Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Hay que acabar con el abstencionismo!

Estos últimos meses me han preguntado mucho por la abstención. No es tan sencillo responder sin considerar otros elementos importantes que están ahí, pero que apenas se diseccionan. Vamos a hacer un intento analizando diferentes aspectos.

01- Abanico Político

Primeramente, creo fundamental saber a qué nos enfrentamos, es decir, saber quiénes son nuestros supuestos representantes. Los partidos que optan a gobernar, como viene sucediendo en todo este siglo, son partidos controlados, es decir, sin capacidad de reestructuración del sistema y súbditos del poder (OTAN, Unión Europea, Grandes Corporaciones, etc.).

De este modo, tenemos en España: Vox, extrema derecha, PP, derecha rancia, PSOE, derecha con tintes moderados, Unidas Podemos y Sumar, centro con papel de «insurgente». Y entre la ciudadanía votante, queda un hueco para aquellas personas que piensan desde posiciones contrarias, y no les queda otra que situarse dentro del tablero en la posición “más izquierdista”, digámoslo así, del “deteriorado espectro político” que posee este sistema.

(No entro a valorar todas las apreciaciones que hará mucha gente sobre dónde sitúo a lo que queda de Podemos y sus afinidades electivas. Simplifico. Desde sus primeras propuestas y programas electorales el vuelco que han dado es de dimensiones colosales, y su adscripción a la OTAN es manifiesta desde sus cargos gubernamentales, que es, al final, lo que hay que cotejar. De Sumar es mejor casi ni hablar).

02- ¿Qué democracia?

Debemos añadir, sin falta, que no vivimos en democracia y, lo más importante, debemos constatar también que no hay libertad de pensamiento bajo el yugo de la dictadura de los medios. Sin dicha libertad casi toda posibilidad de expresión carece de sentido, por mucho sentido que quieran darle al acontecimiento de ir a votar cada cuatro años (con un 95% del electorado que ni ha leído ningún programa electoral y que ni intención tiene de ello).

03- La tendencia de culpar al abstencionismo

Sospechar que el abstencionismo en su conjunto es responsable de la victoria de los partidos conservadores y de corte reaccionario reduce mucho el prisma de observación de lo que está aconteciendo en los países capitalistas desde la década de los ochenta, coincidiendo con el auge del neoliberalismo.

Hay que desempolvar la Historia y sostener el hecho de que gran parte del mundo ha vivido décadas bajo el furor de un sistema político denominado capitalista (no lo olvidemos, soporte de nuestras democracias) y, por ello también, gran parte de ese mundo ha vivido y sufrido los embates causados, precisamente, por la expansión de algunos de los fundamentos sobre los que erigió todo su poder y se hizo fuerte: el esclavismo, el colonialismo, el imperialismo, el fascismo y el nazismo. No hay mucho más que decir. Las consecuencias de todo ello, por resumir, llevan a un alto porcentaje de la población a desentenderse de quienes gobiernan y de sus maniobras. Y dicho proceder incide directamente en la decisión de no pasar por las urnas.

Importante subrayar también la actuación que han tenido Podemos y su entorno a la hora de estimular la abstención en el ámbito de las confluencias de la izquierda social, por una manifiesta negligencia desde aquellas supuestas buenas intenciones con las que promocionaron sus inicios. Sin querer profundizar, podríamos comenzar por analizar el primer programa electoral que propusieron, con varios puntos fundamentales que en los siguientes comicios pasaron ya, al olvido. Y podríamos también subrayar el trato un tanto retorcido que han tenido con un importante grupo de feministas que no termina de entender muy bien posiciones tan férreas y nada abiertas al debate. Por no hablar también de la sucesora de Pablo Iglesias; elegida a dedo para llevar el liderazgo de Unidas Podemos y elegida ahora por la mano de dios para fortalecer la izquierda española, hacedora de neutralidades sin sentido, de silencios delatores, defensora de la alianza bélica y acreedora del don del pastoreo para recoger a todas las ovejas descarriadas. Un buen número de abstencionistas de éste lado de la balanza procede, sin duda, del enorme desengaño que han sentido desde aquél 17 de enero de 2014, fecha de la fundación de dicho partido.

