Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


¿Quién dirige la Organización Mundial de Nuestra Salud?

La ignorancia sigue creando. Y ya ha publicado un nuevo volumen (lleno de bulos)…

Revista La Ignorancia

Ésta es mi colaboración: Juegos biopolíticos

Hoy ha habido 0 muertos en España. 0 killers. OK. Por covid-19, se entiende. Mañana, dios dirá…, que los que cerraron los ojos fueron muchos más, y que avecina tormenta en el mundo de la confusión. Las matemáticas no engañan, nos lo dijeron para no rechistar. Yo aprendí que dos y dos son cuatro, pero perfectamente pueden ser cinco. Que se lo pregunten a Radiohead, en los cuales creo más que en el evangelio según san Mateo. Nos están vacunando desde hace mucho, pero ahora, además de inyectados nos quieren ecologistas sin acción.

Todas las respuestas, al final serán las mismas. Porque todos, pasarán por el aro, y no precisamente el olímpico. Hay planes para todos los gustos, parece ser, pero solo uno se incorporará a nuestra vida cotidiana. En el reverso de todas las monedas está la cruz de nuestro destino. Y por mucho que queramos ver, el miedo y la rutina serán nuestra prisión, al menos los barrotes de nuestros pensamientos.

¿No se nutren de huéspedes los parásitos de la economía neoliberal? Pregúntate cómo te tratan, y adivina si eres uno de ellos. Blindado como estás de pensamiento único, y surtido de las mejores galletas del mercado, quizás olvides que ya te amputaron las alas. Y, en el fondo, te preguntarás…, ¿para qué quieres volar, si Ryanair ya te puede llevar hasta la saciedad?

La saciedad es un habitáculo creado por los economistas mejor pagados, y difundido por los periodistas más aclamados. Eso sí, siempre, hasta que llega la tormenta. Y estamos en medio de ella. Mentira. La saciedad es una tormenta continua, la conozco desde el día que hice la primera comunión.

Saciedad, sociedad y suciedad. Quién lo iba a decir. Van de la mano tan bien que hasta sorprende. Toneladas de residuos se deslizan por nuestros poros hasta acabar en tierra de todos. El mundo es un lodazal, fértil para unos pocos y como arsenal lleno de municiones a controlar para el resto. La última vez que supe de vosotros anidaban en los tejados las primeras escarchas del invierno. Harry “el sucio” sabe muy bien de lo que no hablo.

La familia Rockefeller, experta en todo tipo de ayuda deshumanitaria, nos lleva años de ventaja. Y como quien no quiere la cosa, nos acecha hasta ponernos de rodillas ante ella. Pero lo hace como solo lo pueden hacer los grandes. A golpe de talonario y organización no gubernamental. Porque para ello tiene a sus científicos, sus gobernantes y sus informadores.

Estaría bien que nos preguntáramos quién dicta sentencia en, al parecer, este enorme desaguisado. Nos confunden no solo con datos estadísticos, también con la Estadística de los datos. Esta es extraordinaria, fiel inquisidora del poder. Pero, ¿qué pinta el poder en todo esto? Ya estamos con las conspiraciones. Qué tedio. Menos mal que estamos acostumbrados a la letra pequeña de los contratos. Y leemos, no solo atendemos la televisión.

Durante la pandemia, como todas y todos sabéis perfectamente, cada país ha seguido su propia evolución, hasta tal punto que la ciudadanía se ha hecho experta en la materia, y nos habla con total fluidez de que ahora mismo, Brasil está en el pico de la curva. También nos puede hablar sin miramientos de qué es lo que se debe hacer en cada fase, y más pronto que tarde, nos dirá cuan importante fue la militarización de la vida. “Es que necesitamos este exhaustivo control, porque en general somos unos descerebrados”. Y ahí te las den, porque lo dice la ciencia.

Mi ciencia es observar, a cada rato, hasta el imperceptible movimiento de los intelectuales de la retaguardia. Qué banda de uniformados! Desde politólogos hasta epidemiólogos al alza. Nunca es tarde para la publicidad de la bonanza. Porque nos hacen creer que buenos son todos aquellos que quieren hacer el bien. Pero buenos de verdad, son los que hacen el bien. Y de ellos apenas sabemos nada.

