Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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El afirmacionismo y el acabose de las mascarillas

El Afirmacionismo es esa nueva corriente ideológica que se caracteriza, sobre todo, por desistir de la facultad del pensamiento crítico y de ofrecer (claro está) sin rechistar, la propia  capacidad de acción y la voluntad política.

Coincide, casualmente, con ese proceso histórico donde la emancipación del individuo capitalista ha llegado… para desbordarse; más preocupado por su bienestar y su hedonismo, y más olvidadizo con el sentido del compromiso y del deber social. 

Los militantes y fieles compromisarios que conforman dicho movimiento creen saber cómo funciona el mundo y, para ello, o por ello, se adhieren a él, como hiedra a la pared, jeringuilla con absorción incluída, manifestando de ese modo el mayor grado de «solidaridad» y la menor iniciativa de reacción. 

Así las cosas, y en más ocasiones de lo que resultaría un poco adecuado, marchan en volandas con el bonachón de Zelenski o con la complaciente Greta. Paralelamente, pueden también sentirse protagonistas de los increíbles avances que ha aportado a toda la sociedad el movimiento LGTBIQ+ Elevado al cubo transformista y olvidarse, mira tú por donde, de la catástrofe humanitaria en Yemen, Libia,  Bangladesh o Palestina. 

Tienden, las más de las veces, a asentir delante de la televisión y enojarse con quien ha leído y estudiado los efectos adversos de la vacunación y la complicidad de la industria farmaceútica, en amigable negocio y compañía con la bella e investigada, por corrupción, Ursula von der Leyen.

A veces, hasta se columpian y creen que los chinos y los rusos son igual que los gringos, ya sabes… Y tienen lapsus tan paradigmáticos que les hacen dejar atrás la verdadera revolución y se alistan con aquellas que parecen son de colores. 

photo by joséluis vázquez domènech

Ayyyyy el afirmacionismo, que se enfiló por Qatar y ni tan siquiera pensó que los derechos humanos también claman a los infiernos en las calles estadounidenses (la policía mató a tres personas cada día en dicho país). Pero así es el afirmacionismo, preocupado también por el buen gusto y la estética, por Eurovisión y el Euromaidan, oye… Por todo aquello que rebosa a través de las pantallas. Fuegos, escenarios y explosiones por doquier. Sin géneros de duda…

Como no podía ser de otra forma, tiene querencia por ayudar al mundo con las verdes energías (también de colores, fíjate tú), pero no por reconocer la lucha de los pueblos indígenas, ecuatorianos o peruanos, más bien de rostros oscurecidos por el trabajo duro y la maravillosa explotación

En definitiva, podría decirse que su modus operandi es inalterable; salta la liebre en todos los canales y allí está casi toda la ciudadanía, saludando a su Meca. Con su implacable esfuerzo por querer luchar por la auténtica verdad. Hasta tal punto, que sus preocupaciones e indagaciones constantes les han llevado a afiliarse al sindicato por excelencia de la modernidad, la Newtral Corporation, y su valedora entrega por desprestigiar todas mis mentiras y observaciones.

Con tanta lucha y tanto revolcón y satisfacción por los objetivos cumplidos, este incontinente movimiento (capaz de absorberlo todo) está de celebración, porque hoy nos quitan la mascarilla y vamos a vivir mejor.

Pero como no podía ser de otra forma, y haciendo suya la esencia de su saber, ni se imaginan sus integrantes que dicha decisión no viene dada porque los expertos así lo han hecho ver. Dicha decisión llega, sencillamente, porque algún abogado les ha ido a “morder”. Y porque los integrantes del gobierno no han podido demostrar que sus políticas tuvieran peso ni solidez.

Lean atentamente, afirmacionistas… Lean, y a ver si esta vez, sacan sus propias conclusiones.