04- Defensa del voto contra viento y marea

Respaldar ese camino hacia las urnas (tapándose los ojos ante la realidad) y seguir votando dentro de un sistema que continúa promoviendo las guerras para salvar sus economías y seguir manteniendo el control del poder es, a todas sombras, mucho más desconsiderado e injusto que la decisión que toman muchas personas a la hora de abstenerse en las elecciones, buscando un nuevo paradigma y buscando el cambio necesario del sistema.

Pero aún hay más. Pienso que la decisión del voto ha de hacerse en conciencia, atendiendo al diagnóstico que cada cual hace de este mundo, y no tomando opción por ese mal menor que lo único que consigue es arrastrar los propios lodos del poder.

Así, resulta incluso paradójico querer acudir a votar cuando sabemos que nadie nos representa verdaderamente. Y resulta más chocante aún pensar que alguno de los «elegibles» pueda cumplir promesa alguna digna de tener en consideración (y que ataque directamente a ese sistema que ha estrangulado la vida de millones de personas, como ocurrió no hace mucho tiempo en Grecia).

05- ¿Qué significa abstenerse?

Tenemos, por tanto, que muchas de las personas que se abstienen no son eslabones perdidos dentro de algún perfil del electorado, sino detractoras de un modelo político que consideran dominante y represivo.

Asociamos todo ello con un recordatorio muy importante. Votar no es un deber cívico, sino un derecho político. Y como todo derecho, nos hace libres de poder hacer uso de él, o no, sin menoscabo ni menosprecio de quienes por voluntad política desestimen de su valor. Quien deja de lado este principio, ya inicia su argumentación contra su validez con un gran sesgo.

06- Ecuación

Que alguien, reflexionando sobre el mundo que nos rodea, opte libremente por la abstención es, además de legítimo, completamente comprensible.

Que alguien, analizando el mundo que nos rodea, opte libremente por votar dentro de un engranaje antidemocrático es, además de incoherente, completamente inadecuado.

07- Invitación

Convoco a quienes defienden nuestras democracias modernas a que nos den una definición sobre ellas que consideren válida. Es imposible que soporten cualquier argumentación o salgan indemnes después de contrastarlas con nuestra realidad política. Imposible.

Y quisiera recordar que del mismo modo que asumimos, por ejemplo, las consecuencias derivadas de la acción de todas y todos los votantes de Podemos apuntillando el sueño del cambio (tal y como he dicho antes, fácilmente analizable leyendo sus reivindicaciones a las elecciones europeas en sus comienzos, y observando su legado posterior – una trampa que debería ser denunciable -), se debería respetar la decisión de aquellas personas que desde sus propias elucubraciones y críticas siguen pensando que otro mundo es posible.

Y desde luego, quiero subrayar también que en una hipotética balanza ética y de lucha por los principios, los segundos ganarían por goleada.

08- Opinar es sencillo

Esa extendida tendencia que invita a ofrecer una aparente opinión personal que termina por repetir lo que dicen los medios nos está haciendo mucho daño. Sin duda alguna, mucho más daño que el que pueda hacer cualquier persona que después de reflexionar en soledad, decide no ir a votar.

09- Votar

Si de verdad estamos convencidos de la existencia de una realidad política que no nos ha dado más que desgracias, guerras, injusticias y un sinfín de despropósitos difíciles de olvidar, y no hay forma de asomarnos a ese mundo que, en realidad, casi todos deseamos, ¿por qué insistimos en depositar nuestra confianza en un plan que solo proyecta sobre nosotros el dominio y la desconfianza? No es de recibo proseguir con las mismas armas. Votar, se convierte en un derecho vacío de sentido.