Sabíamos perfectamente que Italia lideraba el grupo de cabecera. Que luego vinieron España, y luego Francia, y luego Bélgica, y así hasta 180 países, cada cual con su progresión, y cada progresión con su hacinamiento particular. Y se llenaron los balcones, para aplaudir la estupidez y no sacar el hacha de guerra a las calles. La bonanza engañosa y la emoción. Vaya dos. Te descerebran de un plumazo.

La lógica. Ese inestimable método que nos ayuda a dar cohesión a los hechos, o a la sucesión de manifestaciones que se van dando por doquier, va a darse de bruces con alguien. Y ese alguien no soy yo. Desde cualquier punto de vista, tal y como han ido sucediendo los acontecimientos, la lógica venía a decir que cada país tendría que recorrer su propio camino, claro está, y que cada frontera tendría su propio cerrajero para abrir la puerta que quedó trancada. Pero he aquí que todo, de la noche a la mañana, y sin sentido común que lo avale, ha de volver a su cauce y, a ser posible, el mismo día. Punto y final.

La Comisión Europea recomendaba hace unos días “encarecidamente a los Estados miembros que todavía no lo han hecho que finalicen el proceso de eliminar las restricciones al libre movimiento y los controles fronterizos dentro de la UE”. Hay quien manifiesta su estupor ante la noticia (lógicamente), pero en breve, será así (escribo esto el 18 d ejunio). Y aquellas pequeñas historias que nos contaron ya no nos sirven para vendernos su final. Y tendremos otra historia, que otra vez por arte de magia, será la triunfadora en cada pantalla plana, y como anfibios sedientos de agua, acudiremos a beber hasta indigestar tanta mente extraviada.

Encarecidamente. La UE apremia a todos sus miembros. No importa. Nunca importa. Porque la política trata del arte de mentir con convicción, y del desastre de empañar la verdad con los bolsillos llenos de injurias. La gripe española, por ejemplo, no se originó en España, sino que se propagó en la primera guerra mundial a través de las trincheras y de las lamentables condiciones en las que se encontraban (y había “orden”; los militares de aquél entonces impusieron restricciones de lo que la prensa podía publicar y que pudiera tener impacto en la guerra).

(La lógica también me lleva a escuchar a Snowden, perseguido por EEUU por desnudar sus secretos o, lo que viene a ser lo mismo, por rasgar las vestiduras al imperio. Como él dice: “en lugar de tener una política basada en la ciencia y en hechos reales, la revelación de información empieza a convertirse en decisiones políticas”).

Tenéis el resumen del plan de acción de la fundación Rockefeller en su propia página, así no tenemos que andar con simulaciones, ni creencias ni proyecciones inverosímiles. Dice así, desde hace un tiempo: 1- Lanzar un plan para expandir drásticamente las pruebas Covid-19. 2- Lanzar un cuerpo de atención médica comunitaria de Covid para pruebas y rastreo de contactos (¿os suenan los rastreadores de los que ya nos hemos olvidado?. 3- Crear una plataforma digital y de datos comunes de Covid-19. Y, por último, recomiendan el camino a seguir, donde podemos leer…”La coordinación de un programa tan masivo debe tratarse como un esfuerzo de guerra” (ya lo repitió Pedro Sánchez casualmente).

Apenas hay distancias políticas y de re-acción, porque todas beben de la misma fuente. Nuestra salud mundial está dirigida por multimillonarios de pacotilla que por un lado venden armas y se inventan guerras y, por otro, nos hacen creer que con sus donaciones millonarias nos libran de los males de la humanidad. Es una parodia que nos digan que todas las propuestas gubernamentales vienen por el asesoramiento de expertos, y no nos digan que esos expertos están respaldados por auténticos déspotas insaciables.

Como bien sabe todo el mundo a estas alturas del cuento, la OMS es la que dicta el camino a seguir, y quien determina cómo se ha de proceder ante estas catástrofes epidemiológicas. Pero desde el sofá de nuestras casas, sobre todo en tiempo de confinamiento, recibiríamos de buen grado otro tipo de informaciones, y ya decidiríamos nosotros si son o no…, MENTIRAS.

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Biopolítica global y la salud de todos los habitantes.