El Comité interterritorial de España, en su reunión del 23 de noviembre de 2021, sabía que el uso del pasaporte covid podía crear situaciones de inequidad, porque se sabía que las vacunas no evitaban la transmisión. El documento donde se constataba esta explicación fue ocultado y, a pesar de saberse esta información, el mensaje público y las medidas políticas fueron en un sentido totalmente contrario. Y aquí llega el chiste, la Audiencia Nacional, como consecuencia de una acción judicial de Liberum, requirió al Ministerio de Sanidad el expediente donde se justificara el motivo por el cual las mascarillas debían seguir siendo obligatorias en el transporte. El plazo para poder mostrar la defensa pertinente de dicha acción termina el 08 de febrero, y como el Gobierno no tiene nada para demostrar su veracidad, decide eliminar el uso de las mascarillas un día antes, el 07 de febrero.

Como siempre. Todo perfecto!!! A disfrutar

OTAN No, Bases Fuera


Cómo nos venden la moto

Hace ya mucho tiempo que Ignacio Ramonet y Noam Chomsky nos contaron con pelos y señales Cómo nos venden la moto”.Pero antes de que la población se sentara (de nuevo) a recapacitar un poco sobre ello, llegaron las grandes corporaciones ligadas a las redes sociales y a los medios de comunicación, y dieron por sentado que lo que nos hicieron llegar con ese sencillo y ameno libro no era nada comparado con lo que ahora estamos viviendo.

Me está resultando del todo inaudito ver cómo la población, casi en su integridad, está asumiendo con total naturalidad la propaganda vil que se está generando desde que un buen día a alguien se le ocurriera decir que vivimos en pandemia.

No voy a entrar en sus causas ni en ningún debate científico. A éstas alturas, ni me interesa ni me quedan fuerzas para ello. Bastante tenemos con lidiar la vida cotidiana con los destellos de la vacunación allí donde extiende sus alas.

No cabe duda alguna: nuestros gobiernos e instituciones nos están llevando en volandas por un camino que si por algo se caracteriza es por una clara utilización de la información como arma arrojadiza contra todo aquello que se mueve contra el pensamiento único.

En tiempos presentes no hay lugar para la reflexión. La distracción se ha convertido en un juego perverso y, en dicho juego, pueden entrar tanto las guerras como las batallitas del famoseo, las migraciones dolorosas o las reconciliaciones de parejas, las quinielas electorales o las vergüenzas de los partidos. Pero aunque a mucha gente le cueste creerlo, también nuestra salud forma parte de ese entretenimiento. Tanto que, a día de hoy, podemos concluir que no solo están jugando con nuestra salud sino que se están riendo de ella.

“Si se tiene el control absoluto de los medios de comunicación y el sistema educativo y los intelectuales son conformistas, puede surtir efecto cualquier política”. Y cualquier política es…, cualquier política. Yo, como profesor, puedo confirmar ruborizándome hasta la extenuación, que esta parcela de la administración para la que trabajo no solo está doblegada a unos intereses concretos, aún peor, está subordinada a ese ideario común que consiste en no tener ideas, y proyectar únicamente aquéllas que nos venden por televisión. Procurar invitar a la capacidad crítica y al diálogo es una pérdida de tiempo. Y si este pequeño detalle es una norma a mi alrededor, no quiero ni pensar lo que sucede más allá de los muros de los diferentes departamentos de la enseñanza. La situación es insostenible intelectualmente. Hemos llegado a tal punto que el debate es único e intransferible, y en ese debate han de participar solo los bienpensantes y todas aquellas personas cuyas palabras se inmolan antes de llegar a mancillar la imagen del poder. Y por muy abstracto que sea éste, siempre queda a salvo de todo enjuiciamiento.

