Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Aguados de amor

Colaboración con las inquebrantables amistades de La Ignorancia Crea.

 

«En la árida tierra que habitamos los sueños terminan por emigrar, y cada pisada se convierte en una grieta, y cada grieta abre un surco como un parto prematuro que no sabemos si es para olvidar o, si por el contrario, nos hace recordar…, que las glicinias siempre florecen, a pesar de que los topos oraden hasta el último refugio donde las semillas podían germinar.

Y resuelta a desobedecer la vida arrinconada, en éste preciso lugar, me das la mano y tu mirada me invita a pasear, lejos de los espasmos y más bien cerca de alguna fosa que nos lleve al mar. Y me abrazas rodeada de agua, porque dices, el agua puede sanarte hasta la eternidad. Yo nunca termino de comprender muy bien lo que me quieres decir, pero tampoco le doy mucha importancia, porque cuando estoy sumergido contigo hasta las mecedoras dejan de balancear.

La lentitud nos identifica en las caricias bañadas, y a veces no hace falta ni que el sol resplandezca para determinar que merece la pena permanecer allí hasta ahogarse, cuando es tu boca donde me zambullo sin saber siquiera que una rana acaba de depositar sus huevos en tu paladar.

Ni los peces de colores son capaces de deslizarse marcha atrás, pero tú…, eres capaz de hacerme creer que podemos amarnos sin tan siquiera saber nadar, y todo porque el agua es una constante cuando la sed ha de aplacar toda la tensión sexual. La botella sobre la mesilla de día, porque de noche preferimos bebernos, y al despertar, enjuagarnos los labios no vaya a ser que sin humedad no acertemos ni a regresar…

Dispuesta a que todo fluya, me invitas a que podamos presenciarnos poniendo como testigo el manantial de donde brota toda posibilidad de avanzar, y vuelves a darme la mano, esperando que todo el agua del mundo se convierta en ola…, y nos lleve una y otra vez, al fondo de nuestro mar»

http://www.laignoranciacrea.com/…/04/La-Ignorancia_22-Agua.…


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Infancias

Poemario Disidente

(llegan todos los santos)

Tus manos diminutas no juegan sobre la arena, restriegan en ella y te llevas un puñado a la boca. Es la ración del día en una nueva jornada desalentadora. El sol no se separa de ti, y no se escucha música a mil kilómetros a la redonda. Solo pequeños aleteos y algunos zumbidos que apenas pueden despertar tu sueño eterno de agua. Las moscas se posan sobre tus labios y de tantas veces que van y regresan…, ya ni te molestan. Lo que para un niño del ensanche es escombro alimentario, para ti es el maná que todas las religiones juntas escribieron sobre falsos papiros ya olvidados. No puedes clamar a la tierra para que brote arroz o tan siquiera una mala hierba, y se van cerrando esos ojos donde los gobiernos recolectaron sus crueles condenas.  

Tus ojos!

Ni tan siquiera puedo hablarte, pero seguiremos abonando en las palabras para nombrar a quienes hacen oídos sordos con tu último latido. 

Todos los santos te llevan y aquí siguen, reunidos, los halcones que no custodiaron ni tu primera esperanza.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 

 


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Espejos

Cuento para una jornada incierta:

EL EXPERIMENTO

Recuerda. La imposibilidad de verte (reflexivo) es el inicio de la deconstrucción de un nuevo mundo. Quizás aún no sepas de lo que hablo, pero transcurridas todas las estaciones querrás correr como un niño en busca del agua. Diez años sin  sol, sin saber de ti.

Los rasgos faciales no son los más significativos en esta experiencia, los podrás ver en los demás, e imaginarlos floreciendo en tu rostro como enredaderas que se atrincheran ante la inminente llegada de una batalla.

La edad no es el problema. Las articulaciones también darán buena cuenta del tiempo. Ni tan siquiera la ausencia de todo brillo en tu mirada; de haberla, ya la percibirán los vecinos y sabrás gestionar sus respuestas.

La incertidumbre de no saber cuándo o cómo podrás alcanzar plena conciencia de ti mismo (otra vez) una vez te hayas alejado para siempre de los espejos se tornará en tu mayor preocupación.

El experimento te parecerá vacuo e infantil, pero ya te imagino sobre el asfalto observando los colores del aceite en una mueca despistada. Los charcos esperando que el viento se detenga (y tu imagen por un momento quede congelada).

No podrás acceder nunca al cristal ni al metal, y solo una vez al año tendrás permiso para contemplarte sobre el agua.

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Esa jornada estaremos todos pendientes de ti. Jaleándote. Y te acompañaremos anotando todas tus reacciones y todos tus impulsos.

Desde el primer momento te espoleará la curiosidad. Las primeras semanas caminarás con una seguridad asombrosa, pero tras la primera tormenta llegará   el comienzo de tu irritación. La imposibilidad de verte (reflexivo) será ya la construcción de una nueva imagen. Cada vez más ofuscado sentirás cómo llega el invierno antes de que las hojas empiecen a caer.

          Han pasado nueve años. Nueve años sin ti. Sin darte cuenta, te sabes ya un escondite. Tú mismo eres un escondite. El anhelo del reflejo de tu rostro son abriles de ignorancia. Quieres gritar y hacer callar a quienes se preocuparon por saber cuándo nos llegaba el Yo de la consciencia, y se olvidaron por completo de su recuperación.

Ah! De eso se trata. De regresar una vez que nos perdimos. !Como si la mismidad durara toda la vida!. Hay que aprender a aceptarse de nuevo, una y otra vez. O lo hacemos por voluntad, o te obligan a ello. Es por el bien de la comunidad. La Democracia en el país de las Maravillas.

En medio del tumulto, al límite de tu tiempo, buscando oxígeno, regenerando la identidad…, no te queda más que ir al encuentro de la otredad, y te enamoras. Hay que joderse, te enamoras justo cuando quedan diez días para los diez años, y me vienes con la milonga de que has visto la luz, precisamente cuando no eras capaz ni de ver tu sombra.

El castigo no se hará esperar. El espejo no es el amor de tu vida. Quisiste encontrarte y lo confundiste todo. Estabas a punto de solventarlo y contribuiste como solo lo hacen los dandis bajo la lluvia,  creyendo que la seducción es el camino más corto hacia el final.

Fracaso absoluto.

El deseo de saber de ti te llevará siempre al prójimo. Pero cuando regreses de él, querrás mirarte y te darás cuenta de que eres más barro que piedra, y que cada vez que lo intentes, verte de verdad, querrás ir al encuentro, en el límite de reconocer tu integridad.

Romper todos los espejos…, antes de ir al encuentro de tu consciencia.  Para aprehender la realidad, ya está el dibujo de las olas sobre la arena.