La filosofía de la mentira congrega en cada noticiario a periodistas a los que no les importa trabajar para los delincuentes. Cierto es que quizás casi todos trabajemos en algún momento para algún delincuente, pero lejos queda la posibilidad de corroborarlo con nuestra franqueza, y admitir los deterioros de nuestros actos. Aunque lo más importante sería admitir el daño causado por nuestros actos. El daño…

El papel geopolítico y estratégico que juega la fundación Rockefeller es, quizás, uno de los grandes debates que deberían ponerse sobre la mesa en este convulso periodo que estamos viviendo. ¿Por qué? Porque descaradamente dicha entidad participa de los intereses globales de EEUU. Debemos recordar que el espacio biopolítico de la “salud mundial”, más que una construcción fruto del acuerdo entre estados, es la resultante de una estrecha canalización de intereses donde los Rockefeller toman la iniciativa, amparándose en su profusa y discutible “ayuda humanitaria”. Esta familia, implicada en muchos asuntos alejados completamente de la filantropía, llegó a hacerse cargo de un tercio del presupuesto de la Organización de Salud de la Sociedad de Naciones (de la que EEUU no formaba parte), y a día de hoy sigue siendo el referente mundial. ¿A qué responde ésta truculenta donación bondadosa? ¿Qué intereses aglutina?

Sus prácticas monopolistas, sus alianzas para promover guerras y vender armas y un largo etcétera, no hablan muy bien de los defensores de nuestra salud. Yo, desde luego, me lo pensaría. Su poderío y capacidad de financiación deslumbra, pero oscurece la legitimidad con la que se pavonea por el mundo. El 11 de diciembre de 1946, John D. Rockefeller Jr. “donó” a la ONU la inmensa cantidad de 8 millones y medio de dólares para comprar los terrenos de Turtle Bay, donde actualmente se encuentra su sede. ¿Cómo no nos va a extrañar su capacidad para guiarnos por el mundo? Es descorazonador pensar que estamos en manos de estos generosos benefactores. El responsable de la división de salud de la FR, Wickliffe Rose ya marcó una estrategia deliberada en el periodo de entreguerras, y dejó constancia de ello con sus palabras: “Existen determinadas funciones sanitarias que tienen un carácter internacional, los gobiernos nacionales no pueden llevarlas a cabo; dichas funciones resultan esenciales para la salud de las personas de todos los lugares”. En la diana.

Quizás deberían informarnos de que la configuración de los sistemas de salud de muchos países vino alabada y determinada por esta portentosa fundación. Y tampoco sería nada desdeñable que nos contaran cómo crearon un “cordón sanitario” para preservar Occidente de los diversos “contagios soviéticos”.  La influencia política, social y económica de EEUU a través de engranajes de este tipo es y ha sido una constante. La FR, especialmente por su estrecha relación con la aclamada Escuela de Salud Pública de Hopkins, y gracias a sus programas de reforma sanitaria, se ganaría la simpatía de las élites izquierdistas, apartándolas de la influencia soviética. Y así hasta nuestros días, subrayando el incuestionable respaldo que ofrecieron a las políticas de sexualidad y reproducción que han extendido por medio planeta, e incorporando la ya conocida “planificación familiar”, cuyas dolorosas consecuencias fueron tristemente conocidas.

Mucho daño por el mundo, como para dejar en manos de estos tiburones nuestra salud. Otros planteamientos son posibles y, al menos, permitir escuchar otras voces sería un pequeño detalle de nuestros gobernantes. Pero como siempre, la noria gira en el mismo sentido, y su conductor es un piloto que esconde sus maniobras. Me trae sin cuidado cómo ha llegado el Covid-19, pero exigiría de inmediato estudios, investigaciones y otras colaboraciones de científicos, sociólogos y todo tipo de colaboraciones alejadas completamente de la órbita de la Organización Mundial de la Salud. Por nuestro bien, y por un intento de limar asperezas con la verdad o con tanta mentira, que viene a ser lo mismo.

La historia nos dice que con cada crisis, las emergencias que se implantan nunca terminan, sino que se normalizan. Y ahora mismo se ha normalizado contabilizar de tal modo que quien escucha, nada sabe sobre lo que se le informa. O tal vez sea que lo que se ha normalizado es informar de tal modo que quien escucha, nada sabe sobre lo que se le cuenta. Parece mentira… Pero así es…

Cuidaros!!!