Siguiendo con la lectura de ese certero ensayo arriba mencionado, nos dicen ambos autores que “el destacado teólogo y crítico de política internacional Reinold Niebuhr, conocido a veces como el teólogo del sistema, y gurú de George Kennan y de los intelectuales de Kennedy, afirmaba que la racionalidad es una técnica, una habilidad, al alcance de muy pocos: solo algunos la poseen, mientras que la mayoría de la gente, se guía por las emociones y los impulsos”. No puedo estar más de acuerdo, y no quiero erigirme en racionalista ni en ningún ser humano especial con ningún talento, tan solo quiero mostrar cómo se consolida esta idea y cómo se propaga sin parar. Yo tampoco estoy a salvo de las tormentas que acechan mis emociones, faltaría más. Pero creo que, a veces, me detengo.

Como lo estoy haciendo ahora, para ahondar en qué es lo que está sucediendo, y saber por qué a nuestro alrededor solo hay yermo.

Tal y como señalan, el furor ideológico del dogmatismo moderno no se detiene, y actualmente, está haciendo estragos con el denominado pensamiento único ***. Es tan denigrante la situación que no queda espacio para la disidencia. Y es tan grotesca la puesta en escena que solo pueden ser actores sociales aquellas personas capaces de fomentar el eco de sus palabras. No quiero dar nombres, aparecen siempre los mismos personajes cumpliendo a rajatabla el dictamen de la industria farmacéutica. Las vacunas son seguras, si no lo fueran, no las habríamos puesto en vuestras manos. Con ellas, salvamos a la población mundial de un desastre humanitario, y debemos confirmar una y otra vez que los beneficios superan a los riesgos.

Parece difícil llevar a todo un país a una guerra, pero es tan sencillo como dejarnos llevar por quien quiere la guerra. Y aunque creamos que no nos dejamos llevar, nos llevan en volandas. Raro es el pueblo que quiera justificar combate alguno, pero no hay pueblo que se salve de la inclemencia a la que nos someten los medios.

En un comienzo más tibio, pero con mayores dosis de ambigüedad, nos contaron pequeñas historias irreconciliables con la verdad. Llegaron a decir tantas cosas que necesitamos un archivo especial en el cerebro para recordarlo todo. El virus se contagiaba por tierra, mar y aire. Todas las superficies del mundo eran las enemigas a batir, y limpiar hasta la última mota de polvo se convirtió en el objetivo vital de miles de personas. Un día, me quedé petrificado ante la pantalla. Era la Sexta, y llegaron a dar porcentajes de la causa de contagio; el 60% de las veces resultaba ser por culpa de ese tipo de contacto. ¿De dónde sacaban esos datos? Era alucinante. Ahora resulta que es más que probable que no exista caso alguno de contagio por culpa de superficie contaminada alguna. Pasado el tiempo y todos conocemos la historia, la vacunación se ha convertido en el preciado elemento de venta. Y el proceso propagandístico es igual. Mentir o no decir la verdad ha sido el mantra que nos hemos visto obligados a tragar. Si hace dos años nos hubieran contado las mismas historias (sin los hechos que hasta ahora han ido ocurriendo), no se hubiera puesto la vacuna de Astrazeneca ni el director del hospital de mi comarca. Hoy, se la pone hasta el profesor de física y química. ¿Qué ha cambiado? La maquinaria no se detiene. Más bien, avanza y se hace más fuerte ante las adversidades.

La democracia es un sistema en el que los partidos que la sustentan están entrenados para trabajar al servicio de sus amos. Y si por alguna razón el entrenamiento falla o no da los resultados previstos, se cambia de discurso o de táctica, importando bien poco el sentido de ideología alguna. E importando, aún menos, las promesas o aquellas premisas que el electorado tuvo a bien respaldar en las últimas elecciones. La democracia, nuestra democracia, es un coladero de rentabilidad empresarial, en beneficio de unos pocos, y en claro detrimento de la mayoría absoluta.

