Un dominio propio

Una de las más lúgubres maniobras de nuestras democracias es convertir la búsqueda de la verdad en delito y, de paso, hacer creer que las reflexiones que emanan de esa búsqueda sean consideradas subversivas o radicales.


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Ayer 8 M

Lo recuerdo. Ayer fue el día de la mujer trabajadora. No era la ceremonia de proclamación de los derechos del lobby LGTBIQ+ ni fiesta alguna para colorear el mundo de oprobios contra la disidencia. Ayer se deberían traducir la explotación laboral en lucha y la opresión en rabia. Contra una clase social o una élite que nos doblega y que, sobre todo, dificulta aún más la ya deteriorada vida obrera.

No era una jornada para vestir de performance burguesa la necesidad que late de fondo desde hace tanto. ¿Dónde quedan ya los sueños para erradicar la pobreza o las guerras? ¿Acaso el arco iris vistió los cielos de la penuria y nos obligó a olvidarnos de ella? ¿Quién reconduce las movilizaciones para que éstas sean inocuas al poder, y se pierdan en derivas que hacen olvidar la verdadera tragedia?

Ayer fue el día de la mujer trabajadora. Aniquilada en Afganistán, en Libia, Palestina, Yemen y Siria; arrinconada en América Latina; succionada en los burdeles turísticos de Tailandia; remasterizada en el occidente imperial con Greta o con Femen; dilapidada en los grandes talleres de confección de infinidad de sitios de Asia; golpeada bajo salarios precarios entre los escombros del capitalismo que nos rodea… Y tantas otras situaciones identificativas de mil y un problemas, que no se termina de entender muy bien cómo en tan señalado día, no hay otras aspiraciones más ajustadas a los sinsabores que azotan la miseria humana.

Apenas quedan ya movilizaciones que no estén “teledirigidas”. Nos contaban, también ayer, que el verdadero feminismo está en Irán, con Ana Pastor y sus compinches, lanzando sin escrúpulos el mensaje que dibuja a la perfección lo que acontece. En ese país hay dos posicionamientos nos dice, quienes luchan por los derechos de la mujer, y quienes siguen (cómicamente) exigiendo la muerte de EEUU e Israel.

Dicotomías reinventadas para favorecer la falsa controversia.

Y si, si alguien me lo pregunta, le contesto alto y claro. Es mil veces más importante acabar con la política belicista de esos dos países. Sencillamente, porque ello evitaría los problemas de la mayoría de las mujeres y de los hombres del mundo. Evitaría el despropósito de tanta guerra. Evitaría los atropellos sistemáticos de sus gobiernos. Evitaría la expansión del sufrimiento. Y, mucho más importante, posibilitaría la construcción de un nuevo mundo, donde sí o sí, la humanidad avanzaría.

Y quien no quiera profundizar y ver lo que sucede, que siga los medios y se deje llevar por las «luchas interesadas» que nos trasladarán, nuevamente, a la próxima injerencia de que quienes no paran ni en sus horas de vigilia.

OTAN No, Bases Fuera

P.D.: Es obvio que no increpo a quienes se solidarizan con las mujeres iraníes. Solo pongo de manifiesto cómo EEUU señala con el dedo y el mundo se mueve a su antojo.


Pablo Hasel, preso

Esta es una de las razones de que le hayan encerrado. La letra de la siguiente canción no hace más que plasmar la realidad, y poner en jaque todas las maniobras de los medios. Pero también arroja piedras contra quienes alaban la labor de EEUU y atacan constantemente a Rusia. Pablo Hasel es una especie de banda sonora necesaria, que pone su música a infinidad de artículos que hemos escrito, intentando analizar este lamentable mundo. Ya se lo han llevado, pero con él también se han llevado tantas y tantas palabras con las que hemos gritado. No basta «solidarizarnos» con él, hay que seguir disparando con nuestras reflexiones. No es solo una vergüenza, es un nuevo golpe sobre la mesa, del poder y de la intransigencia. Ya se lo han llevado, y con él la defensa de Siria, de los refugiados, de los humillados, de los indefensos. Ya se lo han llevado, y el mundo seguirá igual, bombardeando para que florezca el capital, y muera el aroma de la verdad.