¿No será que el voto sirve para mantener y legitimar un sistema determinado, mientras en la sala de máquinas los mismos de siempre ofrecen apariencia democrática a lo que, obviamente, no es?

¿Qué ha de suceder para que nos reincorporemos y dejemos atrás nuestro modelo económico, avasallador y edulcorado? ¿Qué podemos hacer para que todo esto cambie?

10- Es más fácil de lo que creemos

Y para que se entienda claramente. Nuestras entrañables democracias, con sus continuos reajustes restrictivos, han llegado a ofrecer a la ciudadanía estadounidense la posibilidad de elegir entre dos grandes representantes, Joe Biden y Donald Trump (un logro sorprendente). En Europa, nos han dado a elegir entre la Troika y el asedio compulsivo liderado esta vez por Ursula Von der Leyen y Jens Stoltenberg. Y en España, asistimos a un debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo difícil de olvidar y muy complicado de aceptar como paradigma representativo del sueño de cualquier democracia. Como todo el mundo sabe, justo los personajes con los que todo el mundo sueña y a los que todo el mundo aplaude. Y los personajes que vienen después, animadores y animadoras socioculturales para ir de picnic o acampadas veraniegas, con sus fiestas infantiles y sus apasionados juegos de rol . Y ahí termina el cuento.

Salir de este bucle inadmisible nos obliga a salir del sistema.

OTAN No, Bases Fuera

Un abrazo, joséluis


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La Guerra Mediática (VI)

La parcialidad informativa

Si de algo adolece nuestro «sistema democrático» es de uno de sus principales pilares, es decir, de la efectividad de ese cuarto poder que debería servir de control y lo único que hace es respaldarle en sus impertinencias.

Junto a los principios del derecho y los designios de la moral los periodistas se deben a la deontología profesional, resultando de todo ello una serie de normas o principios con los que regular su actividad que no es otra que la de informar con objetividad y neutralidad.

Al no haber jueces que impongan el buen hacer de esa actividad, con el tiempo no solo se ha devaluado, sino que se ha erigido en el verdugo perfecto de quien desea ejercer su dominio en nuestra sociedad. Los medios de comunicación en general no solo no cumplen con los requisitos a los que supuestamente se deben, sino que además imponen barreras para que su profesión no la pueda vestir de gala quien pretenda con otros procedimientos trabajar.

La insolencia es abrumadoramente ejemplar. Y son tantos y tan bien respaldada está la profesionalización de la estafa, que el engranaje funciona de un modo certero y difícil de desmembrar. 

Últimamente andan sobrados de un jocoso anti comunismo de lo más vulgar,  y Putin es el centro de sus dianas. Todo lo que procede de Rusia o habita dentro de sus fronteras lo convierten en un golpe de efecto ejemplar, y ay! de quien procure defenderlos o simplemente querer matizar. Que la homofobia está presente en su sociedad, el lobby gay respaldado por las finanzas le asesta un golpe en el año de su olimpiada. Que se crea una nueva ley sobre la violencia doméstica, se le impone un castigo difamando hasta lo que no está escrito en su constitución. No importa que la gran Alemania hasta el año 1994 haya impuesto una férrea y vergonzosa «disciplina» hacia los homosexuales, condenándolos con el infausto artículo 175 de su Código Penal, lo importante y noticioso es que ahora les van a indemnizar. Es intrascendente que Arabia Saudí incumpla una y otra vez toda la carta de los Derechos Humanos, y trate a las mujeres y la homosexualidad como solo un jeque absoluto lo puede hacer, lo importante es que se respalden las políticas económicas y bélicas con un socio de armas tomar. Y tampoco resulta significativo que nos vayamos de excursión a Qatar con las pruebas de automovilismo o con cualquier otro torneo deportivo de millonarias audiencias, aunque dentro de sus fronteras ocurran los actos más detestables que cualquier sociedad pudiera tolerar. 