Pero se fabrica opinión, igual que se pueden fabricar coches eléctricos, para que luzca mejor el escaparate de la modernidad. De tal forma que la ciudadanía cree tener la suya sin ser consciente de que su opinión no es más que el resultado del minucioso trabajo ejercido por miles de francotiradores a los que llaman periodistas, columnistas o tertulianos. Sin ellos, tendríamos alguna oportunidad de tocar el cielo. Con ellos, estamos bajo fuego enemigo tocando las puertas del infierno. Son el verdadero lastre del que primeramente nos deberíamos emancipar, antes incluso de hacerlo de la casa de nuestros padres.

¿Cuántos artículos habéis leído (en los medios más populares) poniendo en duda el patronazgo de la OMS o el discurso petrificado de nuestros mandatarios? Artículos duros, críticos, incisivos, que pongan en tela de juicio todo este proceso. Casi no existen. Y cuando aparecen, lo hacen porque los señores de arriba han abierto las puertas. Como ahora, que ante las reacciones tan evidentes que van apareciendo, no les queda otro remedio que decir algo al respecto. Decir nimiedades, para regresar al poco a cumplir con los objetivos marcados, alterando un poco el discurso, manipulando…

¿Cuántos informes oficiales reveladores de lo que está sucediendo os han analizado con precisión? Echarle un ojo a éste que publica el gobierno del Reino Unido recogiendo los casos de los efectos adversos de todas las vacunas.

La opinión…, o ese constructo consensuado para doblegar todos los posibles focos de protesta.

En un primer momento acordaron reunir al personal menor de 55 años para darle el premio a su fidelidad. Luego, y en base a rigurosos estudios realizados en tiempo récord, recomendaron ampliar el techo de edad, y las afortunadas serían todas aquellas personas que llegaran hasta los 65 años. Pero mira tú por donde que la ciencia avanzó tan rápido, que antes de darnos cuenta nos hicieron ver desde Alemania, siempre en la vanguardia de la investigación, que era preferible suministrar la suspensión inyectable solo a quienes hubieran franqueado la barrera de los 65 años. Y, al mismo tiempo, la Gran Bretaña, impulsora y productora de la vacuna en cuestión, apremiada por los increíbles resultados obtenidos en sus contundentes estudios decidió que los menores de 30 años mejor que se quedaran en casa, no fuera a ser que tuvieran un mal dormir.

Este fragmento, por si solo, sería suficiente para que la tropa de élite del periodismo mundial se parara a pensar un poco y escribiera los análisis más conflictivos existentes hasta hoy, pero ante la evidencia incuestionable de que todo va muy bien porque los beneficios superan a los riesgos, y ante la aclamada rueda de prensa ofrecida por la Agencia Europea del Medicamento (mostrando su absoluto respaldo al despropósito), el show televisivo sigue su curso.

La urgente necesidad de que en verano obtengamos el pasaporte sanitario, y respaldados por la increíble eficiencia de las demás vacunas, que éstas sí han sido testadas hasta con niños y niñas de todos los colores, tenemos como resultado que la industria farmacéutica hace y deshace a su gusto, los gobiernos bailan al son del más prepotente, y el pueblo…, el pueblo no despierta ni finalizado el toque de queda. Un certificado digital inteligente concedido como premio a la buena labor social, sin que importe lo más mínimo que un individuo vacunado pueda ser portador y transmisor de la infección, sin que importe en absoluto que no sepamos cuánto dura la inmunidad de la vacuna en cuestión, y sin que haya garantía de aptitud para viajar.

Todo, y mucho más, en el marco de una lógica sin precedentes. Falta de lógica que, al parecer, tampoco despierta un gran revuelo crítico entre los sesudos analistas que merodean los platós y los salones radiofónicos.