Pincha en el enlace de arriba para ver el vídeo (no me lo dejan incrustar en el blog)


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La Guerra Mediática (II)

Meryl Streep / Oliver Stone

Pocas son a estas alturas las personas que desconocen el protagonismo que se le ha adjudicado este año a la oscarizada Meryl Streep. A su ya aclamado discurso (millones de visitas en YouTube) contra Donald Trump, del que ya escribí dejando constancia de mis impresiones,  hay que sumarle el «homenaje» (para no perderse) que se le rindió en la entrega de premios de los oscars, donde ella, fiel a su trabajo como actriz, interpreta a la perfección el papel más estúpido y esclavo de todos en los que ha participado.  Puesta en pie y sonriente, el ala demócrata de la Casa Blanca y el ala de sumisión de la industria cinematográfica la aplaudieron incondicionalmente, por su pugna contra el malvado presidente defendiendo los derechos de vete tu a saber qué sectores de la población…

Cuando un vídeo o un mensaje se hace viral, tenemos tres opciones, o es una solemne declaración de amor y emoción hacia alguien (bien puede ser una persona o un pato cruzando la carretera), o forma parte de la propaganda, o es una de esas excepciones que no ha podido controlar el poder. En el caso que nos ocupa, no cabe duda de que la segunda opción gana por goleada. Y es una de esas obras que sostienen con total impunidad la más grotesca de las mentiras apoyando el discurso único, lo cual nos viene a decir que su recorrido va a ser universal y no va a haber quien lo detenga. 

Ante situaciones de este calado viene bien (siempre) preguntarse por qué está sucediendo. Su respuesta nos dará muchísima información, más válida que la información junta de todos los medios oficiales de comunicación.

¿Cómo puedo llegar a ésta conclusión?. Hay dos variantes que tengo en cuenta. Por un lado, mi experiencia, después de haber visto la misma puesta en escena en infinidad de situaciones similares. Lógicamente, acepto que ésta hipótesis no tenga muchos adeptos. Por otro lado, la búsqueda incesante de contra-información para ser capaz de comparar y sacar mis propias conclusiones.

Por tanto, por si lo anteriormente expuesto no convence, aquí os dejo parte del discurso ofrecido por Oliver Stone (2.800 visitas), poco después, en la gala de los premios para guionistas (Writers Guild Awards 2017). Este vídeo no lo ha visto ni el caco, y lógicamente, aún no está ni traducido. No será motivo de conversación, y pasará completamente desapercibido. Claro está, vamos a escuchar sus palabras y, del mismo modo, preguntarnos por qué puede estar oculto un speech donde se combate, y esta vez sí, la política de los Estados Unidos de América. Para ello dejo la traducción que ha tenido a bien ofrecerme una amiga.

Oliver Stone – Google Images

«Ya acabo, pero seria una negligencia por mi parte llegar al final de esta corta visita a Hollywood sin recordaros , especialmente a vosotros jóvenes jinetes, que podéis ser críticos a vuestro gobierno y a vuestra sociedad. No tenéis que encajar en la moda actual de sacar fotos a republicanos y Trump y todo eso, y evitar a los Obama y a los Clinton. Recordad esto, las 13 guerras que hemos comenzado en los últimos 30 años, los 14 trillones de dólares gastados y los cientos de miles de vidas que han perecido en la tierra… Recordad que no fue un líder, sino el sistema: demócratas y republicanos. Y llamadlo como queráis; la industria militar, la seguridad, el dinero y la prensa están en un sistema que ha sido diseñado, aún mejor, ha sido perpetuado bajo la apariencia de que estas guerras están justificadas en el nombre de nuestra bandera que ondea tan orgullosa sobre nuestras vidas.

Nuestro país se ha vuelto mas próspero para muchos, pero en el nombre de esa riqueza no podemos justificar nuestro sistema como el centro de los valores mundiales cuando continuamos creando guerras y caos en el mundo.

(Aplausos del publico) Gracias.

Sin hablar de las victimas, sabemos que hemos intervenido en mas de 100 países con invasiones, cambios de régimen, caos económico o el poder suave de la guerra híbrida Lo llaméis como lo llaméis son guerras que al final se han convertido en parte del sistema, que lleva la muerte de este planeta y la extinción de todos nosotros!