Por una suculenta cantidad de dinero para el grupo privilegiado y por un poco de calderilla para el trabajador de a pie, se le ha olvidado a medio mundo (de quienes trabajan en los medios de información) que medir con el mismo rasero es una regla esencial que no deberíamos olvidar. Pero la balanza está tan escorada hacia un lado que hasta algunos parlamentos y congresos están dictando leyes para frenar la «propaganda rusa» , que al parecer está inoculando veneno allá por donde va.

En cuatro de cada diez países del mundo ser homosexual es un delito castigado con la cárcel e incluso con la muerte, pero el ser más impresentable de la tierra ha de  ser ruso, porque así lo demanda la geoestrategia, y allá que van, acorazados con sus acreditaciones periodísticas regaladas en su primera comunión a la caza de la noticia que hay que difundir. Y lo más tragicómico lo vi hace poco en un festival de cine y artes escénicas LGTB, que tuvo a bien difundir un spot de Amnistía Internacional (casualidad) y seguramente respaldado por el grupo de presión de turno poniendo cara a Putin y siguiendo con el hostigamiento al enemigo declarado. No se les ocurrió hacer un anuncio que luche contra la homofobia en todo el mundo, o proponer algún guión transversal que fuera válido para su causa criticando la misma actitud en un estado de Norteamérica o en Sudáfrica. No, el anuncio iba dirigido directamente hacia la persona de Putin, porque lo que ahora importa es difamar y contribuir a su «única verdad». No he podido conseguir el anuncio y es una lástima, porque resultaba al menos una buena sombra en la que nos podríamos cobijar.

Photo by joséluis vázquez domènech

Pero sí tengo una gran novedad que la mayoría han dejado pasar, porque no tiene ninguna importancia para las mismas personas que se encargaron de hacer viral aquella ley hecha noticia (que se vendió como «pegar a la mujer una vez al año será legal») con la que nos atropellaron sin cesar. Y allá que vamos a contribuir difundiendo algunos de los logros legales aprobados hace poco en Alaska. Nimiedades en relación al tétrico espacio inhabitable que gobierna el implacable Vladimir.

Hace poco el periódico «The Independent» sacó a luz la noticia: en Alaska, tras la aprobación de un proyecto de ley, los violadores podrán denunciar a sus víctimas si abortan, incluso en los casos de violencia conyugal. Una orden judicial permitirá que el médico no pueda seguir con el procedimiento, y el marido podrá plantear la denuncia contra él con el fin de bloquear la posibilidad de que se realice un aborto. Otros seis estados han aprobado leyes casi idénticas, pero la noticia no corre como la pólvora, porque ésta solo ha de explotar en una parte de nuestro mundo sin igual.

Hay más. Escribes en el buscador de Google: «Alaska violencia conyugal aborto el país internacional»…, ¿y qué aparece?. La noticia de Rusia!, de la que se hicieron eco todos los internautas porque así debía de pasar. Cuando menos, surrealista.

Pero la guinda del pastel, como no cabría esperar, está sobre la cabeza de Putin…, y de Donald Trump. No creo que haya nadie a estas alturas que no haya leido o escuchado esa «primicia» cuya insistencia no ha hecho sino constatar lo que venimos aquí señalando. En cambio, sin prueba alguna y sin documento que otorgue la más mínima credibilidad, medio mundo está convencido de que los rusos han tirado por la borda las esperanzas de Hilary, y que sus hackers han contribuido de muy malas maneras a la victoria del vellocino de oro. Nada más lejos de la realidad. Tenemos datos que, por un lado, niegan tales hechos: Julian Assange  lo ha desmentido una y otra vez, pero es un forajido. También lo ha desmentido el exembajador británico en Uzbekistán Craig Murray (2002-2004), revelando en una entrevista exclusiva al diario británico Daily Mail la verdadera fuente que proporcionó al portal de filtraciones los correos electrónicos de la excandidata a la presidencia estadounidense.