Estamos desprovistos de toda posibilidad de informarnos debidamente, a no ser que uno se proponga la ardua tarea de leer muchos documentos que están ahí, pero que los periodistas no leen porque no forma parte de su trabajo. Estamos a la deriva, y nos rescatan a golpes de emociones y responsabilidad. La palabra del año. Responsabilidad. ¿Cómo se contrarresta la dificultad de hacer creer a la población de que es bueno inyectarse con vacunas experimentales cuyas consecuencias están más allá de todo saber por muy científico que sea? Apelando a la responsabilidad personal de la ciudadana. Y este mensaje, tan hondo y entusiasta, llega al fondo de los corazones, y de la noche a la mañana, millones de personas se reconvierten con la nueva doctrina. Medio mundo asume que es su cometido ayudar a los demás, acepta con un sacrificio sin par tamaña obra, y se vacuna. Y lo hace, que duda cabe, por responsabilidad.

Pero no os creo. No os conozco, pero no os creo. He apelado a la responsabilidad conjunta miles de veces. Para no apoyar bajo ningún concepto la invasión de Libia, para defender a golpe de coraje la salida de la OTAN, para no cercar la pobreza en África, para ayudar al pueblo palestino, para desterrar a personajes como Guaidó, para no votar a partidos que nos empobrecen y oprimen, para abrir los ojos ante la política bélica de EEUU, para nombrar a Israel como merece, para promocionar el culto a la crítica, para esclarecer lo que acontece en Siria, para no rendir tributo a los “Cascos Blancos”, para depositar una mayor confianza en la paz, para resquebrajar el capitalismo, para incendiar las redes, y hasta para amar al prójimo…, pobre, inmigrante y sin horizonte. ¿Y sabéis cuál ha sido el resultado?. Exacto. Vacío absoluto. La tele no auspicia ni ensalza estos brotes perturbados que me caracterizan.

La tele, se dedica a otras cosas más complacientes con el engaño. Deseo recordar cómo fueron los comienzos de la propaganda; de la aprehensión de nuestras mentes y nuestros sentimientos. Y regreso de nuevo a Ignacio, a Noam, y a tantos otros que se han preocupado por hacernos ver cómo nos estafan: “Ocurrió bajo el mandato de Woodrow Wilson. Este fue elegido presidente en 1916 como líder de la plataforma electoral Paz sin victoria, cuando se cruzaba el ecuador de la Primera Guerra Mundial. La población era muy pacifista y no veía ninguna razón para involucrarse en una guerra europea; sin embargo, la administración Wilson había decidido que el país tomaría parte en el conflicto. Había por tanto que hacer algo para inducir en la sociedad la idea de la obligación de participar en la guerra. Y se creó una comisión de propaganda gubernamental, conocida con el nombre de Comisión Creel, que, en seis meses, logró convertir una población pacífica en otra histérica y belicista que quería ir a la guerra y destruir todo lo que oliera a alemán, despedazar a todos los alemanes, y salvar así al mundo.”

Creo que hay que tener un poco de cuidado, con todas esas corporaciones o grupos de poder que quieren salvarnos de las amenazas que perturban este mundo. La razón es muy sencilla; el mundo, sin ellos, ya está a salvo.

Y quizás, ya sea hora de terminar por hoy. “El jardinero fiel” ya pasó a la historia. Por aquél entonces, reaccionamos con pavor e indignación. Aquella aterradora verdad de las farmacéuticas anunciaba un mundo que se nos venía abajo, y estábamos agradecidos por saber cómo funcionaba éste. Pues bien, el mundo no ha cambiado, pero el guion de la película ahora es otro. Estaría bien que fuéramos capaces, aunque sea, de no dar crédito al pensamiento único, y considerar la opción de que, quizás, nos estén tomando el pelo.

Estaría bien que determinados colectivos, como al que pertenezco, hicieran valer la misma capacidad reflexiva y crítica que, en principio, exige a su alumnado. Estaría bien que antes de decir si a todo, digamos si a nuestra propia capacidad contestataria, esa misma que tantas veces aplaudimos en las salas de cine, embriagados ante la cruda realidad.

Lástima que aún nos quede un largo recorrido para dar rienda suelta a nuestra irrefrenable y deslumbrante responsabilidad.