He peleado contra esta gente que practica la guerra la mayor parte de mi vida, es un juego agotador y te darán por culo, y aun con todas las críticas e insultos que recibirás, la adulación también, es importante recordar que si crees en lo que dices y te mantienes en ello puedes crear una diferencia.

Os ruego, os ruego que encontréis la manera de estar solos, escuchad vuestros silencios…, no siempre en las salas de los escritores, e intentar encontrar…, no lo que la mayoría quiere y que os dará la fama…., intentad buscar el verdadero sentido de vuestra vida, aquí en la tierra y nunca os rindáis en vuestros corazones, en vuestra lucha por la paz, la decencia y por decir la verdad.

Gracias.»

Ni que decir tiene que Oliver Stone lleva tiempo censurado, apartado del favor de la industria y ninguneado por la prensa. Basta con recordar que su última producción, un documental sobre Ucrania, ha sido ocultado y ha habido intentos para no distribuirlo. Difícilmente lo verás en una sala de cine comercial, pero meses después de su estreno ya lo tenemos entre nosotros subtitulado. 

Ahora si, juzguen ustedes, y anoten…, por donde van los tiros en esta guerra mediática.

No a las Guerras, no a la OTAN, no a las Bases Militares

Colaboración para Iniciativa Debate

 

 


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Meryl Streep, el glamour y la hipocresía

Lo que no dices y lo que yo veo

La colonización del lenguaje progresista efectuada por los imperios a través de las “causas justas” es una constante. No hay más que ver cómo se desarrollan paralelamente las invasiones y las injerencias con mensajes que predican su disposición a ayudar «al mundo subdesarrollado que necesita urgentemente su intervención».

Es francamente desolador ver como las fuerzas de la OTAN promovieron con una eficacia asombrosa esa imagen en la que nos hacían ver que estaban protegiendo a las mujeres afganas, mientras sus bombas aniquilaban el país y daban buena cuenta de sus objetivos. En este contexto se diseñó una meta humanitaria apelando al sentido misionero occidental, de tal forma que en 2012 Amnistía Internacional colocó carteles en los que se podía leer: “OTAN, que se mantenga el progreso”, en alusión a su denodada lucha por los derechos de la mujer en Afganistán, y el Instituto George W. Bush recaudó fondos para promover dichos derechos. Curioso verdad…

Una buena prueba de ésta forma de actuar la tenemos también en la concesión del premio Nobel de la Paz a la joven Malala Yousafzai. De esta forma, mientras otros miles de personas morían en el anonimato más atroz, se mediatizaba un hecho puntual para ocultar los trasfondos desoladores de toda guerra. (Lo recuerdo, Malala es la niña pakistaní a la que los talibanes dispararon a la cabeza por defender la escolarización de las mujeres).

Casi todo lo que acontece a través de la propaganda mediática está hilado con una eficaz precisión y, cuenta casi siempre, con una conmovedora historia.

Apelar a las emociones para ocultar sus mentiras y trasladarnos al mundo del engaño sin que nos demos cuenta es una maniobra de libro. Sus efectos son perversos y son capaces de crear auroras boreales en cielos plomizos manchados de humos de combate.

Y así nos va. Y por si no fuera poco el trabajo realizado por los servicios de inteligencia y sus amigos periodistas, tenemos que escuchar palabras grandilocuentes y sesgadas desde los estrados a los que se llega caminando por las alfombras rojas, generando titulares con discursos maniqueos que mejor estarían guardados bajo llave en sus cajones de seguridad donde guardan sus relojes de oro y sus collares de diamantes.

Ésta vez le ha tocado el turno a Meryl Streep, y se ha hecho viral su portentosa actuación (conmovedora también) al recibir el premio honorífico a su carrera en los últimos Globos de Oro 2017. Millones de personas siguieron su estela, desangrándose sus corazones al ver y escuchar cómo una “gran dama” era capaz de leer la cartilla al mismísimo futuro presidente de los Estados Unidos. No sin razón, pero ocultando al mismo tiempo la otra cara de los bombardeos y humillaciones ejercidos en su trayectoria política por Hilary Clinton y Barack Obama, las caras amables de un belicismo sistemáticamente ejecutado por los Estados Unidos.