P.D.: podéis ver el artículo también en Iniciativa Debate


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Intelectuales, políticos y artistas, siguen dando el cante

Manifiesto por un gobierno de progreso

Son como una plaga, que aparece muy de vez en cuando, y traen en sus alforjas palabras llenas de despropósitos. Que precisamente a ellos tengamos que convidarlos para que repasen el significado que otorgan a algunos términos dice mucho de su indiferencia con el buen uso del lenguaje. En sus bocas, llenas de nostalgia de otros tiempos al que llamaron transición y dinamización de «culturas socialistas», observamos con  asombro y cierto desconcierto cómo esculpen y salivan lo que entienden por progreso.

No hace falta ser un lince para adivinar en muchos de ellos esa proximidad latente con un periodo en el que fueron tratados como reyes, del mambo de políticas de adhesión y amiguismo. Y además, no se retractan de ello, sino que embisten con el signo de su intelectualidad un tanto innoble, intentando convencernos de la imperiosa necesidad que tenemos para admitir que hay una solución para sacar a España del atolladero y, para que de una vez por todas, éste país tome rumbo hacia un florecimiento cultural sin precedentes.

Joaquín Sabina, Antonio López, Baltasar Garzón, Miguel Ríos, Pepe Viyuela, Vicente Molina Foix y toda la troupe socialdemócrata hacen un llamamiento para que «no se puedan permitir cuatro años más de un gobierno del PP,  que ha traído el empobrecimiento y el incremento de las desigualdades». Olvidan decirnos que Felipe González luchó como un auténtico guerrero para enriquecer a unos pocos, someterse a las órdenes del imperio, militarizar su territorio, plegarse al llamamiento de las grandes empresas y vivir a cuerpo de rey con sus amigos del alma. Pero eso son nimiedades, especulaciones de teorías conspiratorias sin valor alguno. 

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

El PSOE es un partido de chichinabo, conmovedor hasta en sus últimas incongruencias. Porque no lo olvidemos, este panfleto audiovisual de muy mal gusto lleva su sello, rodeado de artistas, políticos y sindicalistas que conforman un paraguas de indudable catadura moral surrealista. Quieren convencernos de que el progreso pasa por Ciudadanos y dicho partido, asociándose con Podemos para de una vez por todas avanzar a ritmo de boleros.

Sorprende que éste último partido no haya sacado ya un comunicado distanciándose de semejante tropelía, con contundencia, pero entiendo que todo vale en esta etapa en la que con la boca pequeña pueden decirse hasta las más grandes tonterías.

Así es, ha llegado un nuevo manifiesto, y llaman a «todos los ciudadanos y ciudadanas a unirse a esta exigencia democrática». No se lo pierdan, llaman a un gobierno de PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos una exigencia democrática. Este deseo se resume muy bien en el discurso de Manuel Rico: «No es inevitable que haya un gobierno del Partido Popular en los próximos cuatro años. No es una maldición ese castigo. Podemos cambiar la situación si efectivamente apostamos por un acuerdo entre los tres partidos que han obtenido la mayoría social y la mayoría parlamentaria. Hablo de Ciudadanos, hablo del PSOE y hablo de Podemos. Los tres partidos coinciden en la regeneración democrática, coinciden en la defensa del Estado del Bienestar y de las conquistas sociales, coinciden en la reforma democrática de las instituciones y en la limpieza y en la transparencia, y coinciden en una nueva dinámica económica. Yo creo que se pueden poner de acuerdo en un mínimo común denominador y abrir paso a un gobierno de cambio y progreso»

Las cosas así, les urjo a que nos concreten qué entienden por progreso, qué entienden por regeneración democrática o qué entienden por limpieza y transparencia, porque sobra decir que el PSOE, no solo adolece de todo ello, sino que forma parte, sin ningún tipo de dudas, de la creación de un sin fin de mecanismos que han apoyado sin descanso la involución democrática en España y en el mundo. (Me temo que a estas alturas también tendrían que darme su definición de «Democracia»).

Si ya es un pequeño delirio su propuesta, cabe decir también que su mayoría social no considera importante unir a la CUP, por poner un ejemplo, porque como ya sabemos a estas alturas, ni son progresistas y mucho menos defensores de regeneración institucional alguna. Son así ellos, demócratas que luchan incondicionalmente por la causa. Eso sí, pero no por una causa democrática, sino por su causa.