*** ”¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional. Se puede decir que está formulada y definida a partir de 1944, con ocasión de los Acuerdos de Bretton-Woods. Sus fuentes principales son las grandes instituciones económicas y monetarias –Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio, Comisión Europea, Banco de Francia, etc. (quiero añadir yo a la OMS)– quienes, mediante su financiación, afilian al servicio de sus ideas, en todo el planeta, a muchos centros de investigación, universidades y fundaciones que, a su vez, afinan y propagan la buena nueva. Esta es recogida y reproducida por los principales órganos de información económica y principalmente por las biblias de inversores y especuladores de bolsa –The Wall Street Journal, The Financial Times,The Economist, Far Eastern Economic Review, Agencia Reuter, etc.–que suelen ser propiedad de grandes grupos industriales o financieros. En casi todas partes facultades de ciencias económicas, periodistas,ensayistas y también políticos, examinan de nuevo los principales mandamientos de estas nuevas tablas de la ley y, usando como repetidores los medios de comunicación de masas, los reiteran hasta la saciedad sabiendo a ciencia cierta que, en nuestra sociedad mediática,repetición vale por demostración.”

Cuidaros!

OTAN NO, Bases Fuera

Colaboración para Iniciativa Debate y Ojos para la paz


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8M: ¿Es el comienzo de una revolución imparable?

La revolución no será televisada

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Todas las televisiones se sumaron a la fiesta. La diferencia es que mucha parte de la ciudadanía creía que era una fiesta revolucionaria, y los medios de comunicación sabían que era una nueva parodia que viene reconstruyéndose (como quien no quiere la cosa) desde que a Hollywood le dio por plegarse a los designios de las corporaciones que fomentan las movilizaciones que no llevan a ningún lado.

Millones de personas que acudieron a manifestarse conocían perfectamente infinidad de eslóganes que los hubieran firmado hasta hace bien poco porque se reconocían en una realidad palpable y que podían sentir como próxima y reconocible. Pero como sucede hasta en las mejores familias, dentro del nuevo y un tanto rentabilizado feminismo transversal, miles y miles de personas se olvidaron, de repente, del significado de aquellas expresiones que elevaban el entusiasmo por saberse orientadas por el camino de la rebeldía y la contestación.

Una de esas frases célebres que para sí tomamos muchas personas (yo incluida), dejó de existir en el imaginario colectivo. Y lo que parecía algo evidente dejó de serlo, y la “revolución”… se televisó.

http://www.lasexta.com/noticias/sociedad/huelga-feminista-horarios-manifestaciones-actos-sumarse-dia-internacional-mujer-espana_201803065a9ee21d0cf20b9f264d6391.html 

Aun así, pensándolo bien, estamos de suerte. No hubo revolución alguna y, por tanto, seguimos sin verlas por televisión. Porque por desgracia, el sentido estricto de ésta frase sigue vigente, y lo que ha cambiado es el sentido popular, o llamémosle de otro modo, lo que va transformándose desde hace mucho es el sentimiento de lo que es una verdadera transformación.

No tengo intención alguna de entrar en debates sobre la magnitud de los llamamientos, del éxito de sacar a las calles la magia del color morado, ni de custodiar razón alguna que se enfrente a aquello que ni deseo ni busco. Solo dejo sobre la mesa una reflexión. La misma que dejé el año 2011 cuando el 15M se fundió con un partido, ese partido con las instituciones, las instituciones con los medios, los medios con la gente, y la gente … con la desilusión.

No encuentro ninguna base sólida que me lleve a pensar que el 8M sucediera nada parecido a una revolución. Llevo alejado un tiempo de todo, lo cual no significa que lo esté de la realidad, y hoy he hecho un rápido repaso por las redes y lo único que me queda claro es que nada ha cambiado, ni próximamente cambiará. Lógicamente, hay que interpretar mis palabras en el marco de aquello que yo entiendo por revolución y en el espacio donde se esconde aquello que intuyo necesita una apremiante conversión.