Y le siguieron las palabras de Robert de Niro, con una carta de apoyo a su querida compañera de reparto, y luego vino un grupo de actrices y actores (entre los que se encuentran Emma Stone, Natalie Portman o Amy Adams), cantando contra Donald Trump su “sobreviviré” particular, y todos los telediarios y periódicos recogiendo la gesta humana de personas tan respetables.

¿Qué es lo que no encaja en todo esto? ¿Por qué cuestiono y soy incapaz de compartir el discurso de Meryl Streep, reconociendo al mismo tiempo las obscenidades y barbaridades de Donald Trump?

Utilizaré las palabras de su propia alocución para desarrollar mi razonamiento:

“Hollywood, los extranjeros y la prensa”, menciona, para hacernos creer que en esos estudios todos los intérpretes que vienen de otros lugares son muy bien recibidos, olvidándose por ejemplo de que los propios artistas negros que le acompañan en sus trabajos protestaron no hace mucho por el mal trato que reciben a la hora de poder conseguir estatuillas, y olvidándose también de que actor o director que se pase de la raya tiene la censura como escolta, o de que la CIA interviene continuamente en sus trabajos para dar el toque final a la propaganda bélica. Pero eso quizás lo desconoce, como les pasa a muchos que llenan sus bolsillos y olvidan su memoria en las mesillas de noche. Desconocen que están en la Meca del Cine Sionista, dueña de la industria recolectora de la basura.

“Así que Hollywood está plagado de marginales y extranjeros”, continúa. Sí, de marginales ricos de la sociedad, que se lustran con sus lágrimas y olvidan las causas que provocan millones de marginados de verdad.

Pero lo más importante llega cuando hace alusión a Donald Trump (pero es incapaz de ver más allá), con unas expresiones acertadas sino fuera porque son parciales, interesadas, incoherentes, y profundamente irresponsables. Dice así: “Pero hubo una actuación este año que me dejó atónita, y me clavó sus garfios en el corazón. Y no porque fue buena, no hay nada de bueno en esa actuación, pero fue efectiva y logró su objetivo. Hizo que su público riera, y que mostrara los dientes. Y fue en ese momento, en que la persona que pedía ocupar el lugar más respetado de este país (la presidencia de Estados Unidos, una de las fábricas de aniquilamiento más perfectas que existe) imitó a un periodista discapacitado. A una persona que superaba en privilegio, poder y su capacidad de responder al ataque. Y me rompió el corazón. Cuando lo vi, todavía no puedo sacármelo de la cabeza, porque no pasó en una película, pasó de verdad. Y ese instinto que busca humillar, cuando lo hace alguien público, alguien poderoso, penetra en la vida de todos…, porque les da permiso a otros para hacer lo mismo”.

Así es Meryl. Cuánta razón llevan tus palabras. No debemos permitir que las malas artes y las humillaciones puedan ser ejemplo de nada y para nadie, y menos si vienen de un presidente. Porque ese comportamiento da permiso para que otros tengan carta blanca para hacer lo mismo. Así es. Te enojas con Donald Trump pero nada dices de Obama, cuyas matanzas con drones son un ejemplo de comportamiento, y callas ante el “Señor de la guerra” que ha llevado la masacre a Irak y Siria y ha auspiciado un golpe de estado en Ucrania (pero también te concedió una hermosa medalla). Y sonríes cuando te haces un selfie con Hilary Clinton, la dama que lleva penetrando en la vida de miles de habitantes de la tierra con balas y con cazas que sobrevuelan sus cabezas.

Actress Meryl Streep uses her iPhone to get a photo of her and Secretary of State Hillary Rodham Clinton following the State Department Dinner for the Kennedy Center Honors gala Saturday, Dec. 1, 2012 at the State Department in Washington. (AP Photo/Kevin Wolf)

Meryl Streep uses her iPhone to get a photo of her and Secretary of State Hillary Rodham Clinton

Tu “indisposición” con cierta injusticia es partidista, y me gustaría poder vislumbrar esa mirada que tienes de una sociedad que busca la paz y la integración de los extranjeros y los seres marginados. Estaría muy bien que te detuvieras y pensaras por qué eres permisiva con las guerras de tus amigos demócratas y en cambio te mueve la ira cuando escuchas las sonrojantes palabras de Donald Trump.

