Barcelona, ha regresado a Euskal Herria, preguntándose si hemos pasado del sempiterno sirimiri a la lluvia dorada; si además de subvertir hemos empezado a pervertir; si de ver paisajes verdes y verdes en el paisaje hemos pasado a ser viejas y jóvenes verdes… Ha vuelto a la tierra que la vio nacer dispuesta a compartir su visión de la lucha, del feminismo, del compromiso, del placer, dispuesta, a reputificar su patria: Sexual Herria.

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