Las cosas no se ponen muy bien para la mayoría de los periodistas, cuya única fuente de información es que la CIA y el FBI dicen y constatan que el objetivo de Rusia era favorecer a un candidato sobre el otro, sin hacer nunca público informe alguno. Así es, dicen y constatan, pero nadie nunca jamás ha ofrecido prueba ninguna. 

No termina aquí el desbarajuste. Tenemos datos nuevos, casi hasta reveladores. Resulta que puede ser la propia CIA la que se hizo pasar por hackers rusos para así poder culpar a éstos del desaguisado. No se lo pierdan. Nada es concluyente, la guerra del ciberespacio no ha hecho más que comenzar, pero tenemos más datos que muestran lo contrario de lo que nos quieren hacer creer y, por tanto, quienes van perdiendo por goleada son los demócratas, con Barack Obama y Hilary Clinton como foco de la rebelión.

Recordatorio. Todo comienza cuando salen a la luz los correos que muestran cómo el propio Comité del Partido Demócrata (DNC) se ríe de la campaña del senador Bernie Sanders favoreciendo descaradamente la victoria de la dama de las guerras. Y eso sí que fue un complot en el seno del propio partido, que recuerda un poco a lo que en España también acaba de pasar.

 

 

 


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La Guerra Mediática (II)

Meryl Streep / Oliver Stone

Pocas son a estas alturas las personas que desconocen el protagonismo que se le ha adjudicado este año a la oscarizada Meryl Streep. A su ya aclamado discurso (millones de visitas en YouTube) contra Donald Trump, del que ya escribí dejando constancia de mis impresiones,  hay que sumarle el «homenaje» (para no perderse) que se le rindió en la entrega de premios de los oscars, donde ella, fiel a su trabajo como actriz, interpreta a la perfección el papel más estúpido y esclavo de todos en los que ha participado.  Puesta en pie y sonriente, el ala demócrata de la Casa Blanca y el ala de sumisión de la industria cinematográfica la aplaudieron incondicionalmente, por su pugna contra el malvado presidente defendiendo los derechos de vete tu a saber qué sectores de la población…

Cuando un vídeo o un mensaje se hace viral, tenemos tres opciones, o es una solemne declaración de amor y emoción hacia alguien (bien puede ser una persona o un pato cruzando la carretera), o forma parte de la propaganda, o es una de esas excepciones que no ha podido controlar el poder. En el caso que nos ocupa, no cabe duda de que la segunda opción gana por goleada. Y es una de esas obras que sostienen con total impunidad la más grotesca de las mentiras apoyando el discurso único, lo cual nos viene a decir que su recorrido va a ser universal y no va a haber quien lo detenga. 

Ante situaciones de este calado viene bien (siempre) preguntarse por qué está sucediendo. Su respuesta nos dará muchísima información, más válida que la información junta de todos los medios oficiales de comunicación.

¿Cómo puedo llegar a ésta conclusión?. Hay dos variantes que tengo en cuenta. Por un lado, mi experiencia, después de haber visto la misma puesta en escena en infinidad de situaciones similares. Lógicamente, acepto que ésta hipótesis no tenga muchos adeptos. Por otro lado, la búsqueda incesante de contra-información para ser capaz de comparar y sacar mis propias conclusiones.

Por tanto, por si lo anteriormente expuesto no convence, aquí os dejo parte del discurso ofrecido por Oliver Stone (2.800 visitas), poco después, en la gala de los premios para guionistas (Writers Guild Awards 2017). Este vídeo no lo ha visto ni el caco, y lógicamente, aún no está ni traducido. No será motivo de conversación, y pasará completamente desapercibido. Claro está, vamos a escuchar sus palabras y, del mismo modo, preguntarnos por qué puede estar oculto un speech donde se combate, y esta vez sí, la política de los Estados Unidos de América. Para ello dejo la traducción que ha tenido a bien ofrecerme una amiga.