Tus palabras las trasladaría yo hacia todas las personas que promueven, mantienen y fomentan la guerra, las injusticias y el saqueo sostenido. Y entonces, sí tendría sentido atenderte cuando dices: “La falta de respeto invita a la falta de respeto, y la violencia incita a la violencia. Cuando los poderosos usan su posición para hostigar a otros, perdemos todos”.

Pero creo que ya tomaste partido en tu vida, y las dos imágenes que acompañan este artículo son prueba de ello.

Ojalá hubieran podido escuchar tus palabras todas las personas que habitaban en paz en Siria hace siete años, o en Yemen, o en tantos otros sitios. Mas no pudieron hacerlo porque las políticas de tus queridos amigos les mataron y destruyeron sus vidas, y les dejaron sin tan siquiera poder escuchar tu voz tan emotiva y sentida…

Me es imposible callar y permanecer impasible ante una voz tendenciosa que solo se alza con ímpetu ante una parte de las injusticias, y permanece en silencio ante otras.

Sería deseable un análisis más honesto y coherente de la realidad, para poder dirigirnos hacia otros mundos más solidarios y humanos.

No a las guerras, no a la OTAN

Colaboración para Ojos para la Paz, Iniciativa Debate y Sott.net

 


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Alepo

Así funciona el mundo

Siria está siendo el centro de desatención del mundo. Y es probable que estemos viviendo el proceso de manipulación informativa más flagrante acaecido en este nuevo siglo.

Deteneros a pensar por qué durante cinco años casi nadie se ha preocupado de Alepo y sus gentes como lo están haciendo ahora, precisamente en el momento en que las tropas gubernamentales sirias consiguen expulsar y hacer rendir a los «rebeldes» y terroristas llegados de todas partes del mundo. 

Los medios claman con sus imágenes y sus micrófonos occidentales por la ayuda humanitaria y la necesidad de detener la guerra. Parece mentira que aún no se hayan dado cuenta de que Rusia y Siria han avanzado enormemente en su marginal empeño por terminar con las innumerables bandas de mercenarios que allí instalan quienes dicen buscar la paz.

La mal llamada guerra sería muy fácil de detener con el abandono de las maniobras de la OTAN y de todos sus colegas, y más aún con el des-reclutamiento masivo de todos los terroristas. Pero no va a suceder así, y se han intensificado las reuniones y los nuevos planes para bloquear y arrinconar a Putin. Y seguirán…, hasta que el presidente sirio sea expulsado o ejecutado.

Y nosotros no tendremos información alguna sobre la alegría de los habitantes de Alepo por esta nueva etapa, porque nuestros medios no van a mostrar en sus pantallas la sonrisa de ningún sirio celebrando nada que no sea el caos y la destrucción.

No a las injerencias, no a las guerras, no a la OTAN


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Especial Semana Electoral (y III)

PP y PSOE: Máximos patrocinadores de las «dictaduras» del siglo XXI

No hay mejor dictadura que aquella que, con apariencia democrática, va minando al compás de una música fúnebre todas y cada una de las garantías legislativas.

Sin que hayamos de dar validez total a algún régimen conocido, ello no impide que podamos mostrar en pocos pasos cómo se destruyen los cimientos de cualquier democracia y se asesta un durísimo golpe a los derechos de toda la ciudadanía.

Desde la muerte de Franco España ha asistido a una sucesión de hechos que confirman el escaso valor asignado a los tres pilares básicos donde debía de asentarse el nuevo régimen político.

La transición fue, y sigue siendo, un complot diseñado a espaldas del pueblo, en el que una serie de  personajes tuvieron a bien llevar las riendas del país con el claro objetivo de impedir la llegada de nuevos aires desde plataformas vinculadas al mundo obrero y que conformaban un descontento generalizado.

A día de hoy asistimos a una nueva maniobra para impedir el auge de la llamada indignación, y aunque los procesos y las razones son diferentes, las herramientas utilizadas se implantan con el mismo fin: regular y encauzar la rabia con métodos altamente contaminados y pervirtiendo siempre el funcionamiento libre de las organizaciones sociales, políticas, y todos sus movimientos.