La Sexta, ese canal de televisión que por sí solo explica muy bien en qué consiste la metáfora de la supuesta renovación, dejó constancia nuevamente de qué se está hablando cuando nos hablan por televisión. Y me sigo sorprendiendo con esa ingente cantidad de personas que regresan felices a sus casas pensando que han participado en una “increíble manifestación”; especie de incorporación a un sentir de obligado cumplimiento pero con escasa dosis de destrucción.

La revolución, será feminista o no será. No tengo dudas de ello, pero queda mucho tiempo para que algo ni tan siquiera parecido pueda llegar a suceder. Porque cabría añadir un matiz importante puestos a difundir mensajes que traten de revolución. El feminismo, será anticapitalista o no será, y no hace falta enumerar la infinidad de atrocidades que el sistema económico que nos colapsa ha depositado sobre el mundo de la mujer.


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Resumen Geopolítico (Cuba)

Breves:

(Noticias escondidas…, estrategias descubiertas)

Si nos detuviéramos a observar y analizar todos los acontecimientos que no se narran, descubriríamos la razón de ser de las noticias que sí nos llegan. Cuba estaría en el frente de muchos de los estudios que podríamos incorporar en una titulación como Periodismo. Este último año, por ejemplo, ha protagonizado dos eventos importantes para la prensa internacional: el deshielo (o restablecimiento de relaciones) con Estados Unidos y la visita del Papa. Casualmente ambos también se unen, y en realidad la isla queda relegada a un segundo plano. Son Barack Obama y el enviado de Dios quienes acaparan la ovación y el lucimiento. 

Paradójicamente, casi todas las televisiones del mundo anuncian el milagro de esa aproximación y lanzan a los cuatro vientos la buena nueva. Pero los mismos que nos abrieron sus puertas para acceder a dicho espectáculo, nos niegan qué sucede de puertas adentro, e invisibilizan acontecimientos tan importantes como la de una nueva resolución en la Asamblea de la O.N.U. para condenar el bloqueo económico a Cuba.

Fue el 27 de octubre, y la votación es también para guardarla en los manuales de estudios universitarios. De 193 países que votaron, 191 lo hicieron a favor, es decir, pidiendo el levantamiento del bloqueo comercial. Solo dos países lo hicieron en contra. Apuesto a que una mayoría abrumadora da con la tecla en menos de diez segundos. ¿Qué dos estados se negaron a aceptar dicha propuesta?

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La respuesta nos remite al encabezamiento de esta entrada, porque es el resumen perfecto de cómo se las gastan quienes dirigen la estrategia geopolítica de un mundo que va a la deriva, y de cómo nos avasallan y engañan un buen puñado de periodistas a los que no les importa tanta desidia.

/Recordatorio: el histórico embargo fue impuesto el año 1962 después de cristo por el ilustre presidente de los estados unidos john fitzgerald kennedy/

http://www.martinoticias.com/content/eeuu-mantuvo-su-voto-sobre-le-embargo-a-cuba-onu/107795.html


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Il Corpo Delle Donne

 ¿No sabes qué hacer este fin de semana? Te invito al cine

El Cuerpo de las Mujeres

«La televisión tiene un poder increible. A pesar de que hable de la realidad y represente la realidad, puede disimularla. La televisión hoy roba, afea, mina el paisaje de la conciencia de todos, y nos quita las raíces y los fundamentos. » Una crítica sobre la representación de la mujer en los medios, y un interrogante sobre por qué incluso a las mujeres les cuesta visualizar esa decadente imagen que refleja, sobe todo, la televisión.

La mujer real desaparece y es sustituida por un fenómeno recalcitrante. Y ni tantos años de lucha para erradicar la manipulación del sexo femenino consiguen aplacar la mirada obsoleta de los dueños de las corporaciones, auténticos depredadores de la estupidez. Media hora para detenerte ante este documental, y toda la vida para huir de la pantalla.