Cansa ya tanto manifiesto maniqueo. Y siento enormemente la ausencia de todas estas firmas en innumerables casos de arbitrariedad política e injusticias que se han dado en España desde la transición. Pero es que ahí reside el quid de la cuestión. Son ellos mismos los protagonistas de dicha transición, y nosotros los espectadores a los que nos obligan  una y otra vez a asistir a sus fiestas y bailes de salón. 

Son quienes sin vergüenza alguna salen en la foto para ver su propio reflejo, inundado de gracia.

Colaboración para Iniciativa Debate

 

 

 

 

 


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Discursos

Breves:

La facilidad de la oratoria

Los políticos, los que nos gobiernan, los que toman decisiones, los que aparecen en las grandes pantallas y nos consumen con sus ofertas, los que se sientan en los parlamentos, los que piden su puñado de votos, los que se enojan y parecen luchar por unos objetivos, los que se posicionan por los sueños de la ciudadanía y, sobre todo, los que cobran por el trabajo desempeñado, son una caricaturesca obra de algún artista venido a menos. 

No se trata de exponer las mil y una arbitrariedades que han cometido a lo largo de la historia para mostrar con objetividad el carácter científico de esta hipótesis. (Basta con recordar lo sucedido en el estado español durante los últimos años).

No es inoportuno dirigirse a los simpatizantes de todas las corrientes para hacerles ver que apenas hay diferencias “técnicas” entre todos ellos. Y no cabe duda de que estudiando su comportamiento, tendríamos infinidad de argumentos para desmontar los discursos que han ido elaborando (y después “corrigiendo”) sin que importen lo más mínimo ni la coherencia, ni la sinceridad ni tan siquiera las pequeñas promesas.

En ese espacio de tiempo hay una serie de elementos que simbolizan a la perfección en qué consisten o bien la aparición o bien el resurgimiento de algunos movimientos que se han materializado en lo que podríamos llamar sueños líquidos. 

Es igual que dichos sueños se impulsaran para conseguir la destrucción de la casta, la aniquilación de las élites, la reestructuración e impago de la deuda, la renta básica universal, el derecho de autodeterminación, el fin de la transición o el principio de la emancipación. La tesis de Zygmunt Bauman clarifica con enorme precisión lo que estamos viviendo. Veamos… 

Una de las marcadas características de la sociedad capitalista es ese individualismo que delimita nuestras relaciones y las convierte en precarias y especialmente vaporosas. Vivimos a merced del cambio y de esa sensación constante de que todo es transitorio. Todo fluye corriente abajo pero expuesto a una flexibilización que lo único que proporciona es una obstinada contradicción. Casi nada perdura lo suficiente como para que pueda cuajar y lo que vivimos es una especie de persistente transformación.

En una frase, cabría decir que estamos sometidos al vasallaje de la caducidad y expuestos a la “corriente filosófica”  llamada seducción y de la que tan adeptos son los representantes políticos.

De ese modo, ¿dónde puede alguien buscar los pilares adecuados sobre los que se asienten sus convicciones?.

En tu respuesta encontrarás la banalidad de la mayoría de los discursos, que terminan por disolverse entre tus pensamientos sin apenas haber tenido la opción de asimilarlos.

 

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 Colaboración para Iniciativa Debate


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Monty Python

ContraCorriente (buscando nuevas miradas).

Milkman

¿Has pensado alguna vez en los enormes beneficios que nos traería la posibilidad de poder secuestrar la política? Aún nos queda la esperanza de que podamos cambiar a los lecheros por los políticos, y ya veremos luego qué hacemos con ellos! Considerando el enorme aprecio que tienen por las puertas giratorias, no será difícil tenderles una trampa…


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Cambio de sentido

¿No deberíamos de comenzar a asociar el rumbo de los acontecimientos a la propia inclemencia residente en la población de todo un país, y dejar de acusar exclusivamente a políticos y banqueros? ¿No debería el pueblo de vaciar los estadios y llenar las calles? ¿No deberíamos dejar de meditar, y empezar a actuar?

Photo by Joséluis Vázquez Doménech

Photo by Joséluis Vázquez Doménech