La justicia, la libertad y la igualdad no solo representan esos tres pilares antes mencionados, también debería de ser el principio de un largo camino. Pero ni tan siquiera hubo inicio alguno para hacer real dicha posibilidad. Lo que sí hubo fue una flagrante ostentación del engaño y de la manipulación más burda e intolerable.

La Democracia es un mito para hacer gobernable una sociedad maltratada continuamente. La influencia que pueden ejercer todas las personas sobre los gobiernos es tan ínfima que sorprende aún que haya millones de personas que corran ciegas detrás de su esperanza.

Otra cosa es que nos pusiéramos manos a la obra para dejar atrás un sistema que está sepultando cadáveres como moscas contra la pared de los sueños. Pero proseguir imantando el voto para que nada cambie, es un despropósito que pasará factura.

Los dos grandes partidos, grandes sobre todo en protagonizar capítulos deleznables y propios de regímenes autoritarios, siguen empeñados en engrandecer el imperio del mal, y pertenecen ambos a la misma familia universal que está colaborando para extender la miseria, las guerras y las grandes migraciones.

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Esta familia universal sabe lo que se hace, y su gran mérito estratégico reside precisamente en saber vestir de democracia la más insospechable dictadura. La cantidad de recursos empleados para tal fin es inabarcable, y con todo su oro del mundo están siendo capaces de destruir hasta la última hectárea de ilusión o de futuro.

No hace falta nombrar cada una de las innumerables acciones realizadas por populares y socialistas a lo largo de toda su trayectoria. Pero puede ser importante recordar su inigualable protagonismo en el deseo de pertenecer a la más torpe y cruel de las organizaciones existentes, como es la Organización para el Tratado del Atlántico Norte, que suma por cada intervención suya un innumerable reguero de muertos y un record absoluto en desestabilizar cualquier zona del planeta en interés único y exclusivo de la expansión del mercado global del capitalismo.

También conviene dejar constancia de los continuos pactos establecidos por ambos partidos, siempre con el fin de dar prioridad al interés de unos pocos, y de pasarse por el arco del triunfo a quienes se supone representan. Es igual que sean anti-terroristas o de Estado, todos son contrarios a la emancipación y autodeterminación de los individuos, y todos dejan en muy mal lugar los derechos antes conseguidos. La reforma del artículo 135 de la Constitución es un claro ejemplo de cómo se las gastan, y sirve para apreciar cuán cerca estamos de las dictaduras, y cuán lejos del deseo de la inmensa mayoría de la ciudadanía. Los dos partidos manifiestan sin complejos que no había otra opción, y de la noche a la mañana nos encontramos con una ley que vaticina el secuestro del presupuesto público para priorizar el pago de la deuda y liquidar el bien común. Este acontecimiento ya es por si solo de suficiente calado para confirmar el titular de este artículo, pero también lo debería ser para ponernos en alerta ante todo lo que se avecina.

Voy a terminar hoy con un hecho acaecido hace bien pocos días, justo al comienzo de la campaña electoral casualmente. El 07 de diciembre entra en vigor una norma que hace posible que ya no existan imputados en la campaña electoral, dado que ahora se entiende que ese término es peyorativo y estigmatiza a quien se le asigna. De ese modo, solo tendremos “investigados”, y pasarán a ser “encausados” cuando las pruebas y los  indicios sean sólidos. Un lavado de imagen irrisorio, un lifting a la desfachatez política.

Lo que yo y el conjunto de toda la población pueda llegar a pensar en torno a éstas y mil y una historias más es papel mojado y del todo irrelevante. Nuestra visión del mundo y nuestros deseos no se verán reflejados, sencillamente porque no existe la democracia, y porque estos dos partidos, junto con otros tantos que se extienden por el mundo están al servicio de unos intereses concretos, que no son los tuyos, no son los nuestros y, lo que es peor, están en clara contradicción con el principio de representatividad que supuestamente adquirieron a través de otras elecciones.

Las decisiones más importantes no consideran la necesidad de ninguna democracia, sencillamente porque quienes las toman ni han sido elegidos por quienes votan, ni falta que les hace. Pero eso sí, necesitan del juego de los partidos políticos para encauzar de cara a la galería la implantación de un nuevo tipo de dictaduras de las que ya formamos parte.

Y estos dos partidos, sin ningún tipo de duda, son socios del mismo circo, y se bañan en el mismo charco enfangado donde estaría bien que jamás volvieras a poner los pies.