Oliver Stone – Google Images

«Ya acabo, pero seria una negligencia por mi parte llegar al final de esta corta visita a Hollywood sin recordaros , especialmente a vosotros jóvenes jinetes, que podéis ser críticos a vuestro gobierno y a vuestra sociedad. No tenéis que encajar en la moda actual de sacar fotos a republicanos y Trump y todo eso, y evitar a los Obama y a los Clinton. Recordad esto, las 13 guerras que hemos comenzado en los últimos 30 años, los 14 trillones de dólares gastados y los cientos de miles de vidas que han perecido en la tierra… Recordad que no fue un líder, sino el sistema: demócratas y republicanos. Y llamadlo como queráis; la industria militar, la seguridad, el dinero y la prensa están en un sistema que ha sido diseñado, aún mejor, ha sido perpetuado bajo la apariencia de que estas guerras están justificadas en el nombre de nuestra bandera que ondea tan orgullosa sobre nuestras vidas.

Nuestro país se ha vuelto mas próspero para muchos, pero en el nombre de esa riqueza no podemos justificar nuestro sistema como el centro de los valores mundiales cuando continuamos creando guerras y caos en el mundo.

(Aplausos del publico) Gracias.

Sin hablar de las victimas, sabemos que hemos intervenido en mas de 100 países con invasiones, cambios de régimen, caos económico o el poder suave de la guerra híbrida Lo llaméis como lo llaméis son guerras que al final se han convertido en parte del sistema, que lleva la muerte de este planeta y la extinción de todos nosotros!

He peleado contra esta gente que practica la guerra la mayor parte de mi vida, es un juego agotador y te darán por culo, y aun con todas las críticas e insultos que recibirás, la adulación también, es importante recordar que si crees en lo que dices y te mantienes en ello puedes crear una diferencia.

Os ruego, os ruego que encontréis la manera de estar solos, escuchad vuestros silencios…, no siempre en las salas de los escritores, e intentar encontrar…, no lo que la mayoría quiere y que os dará la fama…., intentad buscar el verdadero sentido de vuestra vida, aquí en la tierra y nunca os rindáis en vuestros corazones, en vuestra lucha por la paz, la decencia y por decir la verdad.

Gracias.»

Ni que decir tiene que Oliver Stone lleva tiempo censurado, apartado del favor de la industria y ninguneado por la prensa. Basta con recordar que su última producción, un documental sobre Ucrania, ha sido ocultado y ha habido intentos para no distribuirlo. Difícilmente lo verás en una sala de cine comercial, pero meses después de su estreno ya lo tenemos entre nosotros subtitulado. 

Ahora si, juzguen ustedes, y anoten…, por donde van los tiros en esta guerra mediática.

No a las Guerras, no a la OTAN, no a las Bases Militares

Colaboración para Iniciativa Debate

 

 


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Barack Hussein Obama

Breves

Barack Hussein Obama ha sido «un gran presidente». No hay más que ver el legado que deja: Donald Trump.

Nos espera una lucha titánica para ver quien desinforma más y mejor. Saber lo que va a ir sucediendo entre bambalinas va a ser cada vez más difícil. Hay que prepararse para aprender a observar dentro de la niebla…

En la estación no se va a detener ningún tren. El último ya ha salido, y tú, estás dentro de él. El túnel se acerca…

Photo by joséluis vázquez domènech

Photo by joséluis vázquez domènech


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Meryl Streep, el glamour y la hipocresía

Lo que no dices y lo que yo veo

La colonización del lenguaje progresista efectuada por los imperios a través de las “causas justas” es una constante. No hay más que ver cómo se desarrollan paralelamente las invasiones y las injerencias con mensajes que predican su disposición a ayudar «al mundo subdesarrollado que necesita urgentemente su intervención».

Es francamente desolador ver como las fuerzas de la OTAN promovieron con una eficacia asombrosa esa imagen en la que nos hacían ver que estaban protegiendo a las mujeres afganas, mientras sus bombas aniquilaban el país y daban buena cuenta de sus objetivos. En este contexto se diseñó una meta humanitaria apelando al sentido misionero occidental, de tal forma que en 2012 Amnistía Internacional colocó carteles en los que se podía leer: “OTAN, que se mantenga el progreso”, en alusión a su denodada lucha por los derechos de la mujer en Afganistán, y el Instituto George W. Bush recaudó fondos para promover dichos derechos. Curioso verdad…

Una buena prueba de ésta forma de actuar la tenemos también en la concesión del premio Nobel de la Paz a la joven Malala Yousafzai. De esta forma, mientras otros miles de personas morían en el anonimato más atroz, se mediatizaba un hecho puntual para ocultar los trasfondos desoladores de toda guerra. (Lo recuerdo, Malala es la niña pakistaní a la que los talibanes dispararon a la cabeza por defender la escolarización de las mujeres).

Casi todo lo que acontece a través de la propaganda mediática está hilado con una eficaz precisión y, cuenta casi siempre, con una conmovedora historia.

Apelar a las emociones para ocultar sus mentiras y trasladarnos al mundo del engaño sin que nos demos cuenta es una maniobra de libro. Sus efectos son perversos y son capaces de crear auroras boreales en cielos plomizos manchados de humos de combate.

Y así nos va. Y por si no fuera poco el trabajo realizado por los servicios de inteligencia y sus amigos periodistas, tenemos que escuchar palabras grandilocuentes y sesgadas desde los estrados a los que se llega caminando por las alfombras rojas, generando titulares con discursos maniqueos que mejor estarían guardados bajo llave en sus cajones de seguridad donde guardan sus relojes de oro y sus collares de diamantes.

Ésta vez le ha tocado el turno a Meryl Streep, y se ha hecho viral su portentosa actuación (conmovedora también) al recibir el premio honorífico a su carrera en los últimos Globos de Oro 2017. Millones de personas siguieron su estela, desangrándose sus corazones al ver y escuchar cómo una “gran dama” era capaz de leer la cartilla al mismísimo futuro presidente de los Estados Unidos. No sin razón, pero ocultando al mismo tiempo la otra cara de los bombardeos y humillaciones ejercidos en su trayectoria política por Hilary Clinton y Barack Obama, las caras amables de un belicismo sistemáticamente ejecutado por los Estados Unidos.

Y le siguieron las palabras de Robert de Niro, con una carta de apoyo a su querida compañera de reparto, y luego vino un grupo de actrices y actores (entre los que se encuentran Emma Stone, Natalie Portman o Amy Adams), cantando contra Donald Trump su “sobreviviré” particular, y todos los telediarios y periódicos recogiendo la gesta humana de personas tan respetables.

¿Qué es lo que no encaja en todo esto? ¿Por qué cuestiono y soy incapaz de compartir el discurso de Meryl Streep, reconociendo al mismo tiempo las obscenidades y barbaridades de Donald Trump?

Utilizaré las palabras de su propia alocución para desarrollar mi razonamiento:

“Hollywood, los extranjeros y la prensa”, menciona, para hacernos creer que en esos estudios todos los intérpretes que vienen de otros lugares son muy bien recibidos, olvidándose por ejemplo de que los propios artistas negros que le acompañan en sus trabajos protestaron no hace mucho por el mal trato que reciben a la hora de poder conseguir estatuillas, y olvidándose también de que actor o director que se pase de la raya tiene la censura como escolta, o de que la CIA interviene continuamente en sus trabajos para dar el toque final a la propaganda bélica. Pero eso quizás lo desconoce, como les pasa a muchos que llenan sus bolsillos y olvidan su memoria en las mesillas de noche. Desconocen que están en la Meca del Cine Sionista, dueña de la industria recolectora de la basura.

“Así que Hollywood está plagado de marginales y extranjeros”, continúa. Sí, de marginales ricos de la sociedad, que se lustran con sus lágrimas y olvidan las causas que provocan millones de marginados de verdad.