 

Colaboración para Iniciativa Debate


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La Violencia de los Estados

Breves:

(migraciones)

El problema de las migraciones es probablemente la consecuencia más terrible de la violencia ejercida por los propios Estados, el culmen a sus insidiosas políticas beligerantes e imperialistas. Es imposible proceder a respetar ningún mandato que nos obligue a aceptar tamaño chantaje, ni en nombre de ninguna democracia ni en favor de ninguna lucha. Y es irresponsable hacernos ver que existe el éxodo irregular, o el asilo político indebido. Todos los seres humanos tenemos derecho a vivir. Cuando el lugar de nacimiento es quien dicta sentencia, deberíamos de viajar allí donde se acabaron los sueños y comenzó la tragedia. Para comprender antes de hablar. Para ver con nuestros propios ojos de lo que trata, y sentir en nuestras carnes las consecuencias de tanta infamia. 

Hemos hecho de la pobreza una actividad turística que viaja de noticiario en noticiario por todos los informativos del mundo, mientras seguimos respaldando en las urnas la legitimidad del Estado violento.

(Hay que abrir una puerta en todos los muros)

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

Photo by Joséluis Vázquez Domènech

 

 


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Estados Unidos

Despotismo nada ilustrado

Estados Unidos está presente en todos los procesos que causan furor entre aquellas poblaciones que quieren vivir ajenas a las guerras y a las intervenciones militares. 

Lanzada la bomba atómica en Hiroshima promueve siete décadas después un Acuerdo de Seguridad con Japón, «obligando» a este país a cambiar una legislación contraria al uso de las armas.

Es una constante que por su reiteración resulta hasta irrisoria. Este país es especialista en liderar alianzas, bloques o planes, tamizados con nombres que llaman a la búsqueda de la paz  o el diálogo pero que siempre, siempre, esconden detrás el despliegue de su artillería, de su modelo comercial imperialista y su beligerante estrategia para seguir liderando el rumbo de un mundo que se resquebraja a trompicones.

El anecdotario (expuesto por Chomsky en una de sus tantas conferencias) de algunos de sus presidentes merecedores de los premios «Nobel de la paz» reflejan bien a las claras un diario de antecedentes penales difíciles de superar. Con respecto a la conquista de la mitad de México, Roosevelt explicaba que era inevitable, que era altamente deseable para el bien de la humanidad que los estadounidenses expulsaran a los mexicanos de su tierra, y que estaba fuera de consideración alguna esperar que los tejanos se sometieran al dominio de la raza más débil. Y por supuesto, robarles Panamá a los colombianos también fue un gran logro para el futuro de esa gran tierra que es América. Del mismo modo Woodrow Wilson «salvó» Haiti, asesinó a miles de personas y dejó el país destrozado y en ruinas. Lo propio hizo con la República Dominicana. Hasta tal punto es miserable el discurso de este gremio de políticos y pensadores que les adulan que el idealismo wilsoniano es visto como el principio guía de la política exterior de los Estados Unidos, un principio que no ha cesado y que sigue minando la paciencia y la vida de millones de personas. Jimmy Carter (reconocido por su infatigable trabajo por los «derechos humanos») apoyó el régimen del dictador Somoza e incluso creó y entrenó una milicia nacional que masacró a la población y dejó en la cuneta a 40.000 personas. La razón de dicha actuación fue una broma de muy mal gusto; expresaban que Estados Unidos no quería controlar Nicaragua y otras naciones de la región, pero que tampoco podían permitir que los sucesos escaparan de su control. Deseaban, como siempre, que dicha nación actuara independientemente, excepto cuando esa independencia afectara a los intereses de los Estados Unidos. La democracia es buena a los ojos de ésta administración si es coherente con los planes económicos y la estrategia de esta depravada unión de estados aniquiladores. Tal y como dijo Thomas Carothers, todos los presidentes estadounidenses son, por alguna curiosa razón, esquizofrénicos, una patología que ataca a la gente cuando entra a la Casa Blanca; apoyan sinceramente la democracia pero la hacen pedazos en cuanto ésta nada quiere saber de sus políticas. Obama aceptó el golpe militar que derrocó la democracia en Honduras, y se felicitó por las elecciones posteriores que tuvieron lugar bajo el nuevo régimen militar. Lo que no dijo fue que así conservaba la base militar de Palmarola, fundamental para sus planes dado que la mayoría de países latinoamericanos han ido expulsándoles por su extremado apego a la injerencia. Esclarecedoras son las palabras de Correa, presidente de Ecuador, cuando dijo que aceptaría bases militares en su tierra si Obama les permitía a ellos establecer otra base cerca de Miami. Negada la condición fue cerrada la base de Manta. Así las cosas el ilustre último presidente está militarizando ahora Colombia y Panamá, no vaya a ser que el auge independentista en el sur del continente le deje fuera del juego.