Pero lo más importante llega cuando hace alusión a Donald Trump (pero es incapaz de ver más allá), con unas expresiones acertadas sino fuera porque son parciales, interesadas, incoherentes, y profundamente irresponsables. Dice así: “Pero hubo una actuación este año que me dejó atónita, y me clavó sus garfios en el corazón. Y no porque fue buena, no hay nada de bueno en esa actuación, pero fue efectiva y logró su objetivo. Hizo que su público riera, y que mostrara los dientes. Y fue en ese momento, en que la persona que pedía ocupar el lugar más respetado de este país (la presidencia de Estados Unidos, una de las fábricas de aniquilamiento más perfectas que existe) imitó a un periodista discapacitado. A una persona que superaba en privilegio, poder y su capacidad de responder al ataque. Y me rompió el corazón. Cuando lo vi, todavía no puedo sacármelo de la cabeza, porque no pasó en una película, pasó de verdad. Y ese instinto que busca humillar, cuando lo hace alguien público, alguien poderoso, penetra en la vida de todos…, porque les da permiso a otros para hacer lo mismo”.

Así es Meryl. Cuánta razón llevan tus palabras. No debemos permitir que las malas artes y las humillaciones puedan ser ejemplo de nada y para nadie, y menos si vienen de un presidente. Porque ese comportamiento da permiso para que otros tengan carta blanca para hacer lo mismo. Así es. Te enojas con Donald Trump pero nada dices de Obama, cuyas matanzas con drones son un ejemplo de comportamiento, y callas ante el “Señor de la guerra” que ha llevado la masacre a Irak y Siria y ha auspiciado un golpe de estado en Ucrania (pero también te concedió una hermosa medalla). Y sonríes cuando te haces un selfie con Hilary Clinton, la dama que lleva penetrando en la vida de miles de habitantes de la tierra con balas y con cazas que sobrevuelan sus cabezas.

Actress Meryl Streep uses her iPhone to get a photo of her and Secretary of State Hillary Rodham Clinton following the State Department Dinner for the Kennedy Center Honors gala Saturday, Dec. 1, 2012 at the State Department in Washington. (AP Photo/Kevin Wolf)

Meryl Streep uses her iPhone to get a photo of her and Secretary of State Hillary Rodham Clinton

Tu “indisposición” con cierta injusticia es partidista, y me gustaría poder vislumbrar esa mirada que tienes de una sociedad que busca la paz y la integración de los extranjeros y los seres marginados. Estaría muy bien que te detuvieras y pensaras por qué eres permisiva con las guerras de tus amigos demócratas y en cambio te mueve la ira cuando escuchas las sonrojantes palabras de Donald Trump.

Tus palabras las trasladaría yo hacia todas las personas que promueven, mantienen y fomentan la guerra, las injusticias y el saqueo sostenido. Y entonces, sí tendría sentido atenderte cuando dices: “La falta de respeto invita a la falta de respeto, y la violencia incita a la violencia. Cuando los poderosos usan su posición para hostigar a otros, perdemos todos”.

Pero creo que ya tomaste partido en tu vida, y las dos imágenes que acompañan este artículo son prueba de ello.

Ojalá hubieran podido escuchar tus palabras todas las personas que habitaban en paz en Siria hace siete años, o en Yemen, o en tantos otros sitios. Mas no pudieron hacerlo porque las políticas de tus queridos amigos les mataron y destruyeron sus vidas, y les dejaron sin tan siquiera poder escuchar tu voz tan emotiva y sentida…

Me es imposible callar y permanecer impasible ante una voz tendenciosa que solo se alza con ímpetu ante una parte de las injusticias, y permanece en silencio ante otras.

Sería deseable un análisis más honesto y coherente de la realidad, para poder dirigirnos hacia otros mundos más solidarios y humanos.

No a las guerras, no a la OTAN

Colaboración para Ojos para la Paz, Iniciativa Debate y Sott.net