Desgraciadamente podríamos ampliar la hemeroteca hasta aburrir al más osado lector, pero llegados a este punto nos basta con decir que todas las bases militares tienen un único fin; permitir a este imperio la posibilidad de que la agresión y la intervención no cesen en todo el mundo. Eso si, en una denodada lucha contra el terror. 

Ya no da rabia. Dan asco. Y debemos aprender a nombrarles sin tapujos, como merecen, reafirmando los criterios objetivos de colonización y mostrando todos sus movimientos como flagrantes acciones de maléfica intención. No debemos sonrojarnos por tratarlos como elementos conspiradores contra la paz mundial, y debemos olvidar todas las reticencias a ser tachados de marxistas, anarquistas, comunistas o funambulistas. Cualquier estudio histórico analizado sin lupa permite que afloren las heridas que muestra nuestro mundo, y da como resultado final una contundente afirmación: Estados Unidos promueve guerras, terrorismo, intervenciones, despotismo e imperialismo comercial y militar, instala acuartelamientos para operaciones secretas y no tan secretas, financia grupos de presión y represión, espía todo lo que se mueve, persiste en controlar todos los recursos naturales y artificiales, da alas al negocio de las armas, planifica golpes de estado, impulsa las grandes migraciones, da la espalda a los derechos humanos, le importa un bledo la muerte de millones de personas y, lo que es peor y más denigrante, dice hacerlo en nombre del progreso y de la paz mundial.

Estamos dejándonos llevar por una nueva etapa donde el academicismo más burgués  y rancio está liderando (al igual que sucede con la mayoría de los medios de comunicación) propuestas y enfoques teóricos que se alejan completamente del respaldo a la justicia y a la libertad, haciéndonos creer que la caída del muro es un punto y aparte, reflejo del fracaso de cualquier tipo de socialismo o de comunismo que hayamos podido conocer. Y nada más lejos de la realidad, el socialismo está aún por llegar y urge una declaración universal que destrone la ideología imperante y todos sus armazones. Y urge reconstruir un camino que se dirija de verdad hacia políticas solidarias y soberanas. Porque soberanía es precisamente lo que nos han arrebatado, y autoafirmación aquello por lo que debemos luchar.

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Yankees, go home!

(El departamento de estado de Estados Unidos ha denegado el visado de entrada al periodista Manuel Martorell por denunciar la tragedia del pueblo kurdo, y justifica esta acción diciéndole que ello es debido a sus actividades terroristas. Me uno a su causa y muestro desde aquí el más absoluto desprecio a estos impertinentes juegos diplomáticos)

Colaboración para Iniciativa Debate


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Cumbres Impertinentes

Breves:

Hace bien poco se celebró en Madrid una reunión especial del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En el encuentro se trataron (eso nos cuentan) medidas para prevenir y luchar contra los flujos de los llamados combatientes terroristas extranjeros. En ninguna hoja de ruta estaba prevista investigar la política internacional de Estados Unidos. Las cosas así, ya sabemos una cosa más. Esos flujos de combatientes se van a extender, y gracias a cumbres impertinentes como éstas, nos anuncian la extensión de los planes bélicos (estrategia geo-política la llaman ellos). Destrozado Oriente Próximo, todo indica que le toca el turno a Asia Central. Rusia, China, India e Irán van a sufrir el hostigamiento dentro de sus fronteras o próximos a ellos de grupos extremistas religiosos o separatistas. Ya sabéis, financiados y con una planificación a largo plazo que volverá a traer el amargo sabor del imperialismo más ruin. Prosiguen las guerras, y se extiende la barbarie. 

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